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Música

¡Pero mira qué chocho bonito! La historia detrás del clásico champetero

Misterio revelado: por fin sabemos qué fue lo que inspiró el himno más sabroso del pueblo colombiano.

Sin duda es una de las canciones más coreadas, bailadas y venenosas de toda la discografía nacional, gracias a su inevitable sabor, claro, pero también al finísimo doble sentido que carga, muy propio de la champeta del caribe colombiano. La anécdota de su historia y sobre todo, el misterio tras su objeto de inspiración, parecía estar a solo una llamada de distancia. La persona que podría explicar la historia detrás del “Chocho bonito” no podía ser otra que el mismísimo "Palenquero fino", míster Charles King, quien inmortalizó el tema. Fácil, pensé. Veinte minutos al teléfono como máximo era todo lo que necesitaba. Sin embargo, durante el primer minuto de conversación me di cuenta que me estaba embarcando en una travesía por un terreno que parecía más trocha que asfalto. "Maldito chocho", pensaba. Para empezar, ¡oh sorpresa!, el gran Charles no es el compositor original de la canción sino su intérprete. Pero esto no es todo. De los datos que surgieron en esta llamada inicial, este es el menos espinoso. King también me comentó que, desde que salió la canción en 2004 aparecieron varios personajes que se hicieron pasar como autores o intérpretes de la misma. Clásico. La anécdota que cuenta Charles se centra en el proceso de grabación y los problemas que surgieron después de que el tema se convirtió en palo, propulsado por los picós de los barrios del Caribe y luego por los circuitos subterráneos del bailoteo nacional, lo cual sin duda es importante, pero en ese primer momento yo moría por saber qué fue lo que lo inspiró: ¿acaso fue un chocho así de bonito como parece? ¿Acaso fue un chocho así de bacano como lo imaginamos? ¡¿Acaso de qué chocho estamos hablando?! La única persona capaz de confesar la verdadera historia detrás del “Chocho bonito” sería entonces su autor principal. El problema: este se había convertido al cristianismo, desde hacía años vivía en Venezuela y ya muchos le habían perdido el rastro. Su nombre: Emiliano. Su apellido, casi,casi como el bocadillo: Beleño. Bonito y bacano. Solo unos días después de nuestra charla, sucedió lo inesperado: Charles me envió un mensaje de voz que decía algo como “Óyeme Sebastián, ¿tú todavía necesitas el dato de Emiliano Beleño? Resulta que me dieron un número y me dijeron que estaba de nuevo por aquí… por si quieres charlar con él”. Pocas veces los astros se alinean de esta manera. Ese número de celular era lo único que separaba a la humanidad de tremenda revelación, y yo estaba a punto de convertirme en el portador del mensaje.

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Esta foto se usó para un disco llamado 'Las super estrellas de la champeta'. Emiliano es el personaje de camiseta amarilla en la parte inferior izquierda. Aparecen también Charles King, Álvaro el Barbaro, Louis Towers y Papo Man, entre otros.

La historia se remonta a Magangué, tierra de donde es oriundo Beleño, un personaje que desde los ocho años empezó a componer música, pero que sólo hasta su mayoría edad pudo hacer valer sus composiciones. “Alguna vez conocí a Jean Carlo Centeno del Binomio de Oro y fue a él a quien le entregué la primera canción, un vallenato". Posteriormente, Emiliano conoció a Milton Torres, conocido popularmente como Papo Man, nombre clave en el mundo de la música afrocaribeña colombiana, quien tomó composiciones suyas como ‘El comentario’, 'No hay money', 'Los parceros' y 'El capo de los pobres' y los convirtió en éxitos verbeneros. Hits del barrio. Charles King, por su parte, interpretó el éxito '90-60', otra composición suya. Emiliano recuerda a la vez que entona con una voz aguda, pasional y algo desafinada los versos y coros de cada una de estas canciones. Durante los primeros años del nuevo milenio, Emiliano salió de su pueblo natal soñando en convertirse en un intérprete de champeta popular; sin embargo, “a los productores musicales de Cartagena no les gustó su voz”, según cuenta Charles. Pero esto no fue obstáculo para él, pues nunca abandonó su idea de componer. En vez de cantarlas, pues, se las empezó a ceder a otros artistas con cierto reconocimiento como Papo y Viviano Torres.

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"El chocho" era inicialmente una canción que Emiliano le iba a ceder al célebre Chawala, uno de los productores más populares del género hasta hoy, para que la interpretara Papo Man; sin embargo, según él, este pensó que era muy vulgar. Casi un año después, decidió mostrársela al productor Antony Ibarra en la casa de este en Cartagena, quien se emocionó tanto al oírla que ahí mismo llamó a Charles King y le dijo: “¡Quiero que te vengas pa’ que escuches esto!”. Y así fue: Charles llegó, escuchó la canción y enseguida se fueron todos tres para Eingibi, el popular estudio de Ranfi Puentes. En marzo, en la ciudad amurallada, se cocinó el éxito que se ha convertido en canción obligada para cualquier fiesta que se respete.

Pero… volviendo al grano: ¿cuál es la historia del bendito chocho?

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“Primero que todo hay que decir que aquí en Magangué se maneja particularmente un dialecto donde a cualquier clase de roto, bien sea en la pared, en la ropa o en otra parte, se le dice 'chocho', me explica Emiliano. Nunca me sentí tan rolo. La canción como tal, me cuenta él, nació inspirada en una joven, la hermana de Edwin Alandete (el autor secundario del tema), quien una mañana se levantó y se fue a poner su minifalda, descubriendo que estaba rota. “Ella nunca supo si se la comió el ratón o la cucaracha… total ella encontró su falda rota al levantarse y se la colocó así, con el chochito que le quedó de frente, un poquito hacia la parte de la pierna. Entonces salió a hacer un mandado aquí en el barrio San Pablo y los muchachos la comenzaron a piropiar: ‘Oye, ¡cómo te queda de bonito ese chocho en la falda!’, ‘¡Mira, te queda muy bonito el chocho en la falda!’ y así, la empezaron a vacilar y entonces ella lo agarró de moda: colocarse esa misma falda a cada rato”, cuenta entre risas Emiliano, mientras entona el corito de la canción en un su tono agudo, pero medio desafinado: "Quién se habrá comido ese chocho bonito / sería el ratón o la cucaracha/ pero cómo la vacila ella / con ese chocho / que tiene en la falda". Doce años después de su aparición, el tema del chocho es todo un hit nacional, representativo de un movimiento cultural único, poderoso y original; sin embargo, tristemente, este se suma a la larga lista de casos en los que, por razones varias, sus autores e intérpretes jamás fueron recompensados. Al día de hoy, ni Emiliano, ni Edwin, ni Charles King han vivido de sus regalías, pues según ellos, cuando este empezó a sonar, aparecieron los “caza fortunas de éxitos musicales”, como los llama Beleño. Un chocho grande y negro, no tan bonito ni tan bacano, en la historia de este, uno de los éxitos champeteros más populares de Colombia. *** Sebastián mantiene su ropa libre de chochos, síguelo por acá.