Sónar Bogotá 2017: del caos al éxtasis espiritual
Foto: Cesilio.

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Música

Sónar Bogotá 2017: del caos al éxtasis espiritual

La tercera edición del festival más importante de cultura digital y música electrónica en Colombia nos dejó con una satisfacción difícil de describir.

El pasado sábado 2 de diciembre, la capital colombiana recibía una vez más al festival de música electrónica de avanzada y cultura digital más conocido del circuito. Sónar Bogotá volvía a aterrizar en el país, en esta ocasión para presentar su tercera edición y estrenando locación. El lugar elegido para el laboratorio sonoro fue Multiparque, ubicado en la Autopista Norte con calle 224. Aunque el estado de ánimo de los asistentes por escuchar a grandes nombres como Shigeto, Sigur Rós y Nina Kraviz era más que efusivo, las complicaciones para llegar al evento –como recorridos de hasta tres horas en carro–, hacían que la ansias y el estrés fueran encontrando su camino de a poco.

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Los pocos afortunados que lograron llegar temprano al festival, tuvieron la suerte de presenciar algunos de los actos locales más potentes del momento. Julián Mayorga, Steffi Crown, Mask'ay y Ela Minus fueron los encargados de abrir el Sónar Bogotá 2017, construyendo el clímax para una noche que buscaba desquite. Como era de esperarse, ambos escenarios presentaban propuestas sónicas interesantes, obligando al público reprogramar sus rutas de baile: era cabecear con el trap de TOKiMONSTA, o sumergirse en el new wave dominicano de MULA; se bailoteaba con el poderío ritual de tambor afrocaribeño y futurista de Ghetto Kumbé, o se contemplaba a Roman Flügel mezclar con su clase distintiva.

Pequeños desaciertos como el solo hecho de tener un baño para hombres o mujeres, o el hecho de relegar a dos artistas respetados como Pantha Du Prince y Mateo Rivano a una improvisada carpa al costado del escenario SonarVillage, empañaron un poco los momentos previos a una de las presentaciones más esperadas de la noche. Mientras caía la medianoche y el frío se apoderaba de los cuerpos que cada vez se juntaban más en el escenario principal, un ruido blanco comenzó a caldear las almas presentes. Finalmente las luces se apagaron y empezaron los primeros acordes de“Óveður”: Sigur Rós sonaba en vivo por primera vez en Colombia.

Una vibración cósmica invadía el lugar y el trío islandés demostraba que semejante música solo se logra cuando uno se acerca al mundo, el que se ve y el que no, con real rigurosidad. Una vez finalizada la sublime presentación, los destellos intensos y ácidos de una rusa en el escenario SonarClub, de inmediato atrajo la atención de la totalidad del público. Nina Kraviz se apoderaba de Multiparque para despedir con ferocidad y techno duro esta tercera edición del festival.

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A continuación los dejamos con nuestra tradicional galería, donde retratamos todas las sensaciones y momentos que dejó el Sónar Bogotá 2017.