El metal es como una religión, y como toda buena religión, hay leyendas, mitos y semidioses. En Colombia existió un personaje que encarnó todo eso, y se llamó Mauricio "Bull Metal" Montoya. Este hombre de apariencia bonachona, que murió por su propia mano en 2002, fue fundamental para el metal Colombia y siempre será recordado porque su figura y nombre están rodeados de historias y rumores oscuros que han contribuido a su escabrosa imagen.Pero más allá de los mitos una cosa es muy real, gracias a Bull Metal se formaron las legiones de metaleros colombianos. Su manejo del inglés y su obsesión por traer música de todo el mundo, lo convirtieron en una especie de Prometeo del rock de este país. A través de su fanzine Necrometal y los discos que compartía, compartió su vasto conocimiento con un montón de gente ávida de distorsión. Pero su evangelio metalero llegó a todo el underground gracias a La cortina de hierro, el programa de radio que fundó en 1993 y hacia los domingos por la noche en Radionika.Durante una hora, Bull Metal presentaba metal, hardocre y punk de todo el mundo, promocionaba bandas locales, anunciaba conciertos y lanzamientos y tiraba datos sobre las bandas y géneros que pasaba.Los domingos, el templo de los boleadores de mecha era la radio y la voz de Mauricio Montoya daba cátedra de distorsión.Aquí les dejamos un par de fragmentos y la introducción de La Cortina de hierro. La verdadera escuela del metal colombiano.
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