La ola del BPM se fue, pero diversos nichos se abren hacia nuevos festivales en México
Foto tomada de thefourohfive.

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Música

La ola del BPM se fue, pero diversos nichos se abren hacia nuevos festivales en México

Mentes maestras en la gestión de propuestas detrás de una ola de violencia.

En México existe un gran circuito de personas que gustan de las experiencias musicales en directo y de las nuevas propuestas de artes escénicas. Una gran parte de los festivales en México están dentro de esta sección. El movimiento cultural, económico y social que impulsan estos acontecimientos ascienden a cifras importantes y recuentos memorables en la historia musical de este país.

Desafortunadamente el ambiente de descomposición en el tejido social, el narcotráfico y la violencia que ha rebasado nuestro país en últimos años, han creado un desbalance incluso en el sector cultural. Un claro ejemplo de ello fue el lamentable suceso en el pasado festival BPM. Un festival importante para el turismo en la ciudad sede y un referente importantes de las celebraciones musicales de año en el mundo.

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El festival no pudo recuperarse moralmente de este terrible acontecimiento y por tanto, se vieron obligados a cancelar definitivamente para proceder a llevarlo a otro país, dejando en claro que en México es difícil gestionar de manera pulcra, cuando la impunidad se ha clavado en cada giro comercial, y al final, la música también funciona de esa manera.



No son exclusivas las dificultades en logística para este festival, haciendo una recapitulación también festivales como NRMAL han tenido que mover de su estado cede, de Monterrey a la Ciudad de México, a causa del constante clima de violencia que atraviesa el país, pero en este caso, esto no fue un impedimento para que el festival regresara a provincia.

El incansable trabajo de los directores y creadores de los festivales han ofrecido siempre muchas alternativas para el goce y el disfrute de un público como lo es el mexicano, un público exigente y con un hambre voraz de consumo cultural. A pesar de que festivales cancelen por problemas con violencia o delincuencia en México, siempre van a seguir apareciendo nuevos proyectos de gente que está dispuesta a enfrentar estos retos y ofrecer perspectivas diferentes en cuento curaduría musical.

La apuesta por nuevos formatos o nuevos géneros, como festival AURAL, FASCINOMA, COMUNITÉ o incluso festivales como BAHIDORÁ, ULTRA, BESTIA o EL NICHO, demuestran que hay para todos los gustos, y que no solo el gusto más popular gobierna en este mercado, si no que aún existen muchas ventanas de oportunidad para los emprendedores, y mucho más porvenir para el público que consume música en vivo en México.

La afluencia de cientos de festivales en el año y una comunidad muy dinámica en cuestiones de gestión, sumándole a los festivales, las noches de club en las ciudades, los recitales musicales y las tantas sesiones de escucha que suceden en este gran país, hacen creer que a veces tantos estímulos pueden confundir y llenar de vicios culturales y de entretenimiento al espectador.

La verdad es que esa solo es una de tantas perspectivas del tema, pero lo cierto es que nuestro país ha tomado y afianzado con fuerza el título en estos últimos años y queda claro que es una meca musical, no solo por lo que sucede en cuanto a producción artística y movimientos, sino que también por su gran el gran abanico de diversidad que existe en sus ciudades, su público tan abierto y la pasión que la gente sigue conservando por atestiguar el sonido en tiempo real.