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Música

Estéreo Picnic día uno: Rancid tu papá

Este grupo clásico de punk, demostró por qué el rock manda sobre todas las cosas.

Fotos por César Cesilio

Es muy difícil decir cuál fue la presentación del día en un festival como Estéreo Picnic, en el que constantemente hay bandas geniales tocando al mismo tiempo. Ayer 23 de marzo la cosa estuvo prendida desde el principio, cuando las tres bandas nacionales que abrieron se encontraron con un público que le madrugó a la fiesta. Pero entre todo lo bueno que hubo, dos presentaciones sobresalieron: por un lado el grupo londinense The xx dio un concierto impresionante. La oscura  atmósfera y las luces con las que el trío jugó durante su tiempo en tarima, le dieron un toque especial al show. Parecía mentira que esa banda estuviera ahí parada tocando de forma tan magistral y de forma tan lúgubremente hermosa. Pero, un poco antes, en el escenario Budweiser, estuvo un grupo que era una isla entre tantas bandas de indie y electrónica. Que era la única cuota de rock crudo y agresivo de todo el festival. Una banda que marcó la adolescencia de muchas personas. Su nombre: Rancid.

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Apenas el grupo californiano piso la tarima, la 222 empezó a temblar. Rancid es una banda impecable, llena de actitud y muy generosa. Durante la hora que hicieron vibrar esa tarima, el cuarteto prácticamente no dejó de tocar. Pero más allá de que se mandaron todos sus temas clásicos, como "Time Bomb", "Ruby Soho", con la que cerraron, el poder de esta banda fue la capacidad de despertar el demonio interior de todos los que se metieron en esa carpa blanca enorme.

La única forma de describir el concierto es con la palabra euforia. De repente, era como si toda la rebeldía y la ira frustrada que se aloja en el interior de gran parte del público de Estéreo Picnic aflorara por unos minutos. Entre las dosis de drogas pesadas y bailes a punta de sintetizadores, la distorsión de Rancid le dio un respiro al festival. Le dio una energía que sólo se libera con saltos, golpes y cerveza y que toda fiesta de verdad necesita. El resto de los conciertos se puede bailar y mirar extasiado los visuales y las luces parpadeantes de las bandas. Pero con esta banda hay sudor, hay violencia, hay rudeza, hay caracter.

Rancid representa ese espíritu de aguantar horas en un trancón y salir en la madrugada después de horas de fiesta a aguantar frío, cansancio, y más trancón. Esta banda sembró esa semilla guerrera en muchas de las personas que gritaban eufóricas con sus camisas elegantes y sus vestidos bonitos. Es nostalgia y de la buena. La que nos recuerda por qué seguimos vivos. Es sentir ese empuje que nos lleva amar la música sobre todas las cosas. Es decirles gracias por ayudarnos a abrir un camino lleno de euforia, baile y sobre todo rock.

No hay nada más grande que el rock ¡Nada! Y Rancind lo demostró.

No en vano la gente los despidió cantando "¡Oe oe oe oe! ¡Rancid! ¡Rancid!". Y no en vano la banda dijo que había esperado 25 años para venir y definitivamente no van a volver a esperar otros 25.

No en vano valió al pena sudar de verdad con estos grandes.