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Música

Ruban Nielson, de Unknown Mortal Orchestra, no quiere volver a estar solo

'Multi-Love’, el nuevo álbum de la banda, nació a partir de la poligamia, el abuso de drogas, y el deseo de no tocar más la guitarra.

Foto por Dusdin Condren

Hace tres años, Ruban Nielson se vio en una encrucijada. El artífice de la banda psicodélica Unknown Mortal Orchestra estaba a punto de publicar II, la secuela de su intrigante primer disco, que apareció como salido de la nada y la cual prometía conseguirle al neozelandés aún más seguidores. Pero algo no estaba bien. Hace unos días hablé por teléfono con Nelson, de 35 años, y me explicó que se sentía nuevamente "arrinconado, sin dinero y con problemas de salud".

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El éxito estaba bien— la banda acababa de cerrar una gira con los titanes del indie rock Grizzly Bear—, pero la notoriedad conlleva también una serie de inconvenientes, como ser víctima de estafas o verse rodeado de gente a la que le importas una mierda. "Cuando formé el grupo, pensé que mi responsabilidad era decir 'sí' a lo que me pidieran", explica Nielson. "Pero no puedes hacer eso mucho tiempo sin que acabe afectando a tu música". Las cosas tenían que cambiar, y lo hicieron: antes de II, Nielson dio el salto y pasó de la conocida y controversial discográfica indie Fat Possum a la menos controvertida y no tan conocida subsidiaria de Secretly Canadian, Jagjaguwar. También encontró a un nuevo baterista, Riley Geare, quien contribuyó al último y más brillante de los álbumes de Unknown Mortal Orchestra, Multi-Love.

A diferencia de sus predecesores, Multi-Love no suena como un disco grabado en los ratos libres de alguien. Mientras Nielson y yo charlamos por teléfono, su banda está ensayando para la inminente gira de presentación del nuevo disco. Según él, ha sido muy complicado configurar todas las piezas articuladas de Multi-Love, que se mueven y retuercen constantemente como un niño al que han puesto a dormir una siesta, para poder reproducirlas en directo. "Hemos tenido que trabajar muy duro. Es como un rompecabezas", afirma. Pero lo van logrando.

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Multi-Love es un álbum denso y colorido en el que Nielson y compañía se sumergen en un sonido R&B vintage del que sólo habíamos podido oír pinceladas en temas anteriores como "How Can U Luv Me", así como el increíble sencillo "So Good At Being In Trouble", de su segunda placa, un corte tan evocador del soul de los 60 que en varias ocasiones tuve que acudir a internet para confirmar que no se trataba de alguna versión nueva de un tema antiguo. Tampoco faltan los teclados psicodélicos que harían las delicias de cualquier fan de Stevie Wonder, y la voz de Nielson es más elástica y henchida de helio que nunca.

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Los arreglos son intrincados y muy elaborados, con interrupciones que recuerdan al mismísimo Frank Zappa, y abundan los pasajes ambient impregnados de melancolía propios de Ariel Pink. Pese a sus referentes idiosincráticos, el disco rezuma una inmediatez pop que probablemente logrará acercar a la banda a una mayor audiencia. Para muestra: hace poco, la mega estrella del pop y compatriota de Nielson, Lorde, citó en un tuit un fragmento de la letra del tema homónimo de Multi-Love. "Es raro", afirma Nielson sin falsa modestia. "No sé si eso haga mucha diferencia en lo que hacemos".

Pero sí la marca: Nielson ya ha firmado colaboraciones con Frank Ocean y Kimbra, así como una sesión de grabación de “un proyecto disco” con el prometedor Chet Faker. "Se requiere una habilidad distinta para las colaboraciones. Antes no se me daba demasiado bien, pero me he obligado a involucrarme en distintos proyectos de este tipo para curtirme. Antes no me veía capaz de ser creativo en proyectos de colaboración".

Multi-Love llega en un momento musical en que la norma es ver a un ‘rockero’ compartiendo cabina con autores del pop y el R&B hasta el punto de la autoparodia, pero la música de Nielson se mantiene en perfecto equilibrio entre la reverencia a la historia y su sello musical indiscutible. No tiene reparos en recoger los mejores frutos para elaborar su tarta especial. "He desarrollado varios tics estilísticos un poco raros. Adoro a dioses diferentes, a los viejos dioses", dice con una carcajada. "No soy el típico rockero idiota que no tiene ni idea; yo sé de qué va la cosa. Estoy muy obsesionado con la música antigua, con saber qué es lo que hace que esos temas sean tan pegajosos".

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Por otro lado, últimamente está muy de moda hablar de artistas que no son negros haciendo incursiones en la música negra. Nielson, de origen mestizo —madre polinesia y padre blanco—, tiene su propia visión del eterno debate. "Mi posición en cuanto al aspecto racial es tan ambigua que no me siento identificado en ese debate. No soy un cantante de soul de ojos azules y mi influencia procede tanto de británicos blancos como de afroamericanos. Si estoy apropiándome de la cultura negra, entonces también lo estoy haciendo de la blanca".

La amplitud sonora de Multi-Love requirió que Nielson explorara nuevos territorios de varias formas. Por lo general, está acostumbrado a componer y grabar en solitario hasta extremos insospechados: cuando en 2010 el primer sencillo de Unknown Mortal Orchestra, "Ffunny Ffriends" se instaló en las emisoras universitarias, algunos de los amigos más cercanos a Nielson no tenían ni idea de que el tema era suyo. "Cuando estoy solo, puedo pasarme tres horas con los arreglos de un tema, dejarlo, desconectarme un rato, volver a escucharlo y esperar a que surja la próxima idea. Me puedo permitir ese lujo y no me parece tanto tiempo, porque estoy solo en mi sótano trabajando".

Para Multi-Love, Nielson quiso aventurarse fuera de su zona de confort y desprenderse de esa reputación de ermitaño que se encierra en su estudio de grabación, y de hechicero musical que abusa un poco del pedal de la guitarra —arquetipo en el que también suelen encasillar a Kevin Parker, el líder de Tame Impala. Pero, sobre todo, lo hizo porque esta vez quería compañía. "Sabía que tendría que pasarme diez meses trabajando en el álbum, y pensé ‘¡No quiero estar solo otra vez!’”, dice con un tono carente de expresividad. "Cantar frente a un público es nuevo para mí, aunque ya me voy acostumbrando a no sentirlo como algo raro".

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Esa anhelada compañía la encontró en Kody Nielson, su hermano y antiguo compañero musical en la notable banda de noise-pop Mint Chicks. "Me la pasaba muy bien grabando discos con Kody", dice sobre su hermano, quien también se encuentra grabando un álbum como solista. "Mi idea era quedarme con los aspectos más fáciles de nuestra relación y evitar los malos rollos que solían meterse en ella. Si llegábamos a un punto en el que no estábamos de acuerdo, yo decía, 'Ya maduré, no estoy para estas cosas".

La familia es un tema presente a lo largo de todo Multi-Love, un álbum que Nielson acepta que es bastante autobiográfico. Si has estado atento a internet últimamente, ya sabrás que el disco se gestó en medio de una relación poliamorosa entre Nielson, su esposa y otra mujer. Pero también trata otras inseguridades, como las adicciones y el consumo de droga en su entorno familiar.

"En mi familia ha habido muchos problemas de drogas", afirma. "Cuando era chico, la mitad de los adultos a mi alrededor estaban en algún punto del ciclo de la adicción —o consumiendo o en rehabilitación—, así que antes incluso de probar las drogas, ya conocía el programa de los 12 pasos. Cuando mi padre estaba en rehabilitación, hablábamos mucho de las razones por las que no hay que consumirlas, por lo que siempre he estado en contacto directo con este tema. No suelo pararme a pensar en el tema de mi próxima canción. Cuando compongo, cierro la mente y entro casi en un estado de meditación".

Pese a la profusión de referencias a las drogas en el álbum—"Jesus doesn't know my name / He charges fifty bucks a gram", reza la letra de "Like Acid Rain"—, de algún modo su turbulenta relación con las sustancias ilegales parece haberse calmado: "Antes siempre estaba buscando y he dejado de hacerlo. Ahora me estoy centrando en sacar adelante la banda, y eso no puedes hacerlo si te pasas todo el día metiéndote drogas". Aunque puede parecer que su vida es caótica y que todavía no sabe muy bien lo que quiere, sí tiene claro un objetivo: "Quiero hacer toda la música que pueda antes de morir. Esa es mi misión".

Larry Fitzmaurice no puede parar de revisar su teléfono. Síguelo en Twitter.