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Música

Conoce a Los Ajíces: música andina para bailar llorando

Una banda punk de Nariño que baila y llora al mismo tiempo. ¿Necesitan más?

Foto Kevin Alvarado

A principios de la semana pasada, encontramos en Internet a Los Ajíces, una banda de Nariño que desde el 2003 hace música andina, con canciones que hablan sobre la cotidianidad de los pueblos de su región. Esta banda de Sandoná, en Nariño, estaba estrenando el videoclip de su nuevo sencillo titulado “Desde que te me juistes”, que mezcla lo rural de sus raíces con lo urbano de San Juan de Pasto, donde viven actualmente.

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Todo lo que vimos nos gustó desde que dimos click en la pieza visual y fue demasiado tentador para dejarlo pasar. El video muestra a un parche de cuatro tipos y una nena, vestidos con chaquetas de cuero y gafas negras, tocando, desde una plaza de mercado acompañando a un tema que suena bastante nostálgico y sabrosón. Pero lo que resulta imperdible son sus letras: «Desde que te me juistes lloran tupidos mis ojos tristes, porque ya no te veo allá en el marcao donde me quisistes» y todo esto está descrito por ellos mismos como “música del alma para bailar llorando”. ÉPICO.

¿Cuántas canciones no se han escrito bajo ese tenor? ¿Cómo es que nadie ha acuñado un término para esa sensación tan incluyente y concreta? Así que con ganas de saber un poco sobre este combo que hace música directamente desde nuestras cordilleras andinas, las cuales limitan con nuestro país vecino, Ecuador, nos contactamos con ellos para hablar sobre Los Ajíces, su estética y la música para bailar mientras lloras. Aquí les va.

¿Quiénes son Los Ajíces? Los Ajíces (Sandoná, Nariño, Colombia) es una agrupación de jóvenes que vienen haciendo música tradicional nariñense (sonsureño,se llama el género) desde el año 2003, con canciones que ponen de manifiesto el ser cotidiano de los nariñenses a partir de composiciones que emergen de los tejidos de sentido del pueblo, que se mezclan con sus maneras de amar, de llorar, de bailar y de reír. Está conformado por: Mario Rodríguez Saavedra (composiciones, guitarra y voz), Fausto Adrián Álvarez Oliva (Acordeón), Adrián Luna Benavides (timbal, congas), Ana Valencia Luna (güira) y Ricardo Luna (bajo). Vimos en su Facebook que están tocando desde el 2003 y que su primer canción se convirtió en éxito decembrino de varios departamentos de la región. ¿La idea de Los Ajíces es sacar música que sea algo así como los 14 cañonazos, pero andinos? No. El éxito nos llegó por sorpresa. De hecho cuando Mario Rodríguez Saavedra compuso esa canción que se llama “El Último Abandonado” nunca pensó en grabarla ni en formar un grupo. El azar hizo que un amigo suyo que iba a montar un estudio en Sandoná-Nariño le recomendara grabarla porque había causado impacto en la gente una vez que la cantó en una feria artesanal. De ahí en adelante, Mario buscó músicos amigos, grabó la canción y la puso a sonar en la emisora Digital Stereo de Sandoná. El éxito de la canción fue tal, que lo invitaron a tocar en vivo en un festival cultural y ahí mismo, también, como por azar bautizó al grupo como Los Ajíces, dicho y escrito así para darle importancia a la manera particular de hablar de los nariñenses y para irse en contra de esa aburrida institución que es la gramática y, por supuesto, por el sabor picante de la música y su preferencia por el color rojo como un color de la vida y no de la política.

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Oímos su nuevo lanzamiento “Desde que te me juistes” y aunque nos lo tomamos muy en serio, sí nos queda la duda de saber ¿el tema es una broma o es de verdad?

Hay mucha ironía en nuestras canciones, pero nunca hemos creído que nuestra música nariñense sea una broma, de eso da cuenta la gente y por eso nos respetan y nos siguen mucho. Las expresiones populares de nuestra región las sentimos como nuestras maneras de existir, es decir, de ser, y hay mucha seriedad en el trabajo que hacemos. Las maneras de ser de un pueblo como expresiones “exóticas que causan gracia”, representan una visión “exótica” que es propia de la “Academia” y de algunos medios privados de comunicación. Ahora bien, si uno se detiene en la letra de la canción se da cuenta de que es un lugar lleno de metáforas, por ejemplo: «Desde que te me juistes mis brazos son dos ramitas tristes tiritando en el frío de esta soledad que vos me ofrecistes», es una metáfora de la espera, pero si uno afirma esto, a los académicos les da infarto.

La estética del video maneja una dualidad entre lo rural de la plaza y lo urbano de una banda de rock algo punk que interpreta música andina de lo más tradicional. ¿Pueden hablarnos un poco de esa estética?

Nuestra estética es muy importante porque en primer lugar nosotros somos pueblerinos y tenemos arraigados en el alma muchos rasgos rurales, pero también somos jóvenes y vivimos en San Juan de Pasto hace mucho tiempo. Somos un poco urbanos también y nos parecería hipócrita vestirnos de campesinos porque cotidianamente nos vestimos como “rockeros” o “punkeros”, eso depende de la mirada. Entre otras cosas, eso ha hecho que nuestra música sea tan importante para nuestro departamento porque no es tan usual que un grupo de jóvenes hagan música tradicional sin ninguna clase de fusiones, es decir, la estética plástica del grupo es una representación de la frontera en la que vivimos los pueblerinos que habitamos una ciudad.

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¿Cómo es ser punk en un lugar como Nariño, donde de por sí ya son bien punk?
Jajajaja. Nosotros no somos PUNK, somos músicos y ya. Eso sí, hay muchos punks que nos siguen y eso es muy bonito, acá en Nariño la mayoría de músicos y tendencias nos abrazamos mucho y nos tenemos mucho cariño.

Vimos que describen su sonido como “música del alma para bailar llorando”. El concepto es muy interesante y hay mucha música que podría entrar en esa categoría ¿A qué se refieren ustedes?

Nos referimos a que la música nariñense del interior —o de la sierra si se prefiere—, que es hermana de la música ecuatoriana, es una música en la que convergen los dos posibles rasgos más importantes de nosotros los nariñenses, el primero, la melancolía y el silencio; y el segundo la alegría y el goce en el baile… somos un poco la frontera entre el sol y la niebla, entre la risa y el llanto.

¿Bailan llorando muy a menudo?
Siempre, porque nos gusta mucho bailar y porque la melancolía es un patrimonio del alma de nosotros los nariñenses.

¿Nos podrían recomendar algunos temas de este tipo?

Claro que sí, por ejemplo, en Nariño, “Viaje sin retorno” del Trío Fronterizo es una canción que uno se puede bailar llorando y además pensando en la fugacidad de la vida, es decir, bailándose una canción, uno se evita leer todos esos fárragos de libros aburridos de filósofos existencialistas que leen los esnobs para pensar y vivir con “estilo”.

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En Colombia, “Te llevaré” de Lisandro Meza, que es una canción sobre los viajes y cómo el equipaje principal son los recuerdos.

Y en el mundo, pues… “Las Calles” de Rubén Blades, que es un poema a la memoria de un lugar hermoso que en la modernidad está en vía de extinción: El barrio.

Sigue a Los Ajíces por acá.