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Música

Alguien hizo una versión metalera del jingle navideño de café Águila Roja

Metal + Navidad = Pecado.

En Colombia, todos nos sabemos el jingle que dice… "Felicidad, es todo aquello que se brinda sin reservas…" De hecho mientras lo leíamos aquí, le poníamos musiquita en nuestra mente e íbamos prediciendo que algo sobre una flor, un beso y la ternura del amor, estaría por venir.

Esta tonadilla cantada por una tierna voz infantil, conmovedora y positiva como ella sola, se instaló en lo más profundo de nuestro imaginario navideño para recordarnos que el año se acabó y que no se hizo ni mierda otra vez, que llegó diciembre y que ya va siendo hora de dejar el camello a un lado, para darle paso a la jartadera y a la comilona más salvaje.

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Es que nos encanta madrugarle a todo lo que tenga que ver con guacherna. Nos damos mañas para que la chichamenta y el banquete típico comience antes de lo previsto, e inclusive llegamos a disparar este icónico sonsonete vía radio desde mediados de octubre, a veces pasándonos por la galleta las brujas, todo esto con tal de darle inicio oficialmente al festín de fin de año.

Y sí, puede que la tonada original sea medio empalagosa, pero así fue como la aprendimos a querer.

No era necesario Paulo Cuevas, no tenías que hacer esta versión metalera.

O sea, Paulito ¿en serio era necesario esto de tu parte? ¿Tenías que impregnar de tu maldita obsesión metalera este himno navideño de generaciones? No te hubieras molestado.

Es doloroso, a lo bien.

Además ¿qué dirán tus amigos los blackeros en Villa Luz? Deben estar que se arrancan las mechas de la rabia. Y ni hablar de cuando decides subir y agudizar tu voz para llegar a esas notas que solo un castrato puede registrar, en serio, ahí por poco y nos meamos del destiemple, sin exagerar.

Los metaleros son rebeldes por naturaleza, no se ponen con cuentos chimbos, odian lo establecido a muerte ¿y tú en estas?, ¿haciéndole propaganda gratis a una marca y mendigando likes? No Paulo, así no es, por ahí no es la cosa.

No me lo imagino en las novenas cantando el "Ven a nuestras almas" en gutural, y la pobre abuelita ahí al lado toda traumatizada echándose la bendición como diciendo "¿A qué horas se me volvió ese chino así?".

Nefasto.

No contento, este hijuemadre se tomó la molestia de hacer todo un popurrí de villancicos y versiones metaleras de series animadas que pueden encontrar en su canal de Youtube que tiene la medioguevonadita de 90.000 suscriptores.

No siendo más, pillen.