Matycez
(Foto cortesía del artista)

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Música

Quiero que mi rap se sienta en cuerpo y consciencia: Una charla con Matycez

Platicamos con el MC chileno (quien ha pasado una larga temporada en CDMX) sobre la producción de su próxima placa de estudio, 'Ciclos'.

Casi terminaba el verano y a la par, César Matycez terminaba su nuevo disco. Salió del estudio para preparar su maleta y de alguna forma escaparse de Chile, o al menos del César que creía conocer de toda la vida. Estuvo en Perú unas semanas, pero siguió caminando y desde septiembre, es uno más en la mancha metropolitana más habitada del continente, la Ciudad de México.

No es su primera vez lejos de los Andes. En 2016 pasó casi seis meses en la India, donde produjo un disco de instrumentales que fusiona elementos básicos de la cultura de los cuatro elementos con cuñas y fundamentos sonoros del país sur asiático.

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Sin embargo, su kilometraje se extiende más a un nivel experiencial que geográfico. Es productor, escritor, pintor, cofundador de su propio sello, artista de lettering, psicólogo de profesión, y sobre todas las cosas, rimador. Nació en Rengo pero Valparaíso se convirtió en el patio donde comenzó a jugar de manera más detallada con el hip hop, creando sus primeras maquetas a principios de la década.

En Valpo gestó sus dos primeros discos –sin incluir Omkara, el material que produjo posterior a su travesía espiritual en la India– como MC en solitario, con los cuales ha cimentado una propuesta que de menos a más, ha escalado en la intención de generar un discurso alrededor de su contexto. Hablar siempre con la consciencia. Pero, a diferencia de lo que sucede comúnmente con propuestas de este tipo, no se vale de un sonido denso y sofocante que le den tufo de regaño al asunto. No, él prefiere entregar un licuado con ingredientes más ligeros. Que resbalen por la garganta y no necesiten

Actualmente, Matycez se encuentra ya plenamente instalado en CDMX, donde busca comenzar una nueva etapa en su vida y en su carrera como artista, naciendo así el nombre del que será su nuevo LP, Ciclos. Lee la plática que tuvimos con él al respecto aquí abajo.

NOISEY: Llevas ya cuatro meses en México ¿cierto? ¿cómo fue llegar acá?
Matycez: Sí, ya más de cuatro meses. Armamos una gira con mi sello, Tómate, para poder promocionar mi disco que aún no sale, pero que andamos con la intención de meter puya y que la gente se entere que traigo algo. Entonces hicimos tres toquines en Chile, luego toqué en algunos encuentros en Lima y ahí también fui a visitar a algunos amigos que tienen un estudio con los que grabamos una sesión one-shot, y de ahí me vine a México.

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Digamos que el estar aquí forma parte de la búsqueda de amplificar tu proyecto pero, ¿cómo interpretas a la Ciudad de México en el contexto de la música independiente latinoamericana? ¿por qué venir aquí?
Siendo sincero yo de muy chico escuchaba mucho rap en español, de España, y hace un tiempo tuve la oportunidad de ir para allá –no sé si cumpliendo un sueño, pero cumpliendo de alguna forma una deuda conmigo mismo– y en verdad vi una panorámica muy distinta a la que yo imaginaba. Seguí con la intención de poder zafarme de las fronteras ficticias que nos ponen entre países y territorios, y desde ahí pensé en si irme a otro lugar porque quiero que mi música se expanda, y una de las estrategias pues es estar en vivo y en persona. Una de las cosas por las que se caracteriza mi música es por el mensaje y por lo que intento comunicar, y desde ahí es que se me hace muy interesante y muy importante poder estar frente a un público para decir las cosas que siento y las reflexiones que vengo escribiendo. Entonces seguí pensando en querer viajar y me di cuenta que no necesariamente tienes que salir de Latinoamérica para tener una plataforma. Pensé en Argentina, pensé en Colombia, pero luego pensé en México porque si veía una posibilidad de un mercado más grande. Me daba cuenta y ahora confirmo lo que significa México también para Europa, que es desde aquí desde donde se difunde todo hacia el resto de Latinoamérica, y obviamente también hay muchas redes de contacto acá, que es algo en lo que confío mucho. Cuando no estás auspiciado por las grandes marcas, cuando no estás alineado con el mensaje mainstream, las redes de contacto son un gran apoyo. Acá tenía un par de amigos y bueno, confíe absolutamente, a tirarse en la piscina.

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Antes estuviste en India y ahora en México, dos países místicos, socioculturalmente diversos, y con muchas riquezas a nivel artístico. ¿Buscaste esta clase de lugares con un propósito o de dónde surgió la curiosidad? ¿Qué conexión trazas entre ambas experiencias?
Fueron dos objetivos totalmente distintos. Cuando fui a la India yo no tenía la idea de expandir mi música ni de encontrar un mercado allá porque lo que encontré allá no se asimilaba nada a lo que yo hacía. Sí hay, obviamente hay cosas, pero quizás no tuve la oportunidad de conectarme. Fueron cinco meses allá. Estaba terminando mi carrera universitaria y antes de clavarme con la tesis me fui a la India, y si bien no fue el mismo objetivo y no me moví de la misma forma en que lo estoy haciendo acá, con entrevistas, con toquines y con redes de contacto, sí aprendí otras cosas que tienen que ver con la música. Estudié música clásica, estudié armonio que es un instrumento de la música clásica de allá, un poco de teoría, y sobre todo me sumergí en la cultura. Era la primera vez que salía de Chile, jamás ni siquiera me había aventurado a Argentina o Perú. Y me fui, con mi pareja, nos aventuramos a vivir como extranjeros, como alguien que no sabe nada de su cultura, que no pertenece a su territorio, y fue una experiencia muy chida. Pudimos encontrarnos con quienes somos realmente nosotros, estás en contacto con una otredad que te refleja lo que eres. De ahí puedo hacer un connecting con México de verme como un chileno muy carente de cultura ancestral. Siento que en nuestro territorio los poderosos han hecho muy buena pega de exterminar no solamente una enorme cantidad de personas, no solamente territorios, sino también la cultura, la han intentado borrar desde la raíz. Lo que nosotros más tenemos son los mapuches que hasta el día de hoy están guerrilleando con el estado chileno, y es ahí cuando tenemos algo de referencia. Pero las fiestas costumbristas, nuestros rituales, etcétera, no tienen que ver en general nada con los mapuches, ni con una cultura enraizada, más bien tiene que ver con costumbres católicas.

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(Foto cortesía del artista)

Hace poco te vi participando en la iniciativa en contra de construir el NAICM en Texcoco para construir el lago. Siendo un personaje tan político, ¿cómo crees que los momentos políticos de las sociedades, en este caso la mexicana, terminen siendo partícipes de tu música?
A mí este último tiempo me ha interesado, de acuerdo a las experiencias y vivencias que he tenido, es que evaluó de alguna manera que el arte y el aspecto sociopolítico de un lugar están separados, y cuando se juntan son de alguna manera como un vínculo ficticio. Cuando el arte ocupa aspectos sociopolíticos siento que no profundizo tanto, siento que es algo demasiado superficial, y a veces lo toma como un medio para alcanzar otras cosas. Por otro lado, estos movimientos sociales muchas veces consideran el arte como una herramienta, pero tampoco profundizan que a lo mejor un evento o un track suene chido, o invertirle plata en algo que también estéticamente sea bueno, se generan cosas un tanto mediocres. Esa mediocridad es la que nos termina obstaculizando de poder llegar a más gente, y de poder decir que es válido hablar de política en nuestras letras, sin ser un discurso o un panfleto andante. Sin llegar al discurso de un diligente, intento que mis barras estén muy empapadas de vivencias, de política y del contexto en el que estoy. Porque claro, yo muchas veces en los toquines digo que no estoy en contra de que la pasemos bien, de que nos divirtamos, de que bailemos, de que chupemos, etc., pero ojo, está bueno que en esos de recreación no se nos olvide en dónde estamos, quiénes son las personas que administran este territorio, incluso hasta lo micropolítico. Es muy importante para mí por ejemplo, que en los momentos recreativos de fiesta, es en los contextos donde a lo mejor ocurren más abusos, violaciones, que se pase por alto la voluntad de alguien más, etcétera. Si no estamos atentos a que esas dinámicas no ocurran o no las denunciemos ahí, a lo mejor no estamos haciendo la conexión necesaria entre el público y yo. Tampoco estoy diciendo del todo lo que mencionaba anteriormente, que haya que hacer un alto y poner reglas muy estrictas en un show. Más bien es cosa de utilizar el flow, las barras, la técnica, la métrica, para decir cosas que considero que son importantes.

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Como rapero, como reportero de alto alcance, ¿sientes una responsabilidad implícita en el hecho de hacer música y que esta llegue a muchas personas?
Totalmente. Creo que el reggaetón, el trap y el dancehall son géneros muy criticados actualmente, y en lo personal me gustan mucho esos estilos, pero creo muchas veces que las personas que construyen y desarrollan ese arte también deberían reflexionar cuál es su posición en el mundo. Decir ‘estoy llegando a un número muy amplio de personas, ¿qué pasa si en un toquín digo una palabra clave o me refiero a un tema particular en algún momento de hacer stop?’, creo que sería un acto político sumamente transformador. Sí veo que es una responsabilidad, también creo que la música es un ámbito de disputa ideológica. No es casualidad que Bad Bunny esté en el mainstream, que Maluma esté en el mainstream, y que todos sigamos coreando sus canciones de mierda ¿no? No te voy a negar que Maluma, bueno, tal vez Maluma no pero Bad Bunny sí me hace mover el cuerpo, o que Daddy Yankee también, pero sería muy chido que cualquier persona que tenga la posibilidad de estar en un escenario como ese, también tenga la capacidad de decir tantas cosas que, insisto, no es necesario tener un discurso político, una formación política, es sólo reflejar lo que está pasando a tu alrededor y lanzarte. A mí no me gustaría llegar a un momento en que bailáramos y coreáramos con muchas fuerzas, y tenerlo que hacer sin sentido, que a lo mejor podamos hacerlo con nuestros hijos, no los míos jajaja, con los de mis amigos, porque así dan muchas más ganas de disfrutar, de bailar, de corear.

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Hay una cualidad particular en tu proyecto, tienes un discurso bien marcado y bien sesudo pero usas ritmos que difieren de lo agresivo de un boom bap o de lo pachuli de un reggae, más bien diría que tus beats son ligeros, lo cual sirve para generar un ejercicio más autorreflexivo. Y en cierto sentido, creo que muchas veces se piensa que es necesaria la intensidad en la instrumental para no atenuar el mensaje, siendo tu caso algo que puede probar lo contrario.
Recientemente, en esta parte especial de mi carrera, me ha hecho sentido el observar nuestro cuerpo, que es por llamarlo de alguna manera nuestro primer territorio donde debería existir una soberanía, donde deberíamos poder tomar decisiones, porque al final de cuentas es nuestro cuerpo lo que ofrece la fuerza de trabajo. Y creo que para que exista una liberación de consciencia, primero debe de haber una liberación de nuestro cuerpo. Debe haber una conexión más natural con cosas como la danza, porque nuestro cuerpo parece irse entumiendo, de alguna manera se va anulando. Por eso es que creo que yo que en mi música es importante el mensaje pero también la música, que el cuerpo pueda reaccionar a ella, que exista una sintonía. Quiero ver a mi gente bailando, alegre, y que si le encuentra algo de sentido a lo que digo también pueda sentirlo con el cuerpo. Es por eso que ya no quiero hacer música tan densa, que la gente esté sentada solamente escuchando, sino que la escuchen con todo el cuerpo.

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“Ciclos” es el nombre del primer sencillo de tu nuevo disco, que según entiendo también se llamará así, y la palabra puede ser interpretada como metáfora en dos sentidos distintos: volver al punto de partido para reiniciar un proceso conocido, o marcar el cierre de un capítulo que dará apertura al otro, ¿en cuál de los dos encajaría tu caso?
A mí me ha costado mucho sacar un poco mi vida personal de mis letras o de mi música pero no lo he logrado, es por eso que “Ciclos” tiene que ver conmigo, con dejar atrás un momento de cumplir con expectativas sociales, de cumplir con lo que la gente espera de ti. Graduarte de la universidad, encontrar trabajo, comprar tu casa, formar una familia, etcétera. Y de alguna manera tuve que abandonar todo eso al pensar en que tengo casi 30 años y voy a empezar una carrera de arte en las letras, o voy a volver a iniciar mi camino en la música y no tengo la edad que tienen muchos chicos de ahora que ya la están haciendo. Pero bueno, me voy a arriesgar porque confío en lo que hago, y con ese espíritu de alguna manera es que comienzo un nuevo ciclo, lejos de mi hogar, de mi familia, porque esto de haber salido de Chile para llegar a México marca un hito para decir ‘aquí empiezo’.

¿En qué fase está el disco? ¿Ya lo tienes grabado, no?
Sí. El disco está prácticamente listo hermano.

¿Lo acabaste acá o todavía en Chile?
Lo acabé allá, lo terminamos allá antes de llegar aquí. Tiene muchísimas colaboraciones, de beatmakers distintos, yo me atrevería a decir que un 80% de los beats son de personas distintas, hay dj’s distintos, hasta en la carátula colaboran chicas distintas. Estamos ya solo esperando en este momento, platicando con nuestra empresa agregadora, para ver cuál es el plan de promoción. Faltan un par de singles, que se añadirán a los que ya se lanzaron, “Ciclos” y “Desayuno”, para poder estrenar el disco completo después, que seguramente será por ahí de abril.

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(FB @matycez)

¿Qué esperas del nuevo año? ¿Cuál es tu plan?
De alguna manera veo el moverse físicamente como el también mover tus aguas internas. En ese sentido siento que todavía necesito seguir moviéndome, me falta conocer más, y seguir conociendo más a mí mismo en estos viajes. Tengo toda la voluntad de poder seguir viajando antes de regresar a Chile. Tengo un par de invitaciones pendientes a otros territorios, a Guatemala, quizás a Colombia, y volver además a Perú, a Argentina, aunque quizá no estén en el mejor momento ahora pero me encantaría volver allá. Me gustaría recorrer un poco más antes de volver a Chile, ya con el disco lanzado estar moviéndolo en varios lugares.

¿Algo más que te gustaría agregar?
Mmmm, nada. A lo mejor solo darle una mención merecida a mi sello, Tómate Música, del que está a cargo Jorge Dolorez, mi compa con el que ya llevo muchísimos años haciendo música. De alguna forma es como un sueño tener un sello de las características que nos gustan a nosotros, de música bien hecha pero también bien adaptada al contexto social al que pertenece. Y nada, mucho de mi respeto y cariño se dirige a ese proyecto también.

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