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Música

Los peores villancicos de todos los tiempos

Se acercan las novenas y regresa la tortura.

Ilustración por Curzi. 

Otra vez es diciembre y eso significa que es hora de desempolvar los adornos de navidad, colgar luces, preparar comida saturada de grasa y afinar esas gargantas porque con las festividades, llega la época de villancicos. Por lo menos desde el Siglo XV se cantan esas canciones de corte popular navideñas que pasaron de ser melodías entonadas por los campesinos que labraban el campo a los coros de las iglesias y en nuestra época, por alguna razón, a ser cantadas por niños. Para muchos eso es una maldita tortura.

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Aunque los villancicos tienen su lado interesante. Sobre todo en Latinoamérica donde algunos muestran un alto grado de sincretismo, o sea la unión entre la cultura indígena y la europea. Muchos de estos cantos no solo mezclan los ritmos tradicionales de la región, sino también imágenes indígenas, criollas y de la naturaleza del continente, como la del "chocolatillo que se están comiendo", o el "poncho blanco de alpaca real" que aparece en la canción "Llegaron ya los reyes".

El verdadero problema con los villancicos es que toca cantarlos todos los años una y otra vez y ya cansa. En verdad es desesperante. Y sí la tradición es muy bonita y todo, pero tantos años de lo mismo hacen que como cualquier canción, estén demasiado quemados. ¡No más!

Aprovechando que se acercan las novenas, aquí les dejamos una listica para que se vayan preparando psicológicamente para ese infierno de maracas, panderetas, flautas y voces desafinadas que pronto van a estar obligados a enfrentar.

El único consuelo es que por suerte todavía no es tradición bailar la versión navideña de "La Macarena". Eso si que es feo.

"A la nanita nana"

La mayoría de los villancicos tienen unos juegos de palabras incomprensibles que parecen no tener significado. En serio no entendemos que es "a la nanita nana", ¿hay una nana a la que le van a llevar algo o qué? Además ¿qué diablos es un pinpollo de canela? Que porquería.

"El niño del tambor"

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Hay muchas cosas malas con esta canción. Para empezar el ritmo de esa marcha es como para pegarse un tiro. Se supone que nació el hijo de Dios, ¿no se le puede poner un poquito de alegría a la tonada? Lo peor de este villancico es que cuenta la historia de un pobre niño huérfano, solo en una noche de invierno, que no tiene otra forma de ganarse la vida más allá de tocar su tambor en los pesebres ajenos. Que depresión. Esa es la clase de canción que te jode la navidad.

"Mi burrito sabanero"

En todo bazar navideño de colegio siempre había un profesor tocando esta canción. Pero lo peor es que, como es una medio movida, suena en todo lado. Cada tienda en la que vendan musgo y luces, se pone el "tuki, tuki, tuki", que siempre está cantada por un niño de voz chillona. Uno solo desea que el hijuemadre burro se le parta una pata y toque sacrificarlo por piedad.

"Noche de paz"

Esta es una canción que alguien que odiaba la navidad compuso para fastidiar a la gente. Para empezar que carajos pasa con esa voz tan deprimente y somnolienta. Yo no sé cómo será en el resto del mundo, pero aquí la noche de 24 es severa fiesta, en la que todo el mundo hecha pólvora y se emborracha. Oye "Noche de paz", aquí el chuchu chucu manda.

"Los peces en el río"

Esta es la canción de todas la borracheras decembrinas. "Los peces en el río" es una metáfora de todos esos tíos que la noche de 24 te regalan medias de guaro y a las diez de la noche ya están todos ebrios bailando en la sala.

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"Anton"

Nunca se preguntaron, ¿quién demonios es Anton?

"Salve reina y madre"

Este bambuco es como un trance en el que uno solo dice "Salve reina y madre", "Salve reina y madre", "Salve reina y madre". Es como una programación cerebral, muy aburrida.

"Tutaima"

En qué idioma perdido está cantada esta canción ¿"Tutaima, tuturuma"? ¿Eso es élfico? No sé. Pero sin duda este es el villancico más quemado de todos. Es el más fácil de cantar y lo gracioso es que nadie se sabe la segunda estrofa, y muy pocos tienen idea de que existe una tercera. Yo solo llegué hasta el tutaina.

"La navidad de los pobres"

En este punto todas y todos estamos de acuerdo que no es navidad hasta que no suene: "mamá dónde están lo juguetes". Este nefasto tema se ha reproducido en los hogares colombianos durante décadas, por alguna razón todavía incompresible. Es las puras ganas que joderle la fiesta a los niños. La pura crueldad navideña que reposa en nuestros corazones.