Este caleño le va regalar una estatua de cuatro metros a Metallica

​Fotos por Randy Sanches.​​

Cuando le pregunto a Jorge Armando Fernández si está tragado de Metallica responde, sin titubear y con su marcado acento caleño, un rotundo "Sí". Este enamoramiento comenzó en el 95, cuando tenía 12 añitos y vio en la televisión el video de "Until It Sleeps", uno de los singles de Load. Ese oscuro video, que tiene un estilo bien noventero como de obra de teatro surrealista hiperbólica tipo "Losing My Religion" de R.E.M o "Zombie" de The Cranberries, se quedó insertado en el joven cerebro de Jorge como un tatuaje de pasión. "Fue amor a primera vista", cuenta este hombre nacido en Cali que me recibe en su actual apartamento ubicada cerca de la Conejera al norte de Bogotá.

Está peinado con una especie de mini cresta que resalta las canas que crecen a ambos lados de su cabeza. Lleva puesta una pantaloneta y una camiseta negra con el logotipo de Metallicolombia, el nombre del club de fans que encabeza hace 13 años y que está dedicado a esta gigante de thrash metal. Me recibe en su sala. Sorprendentemente no está llena de parafernalia de Metallica. Me imaginaba una casa iba tener afiches en todas las paredes, cortinas pintadas con las portadas de los discos, juguetes en cada esquina y sofás en forma de guitarra. Pero no. Es una sala normal con muebles cafés y una mesita de centro.

"Tengo la colección guardada porque los de Tekate me la hicieron sacar y solo tomaron dos fotos", cuenta Jorge. Desde el 99 está coleccionando artículos de Metallica y afirma tener entre 500 y 600 objetos. Precisamente esta pasión por conseguir cosas de la banda lo llevó a formar este club de fans que actualmente tiene más de 32 mil miembros en redes sociales. Todo empezó gracias una pagina de GeoCities, en la que compartía con el mundo un Excel con su lista de artículos. Él intercambiaba cosas por correo con fanáticos foráneos, pero empezó a notar que poco a poco aparecían más amantes de Metallica colombianos. Ahí decidió  juntar a toda esta gente en Facebook y en Yahoo Groups. En 2007 todos esos contactos fueron unificados en un grupo de Facebook y la cosa reventó.

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Miles de fanáticos enamorados perdidamente del sonido de James Hetfield, Lars Ulrich, Kirk Hammett y, desde hace 13 años, Robert Trujillo, encontraron un espacio de encuentro en el que pueden expresar todo lo que sienten por la banda. En 2008 se hizo la primera Reunión Nacional de Fans de Metallica, la cuál se realiza cada año y básicamente es un encuentro que dura unas 12 horas, en el que la gente viene de todo el país para escuchar, compartir y hablar de la música de Metallica. Esta reunión se hace en el Ozzy o en el Revolution Bar y vienen grupos que hacen tributos a la banda. O sea, es un desmadre metalero temático que demuestra los niveles de pasión que despierta la banda.

Jorge dice que por estos días está absurdamente atareado con los preparativos del concierto que el grupo dará el 1 de noviembre en la capital. El hombre está tan ocupado que hace un mes no trabaja. Todo su tiempo se lo invierte al evento. El club de fans tiene apoyo de los promotores, los organizadores y la disquera encargados del concierto y, a lo largo del año, con Metallicolombia, han hecho rifas, activaciones y campañas relacionadas con la cuarta visita de Metallica al país.

Metallicolombia ha creado una especie de tradición que consiste en darle sorpresas a la banda durante las presentaciones. En 2010 extendieron una bandera de Colombia gigante. En 2014 alzaron miles de cruces blancas para emular la portada del Master of Puppets, lo que dejó a la banda con la jeta abierta. Para este año la apuesta es mucho más grande. Y no tienen una, sino dos sorpresas. La primera son miles de máscaras de la portada de Hardwired… to Self-Destruct, el próximo disco de Metallica, cuya carátula es como una cara abstracta colorida donde se funden los rostros de todos miembros del grupo. La idea es usarlas cuando suenen las canciones de este disco. La segunda es llevar una réplica de Doris, la estatua de la justicia que sale en la portada de …And Justice for All. El objetivo es alzarla desde el final del Hipódromo y llevarla sobre la gente para que llegué al escenario mientras suena "One" y ver si al grupo le parece buena idea subirla a la tarima.

La estatua mide cuatro metros y medio, está hecha de fibra de vidrio, barniz e icopor. Para evitar que se caiga y esos seis millones de pesos que costó se pierdan, Metallicolombia está haciendo una especie de pedagogía logística. Incluso van a repartir volantes y toda la cosa, para evitar que la gente no se meta al pogo con la escultura y quede vuelta mierda.

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Armar todo este cuento consume todo el tiempo de Jorge, que no recibe nada a cambio, más allá de pura satisfacción y alegría. Le pregunto a qué se dedica y me responde que es un emprendedor. Tiene una empresa de marketing digital y da conferencias sobre mercadeo en universidades. O sea, es su propio jefe y por eso puede dedicarle tanto tiempo a su verdadero amor.

En un punto de la conversación me dice que Metallica de alguna forma es un estilo de vida y es un grupo que le enseñó a vivir libre, sin preocuparse de lo que piensen los demás. Afirma que, al igual que él, el grupo siempre se está reinventando y cambiando. Por eso está ansioso por escuchar completo el próximo álbum de Metallica, para saber que con qué van a salir.

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A diferencia de muchos de los fanáticos más puristas de la banda, Jorge no considera que se hayan vendido o que tengan trabajos malos. "Cada álbum tiene lo suyo y retractores siempre van a existir", dice. Para él, Load, uno de los discos más criticados de la banda porque significó el paso del thrash duro y crudo a un metal más progresivo y comercial, es una obra de arte. Es incluso uno de sus discos favoritos y es el trabajo que le enseñó los placeres que existen al escuchar Metallica. Fue este su guía al resto de la discografía de la banda, por eso tiene un espacio especial en su corazón.

La obsesión que siente por la banda lo ha llevado ha acumular varias copias de cada álbum de la banda. La mayoría están cerrados, según él, para conservar su valor y porque qué sentido tiene desempacarlos si ya los tiene en la computadora. "Soy bien geek", dice mientras ríe, pero afirma que no le importa porque esa es su pasión. Entre las cosas que guarda en su colección tiene discos, vinilos, VHS, casetes y hasta Laser Discs de Metallica.

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Solo los ha podido ver tres veces: cuando han venido a Colombia. Dice que la mejor presentación siempre será la primera. Aquella noche histórica de 1999. Tenía 15 años y le tocó dejar de comer en los recreos durante unos seis meses para conseguir plata para la boleta. Dice que en Bogotá solo comió ponqués, pero fue algo increíble porque ese fue su primer concierto de la vida.

No hay nada mejor que la primera vez.

Como por ejemplo cuando conoció a Metallica. Fue durante un Meet and Greet en 2010. Dice que la noche anterior estaba tan nervioso que no durmió. Al otro día pudo ver a toda la banda y les llevó varios discos para que los firmen. Entre ellos un vinilo de Ride The Lightning y un sencillo de "Until It Sleeps", la canción que comenzó todo. También les dio una bandera que, según él, Metallica tiene en su estudio. La segundo vez que estuvo con la banda fue en 2014 y en esa ocasión le dio a Kirk Hammett​ una guitarra hecha por el club de fans.

Pero el boleo de Metallicolombia no solo sucede cuando hay conciertos de la banda. Ellos se la pasan todo el año organizando encuentros, concursos y rifas. Entre los mayores logros del grupo está haber sido nominados como mejor club de fans para unos premiso Mtv y su trofeo máximo fue lograr que Metallica prensara un vinilo del concierto que dio en 2014 en Bogotá. Una edición limitada de 500 copias en la que Jorge sale fotografiado y la cual ganaron por votación.

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"Lo mejor del grupo es que es como una familia", dice Jorge. Es que resulta que la mayoría de los 32 mil miembros del Metallicolombia tienen un poder de respuesta inmediato. Jorge cuenta que una de las fanáticas que se muere por ir al concierto, se metió a cuanto concurso pudo, como no logró ganar nada, pidió ayuda en el grupo. Entre donación y donación, la pelada consiguió en 15 minutos la plata suficiente para pagar la entrada más cara. "Hacemos cosas que son increíbles en un país como Colombia", dice para resaltar ese sentimiento pasional que mueve a las miles de personas que siempre están pendientes de Metallicolombia.

Y es que para querer alzar una estatua de cuatro metros y medio en la mitad de un concierto hay que tener mucha pasión. Una pasión que es inexplicable y que literalmente es el paralelo de amar ciegamente a una personas. Uno lo da todo a cambio de felicidad. Así es la labor de Metallicolombia: amor puro y duro por Metallica, hasta que la muerte los separe.

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