FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Emmanuel Horvilleur: “En esta etapa lo que más quiero es tratar de hacer música linda”

En un mano a mano íntimo, uno de los dos cerebros de Illya Kuryaki and the Valderramas repasó los momentos más importantes de su vida y su carrera musical.
Foto por Martín Castillo Morales.

Mientras repasa junto a su banda los temas que integrarán el set list de esa noche, Emmanuel Horvilleur se mueve de un lado a otro sobre la tarima del auditorio principal de la Usina del Arte, el fastuoso centro cultural bonaerense que sirvió de escenario al ciclo CalorAma por el que pasaron representantes de la nueva generación del under porteño y que fue curado por Emma y que él mismo se encargará de cerrar. Se le ve concentrado, presta atención a todos los detalles, da indicaciones a sus músicos y a los ingenieros de sonido, prueba sus guitarras y canta cada una de las canciones con la misma entrega que si hubiese público en la sala. No es un concierto más en su carrera, se trata de su primera presentación como solista después de estar dedicado por completo durante los últimos siete años al exitoso regreso de Illya Kuryaki and the Valderramas.

Publicidad

Al terminar la prueba de sonido, Emma se acerca a nosotros y nos extiende su mano sonriente diciéndonos “Hola”. Habíamos quedado en encontrarnos antes del concierto para entrevistarlo para Noisey, afuera lo esperan varios canales de televisión para hacer notas con él por lo que el tiempo antes del show es limitado razón por la que nos pregunta, “Che, ¿qué les parece si mejor hacemos la nota la próxima semana en mi casa? Yo sé que lo de ustedes es algo más elaborado y para hacerla corriendo no vale la pena”. Sin dudar aceptamos su invitación y Emma sonriente nos dice, “Perfecto". Disfruten el show entonces”. Y así fue.

Su última presentación en solitario había sido a mediados del 2011 durante la gira de su álbum Amor en Polvo, poco tiempo antes de que la vorágine que significó el exitoso regreso de Illya Kuryaki and the Valderramas pusiera su carrera como solista en el refrigerador durante los últimos siete años. Una vez iniciado el concierto, Emma vestido con un elegante traje gris estampado con flores amarillas pregunta al público que colmó el auditorio “¿En dónde estuvieron en todos estos años?”, a lo que una chica del público responde gritando emocionada“¡Gracias por volver!”. El entusiasmo en el público que baila y tararea cada una de sus canciones es evidente, un entusiasmo que ya se había podido percibir con la buena recepción que tuvo desde su aparición en noviembre del año pasado "El Hit", su primera canción de esta nueva etapa que rápidamente se convirtió en un hit absoluto en el verano argentino.

Publicidad

La carrera de Emmanuel Horvilleur por fuera de Illya Kuryaki dejó hasta la fecha una cosecha de cuatro discos y un EP en los que el cantante argentino logró construir un universo sonoro propio en el que el rock, el pop y el funk se funden en un repertorio modernísimo lleno de sensualidad, falsetes, color y una buena dosis de sarcasmo e ironía que son la marca registrada del sonido Horvilleur. Una obra que pareciera haberse redimensionado durante estos años de hibernación y adquirido la maduración necesaria para que la audiencia explorara, digiriera, y entendiera todas las aristas de su obra en solitario.

Días después de su electrizante show y según lo acordado, visitamos a Emma en su casa del barrio bonaerense de Colegiales en el mediodía de uno de esos calurosísimos días porteños. Ahí nos recibió vestido con un jean, una camiseta gris, zapatos de tela estampados y una boina como de abuelo. Se le ve somnoliento y no nos queda duda que no ha pasado mucho tiempo desde que se levantó. Después de recorrer el pasillo que conduce hasta su morada, Emma nos pregunta donde queremos hacer la entrevista y agobiados por el calor respondemos sin dudar que en algún lugar fresco. Emma propone que sea en el patio de la casa y fue ahí bajo uno de sus árboles, rodeados de verde y amenazados por una nube de mosquitos que se confesó ante Noisey y nos contó sin tapujos todos los detalles de su vida por los que preguntamos: desde su infancia hasta el día de hoy pasando por supuesto por los días de Illya Kuryaki y sus primeros años en solitario.

Publicidad

Emmanuel Horvilleur durante su presentación en la Usina del Arte en Buenos Aires en marzo de este año, la primera de su nueva etapa como solista. Foto por Willmer Williams.

Noisey: ¿Qué significa para ti estar retomando tu carrera solista después de estar dedicado por siete años al reencuentro de Illya Kuryaki and the Valderramas?¿Cómo te sientes?
Emmanuel Horvilleur: Creo estar en medio del proceso de volver a algo. Yo creo que hay cosas que se repiten cíclicamente, y también en Kuryaki y en toda esa historia mía con Dante. Cuando nos separamos de IKV, Dante salió un poco corriendo a hacer ese disco. Era una necesidad imperiosa para él hacer en su momento Elevado (2002) y también hacer ahora Puñal (2017). Yo no tenía esa necesidad de salir corriendo a hacer un disco sino que quería vivir un poco más el proceso. Él seguro que hizo un poco su proceso estando en IKV, yo en cambio estando en Kuryaki estaba en Kuryaki. Nosotros cortamos y estoy ahora vivenciando un poco todo esto: las canciones nuevas que voy haciendo, armar un show nuevo, armar una banda nueva y una estructura nueva. Estoy viviendo todo ese proceso y lo estoy disfrutando.

Sin embargo esta nueva etapa empieza a nacer durante la gira de Illya Kuryaki por Europa en el 2016 cuando te encontraste en Madrid con Didi Gutman de Brazilian Girls y sale la canción el "El Hit"…
Yo siempre soy una persona que escribe, para Kuryaki o para mí, para lo que sea… ni pienso para qué… pero no tenía la intención de meterme en un estudio a grabar un disco nuevo completo y no salir más. No tenía esas ganas. Tenía ganas más de hacer esto de ir a juntarme con Didi en Madrid, o como hice hace poco cuando fui a la provincia de Mendoza y me junté en un estudio con los pibes de la movida de allá como Usted Señálemelo, Perras on the Beach o Luca Bocci. También tengo ganas de meterme en un estudio con los músicos nuevos con los que estoy tocando, de hecho, la primer situación que hice fue hace ya casi un año estando en Kuryaki pero probando cosas con el productor Rafa Arcaute, Mariano Domínguez, el bajista de IKV que ahora toca conmigo, y Pablo González, el baterista de IKV que ahora toca con Dante. Ahí laburamos en unas ocho canciones que no sé cuanto de eso va a quedar para el disco, era como que tenía ganas de probar y experimentar en ese juego que se da en el estudio sin intención de sacar ya ese material sino de vivir un poco más lo que es la canción, la composición y mezclarme con otra gente.

Publicidad

¿Y sí va a haber un disco o van a ser más que todo singles?
Va a haber un disco pero posiblemente saque antes cuatro cinco canciones y después saldrá todo el disco, capaz a fin de año.

En la gira de Illya Kuryaki por Europa sucedió algo muy importante que fue el reencuentro con tu padre biológico después de casi 20 años… Debió ser algo muy fuerte.
Fue algo duro. A ver, he vivido cosas más duras pero si fue algo muy movilizante. Hay una historia con la persona que me dio mi apellido que siempre estuvo ahí como medio paralelo a mi vida pero muy lejos. Yo cuando tenía como un año y medio o dos mi mamá se separó y mi padre Juan Horvilleur, que es un argentino-francés, se fue a vivir a Europa. Lo volví a ver a los 20 o 21 años cuando estábamos presentando Chaco en el año 96, ahí lo vi un par de veces y no lo volví a ver hasta el año pasado cuando estuvimos con IKV en Europa. No deja de ser una persona que entró al camarín y era como muy parecida a mí con todos estos rasgos que tengo yo como de medio chino y eso no dejó de ser movilizante. Tampoco dejó de ser movilizante darme cuenta que yo tenía como una reticencia a viajar a Europa por ese tema, pero también me di cuenta que tampoco tengo un rencor contra él y eso es algo que estuvo bueno. Sucedieron un poco así las cosas en la vida nuestra y esa situación de entre comillas de abandono mezclada con el amor que me dieron mi mamá y su esposo Eduardo Marti, es lo que yo creo que hicieron que yo sea también una persona muy cuidadosa de mi paternidad propia y que esté pegado y cerca de mi hijo siempre. Un poco también tuve esa angustia cuando me separé de Celeste Cid, porque era más o menos la misma etapa porque mi hijo tenía como dos años, recuerdo que me dije “Uy, ¿cómo puede ser qué esté repitiendo esta historia tan mala?”… y no la repetí, porque si bien se dio esa cosa de sincronicidad y como de una cosa parecida a lo que yo había vivido de pequeño, par mí fue como reivindicarme con ese tema. Al día de hoy somos una familia de esa forma y es lindo.

Publicidad

¿Y cómo fue tu infancia? Debió ser difícil crecer con el fantasma de la ausencia de tu padre además del fantasma de la historia oscura de tu abuelo el comisario Alberto Villar que fue director y uno de los creadores de la Triple A y que fue asesinado meses antes de tu nacimiento.
No sé si había tantos fantasmas. A todo eso le ganaba otra cosa que era una vida más alegre y más ligada a la música o a bailar con mis hermanos Lucas y Guada. Esa era mucho más mi realidad… ahora todas esas cosas ya más ligadas a sea Horvilleur o sea el padre de mi mamá, todo eso era como momentos en que podían aparecer cosas así y te podías angustiar pero como que había más de lo otro, de disfrutar, jugar y pasarla bien.

¿Qué recuerdas de Spinetta y su familia cuando eras pequeño?
Cuando yo era chico hemos estado infinidad de veces juntos. Me acuerdo de él siempre tocando la guitarra y cantando, riéndose porque tenía mucho humor. Hay algunas cosas que se me vienen a la cabeza como una vez yendo a su casa que yo estaba vestido como con un jean y un cardigan de lana y al llegar allá, Luis había viajado a Estados Unidos y se había traído una campera plateada para Dante y una dorada para Cata y yo como que venía más vestido de niño de los setenta y ellos ya estaban más como en los ochenta y me miré y me dije, “No me gusta como estoy”. Ya había algo mío con el look y la estética desde muy pendejo, porque mi papá Eduardo Martí hacía fotos de moda y yo hasta había desfilado de pequeño.

Publicidad

Debió influirte mucho el contacto con todos esos músicos cercanos a tu padre para despertar tu inclinación a la música…
Sí, un montón. Cosas musicales y todo lo adyacente, yo creo que terminé en la música también por todo el combo. Esa cosa también de la noche bohemia, de estar a la noche en la quinta y estaban tocando la guitarra o escuchando música buenísima mientras nosotros jugábamos hasta las dos de la mañana en el parque. Todo eso siento que me influenció mucho y que forma parte más de la vida de uno, de como le gusta a uno vivir.

¿Y cuando empezaste a acercarte más a la música?
Siempre me gustó. Desde chico iba a shows y me encantaba, y me encantaba escuchar música. Tocar instrumentos era una cosa más lejana, había un par de guitarras en mi casa pero me parecía muy difícil agarrar un instrumento y hacer algo… siegue siendo difícil. Arranqué más escribiendo, escribía en un cuaderno letras y poesías. Me acuerdo que gané un concurso en quinto grado con un poema que hice que se llamaba "La Chancha" y ya tenía esa cosa medio de rap, decía algo así como, “La chancha de porcelana / tiene un pull over de lana / y nunca en su c h ancha vida / fue a caminar por la vía / pues ella temía de que la pise un tranvía”… un delirio así…. Je Je Je…. Ahí ya arrancaba el delirio.

Háblame de Pechugo, el grupo que formaste junto a tus hermanos menores Lucas y Guada Marti y junto a Dante, Catarina y Valentino, los hijos de Spinetta.
Pechugo fue como que seguimos en esa pero ya cada uno tiene un cuaderno. Creo que una de las cosas también con las que arrancamos a crear situaciones era cuando jugábamos con nuestro muñecos. Al juego le poníamos “Casos” como si fuera un programa de televisión y eran situaciones como que los Chewbaccas se mezclaban con los Playmobil y hablaban y habían unos malos y otros buenos, de pronto Chewbacca agarraba una Barbie por atrás y abusaba de ella pero la Barbie era más grande y lo mataba. Hacíamos otra cosa como que armábamos unas radios: poníamos un grabador y cantábamos canciones que inventábamos en ese momento con las letras que escribíamos en nuestros cuadernos y ahí empezamos a hacer canciones. Teníamos un tema que se llamaba "Mabel", o canciones que eran medio Fito como una que se llamaba “La generación de la guita” que decía “La generación de la guita es un tiro en la cabeeeeeezaaaaaa” ¡Teníamos un montón! Era como que decíamos, “Hagamos un disco” y capaz en dos horas lo hacíamos. Recuerdo una vez que le dijimos a mi hermano Lucas, “Che Lucky, hacé una canción”, y entonces bajó y se hizo una canción que hablaba de Jaques Costeau. Esas grabaciones se perdieron todas.

Publicidad

Debió ser bárbaro tener 13 años y que Spinetta escogiera "El Mono Tremendo", una de las canciones de Pechugo para incluirla en su nuevo disco Téster de Violencia (1988) ¿Qué recuerdas de esa grabación?
Eso fue buenísimo. Me acuerdo que era la primera vez que cantaba frente a un micrófono y que me quedó toda la garganta re cansada porque eran puros gritos: “El mono tremendo se viste / ¿Con qué? / ¡ Con piel de búfalo asado! . ¡Estuvo buenísimo! Y también estuvo buenísimo cantarlo en vivo en teatros o en Badía y Compañía, el programa de Alberto Badía que era el programa de música más visto que había en la televisión. Cantar ahí y que al otro día todo el mundo te reconocía era muy emocionante.

Supongo que ahí empezaste a sentir eso de, “Yo quiero hacer esto”.
Yo creo que fue en la presentación de Téster de Violencia en el teatro Broadway que se me despertó eso. Nosotros terminamos de tocar y subimos a un palco y fue como una pequeña fama, la gente nos señalaba desde el público y nosotros saludamos y era como re lindo eso. Era como mucha adrenalina y esa adrenalina se traducía en más canciones, en seguir escribiendo y seguir mejorando y después fue Kuryaki. Illya Kuryaki se fue moviendo en la adrenalina de crecer, del reconocimiento y de pensar que no había techo.

¿Cómo fueron los primeros años de Illya Kuryaki? Debió haber muchos prejuicios con ustedes por ser los hijos de…
Tuvimos que luchar con eso y otras cosas más, siempre tuvimos que luchar contra algo. No era solamente de ser quienes éramos sino también de la música que hacíamos. Me molestaba más que nuestra música no fuese considerada o tenida en cuenta que venir de donde veníamos que era nuestra realidad y la va a ser siempre.

Publicidad

Era una música muy rara para la época…
Sí, en algunas cosas siento que fuimos adelantados a nuestra época, sobre todo en la mezcla que ahora se da mucho más naturalmente. En el año 91 hacemos Fabrico Cuero en donde no sabíamos tocar ningún instrumento y ya en el 97 hacemos “Versus” que fue un delirio con una orquesta y vientos tipo Michael Jackson. En pocos años creamos un mundo. En Chaco había canciones como "Abarájame" o había otras como "Hermoza form Heaven" o "Abismo" que podrían ser de bandas diferentes pero en nosotros convivían porque convivía esa música en nosotros. Escuchábamos tanto a Spinetta o a Stevie Wonder como a Beastie Boys o G Funk, esa mezcla de mundos era natural en nosotros.

En el 91 cuando hacen Fabrico Cuero no sabían tocar instrumentos pero ya en Horno para Calentar los Mares (1993) sabían tocar ¿Qué fue lo primero que aprendiste a tocar?Bueno, yo me compré un bajo. Lo que hacía mucho en ese momento eran riffs y después también fui agarrando la guitarra y aprendiendo mis acordes y mis cosas. Lo que siempre me importó fue llegar a una canción, nunca he profundizado el lado mío instrumentista pero sí en cuanto a crear líneas de bajo o hacer un tema desde un lugar casi de productor a veces. En Horno para Calentar los Mares las canciones estaban hechas por los dos, "Virgen de Riña" por ejemplo, fue una canción en la que Dante tenía la música y yo tenía la letra, él se puso a tocar eso y yo dije, “A ver”, y la letra entraba buenísimo. En Illya Kuryaki se daba mucho también esa cosa de coincidencias medio mágicas en algunas canciones.

Publicidad

¿Cómo recuerdas la época de Chaco (1995)? Debió ser una locura tener 20 años y estar tocando por toda América Latina, haciendo un MTV Unplugged y teniendo ese nivel de exposición.
Siempre fuimos una banda muy profesional y consciente, esas oportunidades que se nos daban las íbamos a aprovechar y las íbamos a hacer de la mejor manera posible. Recuerdo que nosotros estábamos en una gira de 10 shows en autobús por la provincia de Córdoba, ya habíamos sacado Chaco pero todavía no había explotado y estábamos en un hotel en San Marcos Sierra y suena el teléfono y yo andaba por ahí por el parque del hotel y me dicen, “¡Emmanuel te estañan llamando!”, y cuando atiendo era el productor Pelo Aprile y me pregunta, “Che ¿están para hacer un Unplugged de aquí a un mes?”, y yo digo como si nada “Sí, sí”, y Pelo dice “¡Ah que bueno! Porque vamos a hacer un Unplugged y yo los postulé. Se me hizo un poco difícil porque son todavía una banda que está arrancando”. Y así fue. Volvimos a Buenos Aires y nos metimos en los históricos estudios TNT que no existen más, estuvimos ensayando y adaptando las canciones a lo acústico y al poco tiempo ya estábamos en Miami grabandoló y fue todo en un mes, un mes y pico que Chaco explotó y al poco tiempo salió “Ninja Mental” (1996) y teníamos dos discos exitosísimos en la calle. La explosión de “Chaco” se empezó a dar más en el 96 a raíz del Unplugged. Debió ser un cambio radical en sus vidas a nivel económico y social.
Sí, aunque recuerdo que en esa época los dos teníamos novias y nos gustaba estar de novios. Era loco, teníamos ventipico, éramos novios y éramos fieles, no digo que sea loco ser fiel digo que para un chico de 20… pero estuvo buenísimo, la vivimos con todo en esa época. Recuerdo que nos compramos teclados y otros instrumentos, potenciábamos un poco eso… nuestro lugar en la música. Nunca tuvimos problemas con la fama, estábamos bastante centrados.

Publicidad

En Chaco además te consagras como compositor con canciones como "Abismo", "Jalea", y "Hermana Sista"…
Bueno, haber hecho una canción como "Abismo" que es como un himno por lo menos para los seguidores de Illya Kuryaki y que la sigo tocando hasta hoy en día y a veces ni la canto yo y la canta la gente… ¡tener aunque sea una canción así en la vida es lindo realmente! Tengo otras pero tal vez creo que aún no estamos en esa etapa de la vida en que todo debería ser parte de un show… Illya Kuryaki es Illya Kuryaki y Emmanuel Horvilleur de solista es otra cosa. Yo en mis shows no toco “Abismo”, “Jugo” o “Los Ángeles”, toco mis canciones de solista… es como una manera de respetar cada mundo tal vez. Tal vez en 10 años hago un show con todo eso o tal vez en 10 años no hago más música, no lo sé.

Debió ser muy difícil separar Illya Kuryaki la primera vez
La verdad es que una de las diferencias más grandes que tengo con Dante es esa, que yo siento que Illya Kuryaki es algo muy grande y podemos llevarlo si queremos a un nivel mucho más grande aún. Creo que lo que se da cuando nos juntamos es una fuerza única, no sé si él cree lo mismo, eso es una realidad. Para mí ha sido difícil siempre separar Kuryaki, pero a la vez en simultáneo con esa dificultad pasa que yo encontré una carrera solista que me representa mucho. Sea como sea siempre va a estar bien.

¿Y cómo fue encontrar tu personalidad musical después de Illya Kuryaki? Fueron 7 años bien intensos en tu vida: sacaste 4 discos y un EP y además fuiste padre.
Significó también darme cuenta que podía hacer música yo solo principalmente. No lo sabía bien, no es que no sabía que podía hacer una canción porque yo ya sabía que podía hacer una canción buena, lo que no sabía es si podía tener una voz separada de Illya Kuryaki y poder crear un universo tan fuerte como ese yo solo. Yo creo que lo logré porque ya la gente reconoce a Emmanuel Horvilleur como un estilo propio, como una cosa que mezcla esa sensibilidad pop con groove, con funk, con ironía y una cosa ácida también por momentos, por momentos de anti héroe, por momentos de héroe. Todo eso en esos cinco discos que hice crearon también un mundo que está ahí para escucharlo y si te metes un poco vas a saber también de lo que hablo.

Publicidad

¿Cómo fue tu relación con Dante durante esos años?
Yo siento que mi relación con Dante es una relación de dos personas que se quieren, se estiman, se admiran y se aprecian mucho, pero cuando estamos cada uno en la suya baja justamente eso: esa interacción que uno tiene día a día con un compañero de banda como ha sido con Dante. Digamos, el cariño está, están los cumpleaños, están los nacimientos, está todo eso, pero también esa cosa de compartir música que es tan fuerte no está, entonces eso falta y así pasa cuando no estamos juntos. No sé si es algo malo o bueno pero es eso.

Por otra parte esa etapa te permitió acercarte musicalmente a tu hermano Lucas Marti, compusiste varias canciones con él y produjeron juntos el disco "Amor en Polvo" (2010)…
Mi hermano es un genio… ha hecho discos increíbles y tiene una voz propia. Siento que en muchas cosas él es el más Spinetta de todos los Pechugo y no me refiero en el color de la voz ni nada de eso, sino al tipo de música de autor que ha creado que tiene algo muy personal en la escritura, en la canción y en los arreglos y también en el norte que se fue trazando con respecto a la música. Con él he hecho algunas cosas y nos gusta hacerlas pero también cada uno tiene su mundo. Deberíamos hacer un disco juntos.

¿Y cómo fue juntar de nuevo a Kuryaki?
Personalmente sentía que nos debíamos esa vuelta y me encantó. Estos últimos años fueron muy intensos, el último show fue hace muy poco. Illya Kuryaki es una marca ya a esta altura y de pronto volvimos a tocar y volvimos a tocar también para pibes muy chicos que amaron la fuerza que tiene Illya Kuryaki en vivo. En IKV han tocado siempre músicos buenísimos y esta última etapa de la banda no ha sido la excepción. Yo a veces creo que nuestras canciones hacen que esos músicos toquen mejor aún, como que las canciones de IKV te requieren a veces no un virtuosismo pero sí una especie de ser parte de un engranaje, y cuando ese engranaje se da en canciones que son groove puro como "Jugo" o "Latin Geisha", eso es Kuryaki también y eso es lo diferente en nuestras carreras solistas. Hay una cosa también de unión y de personalidades que logran un punto muy elevado y que a mí me encanta ser parte de eso. IKV es Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur pero es también todo lo otro que está ahí: los Fernando Samalea, los Pablo González, los Fernando Nalé, los Mariano Domínguez, todo esos músicos que han sido parte de IKV y han afectado positivamente la banda. Fue muy emocionante volver.

Debió ser un contraste muy fuerte volver y sentir esa emoción, pero por otra parte coincidió con la enfermedad y muerte de Spinetta
Sí. Tal vez lo que fue un poco loco fue haber podido estar cerca de Dante en ese momento y poder acompañarnos todos. Luis venía a los ensayos y grabaciones de IKV y el hecho de poder estar ahí todos juntos y que no te la cuenten fue lindo. Las cosas a veces se dan de esa manera. Recuerdo que cuando fuimos a tocar al festival de Cosquín dos días después de la partida de Luis le preguntamos a Dante, “Che, ¿querés tocar? Estamos para lo que quieras”, y el dijo que sí, entonces fuimos e hicimos ese show tan groso. Recuerdo que hubo un momento en que dejé de tocar en una canción porque lo vi a Dante tan compenetrado y tan en conexión que no me lo quería perder. Fue muy emocionante.

¿Qué esperas de esta nueva etapa como solista?
Espero disfrutarlo, es lo que más quiero. Disfrutarla y que eso se note. Ya en muchas cosas soy un veterano que atravesó los distintos formatos, mi primer disco con IKV salió en vinilo y cassette, después vino el CD y ahora salen en vinilo de nuevo. Sigo siendo joven en muchos aspectos pero también he vivido mucho. En esta etapa lo que más quiero es tratar de hacer música linda, disfrutarla y que él que se quiera subir a la nave se suba.

Muchas gracias Emma por tu tiempo.
A ti por la entrevista, ¡estuvo muy buena!.

Una última cosa, ¿nos tocarías una canción?
Sí claro, ¿cuál querés?

A mí me encanta “Alucinante”.
Ok, ahí va.

Conéctate con Emmanuel Horvilleur en: Facebook.