Detrás del viaje de los Rolling Stones por América Latina

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Música

Detrás del viaje de los Rolling Stones por América Latina

Nos sentamos con los directores del nuevo documental 'Olé Olé Olé!' para platicar cómo fue documentar a una banda que ya lo ha hecho todo.

Desde el 2007, se han publicado 11 DVDs distintos de los Rolling Stones en concierto. Lo cual es, por supuesto, una locura. The Rolling Stones: por un lado, una banda de amigos que simplemente aman tocar rock 'n' roll; por el otro, son una industria aparentemente más grande que la industria de la música misma —tocan los shows más grandes en el mundo, y tienen una cantidad infinita de productos para seguir vendiendo. Como el cineasta involucrado en uno de esos DVDs, ¿cómo le haces para crear algo fresco?

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Paul Dugdale y Sam Bridger son el director y productor, respectivamente, de The Rolling Stones – Olé Olé Olé! A Trip Across Latin America, un documental que captura su gira del 2016 por América Latina. Y, sorprendentemente, consiguieron armar una cinta intoxicante. Sam tiene experiencia creando varios documentales de música para la BBC, cubriendo todo, de hip-hop a Krautrock a psych rock, mientras que Paul ha dirigido conciertos premiados para Adele, Coldplay, y One Direction, pero ambos son fans enormes de los Stones, y se nota. Parte documentación cultural, parte road trip, parte concierto en vivo, la cinta sigue a la banda a lo largo de una gira de 10 ciudades latinoamericanas, culminando en un concierto gratuito en La Habana para un millón de fanáticos. UN MILLÓN. En el transcurso, los Stones conocen a la gente local, cantan y bailan con bailarinas en Perú y percusionistas en Uruguay, mientras que Paul y Sam conocen fans, varios de los cuales están fuera de sí mismos, anticipando este momento por décadas, tras haber sufrido varios años de dictaduras militares. Los fanáticos más fervientes son los Rollingas argentinos, una tribu nacional que literalmente adoran a los Stones. Como podrán imaginarse, se pone sentimental la cosa.

Y después está la banda. Sobre el escenario, Mick dice que cree que los locales se comieron el conejillo de indias de su hija. Charlie declara que el mundo del entretenimiento es una mierda. Keith pasea antes de los conciertos con un bastón chamánico, saliendo para hacer "algunos movimientos" que prevengan que llueva. El show de La Habana casi es cancelado dos veces —primero, por una visita de Obama, el cual obliga a la banda a reagendar, y porsteriormente por el Papa, quien le pide a la banda no tocar en Viernes Santo ("No es mi manager," dice Keith). Es una gozada.

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Platicamos con Paul y Sam para saber todos los detalles.

Paul, esta es tu cuarta cinta de los Stones.
Paul Dugdale: Sí. La primera fue un concierto en Hyde Park. Esa tiene una buena historia, porque habían tocado un show gratuito enorme allí en 1969. Así que pensamos, 'Sí, hay que hacerlo', y de manera un poco arrogante, básicamente les hablé de la nada. Le llamé al management y les dije 'Sé que van a hacer este show.' Y estuvieron bastante abiertos a ello. Yo estaba muy emocionado porque pensé que iba a ser su despedida, y yo iba a poder grabar su concierto final. Pero como la vida nos ha enseñado, eso es un cliché, y con ellos nunca se trata de su último show..

¿Ellos dijeron que iba a ser el último?
Paul: No, ellos nunca lo dicen. Pero siempre se siente como que va a ser su última gira. Creo que la gente está esperando a que eso pase.

¿Porque están viejos? No parecen tener ninguna intención de parar.
Paul: No. La gente les ha preguntado en entrevistas desde los 80, '¿Están pensando en retirarse?' En fin, grabé ese show, y otro el año pasado en Los Ángeles, un pequeño concierto donde tocaron el Sticky Fingers completo. La cinta iba a publicarse como parte del relanzamiento del disco, pero al final ya nunca salió. Y ahora hicimos esta cinta y la que documenta sólo el concierto en Cuba.

¿Qué tan bien has logrado conocer a la banda?
Paul: Es una relación profesional, pero son muy amables y abiertos cuando estamos allí. No nos mandamos tarjetas de felicitación en Navidad. Pero cuando estamos haciendo las cintas se convierte en una relación bastante cercana, particularmente con Mick, porque Mick está muyconsciente de cómo debería de ser la cinta, y tiene mucha experiencia en ello.

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Compites contra legendarias películas como Gimme Shelter y Cocksucker Blues, así como el Shine A Light de Scorsese. ¿Te intimida ese catálogo?
Sam Bridger: Nos inspira. Queríamos crear una película que tuviera profundidad y un valor propio. No es un documental histórico, pero queríamos ver esos momentos en los que la historia Sudamericana y los Stones se cruzaban.

¿Qué tal fue ir a Sudamérica?
Paul: Fue toda una aventura. Grabamos gran parte de la cinta con una sola cámara, tomas largas, a mano, sin cortes. Pescando cosas. La intención era que exploraras con nosotros, en primera persona. No estábamos seguros qué había a la vuelta de la esquina.

¿Cuáles fueron las cosas más increíbles que vieron?
Paul: Perú fue un lugar bastante loco.

Sam: Sí, nunca he ido a un lugar como ese. Sentí que estaba en Star Wars.

Paul: Para cuando llegamos a Perú ya habíamos estado en Chile, Argentina, y São Paulo, y ahí aunque hablaban español, no se sentía tan alejado de casa. Pero Perú fue un shock cultural enorme. Y fue el lugar con más aventuras. Llevábamos la mitad del viaje entonces ya estábamos cansados; fue muy intenso y lleno de fatiga.

Sam: Y ahí es donde la película se pone un poco rara. De pronto estábamos en medio de la Danza de las tijeras, y viajando por las calles de Lima escuchando "Midnight Rambler," viendo chicas y criaturas de la noche. Y estábamos jodidos. Yo comí un ceviche que me tumbó. Todo fue un poco confuso.

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¿En qué sentido se parecía a Star Wars?
Sam: El paisaje me voló la cabeza. Es la segunda ciudad desértica más grande del mundo después de El Cairo. Era polvoso y caliente y muy árido. Era como estar donde vive Jabba the Hutt. ¿Así se llama? Esto no va a terminar bien, ¿verdad? Simplemente se sentía como otro mundo.

Paul: Hay unas montañas polvosas enormes, y unos 30 postes masivos todos en fila. Ese lugar extraño donde se cruzan la desolación y una ciudad desértica post-apocalíptica. Unas espirales mecánicas gigantes que crecían en la cima de un tazón de polvo. Ahí fue cuando nos dijimos, 'Esto es como estar en Star Wars.' Probablemente fue un poco inapropiado.

¿Cuándo fue que escucharon por primera vez sobre los Rolingas?
Paul: Cuando empezamos a trabajar en la cinta tuvimos una conversación telefónica con cada uno de los integrantes de la banda, y les preguntamos qué historias tenían de América Latina a lo largo de los años. Y Mick nos platicó sobre los Rolingas y nos dijo que deberíamos buscarlos. Para toda la banda Argentina es un lugar impresionante. Cuando fueron por primera vez en los 90, lo describieron como la Beatlemania. Y ya para que los Rolling Stones lo describan así… aparentemente fue una locura. Así que los Rolingas fueron nuestra primera para. Queríamos entender al público desde el principio y mostrar la histeria. Son muy apasionados en Latinoamérica.

Sam: Y la edad, particularmente en Buenos Aires —había chicos de 16 años en ese concierto. Ese concierto fue como ver a The Prodigy en los 90. Me voló completamente la cabeza la locura que tienen por los Stones. Son mucho más que una banda para estas personas. El tener toda una cultura juvenil basada alrededor de una sola banda… No se me ocurre nada similar a ello.

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Hay una parte increíble en Brasil en donde Mick y Keith hacen una versión acústica súper íntima de "Honky Tonk Women." ¿Cómo fue que eso sucedió?
Sam: Leímos que "Honky Tonk Women" había sido escrita a las afuera de São Paulo, así que queríamos contar esa historia y revivir ese momento de alguna manera. Fue una ventana preciosa para observar la relación de Keith y Mick, cuando apenas estaban saliendo de la adolescencia, y se fueron de vacaciones por Sudamérica. Y ellos estaban felices, puedes ver cómo la conversación de va volviendo más adolescente al final. Como que muestra el afecto que se tienen el uno al otro. Fue una sola toma, y dijimos 'Carajo, qué bien salió eso.'

Paul: Esperábamos estimular un poco su nostalgia, y eso fue lo que pasó.

Sam: Y lo viste como cuatro veces seguidas en el hotel. Yo estaba dormido.

Paul: Sí, vaciamos el minibar. Teníamos un crew pequeño, éramos como seis, y ese día asaltamos el minibar.

¿Cómo fue hacer esta cinta y no saber si el show en Cuba iba a pasar?

Paul: Fue bastante estresante, particularmente cuando sucedió lo de Obama. Sam y yo queríamos explorar este sentimiento de peligro, de ¿pasará o no? Pero cuando sucedió lo de Obama, de la nada, pensamos 'Mieeerda.' Queríamos peligro, pero no tanto. Fue bastante serio; sudamos mucho.

¿Qué se siente que el Presidente de los Estados Unidos potencialmente arruine su película?
Paul: Simplemente te sientes ridículo.

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Sam: Y luego con lo del Papa simplemente se puso más ridículo. Los Stones, el Papa, y el Presidente de los Estados Unidos se convirtieron en esta especie de Trinidad en la cinta.

Paul: Superamos el obstáculo de Obama, y Sam y yo estabamos en un extraño restaurante en la Ciudad de México, y recibí una llamada de la manager de los Stones, diciendo, 'Sí, básicamente acabamos de tener una llamada del Vaticano en donde nos dijeron que tenemos que cancelar el show.' Yo me estaba comiendo un plátano, y casi me ahogo.

¿Hubo algún momento en el que quisieran hacer algo y la banda se haya negado?
Sam: Creo que nos rechazaron un par de veces cuando quisimos salir de noche con ellos. 'Ey, ¿podemos salir con ustedes en la noche?'

Y simplemente dijeron: 'No.'
Sam: Sí, básicamente eso pasó.

Paul: Simplemente no nos llamaban. Como una novia cruel con la que sales. También hicimos una entrevista con Mick en Londres y nos dijo que hace muchos años no salía tanto de fiesta y había hecho tantas cosas, y nosotros sólo pensábamos 'Chingón, gracias por invitar.' Pero no esperábamos estar con ellos.

Sam: Y llegó una hora tarde a la entrevista porque había ido al parque. Llegó y dijo que había tenido una gran caminata por el parque. Y que por eso había llegado una hora tarde. Me encantó, completamente fresco. 'Sí, fui a caminar por el parque, hace años no lo hacía.' Genio.

Platiquemos un poco sobre el bastón de Keith contra la lluvia. ¿En serio hace esto en los conciertos? Alimenta completamente la mitología de cómo la gente cree que es él. Es muy Screamin' Jay Hawkins. Voodoo Keith.
Paul: Sí. En serio lo hace, en todos los shows.

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Sam: No está actuando, simplemente es lo que hace. Es hermoso y una locura al mismo tiempo. En manos de alguien más parecería premeditado, pero él simplemente va y lo hace.

¿Es en general una persona genuina? ¿Qué tanto de su mitología ha sido fabricada por él mismo?
Sam: Nunca he visto que se convierta en otro personaje. Creo que realmente hace lo que hace porque ama la música; no creo que esté en esto por la fama, y que nunca haya sido el caso. Simplemente adora tocar la guitarra con sus cuates. No veo ninguna falsedad ahí.

Paul: Todos tienen algo caricaturesco en sus personas. Es un alivio. Todos son como lo esperarías. Las caricaturas realmente son fidedignas.

Sam: Honestamente creo que no les importa, simplemente son como son. No es como que tienen 25 años y están tratando de proyectar una imagen. Y, ¿qué tan increíble es eso?

¿Lograron averiguar cómo es que Keith sigue vivo? Pese a todo lo que ha ingerido a lo largo de los años, sigue bastante filoso.
Paul: Creo que el secreto de Keith es su consistencia. Consistentemente ha hecho lo que hace. No se desvía de su régimen.

Básicamente, dices que se ha vuelto inmune.

Sam: No sé, tomaba mucho vodka con naranja; básicamente es lo único que toma.

Paul: Cuando hicimos la toma en el helicóptero, vimos su rider y era una botella de vodka, unos vasos altos tipo Collins, y jugo de naranja. Básicamente eso toma siempre. Como que se ha equalizado. Se mantiene con eso.

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¿Qué viene en el rider de Mick?
Paul: No sé. Pero quizá hayas notado en la cinta que el camerino de Keith es completamente negro. Y el de Mick es completamente blanco. Interprétalo como quieras.

OK, hagamos un juego de asociación de palabras. Empezaremos con Mick.
Sam: Motivado. Realmente me impresionaba verlo preparase para los conciertos. Realmente es una bola de energía y una fuerza impulsora. Realmente fue muy inspirador.

Keith. [Paul ríe.]
Sam: Paul, vas.

Paul: Estoy tratando de pensar… ¿Qué se me viene a la mente? Estee… mierda.

Sam: Así no funciona la asociación de palabras.

Paul: Sí. Estoy tratando de pensar en una palabra que… Ni siquiera puedo pensar en el vocabulario.

Sam: Este es el peor juego de asociación de palabras. Paul, vuelve a empezar.

Paul: Voy a decir mítico. Nunca he conocido a alguien como él. Hay partes de los demás con las que me puedo relacionar, o con las que veo similitudes con otras personas que conozco. Keith es una entidad mística por donde se le vea, una persona única. Su atitud hacia la vida, simplemente es increíble.

Charlie.
Paul: Elegante. Se viste increíble y no le dan el suficiente crédito de ello.

Sam: Es un poco un gandul, ¿no? Lo mejor que me haya pasado es cuando me senté a hacer una entrevista en audio con Charlie, y crucé mis piernas y me dijo 'Lindos calcetines.' Me hizo el día.

¿Qué calcetines eran?
Sam: Eran rosas. Y él tenía estos mocasines increíbles, onda Hugh Hefner. Siempre tiene calcetines y zapatos increíbles.

Ron.
Sam: Diría amable. Siempre es la primera persona en saludar. '¡Qué onda Sam!' Siempre hace todo lo posible para que te sientas incluido y bienvenido.

Paul, sabes, suenas bastante como Mick.

Paul: ¡¿En serio?! De hecho, no eres la primera persona que me lo dice, ahora que lo mencionas. Cheryl, quien trabaja con los Stones y nos ayudó con los accesos, me dijo una vez que cuando se acercó a la oficina de uno de los estadios, escuchó su voz y pensó 'Ay no, ¿qué hace Mick en la oficina? ¿Salió algo mal?' Pero era yo.

Quizá se te ha metido a lo largo de los años.
Sam: ¿Quieres replantear esa frase?

Sí, ¡ese es el tipo de chismes que estaba buscando!
Paul: ¡Termina con un chiste sobre pitos!

¡Lo haré!