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Música

Por qué Mateo Rivano es uno de nuestros personajes del año

Este año, el autor de las carátulas del Frente Cumbiero, Ondatrópica, Romperayo y Llorona Records, vio florecer a la escena que ha coloreado.

2015 fue el año en el que Mateo Rivano se ganó la lotería. Se la ha estado jugando por años entre las guacas más indómitas de Colombia y el mundo, en busca de las joyas perdidas de la historia de la música, sobre todo la de su país y el caribe. Mateo tiene potestad de un acervo discográfico envidiado por muchos, pero como buen expedicionario musical, siempre quiere más. Este año, la vida tenía un regalo para él. Tuvo acceso sin restricción a una colección de 90,000 discos, la de Juan, un famoso proveedor de música para los compradores más acérrimos de vinilos. Cuando Juan murió, hace unos meses, a Mateo se le abrieron las puertas de uno de los tesoros más acechados por él, por sus amigos y también por sus enemigos. Mateo invirtió dos semanas de este año en su misión arqueológica y se dedicó a excavar en aquella colección inexplorada en donde encontró de todo, desde el reggae más raro hasta soca, calypso, salsa y jazz. También sacó grandes tesoros, supo que el lugar no había sido visitado antes cuando encontró las joyas preciadas por los sonideros mexicanos: «Ahí fue cuando me di cuenta que esto no lo había visto nadie. Si todas estas cosas estaban aquí es porque los mexicanos aún no habían pasado», confiesa con orgullo. La otra cosa que me cuenta con emoción es que nació su sobrino.

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Mateo está cosechando muchas de las semillas que ha sembrado a lo largo de su carrera como artista e ilustrador. Probablemente este no sea el año en el que más logros ha tenido, porque a juzgar por la hoja de vida que tiene, lleva un par de años en pleno florecimiento. Pero 2015 sí fue el año en el que despegó la escena que representa gráficamente. Como ilustrador, ha acompañado y dado identidad a la música de vanguardia bogotana. Así como Velvet Underground tenía a Andy Warhol, la pandilla de Los Pirañas tienen a Mateo. No son sólo los Pirañas, sino Meridian Brothers, Ondatrópica, El Frente Cumbiero, Romperayo, Chúpame el Dedo y Carmelo Torres y Los Toscos, que son todos de su mismo parche. Pero también ha dado a luz a las carátulas de muchos más. Este año la imagen y la identidad de Llorona Records, así como del proyecto de Old Providence, corrieron por su cuenta. Con ellos también colaboró en las portadas de Bertha Hooker, Manku, Elijah. Mejor dicho, Mateo Rivano ha coloreado la música más impresionante del 2015 en Colombia y dibujó la que, sin duda, es la portada del año, la del disco homónimo de Romperayo.

Como dibujante, es un curioso. Además de las carátulas que ha firmado, dirigió el video porno-surrealista de “Delirio”, el primer sencillo de Los Suicidas, nuevo disco de Meridian Brothers. Antes de eso les hizo el arte caníbal y dadaísta del video de “ El gran pájaro de los Andes”. También cerró un contrato para ilustrar los libros infantiles del gigante editorial Alfaguara. Le llamaron porque necesitaban una portada, después de eso, este año le pidieron que ilustrara libros, uno de un colombiano sobre reinterpretaciones de cuentos para niños de Santa Marta: «Tampoco es tan para niños. El lobo siempre le está cayendo a la caperucita», me dice entre risas. El otro es un libro sobre refranes infantiles cuya autora es venezolana. Por otro lado, está haciendo las ilustraciones que acompañarán al libro de Chuky García, que saldrá el próximo año bajo el cobijo de Jardín Ediciones. Finalmente logró sacar Gas, su propio libro, una compilación de gonorreas, como salidas de Rodrigo D: No futuro, retratadas con impecable sordidez.

Es artista, coleccionista y pinchadiscos, pero también es parte del público y es muy grato encontrarlo entre los chuzos bogotanos como uno más del parche pasando una buena noche de farra. En 2015 fue parte de la efervescencia nocturna de la que goza esta ciudad. A principios de año, junto con su llave Mario Galeano, fundó las fiestas de “Los Guaqueros”, una serie de noches encabezadas por ellos y sus amigos, los más enfermos y acérrimos coleccionistas de las raíces latinoamericanas. Fundó un proyecto con el Perro Loco, el Soundsystem el Imperial que también está cogiendo fuerza. Con este proyecto está sacando dubplates, esas canciones por encargo que los sound systems jamaiquinos acostumbran hacer. En incontables veces lo vimos anunciado bajo su nombre de DJ Barbaroja. Uno de ellos fue la noche de “Calaveritas” donde tocó junto a Sidestepper y Gogol Bordello. Según Mateo, eso fue lo peor que le pasó en el año. Una serie de circunstancias lo llevaron a tener que armar un set durante dos horas, frente a un público de punks impacientes de ver a los gitanos. Le empezaron a aventar botellas. «A mí se me había hecho raro que me llamaran a tocar a abrirle a Gogol Bordello porque la música que yo pongo es bien diferente y el público que va a esos conciertos es bien diferente también, son más punkeros, no es tan tropical el parche. Yo hice una selección pensando en lo que pudiera gustarles a ellos y también pensando que después venía Sidestepper. Pero cuando me tocó poner una hora y después me tocó cubrir la siguiente, la gente ya no aguantó y empezaron a aventar botellas. Lo peor es que si yo hubiera estado en el público, hubiera estado de acuerdo con ellos», me confiesa con particular nobleza.

Pero unas por otras, al tiempo en que supera aquella escena trágica y un tanto hilarante, Mad Professor lo buscó y lo encontró para hacerle una propuesta. El próximo disco de este titán del dub, contará con las ilustraciones de Mateo Rivano.

¡Feliz año nuevo, Mateo!