Nueve mujeres que se han dedicado a construir escena en Colombia

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Música

Nueve mujeres que se han dedicado a construir escena en Colombia

Detrás de festivales, conciertos, sellos y medios de comunicación, ellas se han convertido en pilar fundamental de la industria musical del país

Desde hace varios años las mujeres vienen ganando posiciones, espacio y voz dentro de la industria musical del país, un sector que tradicionalmente ha estado dominado por hombres. Y claro que diferenciar entre mujeres y hombres, entre unos y otros, no debería ser la lectura, pues la igualdad de condiciones, sin importar aquello que nos distancia y nos une como seres humanos, debería ser regla. Pero también sabemos que la realidad puede ser otra y que las desigualdades, de todo tipo, están a la orden del día.

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Por otro lado, más allá de quienes se suben a la tarima, hay personas que trabajan detrás del telón en cada festival, en cada concierto o en general en la gestión cultural. Sin ser las caras visibles, son personas que permiten que la música suene, rompa fronteras y siga en transformación. En Colombia, contamos con un combo de mujeres que le han metido el hombro a esta tarea. Y eso lo festejamos. Traemos estos nombres como reconocimiento a una labor de la que todos nos hemos visto beneficiado. Es momento de ver las caras de un combo de mujeres que, desde distintos ámbitos, han hecho mover esta gran máquina que es la industria musical y que han permitido que nuestro diálogo de dé desde el arte. Estas son algunas de sus reflexiones.

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Bertha Quintero 

Antropóloga de la Universidad Nacional. Bailadora e instrumentista que terminó dedicándole buena parte de su vida al sector público. Fue subdirectora de Poblaciones del Ministerio de Educación y del Instituto Distrital de las Artes (IDARTES). Actualmente trabaja con proyectos de género en el posconflicto en la ONG USAID.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano?

Lo primero que te tendría que decir es que la industria tendría que valorar las formas de producción y de comunicación, porque ya no es como antes. Tendría que cambiar los formatos en su mecánica, porque ya competir con las formas de grabación, que en ese momento lo puede hacer cualquier persona en su casa, no tiene sentido. Hay que transfromar la manera como se piensa mover a un artista. Si es a través de un disco o de conciertos en vivo. Pensar en una forma diferente, ser muy creativa en la manera de divulgar.

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¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento?

Lo más importante es que ya no hay una determinación de los dueños de la industria a los creadores. Hay una libertad, porque si los creadores están pudiendo plantear sus ideas y crear sus propios ritmos, ya no hay esa barrera. Se imponían géneros, rítmos. Hay ya una mayor libertad de los creadores y de la creación de público. Los públicos tienen una oferta muy amplia de escucha, hay una globalización en las expresiones del arte. Ya uno puede estar escuchando a África, Asia, Oceanía, América de una manera libre. Entonces, la industria musical debe respetar esa libertad poniéndose a la par simplemente abriendo espacios y garantizándole a los artistas la posibilidad de crear con una buena teconología. La industria de la música tiene que ponerse al servicio de los creadores. Así estarían al nivel de lo que está requiriendo la tendencia mundial.

¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana?

Hay tres elementos fundamentales. Uno es que la divulgación de las fiestas populares en el país a permitido visilibilizar la presencia de la mujer. Lo segundo es la apertura de la academia a las músicas populares, eso ya permite más la participación de la mujer en la formación en instrumentos que antes era imposible. Y lo tercero es que las fiestas y festivales, que son más de dos mil en el país, están apostándole a una política de fomento al arte, y más que la política del Ministerio de Educación o de Cultura, está formando identidad, tejido social, organización. Y también la utilización de las composiciones colombianas fuera de Colombia, hace que las niñas, desde las instituciones educativas, puedan ver en el arte y en la música una posibilidad de proyectarse y de verlo como un trabajo. No es que haya muchísimas, pero pueden contarse treinta percusionistas, diez trompetistas, muchas más pianistas, trompetistas, saxofonistas, flautistas, muchas más de lo que había en los 70 y 80. El impacto entonces ha sido mucho. Y los medios de comunicación han estado con la divulgación de estas fiestas, les ha tocado contarlo que está pasando, captar los nuevos sonidos, el rap, el hip-hop, y se ha abierto a las mujeres un espacio de expresión.

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Liliana Andrade

Comunicadora Social y Periodista. Directora de El Parlante Amarillo y la productora audiovisual Velouria; dueña de la tienda de música RPM Records y la persona que entre finales de los 90 y comienzos de milenio estuvo detrás del programa Mucha Música de City TV.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano? ¡Son muchos los desafíos! Obviamente, todos con la misma finalidad: que la industria musical sea sostenible para todos los actores que hacen parte de él.
Para ello, dos ideas: Lograr el aumento en la profesionalización de artistas, managers y demás personajes involucrados en el paquete completo de lo que es una banda o solista. Esto para manejar negocios, presentaciones, labores de promoción y demás, de una manera ordenada, eficiente, cumplida y seria. Si somos profesionales, seremos tratados como tal. Por otro lado, hay que trabajar en la formación de públicos. Públicos que quieran a sus artistas, pero que también los valoren y apoyen como es. Se necesitan seguidores que compren discos y que paguen entradas a los conciertos. Dentro de nuestro público colombiano abundan los personajes que quieren todo gratis y que aún no comprenden que los músicos que están trabajando en esa música que tanto les gusta, son personas que tienen que pagar agua, luz y teléfono.  
                      
¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento? Debo decir que me siento satisfecha y orgullosa de los avances que ha dado la industria musical colombiana en los últimos veinti-pico de años. Siempre existe la tendencia a quejarse y llorar por lo que hace falta, pero lo que se ha recorrido es un gran camino que no hay que menospreciar.

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Yo viví épocas en donde sobresalían 3 o 4 bandas, que lograban un contrato con una disquera y no tenían control alguno sobre lo suyo. Había también 3 o 4 bares con vida corta y casi que sólo 2 festivales grandes. Pocos medios daban pantalla a los artistas y hacerse oír era una odisea. Hoy tenemos montones de artistas que han logrado carreras admirables, montones de conciertos y festivales, sellos independientes, variedad de medios interesados en la música, rutas alternativas de difusión, mercados profesionales y ruedas de negocios, oportunidades de aprendizaje…. hay mucho. Definitivamente se ha logrado mucho. Eso hay que valorarlo y aplaudirlo.    
               
¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana? A mi no me gusta diferenciar hombres de mujeres porque siento que es ponernos a diferente nivel… y creo que tenemos exactamente el mismo. Sin embargo, sí debo decir que es una realidad que en el mundo artístico musical rockero faltan más mujeres. Y falta más respeto y valoración por el talento de las mujeres. En distintas ocasiones Andrea Echeverri o Ana Tijoux, han resaltado la falta de oportunidades que se dan a las chicas. Oportunidades para mostrarse, para expresarse y que no prime en las relaciones establecidas por las chicas, el componente sexual antes que su talento. Entonces, es terrible decir que, en pleno 2017, las mujeres aún tienen que luchar por su lugar en el mundo y hacerlo respetar. El papel de las mujeres de hoy en esta industria es el de crear las oportunidades que le hacen faltan. Entonces continuaremos lo que ya venimos haciendo: halando la industria para adelante y dándonos el lugar de respeto y admiración que nos merecemos.

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Johanna  Pinzón

Durante años coordinó los festivales al Parque, así como diferentes proyectos del Ministerio de Cultura e iniciativas como Canción-Canción.  Actualmente es la Directora de Poliedro, agencia de de innovación y tecnologías creativas de la cual han salido proyectos como Colombian Loops, el primer banco profesional de sonidos colombianos.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano? Creo que uno de los mayores desafíos es que existan cada días más gestores y empresas culturales que sueñen y lideren iniciativas de impacto, transformación y legado para el país. Existe un desbalance entre el número de artistas y bandas que nacen todos los días y el número de gestores y empresas desde diferentes roles que están soportando el inmenso talento del país. Allí hay una oportunidad y un reto.

¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento? En el caso de Colombia, estamos en el ojo del mundo por lo que ha venido pasando con la música colombiana en los últimos años y eso está muy bien. No obstante, hay que trabajar más fuerte en fortalecer el mercado interno. Necesitamos más infraestructura cualificada para hacer shows de diferentes aforos, más medios, más sellos, más managers-bookers, más empresas culturales que puedan generar empleo, más circuitos regionales. Estamos en obra gris en algunos puntos vitales.

¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana? Creo que no se trata de si es mujer o no, sino de personas valientes y apasionadas que han dado una muy buena parte de su vida construyendo la industria musical nacional y hoy gracias a ellos/ellas, podemos ser un país referente en la música y sus conexiones. Vale la pena decir que en este mapa, hay muchas mujeres que han abierto brecha en Colombia y merecen un completo reconocimiento y  hay otras nuevas generaciones de mujeres que se están levantando con mucha fuerza para impulsar las industrias creativas. No sé que tantas somos pero de lo que sí estoy segura es que existen muchas oportunidades, retos e historias por seguir construyendo.

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Camila Saravia

CEO y Co Fundadora deM3 Music, la empresa de managment detrás de Bomba Estéreo, Superlitio, El Freaky y Mitú. También es una de las fichas claves de eventos como Resonancia Colombia y Amplifica Chile, dos espacios pensados para reflexionar sobre el negocio de la música y su evolución en distintos campos.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano? Desde mi visión los desafíos de la industria para el futuro son lograr que los proyectos musicales sean sostenibles y rentables para lograr que cada vez haya más agentes profesionales en la industria. Igualmente hace falta mas espacios de difusión tanto en medios como en lugares para hacer shows y mostrar la música en vivo. Considero que teniendo esos espacios de difusión puede haber más cabida para nuevos proyectos y así generar una industria más sólida. ¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento?

Siento que la industria en Colombia está creciendo rápidamente y cada vez más somos más visibles en la música a nivel global. Esto es un reto importante ya que tenemos que poder soportar esa internacionalización como una industria fuerte y unida para lograr esa sostenibilidad a largo plazo. Siento que hay mucho talento, los músicos están muy actualizados, pendientes de lo que está pasando en el mundo, y finalmente Colombia se ha convertido en una plaza importante para la música en Latinoamérica. ¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana?

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Aunque actualmente somos pocas mujeres activas en la industria colombiana, considero que hemos logrado trabajar de la mano, apoyarnos e incentivarnos para que todos los proyectos que lideramos salgan adelante. Creo que es un ejemplo importante de que trabajando en equipo y pensando en industria se pueden lograr cosas importantes. Hay muchas mujeres muy capaces en esta industria en Colombia y gracias a esa dedicación es que se han visto grandes resultados.

Eddy Gómez

Es la directora de proyectos de Llorona Records. Lleva siete años trabajando en el sector de la música bajo dos lineamientos: la generación de proyectos alrededor de la práctica musical y el trabajo con algunos artistas de música tanto tradicional como de vanguardia, para sacar los proyectos y darles circulación y difusión. Antes de entrar a Llorona ya venía trabajando desde la producción de festivales y espacios de circulación, creando programas y proyectos desde el sector público.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano?

Uno es fortalecer las escenas locales. Creo que por este boom de la música colombiana en el exterior, se ha hecho un gran enfoque en generar mercados afuera para la música, que está bien. Pero se han descuidado las escenas locales. La problemática que esto conlleva es, por ejemplo en Bogotá, donde estos espacios quiebran, se endeudan, se caen festivales; ahorita están cerrando un montón de venious y realmente no hay tantos espacios. Eso es un desafío, generar públicos y políticas que fortalezcan estas escenas locales.

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Otro es la sostenibilidad de los proyectos. El sector independiente se profesionaliza cada vez más y hay que buscar que los grupos y los proyectos puedan generar estrategias que les permita ser sostenibles y así puedan perdurar en el tiempo. En 20 años quien va a ser Arteciopleados dos.

También creo que es responsabilidad de los que están en la creación hacer un proceso de transformación, de recuperación y de reinvención de la música colombiana. A traves de los años ha habido una evolución y  reinterpretación, pero creo que eso es un reto constante. En un últimas es fortalecer la escena innovar y cambiar.

¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento?

Se ha construido un camino que está dando sus frutos y más en la escena independiente. Digamos que se puede hablar casi de una primera generación que sembró una bases sobre las cuales muchos de los artistas actuales están construyendo. Eso permitió poner en el radar del mundo la música colombiana, creo que la industria independiente es reconocida no solo por la música y su calidad sino por el trabajo que se ha hecho y el posicionamiento con el que se ha trabajado en todos estos años.

¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana?

A nivel creativo hay un montón de mujeres involucradas en las propuestas musicala, pero creo que las mujeres somos grandes gestoras y creo que la capacidad de organización y trabajo que tenemos ha impulsado un  montón de propuestas. Ahorita en la escena independiente estamos un montón de mujeres trabajando como managers, gestoras de proyectos y creo y reitero que realmente esa capacidad que tenemos que organización aporta un montón a la escena

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María Clara Espinel

Comunicadora Social con maestría en Diseño de Producción de Cine y medios audiovisuales. Tiene una gran trayectoria en el desarrollo de proyectos musicales y management. Es cofudadora del sello Polen Records y ha manejado artistas como Pernet, Bajotierra, Bomba Estéreo y La Chiva Gantiva. Actualmente maneja a La Chiva Gantiva y es booker de Sidestepper y Fatso.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano?

Hablando de la música colombiana, viendo cómo la ven afuera, y cómo la vemos adentro, lo más importante es mantenernos vigentes. Evolucionar. Que la música colombiana no solo sea la que hace mover las cadera, no es solo la cumbia. La música en el país es tan grande y tan diversa, que siento que aún no hace falta mostrar mucho. La gente cada vez se sorprende más. Entonces, nuestro desafío hacia afuera y hacia adentro, es cada vez visibilizar más lo que es la música de acá y continuar esa reputación y esa sorpresa. Mejorar la calidad de todos los proyectos, en otras fronteras: música andina, rock, llanera, y demás ritmos.

¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento?

Hay mucho por hacer. Hay un momento de ebullición y tenemos que estar pendientes de la vanguardia y de lo que pide el público. No para crear un producto pensando solo en el público, sino para ofrecer diversidad y calidad. Nos falta, a las agrupaciones que quieren vivir de esto, trabajar no solo en un producto musical, sino pensar en el show y todo lo que hay alrededor de hacer música: imágenes, video, contenido, etc. Pensar en empresa, de esto se puede vivir si se trabaja de manera seria. Seguir creciendo y trabajar a la par con las industrias de todo el mundo.

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¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana?

Mujeres y hombres tenemos que llegar a los mismos objetivos. No somos distintos, somos igual de humanos e igual de sensibles. El hecho de clasificarnos empieza a discriminar. Aún así el ser mujer ha hecho que para algunas las cosas sea más difícil. Para mí no ha sido así. Pienso que cuando uno tiene don de relacionarse y de hacer lo que le gusta, simplemente lo hace. Hay algo que si viene pasando es que cada vez somos más mujeres. Al principio éramos muy poquitas. Esto quiere decir que hay una conciencia distinta, y quiere decir que la mujer se ha dado cuenta que si pone su valor en sí, también la valorarán de la misma manera. Pero no es esperando que los demás nos abran el espacio, uno lo construye, tanto como hombre como mujer.

Alix Lesmes

Abogada especializada en medio ambiente y abogada de ATS (Acción Técnica Social), una organización no gubernamental que promueve el consumo responsable de drogas. Es la persona que ha estado detrás de sitios activadores del underground local como Piso 3 y Latino Power.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano?

Mediciones serias, política pública sería. Que no haya doble moral en cuanto la noche y el alcohol. Que exista una normatividad clara; un POT serio porque los curadores cambian de acuerdo a cada nueva licencia y una  política para el tema de reducción de daños en el tema de uso de sustancias psicoactivas.

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¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento? Somos el 1.5 % del PIB - nacional mientras el café es el 0.6% . Crecemos, generamos empleos, arte, cultura… Unesco nombra a Bogotá ciudad de la música 2014 y en el 2017 mejor destino turístico LGBTI.

¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana? No creo que esto sea de sexos, las chicas cada día tenemos más oportunidades pero somos artistas, gestoras, productoras, educadoras de públicos,muzas… somos todo.

Maríangela Rubbini

Durante más de 15 años Mariangela ha sido parte fundamental de la Revista Shock donde ha cumplio roles de editora y ahora directora de la multiplatafora. Ha desarrollado proyectos como los Premios Shock y curadora de varios festivales y mercados musicales del país. Ha sido jurado en Rock Al Parque y parte activa del Cluster de música, entre muchas otras actividades que promueven la industria y la escena nacional.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano?

El primer gran reto que tenemos en este momento es no creernos que ya logramos lo que teníamos que lograr. Definitivamente la escena musical colombiana está pasando por un gran momento que nos hace visibles a nivel internacional en grandes festivales y en grandes mercados y eso hace que la exigencia sea cada vez mayor, es decir, que la calidad de producción, managment, estrategias de marketing de esto realmente crezca como industria para que lo que mostremos afuera sea cada vez de mayor calidad. Lo hemos demostrado con grandes proyectos como Bomba Estéreo, Choc Quib Town, Monsieur Periné, Puerto Candelaria, Herencia de Timbiquí, Ondatrópica, que realmente tenemos un nivel de creación y producción musical impecable y eso nos exige que todo lo que venga detrás y todo lo nuevo mantenga esos mismos estándares e incluso los supere. Entonces creo que es el momento de exigirnos cada vez más, de ser menos paternalistas y de realmente empujar hacia adelante todos los proyectos que apuntan a esa excelencia.

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¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento?

Definitivamente el crecimiento los últimos diez años ha sido tremendo, pero tuvo que pasar mucho tiempo para que esta explosión y este boom se diera. Podríamos correr un riesgo y es estancarnos si no seguimos proyectándonos y creciendo como industria y como escena. Se necesitaron 15 años para que pasara lo que está pasando con la escena musical nacional, que es importante y es significativo, pero el camino por recorrer es todavía muy grande. Creo que falta mucho trabajo como escena, como industria, trabajo en equipo, procesos de co-creación, de colaboración, de formación sobre todo en los diferentes eslabones de la cadena, no solamente desde la parte artística y la producción musical, sino desde la parte del managment y de realmente hacer empresa con la música. Creo que es un trabajo que hay que empezar a hacer de la mano para que realmente se vean los frutos y sigamos echando para adelante y no nos estanquémos.

¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana?

Hay muchas mujeres en la industria que de repente no son tan visibles hacia afuera, pero cada vez hay más chicas en las bandas, hay más solistas, managers, gestoras culturales, al frente de grandes proyectos alrededor de la industria de la música como el Bogotá Audiovisual Market, o el cluster de música, pasando por mujeres que están liderando giras internacionales de artistas nuestros o que están haciendo estos procesos de intercambio artístico, lo que pasa es que no son visibles porque cada una está trabajando de una manera aislada y desde su universo, pero definitivamente sí hay un empoderamiento femenino muy importante en este momento que cada vez es más visible, eso no quiere decir que siga siendo pequeño, pero sí va creciendo cada vez más. Creo que hay grandes ejemplos de mujeres importantes en la escena en la actualidad y en la industria musical nacional , uno puede hablar de una Camila Saravia, una Maria Clara Espinel, Maria Isabel Ramirez en Sony Music, una Adriana Padilla de la Cámara de Comercio, una cantidad de chicas, las mismas chicas cantantes, que están frenteando proyectos musicales importantes y significativos, que son muy valiosas en este momento, realmente hay como un liderazgo femenino importante.

María Angélica Valencia

Saxofonista, clarinetista y docente. Forma parte de Meridian Brothers, MULA y La Gran Resbaloza. Anteriormente tocó en el Ensamble Polifónico Vallenato y es la cocreadora de la Distritofónica, colectivo de música experimental encargado del Festival Distritofónico.

¿Para ti cuáles son los desafíos de la industria de la música para el futuro cercano?

A mí no me gusta usar la palabra industria. No me gustan estos términos que hacen parte del movimiento: gestor, manager y eso. Tampoco me gusta ser catalogada en eso. Creo que los desafíos de la escena, como artista, en general es buscar espacios y que estos tengan mejores condiciones para tocar. Y en todos los sentidos. No solo técnicos. Pensar en cómo hacer para que la gente vaya a los eventos, se salga de lo de siempre y sienta curiosidad. Lograr que la escena se mueva, que circule la música y el público.

¿Qué reflexión te deja el estado de la industria en este momento?

Lo que es claro es que sí se ha consolidado una escena. Sí hay movimiento y a pesar de esos desafíos, hay más gente haciendo cosas, hay más gente asistiendo. Creo que se ha diversificado, hay quienes estamos pendientes de varias cosas. Saber un poquito qué pasa en diferentes ámbitos y con diferentes músicas. Me parece entonces que sí ha crecido, sí se ha fortalecido en todos los ámbitos. Uno compara con lo que pasaba hace unos años y había un par de conciertos a la semana. Hoy en día encuentras conciertos toda la semana en toda la ciudad.

¿Cuál es para ti el papel de la mujer en el contexto de la industria colombiana?

Yo lo que hago lo hago porque soy músico y necesito que la escena se mueva, independientemente del asunto de género. No es mi ideal. Yo no he sentido ningún tipo de discriminación, ni de desprecio. Trabajo con hombres, toco con hombres, viajo con ellos, convivo con ellos, he aprendido bastantes cosas, y siempre todo ha sido de igual a igual. Desde mi posición entonces nunca he sentado una posición en ese sentido. Además porque siento que en la medida que uno enfatice eso genera también más reacción, una reacción opuesta, y creo que pasa en todo tipo de discriminación. Trabajo como ser humano.