Para mí el trap es estética: Una charla con Nathy Peluso

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Música

Para mí el trap es estética: Una charla con Nathy Peluso

Poseedora de una voz hipnótica y un acento cuasi-italiano cuasi-español, la argentina radicada en Madrid visitó Chile. Conversamos sobre trap, cuerpos, migración y feminismo.

Todas las fotos de María Troncoso.

Una mujerona se levanta la polera negra estampada frente a la cámara. Atrás, el estacionamiento de un restaurante envuelto en una atmósfera húmeda y de neón. Sus tetas al aire aparecen pixeleadas. Me resulta provocadora, no por las tetas, sino porque no coincide con el estereotipo de mujer en el trap. Es lo primero que pienso de Peluso. Comparto el video con mis amigos y "Esmeralda" ingresa a nuestras listas de reproducción. Belén Flores de Velenporella es partner de la producción que trajo a Nathy a tocar a Chile. Acordamos una cita y mientras conversamos, le va limando, rellenando y pintando las uñas, en las que hace un diseño de llamas.

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La argentina afincada en Madrid Nathy Peluso, es una personalidad emergente en lo que a la música actual se refiere. Después de tantear estilos, encontró su sitio rodeándose de talentos ya establecidos como los chicos de Guayaba Records o su compañero de batallas, el joven y prometedor productor y vocalista madrileño Odd Liquor. Pero rápidamente se ha destacado por mérito propio: Nathy canta, baila, rapea, está totalmente exenta de pudor y tiene unas tablas tanto en el escenario como delante de la cámara, que la hacen una de las apuestas más seguras para encabezar la nueva ola de voces de la escena del trap y los ritmos urbanos en español.

Dueña de un amplio bagaje musical y con una estética y propuesta propias, Natalia se presentó en el Club Subterráneo de la capital chilena, y con una sesión de uñas acrílicas como pretexto, llevamos a cabo la siguiente entrevista.

Noisey: Natalia, tienes influencia de muchos lados. Del jazz, el blues, el soul, la bossa nova, hasta llegar a Fito Páez, Spinetta y toda la tradición del rock argentino. Esa cultura híbrida y amplia ¿le da una densidad particular a tu sonido?
Nathy Peluso: Sí, efectivamente. A veces escucho mi música y siento que estoy haciendo un guiño a cosas que he escuchado desde hace años y que, al fin y al cabo, le dan una densidad de la que no soy consciente. Esos músicos están presentes continuamente en mis composiciones. Sobre todo en mi modo de hacer música, de exponerme y afrontar la música que es muy propio, muy mío. No tengo un ejemplo a seguir o de cómo vivir este proceso. Eso sí, tengo influencias. Por ejemplo, Celia Cruz es indispensable para mí. Luego, Chet Baker o grandes exponentes del jazz -no te voy a adentrar en especificaciones porque son tantos. Siempre hablo de una Nina Simone, de una Etta James, que son clásicos para mí, pero también un Chayanne.

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¿Un Chayanne?
Un Chayanne. El Chayanne de antes. El de ahora ni lo conozco.

El de "Fiesta en América".
Claro, ese, ese Chayanne. Para mí es un showman tan hermoso. O sea, yo quiero ser así ¿me entendés? Tipo esos bailes, esos bailarines, sudores, amor. Me encanta.

¿Y cómo llegaste a darte cuenta de que tu talento era musical?
Creo que no me di cuenta, siempre lo supe. Me he enfrentado a lo largo de la vida a un montón de trabajos que han sido muy duros, que no tenían nada que ver con esto. Trabajé mucho tiempo en hostelerías, en cadenas de producción, he trabajado como camarera… Son cosas jodidas para mí. Me acuerdo que era muy esclava y me acordaba que ese no era mi camino. Siempre tuve muy claro que era algo transitorio. Siempre he tenido una conexión con el universo y he sabido que tengo que hacer música. Sea como sea, la música me ha ido acompañando. Tipo: "Nathy, vos tenés que hacer música. Esperá que ya va a llegar". Y mientras tanto, ayudé un poco al destino. Uno siempre tiene un destino pactado, pero también tenés que hacer por ello, para conseguirlo. Por eso siempre estuve en contacto con la música, me apunté a actividades con la música, subí mis covers.

Comenzar en Internet también te da otro bagaje.
Efectivamente. De hecho, siempre voy a estar agradecida con Internet porque es la herramienta que me ayudó a ser un poco más conocida, a que la gente me escuche. Es una herramienta de la que todos nos podemos beneficiar, siempre y cuando no abusemos de ella y perdamos la humanidad ¿me entendés? He conservado muchas cosas de esa Nathy Peluso, de la que vengo. No me avergüenzo en lo absoluto. Lo veo e incluso me pongo feliz, digo: "mirá lo que hacía, mirá lo que hago ahora, y lo que haré dentro de cinco años". Me encanta que la gente vea la evolución. La gente ve lo que haz laburado para estar donde estás. No, estabas en tu casa tocando la guitarrita. He conservado muchas cosas, otras cosas las borré porque no me enorgullecían. Capaz que si no me hubiera grabado hay cosas que se te olvidan, ¿no? Siempre hay que dejar un registro.

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¿Cuáles son los insumos que te ayudan a evolucionar en tu sonido?
Siempre estar en contacto con buena música, creo que es lo que más me ha enseñado. Escuchar cantidades masivas de música. Además no hago el trabajo intelectual de intentar acordarme de los nombres, las referencias. Yo hago el trabajo de amar la música. El estudio que hago desde chica, ha sido sentir la música y luego interpretarla a mi modo, llevármela a mi campo. También estuve en un coro con nueve años, he estado en comedias musicales, teatro; he estudiado teatro físico cuatro años. Ahí trabajé un montón la voz. Pero creo que mi enseñanza clave, la he recibido gracias a mis padres que me inculcaron la costumbre de escuchar música y yo me propuse a escucharla libremente y aprovechar lo que me provoca; no tanto "ay si y acá hay un sol menor y…" que eso me fascina, pero la clave no reside ahí.

For real

Probablemente sea el género urbano de mayor crecimiento en este último año. En sus letras soezes volvemos al escozor primero que gozaba el reggaetón de vieja escuela. Grandes del perreo han vuelto sus carreras al trap y fenómeno que no pasa desapercibido ni en Latinoamérica, ni España. Nathy Peluso es una de las artistas que han conquistado el trap y entablado una proyección musical que excede propiamente el estilo musical.

Leí una entrevista en que decías que tu compositor favorito era Armando Manzanero, que igual es una referencia muy poco popular en la gente joven.
Claro, claro. Es que me apasiona la música de antes. Pienso que nací en una época que no me pertenece, pero luego pienso "sí, efectivamente tenés que estar acá, porque tenés que recordar todas esas movidas de las que ahora mismo nadie se acuerda" o si se acuerdan pero no es masivo. Me apasionan los boleros, Antonio Machín… Ahora ¿Esas letras dónde están? Se olvida la naturalidad, esa simpleza que es la vida. Mirá: "te amo, quiero vivir con vos, bésame mucho como si fuera ésta noche, la última vez". Todos sentimos esas cosas y luego las queremos transformar en esa simpleza que te transmite más que cualquier otra cosa. Armando Manzanero a mi me vuelve loca, porque es simple y llega a la humanidad. Creo que hoy sí hay otros Armandos Manzaneros, pero no dentro de la música urbana. Han habido Armandos Manzaneros antes. Notorious Big era un Armando Manzanero en inglés, de la calle. Hoy hay mucha gente super talentosa, pero ese idioma universal se ha perdido, me cuesta mucho conectar con eso, los veo difusos. Como que se intenta pero luego está un poco corrompido.

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¿Por el Internet?
Sí, por el Internet y por las posturas que se intentan adoptar. Porque creo que hay mucho de "quiero parecer".

Hay algo muy aspiracional.
Aspiracional totalmente. De parecer cosas que no son indispensables. Bueno, la idolatría está muy presente ahí y pasa a un segundo plano el humanismo. Yo prefiero el idioma universal, ese que todos entendemos y a todos nos provoca un sentir.

En ese sentido, ¿cómo llega a tu vida el rap?
Mira… yo empecé a escuchar reggae y el reggae me lleva al rap. Me lleva a los clásicos del rap de los nineties. Los descubro y me doy cuenta de que tengo eso adentro. Tipo: el carácter. El rap es carácter, fuerza interior, no es más que eso. El flow sale solo, o sea: naciste con eso o no. Chau. No vas a aprender a rapear bien por más que te lo propongas y te pases todos los días ocho horas intentando rapear. Al rap no lo uso como denuncia, pero sin querer me sale a mi manera. Porque yo escribo mis canciones y sin querer me salen aspectos de denuncia que son completamente orgánicos. Tipo: reclamo la sexualidad, reclamo la libertad de verdad, no la libertad de "queremos ser libres". Esa libertad de "me apetece comerme esto y me lo voy a comer porque tengo hambre y me encanta". Ese tipo de libertad. Creo que el máximo reclamo que hago en mi música, y el más necesario en la humanidad, es el amor.

No obstante, Nathy Peluso explota por toda la escena del trap español.
Efectivamente. Yo sabía que mi música iba a explotar en algún momento y explotó por acá. Yo creo que por la estética. Porque para mí el trap es estética. Para mí si el trap no estuviera de la mano con la estética que ha creado, capaz que no hubiera sido tan boom como lo ha sido. El rap estaba antes ¿Me entendés?

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O sea, ¿este género musical que se sostiene por dimensiones extra musicales? ¿Algo así?
Mira, también te digo: no soy una experta en el trap ¿eh? Así que tampoco me gusta hablar sin saber mucho. Pero sí que es verdad: no sé qué seguiría siendo el trap sin la estética. Aunque yo creo que sí porque han definido unos tempos de caja, unas explosiones determinadas, un estilo musical. Pero yo lo veo como un package de música, de estética, de una manera de vivir. Porque en el trap se alegan maneras de vivir que yo no voy a hacer. Yo no voy a hacer trap porque yo no vivo así. Son costumbres, maneras de comunicarte con la gente que son de la calle. El trap es un pack de situaciones ya sean estéticas, sonoras, culturales y de guita. Cosas de guita. No todos estamos en contacto con esas vivencias.

Con las vivencias de la guita.
Jajajaja. Totalmente. Yo me he visto de alguna manera metida en ese campo, pero creo que si no hubiera tirado por ahí, seguro que habría salido por otro lado. Pero mi música tenía que salir.

Te preguntaba esto porque de algún modo el trap te permite visibilizar tu música, pero al mismo tiempo te categoriza dentro de una escena, de un imaginario.
Sí. El trap te categoriza a la legua. O sea, a todo el público al que vas a acceder. Si vos decís que hacés trap, el público que va a ir a verte no tendrá nada que ver con el público que escucha salsa, bossa nova o pop. Entonces por eso a mí no me gusta especificar que hago un género porque te aseguro que si vas a un concierto mío, escuchas boleros, salsa, escuchas hip hop for real, escuchas un poco de trap.

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En el trap se dice "yo soy más real", " trap for real", "real hasta la muerte" y todas esas cosas… ¿Qué es para ti ser "real"? ¿En que consiste "ser real" en el trap?
"Ser real" para mi es ser humano, ser humano de verdad. Olvidar las egolatrías, todas esas posturas de las que hablábamos y escribir for real. Escribir de verdad y hacer honor al hip hop como tal: un género musical que lleva años generándose. Todo esto tiene que ver con si lo amás, si lo estás haciendo de verdad y lo amás: es for real. Independientemente de los flows que te tires, que rime o no rime, la cosa es que eso se palpa. Si está hecho con amor, se palpa.

Soy lo que te estoy dando

Algo llamativo de la propuesta de Peluso es su desenfadada tendencia al performance. Sus videos, shows y videos colgados en Youtube lo respaldan. Tal consciencia del cuerpo, así como del espectáculo son casi inexistentes en la música urbana en español.

¿Qué herencias del teatro físico aparecen en tu propuesta musical?
Me intensificó la relación con la tierra, como con esa organicidad, con lo más humano que tenemos y que nos cuesta un poco más conectar. También entrené mucho físicamente, en plan: ocho horas en ballet, danza contemporánea, entrenamiento vocal, mental, resistencia, cosas muy heavys. Y me hizo muy fuerte esa rutina dura. Tipo: a las ocho de la mañana estar entrenando. Siempre me mantuve en contacto con los escenarios que es una cosa que -de verdad- yo me subo a un escenario y me pongo a llorar de la felicidad. El teatro físico es algo que recomiendo como una terapia. Una terapia en la que yo conecté conmigo, en que sufrí, porque también era esclava de esa rutina. Y también en la que estudié un montón, era mucho de historia del arte, de geometría, de arquitectura, de un montón de cosas que bueno… nunca fui mucho una persona de acordarme de las cosas técnicas pero sí que me dejó ese feel, esa sensación de que yo veo un cuadro y capaz que lo interpreto de otra manera. Siento que en la música es importante estar adentrado en varios aspectos del arte, en el arte como tal. Ver una pared y decir "está lisa, qué onda, tiene cositas, y esa ventana, esa tierrita que hay ahí". Todo está lleno de inspiraciones.

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Tu sonido es atmosférico y las letras son muy sensoriales, no necesariamente cuentan una historia ¿Cuál es la preocupación que tienes al respecto del lenguaje? Es una preocupación deliberada, o es algo que.
Es una preocupación completamente natural. Siempre he escrito letras en transiciones. Cuando voy caminando de un lugar a otro, cuando voy en el subte, yo qué sé: a la casa. Siempre en transiciones. Y ahí voy recibiendo estímulos. A mi me gusta trabajar con los estímulos, que obviamente tiene mucho que ver con que estudié teatro físico. El estímulo-respuesta, lo sensorial, lo minimal. Y además, conectarme con ese Armando Manzanero, esa cosa tan simple, tan natural, este aguita esta fresquita. Esas cosas son la base de la vida. La base de la vida está en cuando te despertás y ves la lucecita por la ventana y estás calentito ¡Ay qué lindo! Tenés un hombre o no tenés un hombre, tenés una mujer o no tenés una mujer. Qué sentís ahí cuando está esa persona, cuando no. Eso, te das una ducha, está calentita ¡Qué onda cuando te cae el agua por la cara! Yo con mi música pretendo llegar a esos lugares, a esas cosas de las que ya no nos acordamos. "Kung Fu" por ejemplo, es el relato de una historia sexual, al fin y al cabo. " Tarantino en las Sábanas" es eso. Es un polvo como le dicen en España, no sé cómo le dicen acá.

Le decimos igual… ¿Haz sentido que por ser mujer y cantante se te exige que toques ciertos temas? ¿Cómo te posicionas frente a ese estereotipo de la mujer cantante?
Sí y no lo soporto, porque Britney Spears hay muchas, y ahora creo que la música no tiene un género sexual. Acá estamos para romper las reglas, no me vengan a contar si soy mujer u hombre o pito o conchita. Yo sé que hago música y siento como todos. No me importa lo que tenga entre las piernas. Sí que es verdad que desde chiquitita está la imposición genérica de que la mujer es delicada, que a la mujer le encantan las cosas de amor. De hecho, yo soy la persona más romántica del mundo: yo me quiero casar debajo de unos rosales, en una playa ¿viste? Llorar de alegría, pero luego… no, luego todos tenemos esa parte humana que no se diferencia. Y no niego que vaya a hacer alguna canción romántica algún día; pero siempre con naturalidad, no porque alguien me lo imponga.

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Oye, pero cuando dices "no importa lo que tengo entre las piernas" es porque no importa a la hora de la creación ¿no? Porque al momento en te agarran el culo en la calle, ahí está muy claro que eres mujer.
Claro, efectivamente. Al momento de hablar, obviamente con mi imagen, con mis visuales, con mi estética, voy a gritar que soy una mujer. Porque estoy orgullosa de serlo. Me siento mujer hasta en los mocos que tengo ¿me entendés? Estoy muy orgullosa de ser lo que soy. Otra cosa es que influya en reclamarlo en mis canciones. Siempre va a haber un sentimiento femenino, pero no estoy obligada a decirlo, si no sale. Pero en "Kung Fu", por ejemplo, digo: "rendida a tus pies siendo hembra, siendo hombre, siendo humana y siendo hambre". Estoy rendida a tus pies y no me importa si soy una mujer, un hombre, una sensación o lo que sea. Soy esto: lo que te estoy dando. Luego en "Esmeralda" agarro y me subo, y qué onda estoy acá.

¿Haz tenido que enfrentarte a prejuicios o ideas preconcebidas acerca de lo que haces por el solo hecho de ser mujer y participar de la escena del trap?
Sí, me he tenido que enfrentar a ideas preestablecidas, con el estereotipo. Sí que me he visto enfrentada a eso porque nos compone día a día, pero no me influye como una obligación. O sea, a mi me fascinan los aros grandes, yo me crié con las Destiny's Child ¿me entendés? Ojalá me hubiera tocado ser una negra de New York.

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Say my name, say my name.
Jajaja claro. Entonces amo ser coqueta, las uñitas, los aritos, todo. Pero de ahí a que se me obligue, o sea, capaz que un día salga en calzones, pelo cortito y bigotes. O sea, la cuestión es que si soy femenina es porque me apetece ese día y tengo ganas. No porque alguien me diga. Igual creo que cada vez nos estamos deshaciendo más de esas movidas.

De algún modo nos deshacemos, creo, pero también hay otros movimientos. Como que nos liberamos, pero al mismo tiempo, se refuerza por ejemplo el ser culona…
¿Viste? Tenés toda la razón del mundo, porque es súper ficticio esto de los cuerpos femeninos, que aprovecho de decir: estoy súper en contra. O sea, los estereotipos que se están planteando ahora son todos falsos. Se plantean los culos gordos pero las cinturas de avispas ¿A dónde vas? Nadie tiene esa cintura. Kim Kardashian y toda esa verga, es una mentira: esas mujeres están todas operadas y todas las niñas quieren tener esos cuerpos. Siempre vamos a estar enfrentadas a los medios de comunicación porque nunca van a representar un cuerpo natural, nunca. Porque no les gusta la naturalidad, no les gusta Armando Manzanero a los medios ¿viste? Pero antes si ¿qué pasó con Marilyn Monroe? ¿Qué pasó con esos cuerpos? El cuerpo de una india es bellísimo, es de donde venimos. Siempre voy a luchar por esos cuerpos y voy intentar que esto no me corrompa. Es muy importante, porque eso me hace conectar también con las minas de hoy en día. Yo voy a mis conciertos y está lleno de mujeres: es maravilloso. Porque saben que todas somos así. A mi me encanta la moda, me encanta; pero también me aburre, porque todo es igual. Todos se van guiando por los mismos parámetros y quieren parecerse al que está triunfando para triunfar. Entonces, ya que somos músicos, no hagamos lo mismo que se hace en la moda. Obviamente en la moda deben haber movimientos hermosos que luchen con esto, pero entonces aprovechemos de plantear la moda de otra manera, plantear la moda de una manera más humana. No de plantearlo como lo que te pongas, sino cómo te sientas.

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Estoy de acuerdo y ¿cuán consciente estás acerca de tu representación, de cómo te estás mostrando hacia afuera?
Cada vez me doy cuenta de que -sin querer- planteo más un personaje. Porque mientras más masivo te hacés, más expuesto estás y menos te conviene ser Natalia Peluso. Y luego vas a una fiesta y todos saben cómo sos y vos no sabes cómo es nadie ¿me entendés? Es una movida emocional. Entonces sí que es verdad que el camino te va proponiendo plantear un personaje que obviamente alega por el amor, la naturalidad, la gozadera, o sea, gozar la vida que para eso la tenemos y además -ahora que vine a Chile- me estoy dando cuenta de cosas que en Europa están muy olvidadas.

¿Cómo qué?
El amor por vivir. O sea, es hermosa Europa, yo la amo y estoy también muy contenta y agradecida de vivir allá. Es verdad que los latinos siempre me recuerdan eso que yo llevo en la sangre: ese amor por las cosas simples. Te levantás y ves al panadero haciendo el pan o un tipo vendiendo florcitas, cosas tan mínimas: eso es la vida. Ahí reside la felicidad. El personaje que planteo es un conjunto de todas esas cosas mínimas que al final hacen una pelota gigante de cosas muy necesarias para la humanidad, para que sigamos en contacto con esas raíces, esa infancia. No olvidar nuestro niño interior, que es algo que trabajé mucho en el teatro físico. Todos somos pendejos de adentro, todos tenemos esa ilusión, nos levantamos y mirar el sol, sentirte feliz y no estar preocupado por la oficina, por la casa… y es un poco eso.

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¿Consideras que eres feminista o que tu trabajo tiene aspectos que tocan ese punto desde una perspectiva feminista?
Claro. No soy una mujer que se haya leído cosas de feminismo, que haya investigado, pero es porque no he tenido la oportunidad, me he preocupado por otras cosas. Yo he sido criada como una mujer fuerte y no como "sos mujer, sé fuerte", sino que como un humano fuerte. Creo que mi música se interpreta como una propuesta feminista y estoy muy orgullosa de eso. Porque si el feminismo lo tomamos como un grito a la igualdad, yo me considero feminista. Yo simplemente digo: "soy Natalia Peluso y lucho por el amor". Si vos estás luchando por el amor independientemente del género que sea, estás luchando por la igualdad, por el feminismo.

¿Crees que las mujeres del género urbano, de algún modo, tienen miedo con respecto a llamarse de cierto modo, o decir "soy feminista"?
Totalmente y creo que el miedo es a decir que son feministas. Yo por ejemplo no he sentido miedo, he sentido ignorancia y es una cosa de la que no me avergüenzo, porque sé que va a llegar el momento en el que me voy a poner a investigar. Me parece hipócrita decir que me intereso por algo de lo que no he encontrado el momento de ponerme a investigar. He preferido investigar en la música y creo que a veces se ha tomado el feminismo como una herramienta para dar que hablar, como algo polémico. Pero es verdad que se ha malinterpretado. Han habido confusiones y la gente como que no ha querido mancharse. Y yo, precisamente, soy una persona que no quiere mancharse, pero no por miedo a ver qué dirán, sino porque, no sé. Prefiero decir "mirá, soy una mina y creo que estoy haciendo algo bueno para las minas" y listo, ahí lo dejo. Ahora: que no se me acerque ningún boludo porque le canto cuatro cosas y listo.

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Yo soy de la concha de mi madre.
"Mi familia decidió mudarse, sobre todo por la situación que había en Argentina, que estaba todo para el carajo y nos fuimos" – comenta Peluso al preguntarle sobre las razones de su migración-. "Fue muy duro, sobre todo para ellos. O sea imagínate estás toda tu vida en un lugar y te vas a otro que no tiene nada que ver. La comunicación en España es muy diferente, la forma de interpretar las cosas, los chistes, la manera de saludarse, de amarse. Los amigos. Todo es muy diferente. Me fui a los diez años. Estuve la mitad de mi vida en Argentina. Para mi la infancia es lo que más te marca en la vida, y mi infancia está en Argentina. Pero yo no me siento de ningún lado. Yo he sido tan nómada, porque dentro de España he vivido en tantas ciudades que no me siento de ningún lugar".

Bueno es como lo que dices en Esmeralda "Para qué voy a explicarte donde vivo si tú eres mi casa".
Efectivamente. Me gusta experimentar los lugares desde lo más íntimo. No sentirme como una extranjera. Si te sentís extranjera siempre te vas a sentir lejos. Una cosa es que te hagan sentir extranjera y otra cosa es sentirte vos misma. Obviamente hay situaciones en donde no te queda otra porque sos la argentina fincada en España. A mí me enorgullece que digan que soy argentina porque lo que recibí de cuando estuve ahí fue hermoso. Siempre te van a recordar que no sos de ese lugar, pero yo vengo a Chile y me siento otra más. O voy a Berlín y siempre me hacen sentir incluída. Cuando más chica lo sentí, en la escuela, viste: "Ah, vos qué te crees ¡Ándate a tu país!". Los pendejos son muy malos. Pero siento que soy de la concha de mi madre. De ahí es de donde soy. Ahí es donde nací. No me cuenten historias de ciudades. Todo eso de los territorios es una verga.

El cuerpo tiene una memoria, pensemos en el teatro físico… ¿Qué de esa memoria migrante, del tránsito, de dejar cosas, la adaptación, de la traducción constante… qué de eso persiste en tu música?
Qué interesante esa pregunta. Principalmente, ser extranjera me ha hecho muy fuerte. Siempre me he encontrado con situaciones que me hacen fuerte, entonces -quieras o no- en mi carrera, mi música, mi arte, está influido por esa fortaleza, esa dureza, am a strong woman. Y luego también está esa manera de ver el mundo como un viajero, que es hermosa y es dura a veces. En la vida he tenido amigos que tienen toda esa infancia con sus amigos de la infancia y "Ay, todos conocen esta calle". Tienen veinte años y "¿Te acordás de esta calle?". Tienen cuarenta años "Ay, porque en esta casa yo me crié". Ese sentimiento yo no lo viví, pero vivo otras cosas, que me hacen capaz que ver las calles, ver la gente de otra forma. Y a la hora de escribir, obviamente, la manera en que vives se nota un montón.

¿Ser nómade te quita el peso de esa nostalgia?
Bueno, la nostalgia siempre reside en mí porque soy argentina y el tango lo llevo en las venas. En Europa me doy cuenta de esa nostalgia, esa pasión, esa fiebre. Pero es una nostalgia distinta, por lo pasado, pero no del territorio, sino que es el sentimiento de la vida. La vida pasa, la nostalgia, la infancia. Yo soy una persona muy nostálgica de la infancia, siempre recuerdo por todo lo que hicieron mis padres… [entre lágrimas] me emociona un poquito, porque es una cosa que tengo muy presente. Todo lo que han hecho esas dos personas por el futuro que ahora estoy viviendo. Siempre voy a estar agradecida con ellos y ojalá darles todo lo que se merecen, por esa audacia. Esa fortaleza que tuvieron de decir vamos a darle lo mejor a nuestras hijas, a nuestro legado. Entonces, intento mirar todo positivamente y decir: "bueno, no soy de ningún lado". Y eso es maravilloso porque me siento un pájaro.

Se te abrió otro destino. Y hace un rato decías que el destino está pactado. Me sorprende esta declaración porque nos acabamos de dar cuenta que si no hubiera sucedido esa migración, tu destino hubiera sido otro…
Otro completamente. Todo pasa por algo. Yo siempre defiendo eso: de hecho, mi abuela tiraba las cartas. Un día me tiró las cartas -mi mamá siempre me lo recuerda- y me salió que iba a viajar mucho, que había un montón de viajes por todos lados y yo tenía –capaz- seis años. Y ahora estoy viajando todas las semanas, o sea, vivo en trenes, todos los días. Y ¡Qué fuerte! Yo creo en el destino y también en seguir lo que te vaya proponiendo la vida, en no hacerte el boludo.

¿Y qué quieres que pase ahora como con este destino? ¿Para dónde quieres enviarte?
Yo quiero hacer música y que sea escuchada. Poder vivir de esto tranquila. Poder tener tiempo y dar mi mensaje. Poder ser amada libremente, dar mi amor a toda esa gente. O sea, de verdad que amo al mundo y cuando voy por la calle, quiero dar amor y ya está. Olvidarnos de todas esas pelotudeces ¿sabes? Soy un ser muy sensible… [entre lágrimas] y creo que estamos tan corrompidos con toda esta mierda. Creo que tengo una oportunidad de poder recordar las cosas importantes. Que no se confunda la gente con que a mí me vaya bien y tener más guita o algo así, porque yo vine al mundo para esto. Si yo no doy este mensaje no me siento realizada. Y si no hago música, soy la persona más infeliz del mundo. Lo único que quiero ahora es llegar a España y ponerme a grabar el disco directo con banda, con batería y hacer música a lo old school y a lo old school llenar fucking estadios cantando todos juntos. A veces suena un poco hippie todo esto, pero el movimiento hippie es algo mundial; por algo fue mundial, no me jodan. Por algo John Lennon es John Lennon, porque trajo un mensaje que nadie más supo traer. Este EP que viene es como una primera toma de contacto con Nathy Peluso. El disco es lo que va a ser oh shit, sabés, el real mensaje: este llanto, la melancolía de la vida. El EP es sólo un tráiler. Además está mal hecho, con pocos medios, poca plata, o sea todo muy sobre la marcha, todo muy improvisado. Pero ahora voy a hacer un disco. Sé que la gente lo está esperando. Sé que tengo poder en mis palabras y me voy a aprovechar de eso.

Un agradecimiento especial a Velenporella y a Sólo Para Muñecas.

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