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Música

'Resiliente', la juguetona e improvisada oda al caos de MULA

El nuevo disco de esta banda colombiana es un genial delirio.
Portada de  Resiliente

Hay días maravillosos en los que a los oídos de uno llega un disco especial. Uno que sobresale, que hipnotiza, que eleva los sentidos de una forma tan encantadora que uno no puede dejar de escucharlo. No es algo muy frecuente, pero cuando pasa es hermoso, es casi como hacer un nuevo amigo. No puedes apartarte, quieres conocerlo a fondo, entenderlo bien, saber por qué exactamente te agrada y después guardarlo en un rinconcito de tu corazón.

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Resiliente, el nuevo disco de MULA, genera ese sentimiento. Este, el tercer trabajo de esta banda de música loca, experimental y casi indefinible. Este es un álbum difícil de tragar, como cuando eras pequeño, llegabas a un colegio nuevo y te sentaban al lado del compañero más mamón. Al principio no sabes bien qué pensar de él, incluso no te lo aguantas, pero luego le terminas cogiendo mucho cariño.

Santiago Botero, bajista y director de MULA, dice que la idea era grabar un disco de un solo bloque sonoro en el que dominara el ruido y se hiciera sin ensayar. Básicamente Resiliente es una improvisación. Las siete canciones que componen el álbum se hicieron en el estudio Audiovisión y solo bastó una hora para darle una forma a todo. Luego de eso Benjamín Calais, de Matik - Matik, cogió la grabación, la cacharrió y la dejó impecable.


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El resultado de este crudo juego es un cúmulo de canciones que se mueven erráticamente en esa delgada línea que está entre la genialidad y la locura. Es una saturación que lo deja a uno lo conmocionado por lo genial que es. Estas canciones funcionan en capas de ruido. Hay un constante martilleo que une todo y cada instrumento va como por su lado, pero a la vez coordinado, uno se puede quedar solamente con un solo sonido o juntarlo todo. Es como comerse una bandeja paisa por partes y después mezclar todos los ingredientes.

Temas como 'Sonánbulo' e 'Hija' tienen toques de punk y son sumamente agresivos y distorsionados. En cambio canciones como 'Mondo Barbián' y 'Siete' son una invitación para explorar la locura. Y sin duda la cereza del pastel es 'Petricor', un tema suave y algo onírico que nos lleva por estados que evocan paisajes naturales conmovedores y tardes de lluvia. El disco cierra con la voz de Germán Velandia, padre de Edson Velandia, hablando de por qué no le gustó el guacamole que Benjamin Calais hizo durante un asado.

Pero lo más loco de Resiliente es que para tocarlo en vivo, la banda tuvo que volver a sacar las canciones, en palabras de Botero, los seis músicos de MULA sacaron covers de sus propios temas.

Disfruten esta obra maestra de caos y belleza antiestética.