Sónar 2018 o la intensidad electrónica en Barcelona

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Música

Sónar 2018 o la intensidad electrónica en Barcelona

25 años del festival más importante de electrónica en Europa.

Todas las fotos cortesía de VICE España.

Los amantes de la música electrónica estuvieron de enhorabuena en esta edición del festival de música avanzada más importante de Europa, por no decir del mundo. Sónar celebró su 25 aniversario por todo lo alto, batiendo una vez más su récord de asistencia con un total de 126.000 espectadores y con un cartel que no podía dejar a nadie indiferente.

Fans de la música urbana, conocedores de la electrónica más experimental y bailadores de los géneros más cluberos. Todos ellos se vieron reflejados en la programación de esta 25ª edición, con once escenarios (repartidos entre el día y la noche) de donde poder escoger. Como siempre, el festival se las arregla para traer a cabezas de cartel de infarto, además de propuestas que en realidad son joyas por descubrir e incontables artistas de todo tipo y género con los que el variadísimo público pudo sentirse identificado. Hay que felicitar a la organización por dar espacio y voz a muchas artistas mujeres distintas, cosa que no pasa en la mayoría de festivales donde el 90% del cartel está formado por hombres.

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Nosotros fuimos a verlo todo, aunque eso es una misión imposible, y podríamos estar hablando de ello durante todo el verano, pero hay que volver a la vida real. Para los que se perdieron algo, o todo, o para los que quieran revivir momentos mágicos, aquí va una selección de lo que fueron algunos de los sets más relevantes (o conmovedores, o impresionantes, o memorables) de esta 25ª edición de Sónar.

Sonar de Día

Yaeji

La joven artista de Brooklyn y ascendencia surcoreana subió al escenario del SonarVillage dispuesta a hacer bailar a un público, que llevaba ya unas horas sudando bajo el sol barcelonés. En la primera parte de su set pudimos ver su faceta de selectora, haciendo una muestra de su mapa sonoro muy ligado al house. En el momento en que vio que ya tenía a su público en movimiento, Yaeji cogió el micro y empezó lo bueno. Sonaron algunos temas de su EP como “Raingurl” y “Drink I’m Sippin On”, temas urbanos que mezcló sin olvidarse de los ecos provinientes del deep house. Se podía ver que la cantante, dj y productora estaba concentrada y gozándolo por partes iguales.

Despacio – James Murphy & 2manydjs

Sin duda en este escenario (¿o deberíamos decir club?) del Sónar de día es donde se hizo obvio que eso era una fiesta de cumpleaños. James Murphy y los hermanos Dewaele estaban como en su casa y, de hecho, aquel escenario oscuro y rodeado de columnas de altavoces se convirtió en su morada durante los tres días principales del festival. Con un total de 18 horas de sesión, divididas en tres días, los magos de los platos tuvieron tiempo para todo. Desde contundentes ritmos techno llenos de sintetizadores, pasando por joyas viejas y ocultas del rock o el blues, con momentos de disco puro y ritmos funk, se puede decir que Despacio fue la fiesta que el Sónar se merecía para sus 25 años.

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Laurel Halo

Podríamos considerar a Laurel Halo como una de esas artistas que lleva la vanguardia en la sangre y que va a buscar los límites de todo lo que hace. Una investigadora en toda regla que no entiende la música como un puñado de géneros, sino como un amalgama de sonidos insólitos que ella hace girar entorno a lo que le plazca. En esta ocasión, la norteamericana vino acompañada del percusionista Eli Keszler, y los dos montaron un directo de piezas mutantes en una actuación de estar sentado en el teatro de la Fira de Montjuïc, el SonarComplex.

Rosalía emocionada durante su actuación en un festival que tiene los mismos años que ella, 25.

Jenny Hval

Nos quedamos en el SonarComplex para hablar de Jenny Hval. La artista noruega parece mutar cada vez que se sube a un escenario y es difícil predecir qué tipo de maquinaria pondrá en marcha en cada ocasión. El concepto es lo que guía sus composiciones y, mediante la creación de espacios sonoros enrarecidos y provocadores, el discurso de Jenny Hval gira en torno a temas de género e identidad. Otro show que desprendía vanguardia por los poros.

Rosalía

Sin duda, una de las actuaciones más esperadas de Sónar de Día. El público barcelonés ama a Rosalía y todo el mundo tenía ganas de descubrir qué era lo que se llevaba entre manos después de un tiempo de silencio. El resultado de tanta expectación fue un SónarHall lleno hasta la bandera en el que podías ver el escenario a través de los miles de móviles que estuvieron alzados constantemente. Cuando sonaron las primeras notas de su reciente hit “Malamente”, todos tuvimos claro que la cantaora había mutado en algo distinto y que venía a romper el escenario como una diva. Acompañada de El Guincho, productor de su próximo disco El mal querer, su show fue una deconstrucción flamenca, pasada por todos los suburbios de España y rematada con elementos punzantes propios del productor. Un nuevo espacio musical que habrá que seguir conquistando.

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Sónar de Noche

Yung Lean ya ha actuado dos veces en Sónar a sus 21 años. Aquí durante su actuación del viernes en Sónar Noche

Octo Octa

El escenario SónarLab, comisariado por Resident Advisor, fue la meca de la música club en su faceta más experimental y divergente. Ahí vimos a Octo Octa, la artista norteamericana que se mueve entre los ritmos del house más delicado a la vez que contundente y composiciones melódicas sintéticas, todo envuelto en una atmófera un tanto mística. Su actuación, en forma de live set analógico abierto a la improvisación, giró en torno a su nuevo trabajo, Where are we going?, que es sin duda lo más luminoso que ha producido hasta el momento.

Lanark Artefax

Este fue quizá uno de los sets más introspectivos (que no por ello adormecido) del Sónar de noche, ideal para dejar atrás el ajetreo del día y empezar la noche del sábado. El joven de Glasgow, considerado ya por muchos un nuevo maestro del IRM y el techno abstracto, subió al escenario acompañado de una columna de mapping visual que ponía en evidencia la intención mental del show. Fue fácil dejarse llevar por sus ritmos dislocados y cenefas melódicas de otro planeta sorprendentemente familiares y agradables al oído. Una experiencia casi astral para el cerebro de la mano de uno de los nombres a los que habrá que seguir la pista.

Objekt

El DJ y productor británico residente en Berlín se subió al escenario SónarClub justo después de Thom Yorke y pareció que no podía haber transición más acertada entre el set del frontman de Radiohead y lo que quedaba de noche bailable. Y es que los sets de Objekt son precisamente eso: un espacio entre la música de club y la electrónica abstracta que dan como resultado una sensación de estar envuelto en una suerte de minimalismo contundente. Los que estuvimos allí recibimos el mensaje: las horas más meditativas (por decirlo así) estaban acabando para dar paso a la última noche de Sónar 2018.

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La argentina Nathy Peluso (1996) brilló en el sábado en el escenario Sónar XS

Helena Hauff

Helena Hauff es sin duda una de las djs del momento. La alemana lleva ya un tiempo ganándose su reputación a base de talento, energía y elegancia en unos sets en los que es capaz de mantener la tensión como nadie. Esta monstruo del techno va hacia todos los rincones del género y sus sets son prácticamente clases magistrales de ello. Su closing set del viernes hizo que el SónarPub fuera una pista de baile a lo Berghain hasta que salió el sol.

Ben Klock & Dj Nobu

Ver a Ben Klock, guardián de Berghain, compartiendo platos con Dj Nobu, leyenda del clubbing underground japonés, es una experiencia completa del techno que no pasa muy a menudo. La contundencia del alemán, con sus ritmos profundos que no dejan lugar a dudas, y el lado más esotérico del nipón se complementaron de forma impecable en esta sesión del sábado noche en el escenario comisariado por Resident Advisor. Prestando atención, podían notarse los cambios de manos en el flujo de la sesión: a ratos estábamos metidos en loops embrujados del japonés cuando de pronto (sin perder las sutilezas ni la clase, por supuesto) irrumpía la perspicacia del alemán para meter sólidas bases y reinyectar energía en la pista de baile. Dos mundos chocando que consiguieron crear otra vida, nueva y distinta.

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