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Música

Dolor de patria: Ya son 37 años de la vergonzosa participación de Colombia en el mundial de danza disco

En 1979, Colombia estuvo muy mal representado en el campeonato mundial de danza disco. Revivimos este vergonzoso capítulo.
Foto captura de YouTube

A finales de los años 70, la fiebre de sábado por la noche había infectado al mundo. La música disco era la ley en las discotecas, los jóvenes se reunían vestidos con lentejuelas, plataformas y sus narices aun maquilladas para dejarlo todo en la pista. Al ver todo este furor y toda esta juventud hormonada haciendo pasos acrobáticos bajo la bola de espejos, la gente de EMI tuvo la gran idea de organizar un mundial de danza disco en 1978. El éxito de esta magna competición fue tal que en la convocatoria del siguiente año participaron más de mil discotecas de todo el mundo y solo 32 llegaron a la gran final celebrada en Londres.

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Pocos saben que en ese ilustre concurso Colombia estuvo representado por una estudiante de 19 años llamada Piedad Céspedes, quien llegó a esa pista para bailar de forma tan nefasta y vergonzosa que ese video debería estar enterrado bajo tierra. Pero para vergüenza de todas las personas que habitamos este territorio lleno de música y baile, los paupérrimos pasos de Piedad siguen rondando por el Internet.

La transmisión del campeonato mundial de danza disco comenzó con una coreografía de una versión funky de “Dancing In The Rain” en la que vemos por primera vez esta carita bonachona.

Después los presentadores empiezan a introducir a cada uno de los concursantes que saltan a la pista con sus mejores galas y hacen alarde de los pasos más elaborados. Se puede ver a leguas el arduo entrenamiento que cada una de estas delegaciones invirtió en sus coreografías.

El primero es el representante de Austria que sale con un traje blanco estilo John Travolta y hace una combinación de giros, patadas y otros movimientos desenfrenados. Un grande, perfecto para calentar al público. Lo sigue la concursante de Bélgica, que sale con un traje enterizo morado y unos tacones negros. Puro estilo. Apenas esta mona pisa la pista deslumbra a todos con sus movimientos de caderas y sus giros estilo patinadora de hielo. Después desde Barbados aparece el viejo Wavell, un moreno grandote de chaleco rojo y guantes blancos que es el dios del movimiento armonioso de brazos. La multitud enloquece. El siguiente es el concursante de Bermuda, el siempre chévere Winslow, que con sombrero de copa y traje de mesero hace el paso del robot más sublime del que se tiene registro. El público está delirante, las emociones al máximo y de repente es el turno de Colombia, todos aplauden emocionados y sale Piedad…

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Por favor sintonicen el minuto 5:37.

¿Dónde quedó la verraquera Piedad? ¿Te ofendiste pues porque en el rótulo nos pusieron Columbia y no Colombia? ¿Dónde quedó la hijuemadre sabrosura de la que alardeamos tanto? En serio Piedad ¿Qué pasó? ¿Qué es esa flacidez en tus pasos? ¿No le dieron refrigerio a esta muchachita o qué?

¿POR QUÉ PIEDAD? ¿POR QUÉ?

Es como que todos los concursantes salieron a dejarlo todo en esa pista de luces de neón y la mejor carta de Piedad fue moverse como uno de esos muñecos a los que les ponen un ventilador y mueven los brazos. Horrible. Desesperante. Se siente como cuando nos quitaron Panamá, como cuando le entregamos el Caguan a las FARC. Duele en la patria Piedad. Vieja perezosa, no entrenaste ¿cierto? ¿Pensaste que esto era un baile más en el balneario de mala muerte que sueles frecuentar en Yumbo? ¡NO! Este es el mundial de baile disco maldita sea, ¡sé seria! Además después hace como una imitación de un elefante y sale caminando como si nada, como si ya tuviera el concurso ganado. Listo que viva Colombia, la ley del menor esfuerzo pues. No friegue.

Qué vergüenza tan hijuepuerca, no joda.

Pero la cosa no termina ahí.

Después llega la hora del baile grupal y parece que a Piedad se le olvidó comerse el arroz atollado porque no da una. No más miren desde el minuto 4:05. Que tal esa descoordinación, parece que no sabe dónde está. Todos los demás derrochando estilo y piedad ahí más perdida que la mamá del Chaco. La verdad baila más una monja en un prostíbulo que Piedad.

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Menos mal que no existía la televisión por cable ni el Internet en esa época. Pero lamentablemente los cinco minutos de infamia de Piedad siempre quedaran en los anales de la historia del disco.

Y todavía no termina ahí este martirio. El siguiente año Colombia regresó para vengarse, esta vez representada por Hernán Escobar, un borracho de carnaval, que aunque salió muy enérgico y vestido con lo que parece un condón gigante y chaleco blanco con hombreras, no dio la talla. Si bien el hombre tiene un poco más de gracia que Piedad, se le ve bien enredado intentando hacer una especie de mapale intergaláctico, pero mal ejecutado definitivamente. Termina con un split hecho como a medias y sale cojeando por un evidente desgarro en el cuádriceps izquierdo.

Miren al viejo Hernán desde el minuto 5:17

Menos mal que solo hicieron tres ediciones de este concurso.

¡Qué boleta!

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