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Salirse con la suya: Chivas se juega mucho más que una copa

Desde hace casi dos décadas, Chivas no gana un título en casa, esta noche es su oportunidad y también de demostrar la valía de su proyecto de independencia

Chivas se juega todo por su gente. Esta noche tienen la posibilidad de ganar un título en su casa llena y también la de probar el éxito de su plataforma de transmisiones independientes. En ambos casos, directivos y equipo reiteran que la afición es su prioridad. Los rojiblancos no han sido campeones en casa desde 1997, cuando sumaron la décima estrella a su historial, y Chivas TV ha sido objeto de burlas y críticas desde su puesta en marcha; a decir de ellos mismos, el desconocimiento de la industria responde a los errores que han cometido desde que tomaron el riesgo.

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El Estadio Chivas cumple siete años el próximo 30 de julio, fue inaugurado en un partido contra el Manchester United que recién había firmado al mexicano Javier Hernández, fuegos artificiales y una fiesta adornaron el inicio del que debía ser un ciclo de gloria. En cambio, pareció que habían abierto la puerta a las decepciones. La crisis deportiva y de identidad fue exhibida con el paseo de una larga lista de técnicos que pusieron a prueba la resistencia de la afición más numerosa del futbol mexicano y en riesgo, la historia de un club que nunca habían estado en los últimos sitios de la porcentual.

La gente abandonó al equipo en los partidos como local. Acusaron los altos precios en comparación con los precios populares que ofrecían en el Estadio Jalisco y la distancia que no cubría el transporte público; además del escaso espectáculo en la cancha. Las butacas rojas fueron tema de broma cuando el estadio lucía desolado a poco de su apertura. En septiembre del 2010, enfrentaron a Pumas con menos de 20 mil testigos -muy bajo para un equipo de tal convocatoria-, el vacío se leyó como reclamo por los precios y para el siguiente partido, los boletos se vendieron por veinte pesos. Chivas tomó medidas para ofrecer transporte y poner el futbol al alcance de las familias; en el presente torneo, su estadio registra una ocupación promedio del 78% y su dirigencia asegura que más de la mitad de los asientos están vendidos.

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Acompañado de mejores días para su proyecto deportivo que se mantiene totalmente mexicano en la cancha y con un argentino al mando, la gente volvió al estadio. El resultado de un largo proceso de prueba y error entre nacionales y extranjeros -por donde pasó la mano de Johan Cruyff con la petición de cambiar el pasto artificial por natural- fue Matías Almeyda, a quien presentaron en septiembre del 2015 ya con las críticas encima y la presión del descenso, precisamente porque su historia con River Plate cuenta la pérdida de la categoría.

"Me han juzgado sin verme entrenar", dijo en su primera conferencia; sin abundar en la queja, pidió apoyo: "Chivas tiene 30 millones de hinchas, ¿Cómo hago yo para que me quieran?" El cariño no se mide fácil ni con porcentaje de asistencia, Almeyda ha dirigido tres finales en el futbol mexicano en competencias alternas a la liga, suma dos títulos: una Copa Mx y una Supercopa, perdió un título el torneo anterior ante Querétaro y esta noche, ordenará contra Morelia. Sin embargo, el equipo cumplió una década sin campeonato de liga y sigue siendo el asunto pendiente que intentará tachar de la lista en el Clausura 2017, perfilados entre los favoritos.

Almeyda ha devuelto identidad al equipo con planteamientos ofensivos que regularmente entregan espectáculo, respaldando a jugadores jóvenes como Alan Pulido, Javier López, Carlos Cisneros, Ángel Zaldívar, Isaac Brizuela, Michael Pérez, Rodolfo Pizarro, seleccionados o seguidos de cerca para ocupar un sitio en el equipo nacional.

Chivas ya se había arriesgado con la elección del técnico, hasta ahora el riesgo ha valido, también lo hizo con sus derechos de transmisión y sus resultados, de acuerdo con el director general, José Luis Higuera, están en proceso. Tras 22 años de relación, rompieron con Televisa y tomaron la aventura de las transmisiones independientes desde la producción y hasta la distribución.

El proyecto Chivas TV ha sido objetivo de críticas desde el inicio, quizás por tratarse de uno de los clubes más populares del futbol mexicano, el tema enciende a aficionados y rivales en la discusión por la calidad de su servicio. En noviembre asumieron la transmisión del Clásico Tapatío, ante Atlas, y a pesar de la alianza con Cinépolis para ofrecer una opción más a través de su servicio de streaming, ambas presentaron fallas. Después, en febrero, su intento por llevar el Clásico Nacional, el partido más atractivo de la Liga Mx, volvió a decepcionar.

Regresaron a la televisión, no a la señal abierta, pero el anuncio fue leído como el fracaso de una independencia que se gritó a los cuatro vientos con orgullo, especialmente por acordar de nuevo con Televisa. El club no cedió la final de la Copa Mx, en cambio, el partido de este miércoles será exhibido en salas de cine en todo el país, sumado a la señal particular de Chivas Tv.

Higuera se niega a considerar el fracaso de la independencia y el partido ante Morelia será una interesante prueba que de fallar otra vez, daría voz a los detractores de su proyecto innovador. El reto deportivo está puesto también, Chivas es el equipo que más finales de Copa Mx ha alcanzado, desde su regreso con nuevo formato; el premio no es económico y tampoco habrá boleto a la Copa Libertadores de la que México se hizo a un lado, el reconocimiento será la vuelta en su campo y Almeyda lo dijo: "se juega por amor, por ganas, por ímpetu".