Estos son los sellos independientes más relevantes de Colombia

Las cosas en la industria musical han cambiado. Entre la crisis del CD como formato y la llegada de nuevas tecnologías ha nacido un nuevo paradigma en cuanto a la creación, distribución y difusión de música. Nos encontramos en un momento en el que con buena disciplina y un estudio casero, cualquier banda independiente se puede dar el gusto de satisfacer sus excentricidades musicales. No hay que esperar a que un sello joda los sueños de nadie porque estos no pegan del todo bien con las necesidades de la audiencia, o mejor dicho: no tiene el suficiente potencial para ser algo comercial.

Estamos en un momento definitivo para la escena independiente. Una cantidad de personas han decidio escalar la montaña, sudar la camiseta, desocupar sus bolsillos para así ofrecer la variedad sonora que las nuevas tecnologías nos permiten dar. Las herramientas están, pero no es fácil. La música brota de todo lugar, todos buscando abrirse su lugar para posicionar e inmortalizar la música de una generación. Crear la banda sonora de hoy y los himnos del mañana. En reconocimiento a quienes, a punta de resistencia se han entregado a esta causa, casi que de manera altruista, nos propusimos seleccionar y reseñar algunos de los sellos independientes que están comprometidos no solo con una curaduría fina dentro de su catálogo, sino también asumen su papel en la distribución, difusión, arte y hasta merchandising de las bandas. Mejor dicho, todo lo necesario para consolidar sus apuestas por géneros que van desde el Grind Core más desenfrenado al folclór mágico y arruyador del Pacífico; de la tropicalia psicodélica a la potente champeta criolla; del free jazz más experimental a la electrónica sudaca. En fin, estas son algunas de las casas donde se está cocinando la música independiente de nuestros días. Salud por ellos.

Llorona Records es uno de los proyectos más fértiles y completos que tenemos en Colombia. Un estudio de grabación que funciona también como sello disquero y plataforma para la gestión de proyectos culturales. Un parche que, en últimas, ha estado comprometido con la nueva música colombiana desde su fundación en el 2007. En estos casi diez años de labores, Llorona ha estado presente desde la extinta Mister Gomez en Bombay, hasta la reunión entre el productor inglés Adrian Sherwood con nuestros Gaiteros de San Jacinto, para crear el misterioso y apocalíptico Dub de Gaita. Han sido el puente definitivo y fundamental para crear un diálogo entre la música isleña de artistas como Elkin Robinson y Bertha Hooker, con lo que pasa al interior del circuito local hasta llegar a los oídos del legendario Mad Professor. Dentro de los discos que han editado se encuentran Así tocan los indios de Los Gaiteros de San Jacinto, Come ‘Round de Elkin Robinson, Dub de Gaita vol i, ii y iii, un compilado de hip hop cartagenero llamado La otra voz, el disco de Tamborito de Nuquí Bonito tiempo pa’ navegar, entre otros hits del folclor tradicional y vanguardista. Actualmente su catálogo lo integran Los Gaiteros de San Jacinto, Elkin Robinson y Mister Gomez Sound System, pero a lo largo de su existencia la gallada que se ha paseado es grande y poderosa.

Hace poco Palenque Records celebró sus 20 años de actividad con un fiestón brutal comandado por el enorme Abelardo Carbonó. Y no era para menos, durante dos décadas el sello, en cabeza de Lucas Silva, ha sido una pieza clave para salvaguardar el legado de la música afrocolombiana y devolverle el reconocimiento que se merecen algunos de los maestros de la música del caribe. Desde sus compilaciones de champeta criolla, hasta los registros sonoros de agrupaciones tan importantes como el Sexteto Tabalá o el primer disco de Las Alegres Ambulancias en más de 80 años de existencia; pasando por la producción de documentales que inmortalizan la historia y herencia de esta música que también hace parte de nuestro ADN, Palenque Records es uno de los más importantes puntos de referencia. En su catálogo reposan piezas del gran Batata y su Rumba Palenquera, Oriki Tabalá, Las Estrellas del Caribe, Simancongo, Son Palenque, Abelardo Carbonó y una lista larga y jugosa repleta de tambores que bombean sangre como marcapasos y melodías que desprenden la cadera del cuerpo. Por todo esto y por su tarea juiciosa de mantener viva la tradición, Palenque tiene más que ganado su lugar como uno de los sellos independientes más importantes del país.

El sonido tropical de Bomba Estéreo, la mezcla pacífica de Chocquibtown, la sabrosura de Pernett, la caricatura tropical de Cero39, el hip hop de Crew Peligrosos, los rituales de cuero y máquina de Mitú, o la mezcla ancestral de Mucho Indio, todo esto pasó, en algún momento, por un mismo hogar: Polen Records. Hay mentes que desde la independencia saben leer el funcionamiento de los grandes y pequeños mercados. Saben como romper la ola cuando estos se ahogan en su propia oferta e irrumpir para cambiar paradigmas musicales y marcar nuevas tendencias. Inventar sonidos. La genialidad que ha salido de Polen Records ha definido la propuesta colombiana y ha puesto en el mapa un sonido propio que ha traspasado todas las fronteras, tanto musicales como geográficas. Cualquiera que quiera entender el vuelco sonoro del país en los últimos años, debe acercarse a la producción de este sello que tiene el ojo para agarrar una banda, potencializarla y hacerla ver las estrellas.

Sello que desde el 2004 se ha vuelto punto de encuentro entre los lenguajes musicales tradicionales de las costas y el interior junto con el jazz, el rock o la electrónica. Ha sido cuna de grupos que le han dado una identidad sonora a la capital y que incluso se han convertido en punta de lanza en la experimentación sonora del país. Y hablamos, nada más y nada menos, de bandas como Meridian Brothers, quienes con su psicodelia han llevado la cumbia, la salsa, la champeta y otros ritmos tropicales a niveles psicodélicos que, con letras surrealistas, nos han puesto a apropiarnos de la pista de baile con movimientos corporales que parece convulsiones. O de Ricardo Gallo Cuarteto, uno de los grupos que mejor ha fusionado los lenguajes tradicionales con el jazz vanguardista, dando cátedra de cómo armar puentes entre mundos que aparentemente habitan universos diferentes. O también el poder de la música de marimba de Inés Granja; la revolución de Palanca en la que Pedro Ojeda, uno de nuestros personajes del 2015, bota un manifiesto guerrillero cultural; o Asdrúbal, o La Revuelta, y muchos otros que nos han hecho vivir una época dorada en Bogotá y otras ciudades de Colombia.

Hogar de los sonidos más vertiginosos de la ciudad y del país. Desde el 2009 con la edición del disco Meleyólamente del pianista Ricardo Gallo y el guitarrista Alejandro Flórez, nos ha permitido disfrutar de una montaña rusa sonora con una curaduría impecable. Ya sea en solitario o mediante la alianza con otros sellos o colectivos como La Distritofónica, Matik-Matik, Biche, Sonalero o Radio Mixticius, este sello nos ha entregado el free jazz de Hollman Álvarez y Jorge Sepúlveda; el viaje pacífico jazzero de Redil Cuarteto, el juego de voces de Las Áñez, el delirio psicotrópico de Los Pirañas, el folk melodramático de Malas Amistades, la canción tropical experimental de El Ombligo, los juegos sonoros con máquinas de Mugre o hasta a símbolos de la música nacional como Curupira. Y así, de manera silencios y desinteresada, ha ido armando un catálogo que es testigo de las fronteras sonoras que ha alcanzado la música del país y que perdurará como testigo de la capacidad creativa que hay en este territorio.

Música Corriente es un sello paisa fundado en el 2013 con el objetivo claro de facilitarle el proceso de grabar discos a sus artistas, dándole más importancia a una propuesta músical consolidada, a que cuenten con el dinero necesario en los bolsillos. No están afiliados a ningún circuito musical y reciben músicos con propuestas muy diversas, contando hoy con un catálogo de más de diez proyectos entre los que se encuentran bandas de corte experimental como el trío electrónico Mr.Bleat -con los que grabaron uno de nuestros discos favoritos del 2015- rockeros experimentados y con una larga trayectoria como Parlantes, o propuestas que exploran nuevos caminos con la música colombiana como Metropolizón, Gordos Project y Billy Taller 7. Ahora mismo están trabajando en Discos Inauditos, un proyecto donde juntan a una de sus bandas con un artista plástico y un escritor para editar un producto en forma de LP único en su clase, que integre esas tres disciplinas y que demuestre que el Sello Música Corriente va mucho más allá de la música. O todo lo que rodea a esta.

En marzo de este año, cuatro meses después del lanzamiento de la revista homónima, In-correcto aparece en la escena musical emergente como un sello que le apuesta a lo sudaca, sin importar si es una chicha o una guabina. Es por eso que pueden pasar de un ambient del argentino Fernando Toth a una cumbia bien desenfrenada de La Sonora Mazuren de Colombia. Con solo cinco meses de vida estos personajes ya tienen dentro de su catálogo a Santiago Navas, Jardín Láser, La Sonora Mazuren, Yopo y el argentino Fernando Thot. Han lanzado dos EPs: Arrullo de corto aliento de Jardín Láser y Problemática de Santiago Navas, y recientemente realizaron su primera gira por Colombia donde las bandas nacionales vinculadas al sello tocaron en Cali, Salento y Santander de Quilichao. Además de todo esto y con ganas de comerse el mundo, o por lo menos algunas tierritas de este lado del continente, se encuentran trabajando en un compilado llamado El Sudaca Contraataca en el que la idea es buscar productores sudamericanos que generen nuevas propuestas a partir del folclor de su país. Ambicioso, ¿no? Eso está bien.

Desde hace unos años en las calderas del Valle de Aburrá se ha venido cocinando una nueva y refrescante ola de rap paisa, encarnado en la sangre fresca de una generación que no se quiere parecer a nadie, y lo demuestra a punta de rimas ingeniosas y punzantes y beats hechos a la medida. Toda esta nueva camada de la que sobresalen nombres como Gordo Sarkasmus, Zof Ziro, Doble Porción y Rapiphero, hacen parte Moebiuz, un proyecto que empezó como estudio de grabación en el 2008 y que desde 2009 también hace las veces de sello. Durante su actividad han editado los discos Hallowinners I y II, Herejías y La Patria Boba de Gordo Sarkasmus; El escritor insobornable y Welcome To Hell de MC Páez, Rap Nativo de No Rules; El Abrebocas y Manzanas a la vuelta de Doble Porción, y se van perfilando como la casa de las rimas más aletosas de Medellín. Sin duda es un parche que hay que tener en el radar.

A principios de los dosmiles el death metal empezó a tomarse la escena under del país. Cientos de bandas comenzaron a meterle revoluciones a la música y Daniel Paz decidió empezar a juntarlas. Así nació este sello dedicado al brutal death metal. Sacando plata de su bolsillo, Paz comenzó a apoyar a esta naciente escena, si bien la mitad de las bandas que alguna vez apoyó ya no existen, el sello sigue trabajando por el metal extremo. Cada año organizan el Bogotá Grind Death Fest que ya lleva 15 ediciones, entre otras fiestas extremas. Algunas de las bandas fichadas por el sello son Nonsense Premonition, Amputated Genitals y Carnivore Diprosopus. Más que un sello, el trabajo de Blasting es una apuesta por una escena muy pequeña, pero muy poderosa.

Sonidos Enraizados es un sello que se construye a pie, caminando entre trochas, oyendo las entrañas de la región Caribe, del Urabá antioqueño, del Pacífico norte, centro y sur, de los Llanos Orientales o del Putumayo. Un sello que, desde el 2012, antes de hacer sonar música la escucha, la entiende en todo su esplendor, en toda su cosmología. Son un canal de comunicación para que la Chirimía del Río Napi, la música de marimba de las Perlas del Pacífico, la gaita negra de Paíto, o el bullerengue de Emilsen Pacheco nos transmitan con cada golpe, cada nota, un universo que nos mete en un trance que atrapa y cambia la visión que tenemos de la música. Sonidos Enraizados se aleja de los cánones occidentales y deja, con grabaciones lo más in situ posible, que los sonidos fluyan en libertad; sin miedo a la duración, a ese afán de perfeccionismo, a la afinación. Nos recuerdan que la música es ritual, un ritual vivo, en mutación, pero que siempre carga la esencia que nos pone a bailar y nos hace entender la vida.

Fidelidad al espíritu DIY, eso es lo que caracteriza a Noise or Die. A lo que más se dedica este pequeño sello, que tiene su sede en el mercado de las pulgas de San Alejo en Bogotá, es difundir el trabajo de bandas de grind core, crust core, noise core y hard core punk. El sello organiza conciertos, elabora botones, camisetas y gorras y te lleva la mercancía a tu casa en bicicleta. Ellos son los encargados de difundir el material de grupos como Bestiärio, una de nuestras bandas favoritas, Chulo, Nastiness, Mohan, Los Maricas, Los Goul Espantos y varios otros grupos extremos del under nacional y extranjero. ¡Qué siga la distorsión!

Se autodenominan como sello solidario. Alrededor de este se han reunido artistas que le rinden culto a la tradición de la canción. Y no es que desde Barrio Colombia se grave y produzcan los discos, sino que por afinidad, por guardar deseos similares, sensibilidades parecidas, los artistas que hacen parte del catálogo le ponen el sello. Luego pasan sí a ayudarse en términos de difusión y distribución. En esta forma particular hacen parte artistas como Pala, uno de los cantautores más importantes del país, Andrés Correa con un agilidad envidiable en verso, o Alejo García, capaz de plasmar la esencia de los sonidos sureños en sus temas. Un catálogo para soñadores que, además, por medio de festivales ha logrado armar una red que ha estrechado los lazos con países como Argentina, Perú, Venezuela, entre otros.

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