¿Por qué el ex Jefe de policía de Seattle cree que debería reabrirse el caso de Kurt Cobain?

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¿Por qué el ex Jefe de policía de Seattle cree que debería reabrirse el caso de Kurt Cobain?

Pese a todas las pruebas que afirman lo contrario, aún hay gente que se aferra a la teoría de que Kurt Cobain fue asesinado.

Tras la muerte de Kurt Cobain en abril de 1994, se tomó una fotografía de su licencia de conducción como prueba. Todas las fotos cortesía del Departamento de Policía de Seattle

Un mes después del estreno en HBO de la aclamada cinta Montage of Heck, salió a la luz Soaked in Bleach, una segunda película sobre Kurt Cobain anunciada con mucho menos bombo. Este documental dramático ahonda en la vertiente de las teorías de la conspiración y se apoya en gran cantidad de recreaciones, elementos que suelen ser síntoma de poca calidad.

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Las actuaciones y recreaciones en la cinta son bastante bochornosas y la película se centra en un aspecto ya cubierto por documentales como Kurt and Courtney. Sin embargo, ciertos sectores de la comunidad internauta se muestran entusiasmados con las declaraciones hechas en Soaked in Bleach por el ex-Jefe de la Policía de Seattle, Norm Stamper, quien sugiere que quizá el cantante no se suicidó de un disparo aquel abril de 1994, como la inmensa mayoría del mundo cree.

"Si no hicimos las cosas bien la primera vez, más vale que esta vez lo hagamos bien", afirma Stamper. "Y te lo digo ya: si aún fuera jefe de policía, reabriría la investigación".

Entonces, ¿por qué se apresuró el departamento que Stamper lideraba en archivar el caso de Cobain como el suicidio de un chico de 27 años? ¿Y a qué se debe ese extraño cambio de opinión?

Del mismo modo que Montage of Heck contaba con el beneplácito de la familia de Cobain, Soaked in Bleach salió a la luz pese a sus numerosas objeciones, entre ellas una orden de cese emitida en nombre de la esposa de Cobain, Courtney Love. La razón quizá fuera que el documental se centra en Tom Grant, una especie de figura mesiánica para los defensores de la teoría del asesinato del líder de Nirvana.

(Love no hizo declaraciones ni respondió a las peticiones de entrevista a través de su abogado y su manager.)

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Cuando Cobain desapareció tras salir de rehabilitación el 1 de abril de 1994, Love contrató a Grant, que en aquel entonces ya no trabajaba para la policía y ejercía de detective privado. La labor de investigación de Grant siguiendo la pista de Cobain no dio demasiados frutos. La policía determinó que el cantante se había pegado un tiro en su casa —probablemente el 5 de abril, según el informe forense— y que tres días después fue descubierto por un electricista que tropezó con su cadáver.

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Grant recuerda que Love mostró una actitud tan extraña y manipuladora tras su primer encuentro que decidió grabar todas sus conversaciones desde aquel momento. Este nuevo documental, centrado en Grant, da pie a la disparatada idea de que fue Love quien asesinó a Cobain y respalda la teoría con recreaciones de esas llamadas telefónicas y entrevistas grabadas.

Stamper se negó a conceder una entrevista a VICE, argumentando que iba justo de tiempo para la entrega de un libro que está a punto de publicar. No obstante, Grant afirma saber la razón por la que el ex policía de Seattle se ha aferrado a la teoría del asesinato desde la década de 1990.

Grant asegura que pudo deberse a la incompetencia de los subalternos de Stamper o a que sintieran cierto resentimiento hacia él.

"El Jefe Stamp venía de fuera", explica Grant. "Sólo llevaba tres meses en la Jefatura cuando Cobain murió. Por lo general, a los subordinados no les gusta tener un jefe que venga de fuera, en lugar de ser elegido por promoción interna".

Stamp da el golpe de gracia a la cinta con su conclusión: "Lo cierto es que debimos haber tomado medidas para estudiar los patrones de comportamiento de los sujetos que pudieran tener motivos para ver a Cobain muerto. Si realmente Cobain fue asesinado y había alguna posibilidad de saberlo, deberíamos estar avergonzados por no haberlo descubierto. Era nuestra responsabilidad. Es una cuestión de qué está bien y qué está mal. Es una cuestión de honor, de ética".

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Ese atisbo de duda es como música para los oídos de los defensores de la teoría del asesinato, que llevan décadas esperando algo que les permita validar su tesis o, al menos, el reconocimiento de alguien con un cargo oficial que no crea que son una bola de tarados mentales.

Por si no has estado prestando atención, aunque lo más lógico es pensar que un tipo triste que canta canciones tristes haga cosas deprimentes, existe un pequeño ejército de sabuesos internautas que siguen pensando que el fallecimiento de Cobain encierra algo turbio, como también hay gente que insiste en afirmar que Tupac está vivito y coleando en Cuba, lo que demuestra que la muerte de Cobain no es la única que suscita conjeturas descabelladas.

Grant considera que otra de las razones por las que el Departamento de Policía de Seattle quiere lavarse las manos con este caso es por puro fastidio. Según él, la muerte de un personaje famoso siempre conlleva la aparición inmediata de teóricos de la conspiración de los que los investigadores procuran mantenerse alejados.

"Había un tipo de Seattle que tenía un programa de televisión de acceso público en el que aseguraba que Kurt fue asesinado en un periodo de 24 horas después de que se diera la noticia de que Kurt había muerto", explica Grant. "Hizo lo que pudo para llamar la atención molestando constantemente a la policía de Seattle y creando ardides publicitarios para atraer a los medios de comunicación".

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Desde los tiempos en que solo existían sitios web cutres como Angelfire y Geocities, son muchos los que se han dedicado en cuerpo y alma a demostrar que Kurt fue asesinado. Algunos de estos detectives de sofá creen que Love pretendía heredar todo el patrimonio de la estrella de rock y señalan que existen entrevistas con conocidos de Cobain que aseguraban que el cantante era feliz antes de su muerte. Hacen conjeturas sobre las posibles trayectorias de bala, señalan que no se encontraron huellas dactilares legibles en la escena y hacen hincapié en las últimas líneas de su nota de despedida, que, según dicen, parecen escritas por otra persona.

Otra lectura obligada para los defensores de la teoría del asesinato es un ensayo de 1998 escrito por un químico canadiense llamado Roger Lewis. El autor argumenta que Cobain no pudo haberse disparado porque tenía tanta heroína en el cuerpo que debía de estar en estado comatoso. Sin embargo, en lugar de morir con la jeringuilla todavía clavada en el brazo, el cantante al parecer tuvo tiempo para guardar las cosas para chutarse en una caja, tal como aparece en la foto que tomó la policía.

La caja donde Kurt guardaba la heroína y los demás utensilios, recuperada del lugar de la muerte de Kurt en 1994.

Existe también un libro publicado en 2005 con el título Love & Death: The Murder of Kurt Cobain, por Ian Halperin y Max Wallace. En él, los autores citan a Osvaldo Galletta, quien trató a Cobain en marzo de 1994, cuando sufrió una sobredosis por consumo de Rohypnol. Los fans del cantante aseguran que aquel fue su primer intento de suicidio, mientras que los teóricos de la conspiración afirman que fue el primer intento de matarlo.

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"Normalmente podemos determinar si se trata de un intento de suicidio", dijo el médico. "Aquello no me pareció un suicidio".

Grant, que ha dedicado su vida al caso de Cobain, explica que entonces el ex jefe de policía no disponía de toda la información revelada por los aficionados, razón por la que finalmente determinaron que la muerte fue un suicidio.

"Estoy convencido de que el Jefe Stamper nunca llegó a conocer todos los detalles que rodeaban la muerte de Kurt", asegura Grant.

El investigador privado confiesa en la película que piensa en Kurt Cobain "300 o 400 veces al día, como mínimo". Quizá roce lo obsesivo, pero todavía existe suficiente interés en la muerte del cantante como para que el Departamento de Policía de Seattle reciba al menos una solicitud a la semana para reabrir el caso.

Los fanáticos de esta historia vieron el cielo abierto en marzo del año pasado cuando la policía de Seattle se dispuso a revelar cuatro carretes de fotos realizadas poco después de la muerte de Cobain. Lamentablemente, las autoridades policiales anunciaron que no encontraron nada concluyente en estas pruebas y que los que pensaran que el caso se había reabierto estaban "muy, muy equivocados".

Algunos creen que Cobain dejó una nota de suicidio y otros aseguran que Courtney Love usó una nota que Cobain ya había escrito referente a su intención de dejar la música y añadió la parte del final.

Después del estreno de Montage of Heck, un buen amigo de Cobain salió a decir que esa cinta también estaba equivocada. En concreto, aseguraba que las entradas del diario que los productores habían reconstruido para crear algunas de las escenas más memorables eran totalmente inventadas.

"La gente tiene que saber que el noventa por ciento de lo que aparece en Montage of Heck es una mierda", declaró Buzz Osborne a Rolling Stone. "Es lo que nadie entiende de Cobain: era un maestro quedándose con la gente".

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