Haruomi Hosono camaleón del pop japonés
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Música

La guía Noisey para entrarle a Haruomi Hosono, el camaleón del pop japonés

En su trabajo con bandas y como solista, el experimentador japonés cambió la forma del pop, la electrónica avant-garde, y más. Aquí una guía para saber por dónde empezar en su inmenso catálogo.

En 1972, los productores Lowell George y Van Dyke Parks se encontraban en el estudio con cuatro músicos peludos que les ofrecían una perla y un maletín lleno de dinero para que les grabaran su álbum. Los músicos, conocidos en su natal Japón como Happy End, habían viajado hasta Los Ángeles en busca del "sonido californiano"; ese que habían asociado a proyectos como Moby Grape, Buffalo Springfield, y otros actos de folk-rock estadounidense accesibles en su país.

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"Estábamos en el control room, y todo estaba fuera de control", dijo Parks en una entrevista de 2013. "Lowell caminó hacia el maletín, lo acarició con cariño, y dijo, '…¡creo que podemos hacer música con esto!'".

Los colaboradores rápidamente pusieron manos a la obra en lo que se convertiría en "Sayonara America", una canción determinante y el primer éxito de Happy End en Japón, donde el cofundador Haruomi Hosono comenzaría una carrera de más de cuatro décadas como uno de los artistas más grandes e influyentes de ese país. Hosono, que fue bajista de Happy End, multi-instrumentista en el trío de synthpop Yellow Magic Orchestra, y estilista conceptual detrás de un sin fin de álbumes colaborativos, ha desafiado básicamente todas las asunciones sobre qué se necesita para dejar un impacto cultural duradero; ha cambiado de estilos, géneros, e ideas nacionales para cementar su estatus como uno de los primeros músicos globales de su país.

Hosono, nieto del único sobreviviente japonés del Titanic, empezó su carrera a finales de los 60, con bandas como Apryl Fool, Happy End, y el colectivo fluido de músicos conocido como Tin Pan Alley. Happy End —que fue uno de los primeros actos en convertir el popular fōku style (inspirado a su vez en el renacimiento del folk estadounidense) en una recreación completa de la psicodelia de los 60 en la Costa Oeste norteamericana— ganó reconocimiento a comienzos de los 70 por su compromiso sin igual a replicar técnicas de grabaciones específicas del pop estadounidense. Su álbum debut homónimo de 1973, producido por Van Dyke Parks, es casi un inquietante equivalente japonés de The Byrds o Crosby, Stills, Nash, and Young.

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Mientras tocaba el bajo con Happy End a comienzos de los 70, Hosono había empezado a trabajar en una serie de álbumes solistas usando su propio nombre, frecuentemente bajo el anglicismo de "Harry" Hosono, como los comediantes japoneses Frankie Sakai o Tani Kei. Al verse fuertemente influenciado por músicos de "jungle sound" y "exotica" lounge como Martin Denny y Arthur Lyman, Hosono se vio a sí mismo como una especie de artista-bromista, transformando esta suerte de kitsch imperialista (lo que Edward Said llamaría Orientalismo) en su propia especie de crítica poscolonial vertiginosa. "Esta cumpliendo con el rol del comediante", le dijo al Red Bull Music Academy en 2014. "los músicos de 'exotica' apreciaban algo de muy lejos, y algo distinto. Yo quería ser ese mundo exótico".

En 1978 Hosono unió fuerzas con quienes serían los futuros miembros de Yellow Magic Orchestra, Ryuichi Sakamoto y Yukihiro Takahashi, para Paraiso, un álbum de rock con tintes de funk que continuaba con la fascinación de Hosono por la diferencia transpacífica. El álbum, que fue llamado "Harry Hosono and the Yellow Magic Band", presentó algunos de los primeros sintetizadores, como el ARP Odyssey, que se convertiría en una parte integral del sonido de YMO en años venideros; también contó con canciones como "Asadoya Yunta" (un tema tradicional de Okinawa), que luego serían grabadas para el trabajo de solista de Sakamoto y otros.

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En 2018, el sello estadounidense Light in The Attic Records reprensó cinco de los álbumes de solista de Hosono, haciendo de los lanzamientos ampliamente deseados algo que por fin se puede conseguir por fuera de Japón por primera vez. Aunque aún no están en Spotify, Apple Music, o Tidal, los álbumes pueden escucharse en YouTube, donde han circulado entre los super-fans desde hace unos años.

La música de Hosono, que ha sido influencia clave en el City Pop, el Shibuya-kei, y toda una generación de estilos internacionales emergentes, cuenta la historia de la globalización en sí misma, registrando el flujo y reflujo de miles de tendencias a lo largo de fronteras sociales, lingüísticas y tecnológicas. Ya sea que estés interesado en la Yellow Magic Orchestra o eres un fan casual entrándole por primera vez, existe una faceta de Haruomi Hosono adecuada para ti.

Así que ¿quieres entrarle al Haruomi Hosono Psych-Folk?

Nacido en 1947 en Tokio, Haruomi Hosono creció obsesionado con las importaciones norteamericanas. La Far East Network, de las estaciones de radio militares de Estados Unidos, seguía siendo muy popular décadas después de la Segunda Guerra Mundial, y aunque los ocupantes gringos en las islas del Pacífico podían disfrutar solo de un pequeño destello de la vida cultural de su tierra, las transmisiones abrieron de nueva música el mundo de Hosono y otros jóvenes de Tokio. Sonaba radio en inglés con grupos de psicodelia californiana como The Byrds y Buffalo Springfield, quienes homenajeaban a las tradiciones del rock y el R&B estadounidenses de una forma que inspiró a Hosono a cuestionarse por su propia relación con el legado musical de Japón.

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"Estábamos desconectados de nuestras propias raíces. No sabía nada de la música tradicional japonesa, como el Shamisen y el Shakuhachi", dijo en una conferencia del Red Bull Music Academy en 2014. "Aunque aprendí la importancia de las raíces gracias a grupos de la Costa Oeste, mi influencia directa fuer la literatura japonesa, especialmente la poesía. De ahí es mi formación".

Hosono vio a la música como un vehículo, un medio expresivo hacia las historias respectivas de las culturas estadounidenses y japonesas. Con Happy End, el bajista logró construir replicas casi exactas de clásicos de Randy Newman y The Band en álbumes como Kazemachi Roman, de 1971. Pero en su primer álbum solista, Hosono House de 1973, el músico se despojó de toda la opulencia rimbombante de sus anteriores esfuerzos de estudio para crear un álbum hecho alrededor de escasas melodías acústicas. Con una guitarra con tintes de bossa nova, "Rock-A-Bye My Baby", la primera del disco, marcó el tono para un LP de progresiones de jazz e instrumentación folk, con composiciones de surf pop sesentero en su núcleo. Canciones como "Fuyu" Goe" y "Jusho Futei Mushoku Tei Shunyu" representaron sus esfuerzos sonoros más ambiciosos, mientras que tracks más suaves como "Koi Wa Momoiro" se sienten como el equivalente japonés de una canción triste de Gram Parsons.

Aunque siguen siendo rezagos de su trabajo con bandas, álbumes en solitario como Hosono House, Tropical Dandy, y Paraiso muestran los comienzos de un músico ansioso por experimentar con nuevas formas. Después de una constante progresión, "Shimendoka", de Paraiso, encuentra al futuro tecladista de YMO, Ryuichi Sakamoto, probando justo los sonidos que luego exploraría en la Orchestra, y temas como "Silk Road" logran enhebrar el interés de Hosono en las baladas de piano de mitad de siglo con las vibras de la "exotica" en la cual estaba tan interesado en ese entonces.

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Playlist: “Rock-A-Bye My Baby” from Hosono House / “Fuyu Goe” from Hosono House / “Shimendoka” from Paraiso / “Worry Beads” from Paraiso / “Paraiso” from Paraiso / “Silk Road” from Tropical Dandy / “Chattanooga Choo Choo” from Tropical Dandy

Así que ¿quieres entrarle al Haruomi Hosono de "Exotica"?

El primero de junio de 1959, Quiet Village: The Exotic Sounds of Martin Denny llegó al número 4 en las listas de pop de Billboard. Con una mezcla dura de tonos de marimba, sonidos de bongoes y hasta alaridos de monos, el álbum se siente como lo más lejano a una habitación estadounidense, más allá de las casas prefabricadas, la General Motors, y el gusto promedio de los compradores de discos en Estados Unidos. Y sin embargo, algo de eso conectó con los habitantes suburbanos americanos, en parte porque por fin se cumplía esa experiencia extra-corporal prometida por los fabricantes de estéreos de alta fidelidad, pero también por una tendencia más amplia que empezó a evidenciarse en camisas con estampados florales, bebidas con infusiones de ron, y cierto acercamiento blanqueado a la cocina de la Polinesia.

Para 1959, "exotica" marchaba a toda máquina, tanto dentro de los Estados Unidos continentales como en las ondas radiales de las estaciones militares, donde canciones como "Firecracker" —el intento de Denny por hacer música asiática "oriental"— lograron al menos un cierto grado de atención internacional. El intento insensible y descarado de capitalizar la cultura identitaria japonesa debió haber resonado en Haruomi Hosono, quien reversionó la canción en concierto con Tin Pan Alley en 1976. Aunque el cover de "Firecracker" pasaría a convertirse en uno de sus mayores éxitos junto a YMO, el material en solitario de Hosono seguiría inspirándose de esa tensión específica que representaban Martin Denny, Arthur Lyman y otros. "La idea era tomar estas ideas de lo exótico desde Occidente, pero subvirtiéndolas", dijo Hosono a The Guardian en 2008. "Con Martin Denny, el 'exotica' es medio falso. ¡Pero yo soy real! Yo soy el target del 'exotica' occidental. Así que lo que quería hacer era 'exotica' desde una perspectiva oriental".

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Foto cortesía de Masashi Kuwamoto Archivos vía Light in the Attic

Álbumes como Paraiso, Bon Voyage Co., y Cochin Moon presentan a Hosono desviándose de sus comienzos como músico de jazz y aventurándose hacia terrenos más experimentales, tanto sonido como en concepto. Con su intro de marimba y las líneas vocales alternadas, "Asatoya Yunta", de Paraiso, logra refractar un clásico del folclor japonés a través de la "exotica" norteamericana, con las mismas cuartas paralelas de piano usadas para transmitir "lo asiático" en Hollywood desde hace décadas. Otras, como "Sayonara The Japanese Farewell Song", se construyen más a partir de las progresiones de jazz de los primeros trabajos de Hosono, con lineas tropicales percutivas diseñadas para enfatizar las texturas que evidencian la diferencia entre culturas.

Para Cochin Moon, Hosono colaboró con el diseñador gráfico y artista Tadanori Yokoo para crear el soundtrack de una película ficticia de Bollywood después de sus viajes a India. El álbum, que es de lo más cáustico y estridente hecho hasta ese momento, representa los primeros trabajos en solitario de Hosono en el sintetizador, una tendencia que seguiría en su trabajo con YMO y en álbumes de solista como Philharmony y S-F-X.

Playlist: “Asatoya Yunta” from Paraiso / “Fujiyama Mama” from Paraiso / “Fuku Wa Uchi, Oni Wa Soto” from Hosono House / “Hum Ghar Sajan” from Cochin Moon / “Madam Consul General of Madras” from Cochin Moon / "Sayonara The Japanese Farewell Song” from Bon Voyage Co.

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Así que ¿le quieres entrar al Haruomi Hosono Synth-Pop?

Para 1982, los sintetizadores digitales se habían convertido en algo cada vez más común dentro de los estudios, en parte gracias al boom global de compañías japonesas haciendo estos instrumentos electrónicos, como Akai, Roland, Yamaha, Korg, y otros nombres reconocidos a nivel internacional. Nuevas herramientas como el drum machine Roland TR-808 y el sintetizador Yamaha DX-7 se habían convertido rápidamente en accesorios comunes del panorama ochentero, parcialmente gracias al trabajo de Yellow Magic Orchestra, quienes presuntamente fueron los primeros en utilizar un 808 en vivo.

Después de cinco álbumes con YMO, Haruomi Hosono dejó que la tecnología fuera su guía, haciendo uso del sampler E-mu Emulator para su álbum Philharmony de 1982. Con su opción de polifonías a ocho voces y su capacidad almacenamiento, el sampler jugó un papel decisivo en las riendas estéticas de la composición del álbum, creando tracks hechos completamente de lineas de sintes de ejemplos y samples de voz cortados.

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Foto por Mike Nogami, cortesía de Light in the Attic

Aunque el álbum probablemente habla más de las bondades del emulador que de lo que hiciera el artista con él, la herramienta abrió un mundo de posibilidades expresivas para el panorama experimental y de composición de pop. El octavo tema del álbum, "Sports Men", podría ser la mejor canción de pop de todos los proyectos de Hosono; un jam de sintes sobre nadadores atléticos, desórdenes alimenticios masculinos, y las ansiedades infinitas del atletismo profesional. Encima de sintetizadores entrecortados, con cualidades casi vocales, Hosono canta con un espíritu inexpresivo a lo Lou Reed, creando una canción de pop tan perfecta como cualquier cosa que haya sacado New Order o The Human League.

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Otras canciones de Philharmony como "Luminescent / Hotaru" se balancean en la fascinante cuerda floja entre el art-pop y el noise experimental, tendencia que continuaría después en los trabajos de Hosono. Álbumes como Omni Sight Seeing, Mercuric Dance, y S-F-X muestran la intención del músico de alejarse de las formas convencionales, pero a veces pareciera que no se le puede escapar a una buena melodía.

Playlist: “Sports Men” from Philharmony / “Living-Dining-Kitchen” from Philharmony / “Laugh-Gas” from Omni Sight Seeing / “Pleocene” from Omni Sight Seeing / “Hepatitis” from Cochin Moon / “Bodysnatchers” from S-F-X / “Strange Love” from S-F-X

Así que ¿quieres entrarle al Haruomi Hosono “experimental”?

En 1983, una pequeña tienda de diseño llamada Muji abrió su primer local en un barrio rico de Tokio llamado Aoyama. Con el fin de establecer un ambiente contemplativo e impulsado por el diseño —muy en la línea de sus productos limpios y minimalistas—, la tienda pidió a Haruomi Hosono a componer música de tienda específica para el lugar, que luego fue utilizada en un cassette llamado Watering a Flower en 1984. La cinta, que se ha vuelto una rareza entre los coleccionistas, en parte gracias a su popularidad en YouTube, muestra a Hosono en su versión más pacífica, con tonos brillantes y casi infantiles y colores de ambiente que se desplazan lentamente a lo largo de sus dos tracks de 14 minutos.

Y ya fuera desde las texturas ambientales más suaves hasta los sonidos industriales más ruidosos, Hosono pasó gran parte de los 80 experimentando con los límites del audio grabado como un medio para el disfrute afectivo, por un lado, y las grandes ideas, por el otro. Aunque lanzamientos de su etapa más madura de solista como Mercuric Dance, Endless Talking, y The Making of Non-Standard Music pueden ser más atrevidos que sus primeros trabajos, canciones como "Air-Condition" y "Birthday Party" muestran que incluso desde Philharmony, Hosono buscaba el drone, el free jazz, el ambient y la música noise para inspirarse. "Air-Condition" suena como algo que podría haber salido de Music For Airports de Brian Eno, mientras que "Ohenro-San" y "Korendor", de Omni Sight Seeing, revelan una conexión entre la música tradicional japonesa y las tradiciones emergentes de pioneros del ambient-house como The Orb, The KLF, y Orbital.

From the softest ambient textures to the loudest industrial noise, Hosono spent much of the 1980s experimenting with the outer limits of recorded audio as a medium for both affective enjoyment and for big ideas. While late-career solo releases like Mercuric Dance, Endless Talking, and The Making of Non-Standard Music might be more adventurous than earlier material, songs like “Air-Condition” and “Birthday Party” show that even as far back as Philharmony, Hosono was looking to drone, free jazz, ambient, and noise music for inspiration. “Air-Condition” sounds like something that could’ve come from Brian Eno’s Music For Airports, while “Ohenro-San” and “Korendor” from Omni Sight Seeing reveal a connection between traditional Japanese folk music and the burgeoning traditions of ambient-house pioneers like The Orb, The KLF, and Orbital.

Playlist: “Malabar Hotel Ground Floor… Triangle Circuit on the Sea-Forest” from Cochin Moon / “Birthday Party” from Philharmony / “Air-Condition” from Philharmony /“Korendor” from Omni Sight Seeing / “Malabar Hotel Roof Garden… Revel Attack” from Cochin Moon / “3 6 9” from Making of Non-Standard Music / “Fossil of Flames” from Mercuric Dance / “To The Air” from Mercuric Dance

Artículo publicado originalmente por Noisey US.

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