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Música

La Etnnia: Una historia oral

A una sola voz y en sus propias palabras, esta es la historia de tres hermanos que se atrevieron a formar la primera banda rap colombiano. El 5-27 sigue representando.

Kaiser, Kany y Ata en la puerta del 5-27. Las Cruces, Bogotá, principios de los 80. Tres voces se unen al unísono para contarnos una historia que arranca décadas atrás, cuando sus padres llegaron al barrio de Las Cruces como inmigrantes. Desde su legendario "El Ataque del Metano", el primer disco de rap hecho en el país, publicado ya hace 21 años, hasta su recientemente lanzado "5-27 Internacional" que los termina por consolidar como un combo de talla mundial, los Pimienta revelan cómo crearon su fuerza subterránea, hablan fuerte sobre la escena y reflexionan profundo sobre su legado. En sus propias palabras, esta es la historia de los tres hermanos que se atrevieron a formar la primera banda rap colombiano. El 5-27 sigue representando.

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Nuestro papá era de la Costa Atlántica y nuestra mamá era de Boyacá. Ellos llegaron como inmigrantes a la ciudad y se asentaron en Las Cruces, que para entonces ya era un barrio popular. Gente muy trabajadora, humilde, que llegó a un barrio con mucha historia pero que se estaba deteriorando. *** En Las Cruces nació Jorge Eliécer Gaitán. De allá es la primera fábrica de tubos en Colombia, la primera ladrillera, la primera bomba de gasolina, la plaza de mercado más antigua de Bogotá… En su momento fue un barrio de clase alta, era como el centro en su época, tal vez lo que hoy es La Candelaria.

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El rap nos llegó por medio del cine. Por películas como “Breakdance”, “Electric Boogalo”, “Flashdance”. Pero la que más nos impresionó fue “Beat Street”. La vimos en el Teatro Embajador en el 84 y desde entonces es como si no hubiéramos salido de ahí. Fuimos juntos y éramos unos chamacos de 7, 12 y 14 años.

*** Por esos días llegó al barrio un man que hacía giros como los que hacían en esa película, el man ya bailaba y nosotros ya teníamos medio la idea. Y ahí fue que arrancamos. Nos llamábamos los New Rappers Breakers. Éramos unas doce personas, más o menos, del barrio y de otros parches. En la ciudad habían otros combos como Los Cristancho o Los Heartbreakers, que fueron los verdaderos pioneros que nos influenciaron. En un principio el baile fue nuestra plataforma para arrancar con el rap, digamos que la primera etapa. Nosotros hicimos nuestra historia con la danza. *** Alrededor del 88-89 llegó el momento en que nos dijimos: “¿Sabe qué? Vamos a buscar otras alternativas dentro de la música”, entonces dejamos el baile y empezamos a escribir nuestras letras. Eso llegó, fue innato, eso nació con nosotros. Entonces escribimos y escribimos y al rato ya habían unas canciones y luego ya nos pusimos a pensar en cómo conseguirnos unas tornamesas para cantarlas.

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Por esa época en la 19 ya se conseguían vinilos, en las casetas de la calle. Ahí fue que empezamos a comprar los discos. Los sencillos por lo general tenían por un lado la canción y por otra la pista instrumental. Nosotros usábamos éstas para improvisar las letras que estábamos escribiendo porque no teníamos nuestra propia música. Luego ya nos conseguimos las tornamesas con un mezclador y unos bafles, y luego un sintetizador y una caja de ritmos. Todo fue autodidacta. Las máquinas se aprendieron a manejar solas porque ni catálogo teníamos. ¡Las prendimos y pum! Y ahí fue que se empezó a maquetiar El ataque del Metano.

*** Por el 94, teníamos un bar en La Candelaria, el primer bar de rap que existió en Colombia. Se llamaba Homeboy. Ahí nosotros hacíamos fiestas todos los sábados y siempre se llenaba. Con eso reunimos fondos y nos concentramos en sacar El Ataque del Metano. Cuando cerramos el bar ya teníamos muy avanzado el proyecto. Incluso en algún punto alcanzamos a sonar canciones en el bar, temas inéditos que estaban grabados sobre pistas. Cuando la fiesta estaba prendida colocábamos una canción nuestra y toda la gente se enloquecía. Ese bar duró dos años.

*** El nombre salió por esos tiempos. “Etnia” hace alusión a lo indígena, a la familia, a la raza. Con el nombre queríamos decir que era algo muy familiar. De acá. Lo de las dos enes sí fue para diferenciarnos a nivel mundial, porque la idea siempre fue llevarlo más allá. La Etnnia internacional. *** Nosotros teníamos muy claro cómo queríamos sonar. Teníamos una propuesta que no se había presentado jamás en el país. Una propuesta que además ya estaba prácticamente hecha, con las maquetas montadas. Lo demás ya era hacerla como era en un estudio profesional.

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El Ataque lo grabamos en un estudio en la 100 con octava, con Germán Muñoz. Lo que hicimos fue invitar a unos músicos a tocarlas y a ensamblar la idea que teníamos. Era breve: con la caja de ritmos, por ejemplo, hacíamos los bajos, entonces le decíamos al bajista: “Vea, parce, queremos que nos haga este bajo”. Y así.

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Todo el 94 duramos en la producción de ese álbum. Y antes de lanzarlo, rayamos todas las calles: “Pronto el ataque del metano”. Entonces la gente empezó a asustarse: “¿Qué es el ataque del metano?” “¿Va a haber un ataque guerrillero? ¿Nos van a atacar?”. Rayamos hasta la embajada americana y nos cogieron. Nos llevaron presos a una estación de policía que quedaba al lado y después a limpiar la vaina…

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Nosotros creamos la expectativa de un ataque pero que al final era musical. Esa era la idea que queríamos manejar. Como dice la intro, “un ataque frontal a todo lo establecido”. El metano es un gas que se produce de la descomposición de las basuras. Queríamos hablar de la podredumbre de la sociedad. Algo que existía, que existe, pero de lo que nadie había hablado así como tan de frente.

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Desde el principio, nosotros no nos pusimos a cantar líricas de Nueva York ni de Brooklyn ni nada de eso. Nosotros dijimos: “Vamos a narrar nuestra propia historia”. ¿Y cuál era esa historia? Pues la historia de nuestro barrio, Las Cruces, un barrio que estaba llevado. Que se deterioró porque se llenó de ollas. Y donde hay ollas, hay pillos…

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En el 95 publicamos el álbum. Salió primero en casete. Nosotros llevábamos los casetes en maleticas de un lado para otro, por todas las tiendas, pegando cartelitos. En aquel entonces conseguimos tres puntos de venta: dejábamos 100 y los 100 se vendían en nada. Luego dejábamos 200 y los 200 se iban. Vendimos cualquier cantidad de casetes en toda Colombia. Y con lo que ganamos del casete luego hicimos el CD.

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El video de “La vida en el guetto” lo hicimos en el basurero con Mario Urrea. Fue un rodaje de varios días. Luego lo llevamos a los medios de comunicación y generó tremendo impacto. Nosotros no los hicimos pretencioso, nunca hemos trabajado pretenciosamente. Nosotros hacemos lo que sentimos, nunca nos hemos puesto a inventar. Por esa época Camilo Pombo tenía un programa que se llamaba “Esta noche sí” con Gloria Valencia y Pilar Castaño. El man era regomoso. Nos dijo “¡Ese video está del putas!” y luego lo sacó en una buena franja. Ahí fue que la vaina empezó a rodar.

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El lanzamiento del disco fue en Kalimán, el bar de Héctor Buitrago. En ese entonces estaban Aterciopelados, La Derecha, Morfonia… esas bandas como de rock local. Nosotros éramos la banda de rap que estaba tratando de emerger. Igual no había escena. Habían bandas pero no había una escena tal y como la que supuestamente existe ahora. Nosotros nos acercamos a la escena del rock porque no veíamos otra alternativa. Incluso invitamos a 1280 Almas a hacer parte de una canción del Metano pero ellos no llegaron. ***

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Este público nos acogió. Por esos días tocamos en festivales de rock al piso, con La Pestilencia, con Kraken. En ese entonces no habían tantos radicalismos y sectarismos, tanta maricada como ahora. Nosotros siempre hemos pensado que el rap y el rock son hermanos… y seguimos pensando así. Por eso nos presentamos en Rock al Parque de esa forma, porque nosotros igual empezamos con los Beastie Boys, con “King of Rock”, con todo ese rollo. Entonces nos acercamos al rock nacional como un paso natural. Así pasó también en Nueva York. *** Mirando hacia atrás, El metano le dio un estatus y un nombre al hip-hop en Colombia y en el mundo. Y por eso ha trascendido en el tiempo.

*** Si uno mira al Metano bajo el lente de la realidad actual, ninguna letra se queda atrás. Es un álbum atemporal porque en Colombia todo sigue igual. Nosotros simplemente plasmamos la realidad como la vivimos, tal cual. Más claro no canta un gallo. Es el entorno como se nos manifestó en ese entonces. Y es lo mismo hoy. Colombia es así. Nosotros solo tenemos la facultad de plasmar en canciones esa realidad. Esa descomposición social.

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En ese álbum hay historias de allegados, por ejemplo “Pasaporte sello morgue”… de amigos que uno conoció. Amigos que parcharon con nosotros en la época, que los mató la limpieza social. Gente que por X o Y razones pereció en las calles. Asesinos por naturaleza que mataban por deporte. Y no sólo en el barrio sino en muchas partes. Colombia es un país con miles de muertos al año.

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En el barrio vimos muchos espejos. Gente que comenzaba bien y que luego se iba yendo… consumidos, caídos en el bazuco. Como el Zebra, que canta con nosotros en el álbum. Él no era rapero, lo conocimos en el colegio y se le fue contagiando la vaina. Él también venía de un hogar humilde, de arriba de Las Cruces, con una familia un poco disfuncional. Al final el hombre cayó en eso… y se le quiso ayudar pero nada.

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Nosotros vivíamos en un barrio donde sucedían toda esa serie de cosas. Donde usted podía ser tentado pero donde también podía tomar sus decisiones. De eso se trata el libre albedrío. Nosotros decidimos hacer música y ser parte de la banda sonora de los acontecimientos. Nosotros pudimos expresar y canalizar todo eso por medio del arte y eso fue lo que hizo grande a La Etnnia 5-27. Kany, Kaiser y Ata. Las Cruces, Bogotá. Foto por Victoria Holguín. *** 5-27 era la calle donde vivíamos, la plaqueta donde nació La Etnnia como tal. Es la casa donde tuvimos nuestro primer estudio y también es el nombre de la primera canción que sonó y gustó y que se fue sola. Llegó a ser número uno en varias emisoras en todo el país. *** El 5-27 como sello nace con “El ataque”. En el 95 nosotros sacamos el casete y lo llevamos a esos tres puntos de venta y luego ya contábamos con una red de distribución nacional. Una industria subterránea. A través de ese sello, cuando no hemos estado vigentes directamente con La Etnnia, hemos lanzado otros artistas. El 5-27 lanzó a Tres Coronas, por ejemplo… hasta hemos distribuido rock, el Háblame de horror de las Almas, el de Ultrágeno. Nosotros hemos estado en la movida siempre. Directa o indirectamente hemos aportado nuestro grano de arena en este cuento, al que nos hemos dedicado ciento por ciento. *** Nosotros somos independientes mucho antes de que se comenzara a usar esa palabra. Desde que sacamos el casete, lo autofinanciamos y lo distribuimos. Desde que lo vendimos y lo cobramos. Eso nos dio pa sacar un CD. Y luego el CD nos dio pa sacar lo otro… y así. Una cosa ha ido pagando la otra. Y todo desde esta casa. Nosotros no dependemos ni de alcaldías ni de marcas. Nosotros nos hemos movido siempre solos, con nuestro trabajo. ***

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A nosotros una vez nos llegó EMI a proponernos firmar un álbum, pero eso nunca nos interesó. Nosotros siempre hemos querido ser libres de trabajar como queramos. Sí, nos ha tocado desde pegar el afiche hasta presentar la propuesta en la emisora, hacer todo el proceso, pero eso nos ha dado conocimiento y valor para comprender el negocio desde abajo. *** El sello funcionó por un tiempo, pero después la piratería y el Internet acabaron todo eso, entonces creamos nuestra propia línea, 5-27 Wear. Y con eso hemos ido moviéndonos. Lo que es nosotros, La Etnnia, no hemos parado de camellar. Y también de generar empleo, porque hay mucha gente camellando con nosotros: el que hace la chaqueta, el que hace el bordado, el que hace el CD, el que hace la publicidad, el que hace el sticker, el que hace el video… ***

Aquí el rap ha ido creciendo, ahora tiene sus adeptos y es todo un movimiento, pero eso ha sido todo un proceso. Lo bonito es que nosotros hemos sido parte de todo ese proceso. Empezamos bailando y ya es la hora que completamos diez álbumes. Y no nos hemos salido, hemos estado vigentes, no nos hemos quedado viviendo de la historia, sino al contrario, somos historia. *** En Colombia hay una onda de que “Yo fui primero”. Y no, esto no se trata de que “Yo fui primero” o de quién fue segundo o quién tercero. Todo el mundo anda en esa disputa por esa corona. Pero a nosotros la verdad eso nos tiene sin cuidado. A nosotros nos llegó el rap y lo que hicimos fue asimilarlo desde nuestro momento y nuestro lugar. *** Igual, ahora todo es dizque “urbano”… pero si hablamos de “género urbano”, aquí nosotros fuimos los primeros y eso no nos lo quita nadie. Igual con lo del flow, que mi flow, que tal, que la vaina, ¡pero qué va! Ahora cualquier gallina enferma tiene flow, pues… También todos hablan de ser reales, ¿pero acaso qué significa ser “real”?

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¿Qué es lo más importante? El respeto. Nosotros no hemos sido las putas de la música. No hemos terminado trabajando con Vicente Fernández o con Juan Gabriel para hacer una ranchera hip-hop y luego pegar. No. Nosotros hemos respetado a nuestra gente. Les hemos entregado un trabajo honesto. Y eso es más satisfactorio que tener los bolsillos llenos de plata. *** Aquí estamos en un país tropical, entonces muchas veces la forma de vender un producto ha sido eso de meterle un poquito de Carlos Vives, un poquito de vallenato, un poquito de cumbia o de currulao o de reggaetón… y así, muchos raperos resultaron volviéndose un masacote para poder tener un espacio dentro de la industria. Nosotros nos hemos mantenido firmes en lo nuestro. Y por eso el nuevo álbum es lo que es. ***

Domingo Padilla, el productor de 5-27 Internacional, que es un productor legendario del underground neoyorquino, apuntó la cosa hacia Colombia porque sabe que nosotros hemos movido la cosa muy bien. Nosotros no nos hemos salido de los parámetros del hip-hop, de pronto lo hemos fusionado pero no lo hemos atropellado y menos para ganarnos un espacio. El hombre ha visto la secuencia de nuestro trabajo desde que comenzamos y le apostó a una banda que manejara los principios básicos.

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El disco trae un sonido bárbaro, un sonido de hip hop mundial. Viene cargado de buenos artistas y de buena música. Tiene una buena producción. Una buena masterización. Un buen arte. Es tal cual La Etnnia internacional. Y lo mejor: ahí está Kool G Rap, Cormega, The Game, Sean Prince, Chris Rivers… algunos de los nombres más respetados del juego, de los que tenemos casi todos sus discos desde hace años.

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El álbum maneja varias líneas del hip-hop. Para la gente que le trama el boom-bop, ahí está, a los que les trama el trap, ahí está… está lo nuevo, lo clásico, lo hardcore. Es un disco nutrido de todos los estilos, desde la cuna hasta Colombia. Este es un proyecto único en su especie. *** Ahora todo se ha quedado en las redes sociales, pero imagínese si no hubiera redes sociales. ¿Qué sería de todos esos grupos que sólo existen en Facebook? Igual, ahora todos se quejan de que no hay suficiente apoyo, pero imagínese: nosotros desde hace 20 años que la estamos haciendo. Solos y trabajando. Aquí todos están esperando que les den. Esto aquí se ha vuelto el rap de la mendicidad. Si quieren respeto, hagan sus cosas profesionalmente. Dejen de criticar tanto y de andar vendiendo miseria. A nosotros nos han apoyado porque nos han visto la lucha. *** El reggaetón puede ser chite y lo que sea, pero al menos es una industria. En menos tiempo en Colombia el reggaetonero ha logrado mucho más de lo que el rapero ha logrado. Y sin Reggaetón al Parque. Los manes montan sus shows, los llenan y los pagan. Lo mismo con el rock. Llega un artista de rock y llena gratis y hasta pagando. La electrónica, igual. Pero en el rap no pasa eso. Dicen que el rap tiene que ser gratis. Regalado. Y cuando llega una banda, no llena. O roban. O arman bonche. ¿Por qué cogieron nuestro género para eso? ¿Y qué dijeron los empresarios? Pues simple: “No invirtamos en el rap”. *** Nosotros estamos muy interesados en la industria, en que el rap alcance otro nivel. Pero ahora cualquiera arma su propuesta mediocre desde el computador, ya ni hacen los CD’s originales sino que los queman y los rotan, suben un video a YouTube y tienen 20 visitas. Y salen y salen y salen grupos. Sí, hay gente que está proponiendo y que camella, pero también hay mucha mediocridad. La verdad, tampoco se les puede dar crédito a los que están haciendo las cosas mal. ¿Y el público? Todos quieren todo gratis. Pero necesitamos que aporten a los artistas, que les paguen. Si su parcero tocó en el salón comunal, tome. Si sus socios sacan sus discos, cómprelos. ¡Genere industria!

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Ante todo, agradecidos con el público. Hay gente que es fiel que nos ha acompañado siempre. Hay gente que llegó hasta el tercer disco, otra hasta el último, hay quienes ya están pegados a este material nuevo. Y como en todo, hay detractores, hay críticos… Pero que no nos reconozcan nos tiene sin cuidado. Hay jóvenes y hay cuchos. Hasta nietos. Ya son tres generaciones las que están en el parche.

Foto por Victoria Holguín. ***

Actualmente La Etnnia anda promocionando la edición en vinilo de su 5-27 Internacional. Tírenle respetos por aquí y sigan a 5-27 Records que anda estrenando página por acá.