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Música

El neo-perreo de MULA

Con una mezcla merengue, bachata y baladas este trío dominicano hará vibrar el Festival Centro.

Anabel Acevedo, Cristabel Acevedo y Rachel Rojas son tres dominicanas que desde hace dos años, con MULA, vienen apropiándose de la cultura que empapa su país. Su sonido se agarra del merengue y la bachata, de las baladas de Juan Gabriel, Ana Belén y Juan Miguel, y de las telenovelas mexicanas que llegan a muchos países latinoamericanos. Todo lo interpretan desde su presente, por medio de sintetizadores, batería eléctrica o el uso de samples, le dan una faceta medio dark wave, medio synth pop, a aquello que las ha influenciado desde niñas, sin perder de vista esos toques de Dancehall y Dembow centroamericano que marcan el pulso de nuestra raza mestiza.

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Ellas narran de dónde viene una generación, quizás por eso se siente cierta aura melancólica en su música, sin que deje de invitar a la fiesta y al baile. Sus letras son místicas y repletas de metáforas y juegos de palabras. Es además el punto de vista de tres mujeres en un mundo donde la visión masculina ha sido dominante. Ya sacaron un álbum homónimo y pronto saldrá el segundo. Hablamos con ellas sobre aquello que las une, sobre la manera como han construido su estética y sobre la nostalgia, y  así nos preparamos para recibir una de las presentaciones obligadas en el Festival Centro 2017.

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Noisey: Hay una apropiación de los sonidos que suenan en su país, pero desde un punto de vista muy particular, ¿Cómo empezaron a construir la estética de MULA?

Rachel: Nosotras venimos de pasados musicales muy diferentes. Yo estudié producción de música electrónica y antes de MULA a veces era DJ. Las chicas por su parte tenían el proyecto Las Acevedo. Yo creo entonces que lo único que nos unía realmente era la música dominacana. Entonces vinimos y mezclamos todas nuestras influencias y todo nuestro conocimiento, a eso lo llamamos MULA. Acudimos a la música dominicana para que fuera la base que unía a todas nuestras ideas.

¿Qué caracteriza para ustedes ese punto de vista desde el cual se apropian de la música?

Cristabel: Aquí siempre ha habido mucho merengue y mucha bachata, es la música que suena en la radio. A la hora de la producción tomamos mucho de esos elementos instrumentales. Para crear una melodía uno siente esos samples internos que le surgen a uno en la mente de aquello que llevas oyendo hace décadas. Algo que está muy metido dentro de uno.

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Es un sonido fiestero y a la vez medio melancólico, ¿se puede decir que eso las caracteriza?

Rachel: Antes de empezar MULA y de saber lo qué iba a pasar, yo quería tener un proyecto que tirara un poquito al dark wave, al synth pop, una cosa así. Entonces en el primer disco si hay una tonalidad así medio sombría. En el segundo que estamos trabajando no se sienten tanto. Creo que fue una idea que surgió, se desarrolló un poco, pero no necesariamente es lo que MULA significa.

Cristabel: Te refieres a la melancolía. Siento que eso tiene que ver bastante con la nostalgia que uno plasma al recordar la música de los noventa, al ver la influencia que tuvo. Uno hasta inconscientemente da esas pinceladas que salen melancólicas. Los recuerdos tienden usualmente a ser así.

¿Qué música, qué artistas o qué momentos les despierta la nostalgia?

Anabel: Soy muy muy fan de Las Chicas del Can, de aquí de República Dominicana. Al escuchar esa música, aunque es muy bailable, el sentimiento y el recuerdo me transporta a cuando iba a la playa con papi y mami. Me transporta. Juan Gabriel es uno de mis grandes ídolos y es alguien que tiene plasmado ese dolor adentro. El mismo Juan Miguel causa ese tipo de sentimientos también.

Cristabel: Pienso también en ese tipo de balada: Ana Belén, Juan Gabriel, el mismo Julio Iglesias. En mi casa era lo que se oía. La música de la vieja ola también. Esas son influencias que tiran a esa melancolía.

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¿Estos artistas siempre estuvieron presentes? o pasaron por una época de rechazo de rebeldía, que hace que muchos nos alejemos en determinado momento de aquellos sonidos con los que crecimos…

Anabel: A mi toda la vida me ha gustado es música, pero cuando cumplí como 13 o 14 años escuchaba mucho metal. Era lo único que quería. Me divorcié mucho de todo eso. Luego entré a la escuela de música y volví a rescatar ese tipo de cosas. Sí hubo unos dos años de rebeldía en contra de toda esa música.

En las letras hay mística, hay un esfuerzo en las metáforas que construyen, en lo que narran, ¿Cómo es el proceso de composición?

Cristabel: Me gusta la palabra que usaste, mística. Siento que tiene mucho por ese lado, mucho realismo mágico. Piensas: "¿cómo es posible? ¿será que están hablando de eso o será que están hablando de algo más?". Se busca construir esos mundos donde no se sepa si se está contando algo implícito o algo explícito. Y también jugar mucho con palabras, jugar con la rítmica y con los significados de estas.

¿Qué las motiva a escribir?

Cristabel: Usualmente Rachel hace el track y ella nos dice qué le genera esa música que acaba de hacer. Partiendo de esa idea, y de lo que nos causa a nosotras, construimos un mundo que no necesariamente tiene que narrar algo. O de pronto sí. Es después de que sale la canción cuando pensamos la cosa.

Rachel: Usualmente salen canciones cuando viajamos, vamos a la playa o salimos de la ciudad. Somos muy amigas y siempre estamos juntas. Las tres tenemos la misma vivencia y cuando es hora de la producción y de la composición sale como muy homogéneo.

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¿Qué está pasando con las escenas musicales allá en República Dominicana?

Anabel: Aquí hay un movimiento muy grande de música electrónica. Está pasando mucho. Y la escena alternativa también está más grande, hay un bum. Hay muchas bandas nuevas fusionando sonidos. Cuando teníamos el proyecto de Las Acevedo nos sentíamos muy solas. Pero comparando, ahora es una escena mucho más grande

Son una banda compuesta por tres mujeres, ¿sienten que tienen una lucha que llevar dentro de una industria muchas veces tan machista?

Cristabel: Sí, ha sido una prioridad para la banda. Es un mundo visto desde una misma perspectiva, la masculina, por lo que es tratar de contar ese mismo mundo desde la mirada de nosotras tres.

¿Qué caracteriza esa mirada?

Rachel: Es contar historias de mujer, que son autónomas, que toman decisiones. Por ejemplo, lo hicimos en "1959", una canción que cuenta la historia de una mujer durante la dictadura de Trujillo que participa, así su familia fuera pro régimen, en contra de todo eso. Esa sutileza y esa poesía a la hora de contar tiene mucho que ver en cómo nosotras vemos el mundo desde nuestra perspectiva.

Es igual una música que invita a la noche y a la fiesta, ¿que importancia tiene esta para ustedes?

Cristabel: Eso es uno de los objetivos de la banda: que al final la gente goce, la gente baile. Nos gusta y queremos dejar ese sentimiento, independientemente de lo otro, es quizás lo que más nos gusta. Y en Bogotá esperamos que los que vayan se paren a bailar.

¿Se construye identidad en la fiesta?

Cristabel: Sí, la identidad se construye a partir de las experiencias que uno tiene y la fiesta es una experiencia. Una muy importante.