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Noisey

Hablamos con Peter Hook, de 'New Order'

Nos sentamos con el bajista de New Order y Joy Division para hablar de sexo, drogas y su nuevo libro, 'Substance'.

Hace treinta o cuarenta años, Peter Hook le hubiera podido dar una paliza a un tipo como él. A sus 60 años, el cofundandor de Joy Division y New Order se apoya en un coche de correos aparcado en el exterior del Omni Hotel en Los Ángeles y tiene toda la pinta de caballero inglés: traje gris a su medida, una bufanda de seda del mismo color y una colonia perfectamente elegida. Lleva doce años sobrio y le da un sorbo a su Bloody Mary sin alcohol mientras come algo de un plato con carnes frías.

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La imagen es muy distinta a la del bajista con dedos sangrantes que, junto a sus compañeros de banda, disfrutaron del sexo y las drogas como "cerdos", como el mismo Hook describe en su nuevo libro sobre la historia de New Order, Substance: Inside New Order.

Esto no quiere decir que el vacilón y brutalmente honesto "Hooky" que los fans han conocido a lo largo de los años ya no esté. En gran medida, ese personaje todavía permanece en sus recuerdos punk-rock, en su sonrisa traviesa y en el brillo de sus ojos, que ponen en relieve los pensamientos astutos, aunque a menudo no filtrados, que regala alegremente tanto en la conversación como en la escritura.

"Lo más importante era deshacerse de todos los viejos que estaban obstruyendo la música", asegura Hook reflexionando acerca de los movimientos punk y post-punk que sus bandas ayudaron a formar. "Y aquí estamos ahora. Nosotros somos los viejos, y estamos felices de que los que lo fueron antes no lograran que todo se hiciera a su manera. ¿Qué estaríamos haciendo si Johnny Rotten o yo no hubiéramos hecho lo que queríamos? ¡Porque iba a deshacerme de todos estos bastardos, ya! En realidad es una cosa muy bizarra".

Substance es el tercer libro de Hook y es el sucesor de las aclamadas historias de Joy Division y el Hacienda Club, co-fundado por New Order. En Substance, Hook regresa tan afilado, ingenioso e inquebrantable como siempre, solo que está vez con un terreno mucho más grande para cubrir. "¿Necesitamos entrar en las circunstancias de la muerte de Ian?" Hook se pregunta al principio del libro, refiriéndose al suicidio de Ian Curtis, frontman de Joy Division, en la cima de popularidad de la banda. "Si Joy Division definió mi vida, New Order la moldeó".

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Las 800 páginas que siguen no ofrece una respuesta pero sí una exploración en los 31 años que la banda lleva conciliándose con esa pregunta a la vez que han cambiado el curso del pop y la música electrónica en el camino. Es menos asqueroso decirlo todo (aunque también hay mucho de ese todo) que contar una historia acerca de conexión y creación después de una perdida; se trata de una mirada cruda acerca de cómo la muerte y el éxito perpetuamente han definido y fracturado a la banda, mientras buscaban darle sentido a su propia existencia tras las tragedia de la que nació New Order.

Substance explora en la mística de estos influyentes y grandes íconos del rock. Más allá de capítulos como Marooned in the middle of puke y Turns out his cure for jetlag was the biggest line of coke I'd ever seen, Hook detalla los altos y bajos momentos hedonistas al mismo tiempo que detalla de una manera mucho menos sexy los pleitos financieros de la banda y sus luchas personales con la depresión, la adicción y el abuso doméstico en manos de su fallecida esposa, la popular cómica inglesa, Caroline Aherne.

Hook sabe como reírse de si mismo y, lo más importante, aprende de sus propios errores. El libro abre con una lista titulada Diez cosas que siempre debes hacer a la hora de formar un grupo. Nos sentamos con él durante una de sus paradas del tour que está haciendo para promocionar su libro para discutir las historias detrás del mismo, su historia de lucha con New Order, punk y política y el notable fan de Joy Division, Vince Staples.

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Noisey: Cuando empezaste a escribir el libro, ¿ya sabías que querías un tipo de retrospectiva como las que has terminado haciendo? 

Peter Hook: Dios, claro que sí. Es una lección de vida saludable y la única manera de conseguir ayuda en la vida es por medio de las experiencias de otros. Así que con la cantidad de cosas por las que he pasado, especialmente el abuso marital que sufrí y las adicciones a las drogas y el alcohol, era obvio que necesitaba plasmarlas en el libro. Fueron cosas muy difíciles de superar y necesité la inspiración de quiénes me ayudaron para lograrlo.

¿Tuviste algún tipo de reparo a la hora de revelarle este lado inesperado a los fans? 

Con la reputación que tuve los ochenta, no entiendo porque tendría que ser inesperado. Pero sí, supongo que hay un tipo de desmitificación hacia New Order sobre ese mito que se empezó a crear principalmente consecuencia de nuestras propias decisiones. Creamos ese mito negándonos a hablar acerca de lo que estábamos haciendo y por qué lo estábamos haciendo, y la gente simplemente llegó a sus propias conclusiones, lo cuál es bastante interesante. Ya sabes, la prensa, al no saber lo que estábamos haciendo, lo convirtió en este tipo de arte negro. Eso estaba totalmente alejado de la verdad, pero fue muy bueno para nosotros. Solía hacernos reír. Pensaban que éramos enigmáticos, muy intensos y obviamente, muy inteligentes. Decían que nos escondíamos detrás de portadas sin imágenes y etcétera, etcétera, etcétera. Entraron en una trampa, ¿no crees? Ni siquiera nosotros sabíamos qué estábamos haciendo. Pero, sin subestimar nuestra importancia, cuando haces buena música es muy fácil crear la imagen que quieres y mantenerla arriba, porque la música siempre es lo que te va a salvar.

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¿Esa era tu intención al estar en la banda o fue más un producto de la misma banda? Parece que se hubiera necesitado apenas un minuto para que New Order encontrara su camino y entendiera lo que iba a ser. 

Se tardó más de un minuto en encontrar el camino de New Order, sin ningún tipo de dudas. La cosa era que no queríamos hablar acerca de Ian, no queríamos hablar sobre Joy Division. Todavía nos sentíamos muy vulnerables, heridos por la muerte de Ian y la perdida de Joy Division. Así que cuando empezamos a sacar discos, Tony Wilson y la compañía discográfica realmente no les importaba lo que hiciéramos mientras le gustara nuestra música. Nuestro manager pensaba lo mismo. Simplemente nos dijeron, "¿Queréis hablar de esto?" y nosotros dijimos "No". Él simplemente nos dio un "OK" y eso fue todo, no hicimos ninguna entrevista durante muchos años.

¿Los otros miembros de la banda te dieron su aprobación para el libro? ¿Por algún tipo de razón legal respecto a ellos tuviste que quitarle contenido al libro? 

¿Teniendo en cuenta que seguimos yendo al juzgado? Sí, supongo que hubo una gran preocupación en ese aspecto. El escrito legal, según me contaron con mucha tranquilidad, es el más largo que han recibido en su vida. Son 350 páginas así que requirió muchísimo trabajo. Las leyes sobre calumnia y privacidad en Inglaterra son la envidia del mundo… Y un dolor de cabeza. Por desgracia, no es buena para los autores porque te tienes que moderar, lo cuál es muy extraño. La cosa de escribir un libro es que, sin ser egoísta, tratas de contar la historia propiamente. Luego la historia es interpretada de diferentes maneras. Tiene tu interpretación, la de la persona que lo lee y también tiene una interpretación totalmente diferente por parte de un abogado. Depende de ti si quieres resarcir el daño al máximo e imprimir la historia, que es lo que siempre te dicen que debes hacer. Así que escribir un libro con una editorial no siempre significa sacarlo todo a la luz como muchos piensan, tienes que ser responsable de lo que escribes.

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¿Cómo ha sido la respuesta hasta ahora? ¿Te han llegado comentarios de integrantes de la banda u otras personas? 

Creo que algunos de ellos no están felices. Es decir, no pudo haber venido en un peor momento en medio de la batalla legal. Pero ya sabes, un hombre tiene que hacer lo que un hombre tiene que hacer. Supongo que eso mismo se lo puedes preguntar a Bernard (Sumner) si alguna vez llegas hasta él (risas).

En el libro estas muchas páginas discutiendo las maneras en las que la banda trataba con el dinero. Eso es algo que tiende a quedar fuera o de lo que simplemente se habla vagamente en libros como este, porque no es necesariamente la cosa más emocionante para leer. ¿Podrías hablarme un poco acerca de tu decisión de incluir eso? 

La razón por la que puse todos esos detalles financieros reside en que me cabrea mucho que, cada vez que leo un libro sobre rock n roll, nunca hablan de eso. Es la cosa más jodidamente obvia del mundo. Siempre pienso, "me pregunto cuánto habrán ganado por ese concierto o cuanto dinero habrán facturado por ese disco". Es algo sobre lo que siempre se alude pero de lo que nunca se dan los detalles. Un libro que realmente me jodió fue el de James Corden porque es un relato fantástico de lo que es pasar de los trapos a la riqueza, sin nunca hablar de los ricos. Mientras lo leía me preguntaba acerca de lo que había ganado por todo eso y realmente me frustraba no saberlo. Creo que la cosa aquí es que si realmente te pones en la tarea de contar una historia, entonces la historia tiene que ser contada propiamente. Lo más interesante de esta parte son las maquinaciones del negocio porque, es decir, todos sabemos que los Beatles y los Stones fueron estafados por sus managers. Es solo una cuestión de que realmente nadie sabe cuanta pasta fue. ¿Qué se robó? ¿Qué hizo? Esa es una de mis mayores frustraciones. Creo que no decirlo es algo simplemente cobarde.

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¿Crees que la manera en la que la industria de la música ha cambiado en la última década ha sido favorable o perjudicial para los artistas? 

Creo que es asquerosa la forma en la que la música está siendo gestionada por estas grandes corporaciones sin alma y que únicamente les interesa el dinero. En los 80 y 90, una discográfica firmaba a una banda y existía lealtad entre ambas partes. Trabajaban con ellos porque creían en su trabajo como artistas. Así que si el primer disco no era un hit ya estaban esperando con ansias grabar el segundo, mirar hacia adelante. Hoy en día si el primer disco no es un hit ya estás fuera. Es un predicamento terrible para un músico.

El estilo de vida y la música capturadas en este libro reflejan una mirada oscura a la cultura y la sociedad de ese tiempo, aparte de los días de Thatcher. Se sienten de nuevo lo mismo con el clima político actual en el Reino Unido. ¿Cómo compararías ambos momentos desde el objetivo de la música? 

No estoy seguro si la política debería ser algo que se pueda mezclar con los músicos. Siempre me ha parecido que cuando se intenta hacerlo alguien siempre termina avergonzado. Las mejores políticas que puedes impulsar como músico son las políticas propias y tienes que actuar con propiedad. Tienes que estar pendientes de las personas. Es por eso que estás impulsándolas. Estas luchando por la igualdad, la justicia y el respeto. Eso es lo que deberías estar haciendo. La política es mejor dejársela a los políticos.

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En tu libro describes un altercado en Boston que se dio porque no quisieron hacer un encore… 

Ese tipo de líos los teníamos todo el tiempo. Y lo más gracioso de todo es que cuando alguien conseguía mi atención, me decía cosas como "¡Nunca vais a volver a tocar aquí!". Supuestamente, nunca voy a volver a tocar en Los Angeles, en Boston, en Atenas, en Tokyo, en Nueva York. La lista de lugares en los que supuestamente no voy a volver a tocar es interminable. Pero a la vez es fantástico, ¿sabes? Es una prueba de que me he parado por las cosas en las que creo. Y de eso se trata todo, de la lucha. Esos años de punk en Inglaterra fueron violentos y agresivos. Era chocante todo lo que te tenías que aguantar como músico. Nos tocó vivir con un entorno demasiado duro y resistente. Era fuerte y a la vez te hacía fuerte, porque ya sabías que esperar.

Ahora las audiencias son muy blandengues y buenas. Muy clase media. Literalmente les puedes hacer lo que quieras. Fui a ver a The Killers en Manchester y tuvieron que parar en la mitad del show porque Brandon se quedó sin voz. Y eventualmente, cuando la audiencia ya se estaba poniendo desagradable, alguien salió y dijo que Brandon estaba enfermo y que el concierto se iba a cancelar. Ahí mismo yo pensé, "Vamos, ¡romped la tarima! ¡llenemos este sitio de fuego!", pero las reacciones de la gente fueron tipo, "Dios mío espero que esté bien. Realmente me preocupa". ¿Qué coño? ¿Qué le ha pasado al rock n roll? ¿Ya no reaccionamos a nada, verdad?

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¿Qué crees que nos dice eso? ¿Crees que especialmente en la era de Trump podremos ver a la música como una forma de escape? 

¿Siempre vas a necesitar algún tipo de escape, no crees? (risas). Es acojonante. La cosa es que subconcientemente no tienes idea del efecto. Y subconcientemente probablemente no tuvo ningún efecto. Porque para alguien (como Joy Division) formar un grupo después de haber visto a los Sex Pistols, era el resultado de que algo se movía. Y hacerse sentir por todo el mundo en contra de todas las posibilidades y convertirse en un éxito es toda una declaración, ¿no crees? Demuestra una creencia increíble en lo que uno está haciendo y diciendo, en contra de todas las posibilidades. Como tal eso ya es una declaración política.

Pero tienes razón. Es decir, la cosa es que el punk me moló porque tenía 20 años, apenas estaba dejando de ser un adolescente y no sabía que quería hacer. Nadie me estaba dando una idea de lo que debía hacer. Estaba asustado, frustrado y rebelarme era la cosa más fácil para hacer. Lo que más amaba de Johnny Rotten, cuando estaba en el escenario, era que nos estaba diciendo a todos que nos fueramos a la mierda. Eso fue algo que Led Zeppelin no hizo. Deep Purple decía cosas como "Ooh sois el mejor público que hemos tenido", pero estoy seguro que lo mismo decían la noche siguiente y la noche anterior. Y ahí estaba Johnny Rotten, llamándonos a todos bastardos y diciendo lo mierda que éramos. Y nosotros decíamos, "¡Wow! habla justo como nosotros", realmente se sentía una relación personal. Es una posición muy muy extraña para estar. Después de ese concierto tomamos una decisión enorme, la de ser músicos. Yo era un músico en una banda y jamás había tenido o tocado un instrumento ¿Qué es eso?

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¿Crees que la música podría generar una reacción parecida hoy en día? ¿Cómo ves el futuro de la música? 

Lo más extraño para mi es que realmente ya debería estar llegando al final de mi carrera musical así que debería estar dejándole espacio a los jóvenes. Hay millones de ellos. Es muy extraño pensar en que cuando empecé, ser músico se veía como algo parecido a ser gitano. Ya sabes, cuando ibas a alquilar una furgoneta había músicos, vendedores ambulantes, gitanos o irlandeses. De haber estado tan abajo en la ladera social a estar donde estamos hoy, donde no importa a donde vayas hay escuelas de música enseñándote a ser DJ, a tocar en un grupo, a actuar en un grupo. Te enseñan como ser el manager de un grupo… Entonces todos los muchachos pueden ir a esas escuelas y vivir una vida genial. En muchos casos no son cosas que puedan ser enseñadas, así que tal vez son las personas equivocadas tratando de "aprender".

De vuelta al libro, háblame de tu decisión de salir con el abuso marital que sufriste. Especialmente porque no es tan común que los hombres hablen públicamente acerca de este tipo de temas. 

Fue una parte muy importante de mi vida y a la vez un punto muy bajo. Que alguien que amas te trate así es demasiado perturbador y eso me llevó a depresiones clínicas, ataques de pánico y otras cosas negativas. Claro que es complicado decirlo, porque en lugares como el norte de Inglaterra, se supone que los hombres no deberían hablar de eso. Que yo saliera a decirlo también fue obstaculizado por mi misma esposa. Ella era una comediante muy popular que estaba en el ojo público, entonces era muy difícil que la gente me creyera. Cosa extraña porque no había manera de que yo me inventara una cosa de ese tipo. Son solo 17 páginas de unas memorias de 800, pero en Inglaterra, de las tantas cosas que están ahí consignadas, la gente ha puesto toda su atención en el tema del abuso.

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¿Sientes que antes no podías hablar del tema? 

Para nada, no tenía la oportunidad ni la plataforma para hacerlo. Solía hablar de eso pero porque los periodistas me lo preguntaban en entrevistas. Era muy jodido, como One Flew Over the Cuckoo's Nest. Me chocó como en Inglaterra se lee mucho acerca de gente pasando por rehabilitación pero nunca de cómo les fue ahí. También me interesaba escribir acerca de la experiencia. Yo estaba en la mierda, había tocado fondo literalmente y era medio gracioso pasar por eso y salir. Era difícil mantenerse sobrio porque básicamente el mundo está en contra de que lo seas. Así era como me sentía, sentía que ya no me quedaba nada cuando perdí la bebida pero la verdad es que tenía todo lo demás.

"Uno espera nunca terminar tan triste como Ian Curtis, llegar a ese punto en el que sientes que lo único que queda es quitarte la vida"

En la música hay cierto tabú alrededor del tema. Como un romanticismo ligado con la adicción y el conflicto con la salud mental. Me preguntó si eso está comenzando a levantarse. 

Muchas veces se ve como un tipo de debilidad, ¿no crees? Yo sufro de ataques de pánico. Todo este caso legal que he pasado con New Order, ha sido muy bueno para reavivarlos, así que gracias. Finalmente es una parte de la vida con la que tienes que lidiar. Uno espera nunca terminar tan triste como Ian Curtis, llegar a ese punto en el que sientes que lo único que queda es quitarte la vida. Uno espera nunca terminar tan triste como muchos de mis amigos, de hecho perdí dos el mes pasado a causa del suicidio. Nunca quisiera terminar así y te das cuenta que cada día es una lucha para levantarse y seguir, por cualquiera que sea la razón. Espero que el libro, aparte de contar un gran historia de manera entretenida, pueda llegarle a alguien sufriendo de depresión. Pueden leerlo y decir, "¿sabes qué? Pueden ayudarme".

¿Te consideras fan de Vince Staples? 

¿Cómo se llama la banda? Lo voy a escuchar. ¿Es estadounidense o inglés?

Es americano, de Los Angeles. Ha citado a Joy Division como una influencia y el arte de su álbum referencia a Unknown Pleasures así que tenía curiosidad si habías escuchado de él.

Cuando llegue a casa lo voy a escuchar. Extrañamente, me gusta el rap porque mi hija tiene mi cuenta de iTunes. Toda su música aparece sobre la mía así que cuando estoy dando vueltas por ahí siempre sale lo que a ella le gusta. Es puro Drake, 50 Cent, Flo Rida, toda esa gente. También está Kanye West pero Macklemore y Ryan Lewis son mis favoritos. Le he ido cogiendo el gusto de a pocos. Es una forma de arte y me parece que está algo subvalorado porque parece simple, pero de hecho es complicado hacerlo bien.