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Música

Prejuicios aparte, aquí tienen a Teri Suárez de Le Butcherettes

A pesar de esa imagen violenta y a veces demasiado desparramada con la que salpicó a todo el mundo al principio de su carrera, lo que nos atrajo a ella en primer lugar, Teri es una mujer adorable.

Hablamos con Teri Gender Bender, la lideresa de Le Butcherettes. Recientemente lanzó un disco impecable titulado Cry Is For The Flies lleno de guitarras roncas. Entre sus cortes crudos y descarados trae colaboraciones sorprendentes. Las más notables son una pieza de spoken word cuya voz y autoría es de Henrry Rollins (Black Flag) y un primer sencillo titulado “Shame, You’re All I’ve Got” con Shirley Manson (Garbage).

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A pesar de esa imagen violenta y a veces demasiado desparramada con la que salpicó a todo el mundo al principio de su carrera, lo que me atrajo a ella en primer lugar, Teri es una mujer adorable. Habla con mucha humildad y muy agradecida con toda la gente que le ha echado la mano para estar en donde está ahora. Me hubiera gustado hablar con una niña soberbia y arrogante, pero saber que no es una máquina de destrucción la hace una persona todavía más interesante.

Prejuicios aparte, tuvimos una conversación muy agradable sobre sus tres discos. Hablamos sobre los rumores de la desaparición de la banda el mismo año de su debut, mencionamos su relación creativa con Adanowsky y esa etapa en la que recurría a la sangre, la carne, las cabezas de cerdo y la desnudez. Ajusten sus calzoncillos, esto es pura diversión.

NOISEY: Hola, Teri.

Teri Gender Bender: Hola.

Vamos de regreso al 2008, cuando sacaste el Kiss & Kill. Fue un EP que generó mucho ruido. A mí me suena como a Hole en el 97. Una especie de ejercicio casero, muy femenino, muy violento y tal vez un poco caprichoso. ¿Qué fue para ti?

Sacar ese EP fue una necesidad en ese entonces. Perdón por la metáfora escatológica que voy a hacer, pero hacer música para mi es como un vómito. Es algo que tengo que sacar porque si no me hace daño. No fui a tocar puertas a disqueras independientes ni a disqueras grandes. Mi madre me enseñó a hacer las cosas por mi misma. Ahorré unos pesitos, fui a una maquiladora y yo misma saqué el EP. Sólo hice unas 500 copias que vendíamos en los shows.

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Yo tengo una copia de ese EP.

¿En serio? ¡Wow!Eso quiere decir que fuiste a alguno de nuestros shows en ese entonces.

Sí. Me gustó mucho. Me hacía mucho sentido una cosa tan sangrienta y tan pro-feminista en una época en la que el tema de Las Muertas de Juárez estaba tan caliente. ¿Qué tanto hay de eso en el disco?

Mucho. Mi madre es viuda. Vivimos en un barrio de clase baja a un lado de la carretera. A consecuencia de eso mucha gente pasa a tocar la puerta. Recuerdo que mi madre no abría la puerta y fingía tener un esposo que no estaba, como pretexto para no dejar entrar a nadie. Se asomaba por la ventana y les decía: “mi marido no está.” [Hizo una pausa] Perdón, estoy muy nerviosa. [Nos reímos. Tomó aire y continuó] A mi me tocó ir a Juárez para hacer una película cuando el caso estaba muy fuerte. Fue muy raro porque durante el rodaje el director contrató guardaespaldas para todo el crew. Esta fue una de las experiencias que influenciaron definitivamente el Kiss & Kill. [Soltó un gritito nervioso. Nos reímos de nuevo].

Hubo un momento difícil para la banda inmediatamente después del lanzamiento del Kiss & Kill. Tuvieron un ascenso muy rápido y de pronto anunciaron un rompimiento. Pero poco tiempo después te vi abrir el concierto de The Dead Weather en México con un baterista. ¿Cómo estuvo todo ese rollo?

Fue una cosa muy simple. La baterista y yo decidimos que ella no era la indicada para la banda. Hubo una falta de comunicación y ella publicó que Le Butcherettes ya no existía. Pero algo que hay que dejar muy claro es que la banda es una cosa mía. Cuando falleció mi padre pensé “o me drogo, o me mato o hago algo de música”. Entonces en ese momento de rompimiento yo seguí con la banda porque era parte de mi vida. Tuve la fortuna de tener cerca gente que me apoyara. El baterista que tocó conmigo esa vez era mi manager. Es, todavía. Yo no me iba a detener porque una chica no era la adecuada. Ahora toco con una baterista que se llama Lia, es increíble, es de nuestra edad [sí, en algún punto hicimos girl bonding y nos dimos cuenta de que coincidimos en la edad, púdranse] y hacemos esto de manera muy profesional. A veces no podemos creer que nuestro trabajo es hacer música.

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Siento que esa fue una etapa, tal vez, un poco adolescente en el sentido de que la música y tu acto en vivo eran de mucha transgresión, con mucha sangre, mucha carne, y creo que eso ha cambiado un poco ahora.

Totalmente. Cuando estaba más chavita estaba más enojada. Vivía en Guadalajara y en la escuela nadie me entendía nada. Igual y no estaba tan loca. Ahora desde la distancia puedo decir que sí pasé por cosas muy locas. Una vez estaba en la escuela y un grupo de hombres me empujaron al suelo y brincaron todos sobre mi. Al principio pensé que era un juego inocente pero luego empezaron a toquetearme. Yo nunca me quejé. Me quedé callada. Eso es algo de lo que me arrepiento. Pero ahora creo que el rollo de la carne y todo eso tiene mucho que ver con ese tipo de cosas que tal vez nunca había dicho. En muchos momentos de mi vida me trataron como un pedazo de carne. Y sé que hay muchas otras mujeres que se sienten igual. Que se sienten usadas y humilladas. Ahora ya no estoy pasando por eso. Vivo con mi madre de nuevo. Estoy rodeada de gente que me quiere y me apoya. Ya no necesito recurrir a la carne. Ahora puedo poner más atención en las letras de mis canciones. Esa es mi nueva arma.

En el video de “Don’t Try To Fool Me” que hiciste con Adanowsky, fue muy claro el uso del cuerpo para decir cosas.

Sí, definitivamente fue una etapa muy marcada por las metáforas. Pero ya pasé por eso. No me quiero quedar atrapada en un personaje. Luego iba a fiestas y la gente que no me conocía pensaba que yo así era todo al tiempo. “Ah, no vayas a sacar la carne”. Y pues no. No se trata de eso. Yo también tengo muchos colores como ser humano. Como todos.

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Oye, ¿y es cierto que viajabas con una maleta llena de cosas y otra llena de carne?

Bueno OK. ¿Cómo empezó la relación con Omar Rodríguez-López?

[Omar es el líder y guitarrista de The Mars Volta y ha trabajado con Teri en muchos proyectos. Desde los discos de Le Butcherettes, hasta los Bosnian Rainbows]

Empezó en Guadalajara, en un show en el F Bolko. Estaba tocando una banda y a la mitad del show se fue la luz. Entonces se bajaron del escenario desanimados. Era nuestro turno de tocar. Hubieron dudas. Y dije, “no, ni madres, aunque sea a capella voy a hacer este show.” No es mi estilo cancelar. No me gusta que eso pase. Me subí al escenario. Traía una cabeza de cerdo. Dimos un buen show. En un momento de intensidad me tiré del escenario, casi me rompo el tobillo. Omar estaba ahí en el público. Yo no sabía. Ya después me dijo que era amigo de una de las bandas que estaban tocando ahí. Al día siguiente nos invitó a una junta para hablar sobre la producción del próximo disco. Nos dijo que le interesaba, nos vimos de nuevo y todo salió bien. Empezamos a trabajar juntos y la relación fluyó muy bien… [soltó una carcajada] No le estoy haciendo ninguna justicia a la historia. Pero lo estoy contando de la manera más breve posible.

Sé que te produjo el disco de Sin Sin Sin y este último. ¿En qué otros proyectos han trabajado juntos?

Sí, tenemos una banda juntos que se llama Bosnian Rainbows. Por eso Le Butcherettes tuvo un pequeño descanso como de año y medio, porque nos fuimos de gira por todo el mundo con los Bosnian Rainbows. Aprendí muchísimo. Pude explorar otro lado de mi como músico. En aspectos técnicos de mi voz, en tener que colaborar con otros músicos, y en adaptar ideas a proyectos. Muchas canciones que hice para Le Butcherettes que no entraron en el Cry Is For The Flies se usaron para Bosnian Rainbows. Me encantó ver vivas esas canciones que quedaron fuera de mi disco con otro estilo y otra personalidad. Eso estuvo muy padre.

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Creo que el Sin Sin Sin fue un parteaguas para ti. Con ese disco fuiste al SXSW y pasaste de ser una banda local a tener un foco internacional. Cuéntame sobre tu experiencia allá.

Hay muchos músicos que se quejan de SXSW porque todas las calles están llenas de bandas cargando instrumentos, amplificadores, cables, pedales, corriendo como locos y tratando de hacer todos los shows posibles en un día. A mi me encantó ser parte de ese fenómeno. Te partes el lomo para llegar a un barecito en el que te van a ver cinco personas y nunca sabes qué es lo que puede resultar de eso. Y nos fue muy bien. Muchos medios nos señalaron como una de las mejores bandas de ese año. Ahí fue una de las primeras veces que conocí a Carla Morisson y fue súper linda conmigo. Compartimos el mismo bar para tocar. Se acercó y me dijo que le gustaba mucho mi trabajo.

Hice un show cerca de un lago y me metí con las botas puestas. Todo el día estuve caminando con las botas mojadas. Cuando llegué al hotel y me quité las botas, la gente con la que estaba compartiendo el cuarto se tuvieron que ir a otro lado porque me apestaban los pies. Pero valió la pena. Todavía tengo marcas en los pies por ese día.

Y tu último disco, Cry Is For The Flies, ya está en ligas mayores. ¿De verdad trabajaste directamente con Henry Rollins (Black Flag) o cómo estuvo eso?

Te voy a hacer el cuento corto. Él fue a ver a Iggy Pop en 2011. Le Butcherettes estuvo de gira con Iggy Pop y los Stooges.

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¿NETA?

Sí. Estuvo increíble. Son gente súper buena onda.

Ok, entonces Henry fue a ver a Iggy…

Henry llegó temprano al show de los Stooges y nos vio tocar. A demás de ser músico Rollins escribe para algunos medios y tiene una estación de radio. Después de vernos tocar nos empezó a mover a través de esos medios. Yo me moría de felicidad porque siempre he sido fan de Henry. Un día me puse en contacto con él para agradecerle su apoyo e invitarlo a colaborar conmigo en el disco nuevo con una pieza de spoken word. [En la etapa final de Black Flag, Rollins empezó a leer sus poemas en sus shows. Se hizo común ver momentos de spoken word en las tocadas de Black Flag] Me dijo que sí y me preguntó qué tenía en mente para él. Le conté que el tema central del disco es la culpa. En menos de una semana me mandó el texto grabado con su voz. Y me encantó. Lo que hizo fue escribir un cuento corto muy poderoso que habla de un hombre y la culpa. Queda perfecto para el disco.

¿Por qué decidiste que su participación fuera en spoken word?

Porque Henry ya no hace música. Él dice que ya superó esa etapa de su vida y que ahora se dedica a escribir y a viajar por el mundo para conocer diferentes culturas. Me pareció muy auténtico pedirle que grabara un texto suyo con su voz. Admiro mucho su capacidad de dejar atrás ese personaje de una banda en la que estuvo hace veinte años y quise valorar eso.

Claro. Pues es un poco lo que decías sobre ti misma hace rato. Poder salirse del personaje que creaste en cierto momento para expresar algo.

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Eso mismo.

¿Y cómo estuvo la cosa con esta señora… Shirley Manson (Garbage)?

Uh, estuvo padrísimo. Antes que cualquier otra cosa, Shirley es una persona muy linda, muy humilde, lo mismo Henry. Ahorita estoy en un punto de mi vida en el que sólo me quiero rodear de gente así. Gente buena, gente linda, gente trabajadora. Shirley y yo nos empezamos a llevar muy bien. Le pregunté si quería hacer una sesión de “Shame, You’re All I’ve Got.” Entonces yo ya tenía grabada esa canción sólo con mi voz, pero sentía que le faltaba algo. Le pregunté si quería y aceptó. Me pidió que la dirigiera para que quedara como yo quería. Le dije que hiciera los coros y el puente. Quedó súper bien. Todavía me cuesta creer que una mujer como ella lo haya hecho.

Terminaste por dirigir a personalidades importantes de la música que seguramente admiraste por años.

Sí. Todavía no me lo creo.

Pues qué chida. ¿Qué más me quieres platicar sobre el disco?

Estoy muy contenta de que ya está ahí afuera. Lo grabé hace dos años. Por una serie de eventos inesperados de la vida tuve que poner el proceso en pausa un rato pero por fin todo se está dando. Estamos saliendo de un abismo oscuro de gente negativa. Y prácticamente vamos empezando de nuevo con todos nuestros proyectos. Pronto vamos a sacar un disco en español con Bosnian Rainbows. Con Le Butcherettes ya estamos terminando las voces de un nuevo disco que está en camino. Y sacar este disco me está motivando ha seguir haciendo cosas. Además con el internet todo es demasiado fácil. No hay pretextos para estar de floja.

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Es cierto. Gracias, Teri.

Gracias a ti.

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