"Pipos": fotografías de cubanos exhibiendo joyas y cuerpos en esquinas calientes de Cuba

En las calles de La Habana y Guanabo, en Cuba, la expresión "pipos" significa "amigos", "parceros", "panas". Los personajes que hay en esta serie de fotos que lleva el mismo nombre, tomadas en 2013 y 2015 por Santiago Escobar-Jaramillo, tienen lugar en esquinas calientes de Cuba, donde los personajes exhiben las joyas que llevan puestas, se depilan las cejas y caminan por el centro de la vía luciendo sus cuerpos ejercitados.

Santiago Escobar-Jaramillo es un arquitecto de la Universidad Nacional con maestría en fotografía y culturas urbanas de Goldsmiths College, en Inglaterra. Desde 2010 hace parte de Villegas Editores: allí se destaca su participación en libros como Apartamentos Bogotá o Colombia Solidaria.

El aspecto de la gente retratada en sus fotografías para la serie "Pipos" junta rasgos urbanos modernos con elementos de la santería y del estilo de los grandes músicos cubanos de antaño. Además de servir como una afirmación de identidad, la estética de los "pipos" constituye una manera de marcar territorio. Bajo el brillo y la excentricidad está la calle y un silencioso inconformismo que busca cómo expresarse.

Son varias las tipologías fotográficas escogidas para darle ritmo. Unas enfatizan las joyas y prendas, otras las expresiones y los cuidados, otras la postura y el lugar. Hablé con Santiago mientras se subía a una loma y me contaba sobre su exposición.

Esto me dijo.

VICE: ¿Qué te animó a hacer esta exposición?

Santiago Escobar-Jaramillo: Desde 2010 estoy viajando a Cuba porque dicto un taller de fotografía con Zona Cinco: es un taller que se llama múltiples miradas donde enseño fotografía urbana y documental. En medio de estos viajes quise hacer algunas series que representaran mis intereses. Yo tengo otro proyecto más amplio, que se llama Pobladores urbanos, estos son grupos de tribus urbanas, asociaciones y personajes que habitan en la ciudad.

Sabiendo que iba tanto a Cuba empecé a hacer dos series paralelas. Una, llamada Madre e hija, muestra esos encuentros que uno ya no ve en las grandes ciudades, solo en pueblos. Y en La Habana eso era muy particular. Como complemento viene Pipos.

Pipos es una forma de llamar a los amigos. "Todo bien, pipo", dicen. Más allá de la anécdota del título es la manera en la que ellos se comportan. Sabemos que Cuba es un país con sus condiciones políticas, económicas y sociales bien definitivas. Y por eso la gente se tiene que restringir mucho en la forma en la que se expresa. Este grupo que yo retrato encontró una forma de mostrar sus intereses a través de sus rituales personales y familiares, porque no lo pueden hacer a nivel político o periodístico.

Lo interesante de estos tipos es que ellos usan su cuerpo, la moda y sus músculos para expresarse de una manera muy particular. Como se depilan, sus joyas y sus vestimentas se vuelven contradictorias con lo que puede ganar un empleado estatal en Cuba. Me parece interesante identificar estos personajes en la ciudad que usualmente se reúnen en esquinas calientes para mirar y controlar lo que pasa. Desde el fotógrafo, las aproximaciones del encuadre no siempre son a los rostros. A partir de los atuendos, las marcas y sus comportamientos se puede leer lo que la persona quiere decir.

¿Cuál es la importancia de Pipos?

La Cinemateca (Distrital, en Bogotá) me está invitando a hacer esta exposición porque quiere hacer una reflexión de la cultura afro y me parece importante crear puentes con la cultura afrocolombiana. Muchas de esas fotos las podemos conectar con personajes del Chocó o con los futbolistas colombianos cuando bailan. Existen muchas formas de conectarse con esos grupos afro que, en últimas, nos hacen similares en Latinoamérica. Colombia tiene grandes grupos afro y en muchos casos no han podido tener acceso al poder. Hay mucha discriminación, racismo y si uno a través de la foto puede mostrar que somos iguales y que podemos llegar a tener el mismo acceso a la información y al disfrute pues me parece muy bien. Ese es el objetivo.

¿Qué fue lo que más te llamó la atención sobre el contraste entre las tribus urbanas en Cuba y las de Colombia?

En Cuba hay una diferencia muy clara, porque se puede sentir la censura que existe en la política y en la libertad de expresión. La manera en la que ellos se visten es una forma de mostrarse diferente y poder expresar lo que piensan, y creo que en Colombia también lo hacen, pero no está ligado a ese "no poder decir".

¿En qué consiste la exhibición?

La exposición estará del 3 al 30 de agosto de 2016. Son 18 fotografías, 15 de personajes y tres de contexto. Están muy relacionadas con los carros y el horizonte que deja la pregunta abierta de "¿hacia dónde vamos?". Me parece que esas fotos conectan con la serie de retratos porque unos enfatizan en los rostros, las prendas y las edades de los personajes. Por ejemplo, hay una foto de un niño que parece siguiendo los pasos de su papá, que es "el pipo mayor", esa me gusta mucho.

¿Cuál es el mensaje que quieres transmitir con tu obra?

La libertad de las comunidades y de las personas que han encontrado a través del cuerpo una forma para decir a dónde pertenecen o cómo se sienten. En muchos casos es una reflexión sobre los límites que les han impuesto por décadas. Algunos parecen que están imitando el estilo de los raperos de Estados Unidos, lo cual es un poco irónico.

Pipos se inaugura este miércoles 3 de Agosto a las 7pm en la Cinemateca Distrital de Bogotá. La exposición estará del 3 al 30 de agosto de 2016.

Acá más del trabajo de Santiago Escobar-Jaramillo en "Pipos".

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A Lucía le encanta ir a exposiciones de arte. ¿Tiene alguna? Invítela por acá.