Matanza
Foto tomada de su Facebook

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Música

Seguimos floreciendo: Una charla con Matanza

El trío de house tribal latinoamericano se presentará este viernes en el Nomade Showcase de la Ciudad de México.

Mientras el mundo sigue avanzando, los sonidos se olvidan. Pocos de ellos perduran. La mayoría se quedan en el fondo de un jarrón del pasado, a veces por efímeros, pero otras tantas porque son forzados a quedarse ahí.

Matanza es el proyecto de Rodrigo Gallardo, Luis Gálvez y Vicente Vásquez, tres chilenos que en 2009 se mudaron a Providencia para darle seriedad a un proyecto que, sin decir muchas palabras, propaga un robusto mensaje por las venas de América Latina.

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Una mezcla de vientos, samples y percusiones endémicos de los Andes y otras regiones indígenas del cono sur, sobreponiéndose al house y techno que sirven como complemento para esta muestra de mestizaje y folklore del siglo XXI. Sin caer en la vulgaridad de los bajos sobrecargados y el futurismo sonoro, son capaces de habitar la noche más sombría en una amalgama de vibras para despegar los pies del suelo mientras sana el espíritu.

Hace casi un mes estrenaron su LP homónimo, y este viernes, se presentarán en su modalidad live en la Ciudad de México durante el Nomade Showcase, donde también armarán la fiesta Quixosis y Fata & Morgana. A propósito de ello, platicamos con el trío chileno para hablar de su show y de su más reciente disco.

NOISEY: Hace unas semanas que lanzaron su EP escribieron un texto que incluye una frase que dice “526 años después, seguimos resistiendo y siendo vida ante la gran Matanza”. ¿Es ese el fin último de Matanza? ¿Devolver protagonismo a los sonidos de Latinoamérica?
Matanza: El fin de nosotros creo yo es ser el reflejo de toda nuestra historia hermosa que hay en Latinoamérica, porque si te pones a investigar un poco sobre la gente que hacía música antes que nosotros, gente que hacía música en los 60 y 70, cine también, antes de que llegara la dictadura, pues fueron cosas que fueron prohibidas en ese momento. Entonces es retomar un poco eso, el seguir floreciendo a pesar de ese tipo de cosas.

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Otra frase incluida en ese pasaje dice que “han logrado seguir floreciendo en los paisajes más recónditos de nuestra indomable América”. ¿Qué tan fácil es abrirse paso en los paisajes de la música independiente latinoamericana?
Es difícil, pero gracias a la tecnología se hace más fácil para el oyente, porque puede descubrir cosas nuevas, nueva música. A nosotros nos sirve mucho en el sentido de que podemos estar transmitiendo lo que hacemos.

¿Cómo nació la intención de fusionar sonidos de este tipo, sobre todo siendo tres personas con distintas ideas e influencias?
Siempre ha sido de nuestro interés investigar mucho la música latina, tradicional, una fuente como de agua pura con la cual conocemos nuestro pasado y entendemos nuestro futuro. Rodrigo toca instrumentos andinos desde muy pequeño, Vicente toca tambores, su papá tenía un grupo muy icónico de música andina de los 70, entonces realmente fue como un ambiente natural que se vivía en Chile.

Supongo que producir música de esta naturaleza lleva consigo un proceso más de escuchar que de sentarse a componer ¿no? ¿Cómo ha sido en su caso?
Un poco de todo, desde trabajar online hasta grabar en estudios más profesionales, o cada quien en su estudio. La verdad no tenemos una forma muy clara para el tema de la composición o la producción. Cuando ensayamos pues ya es necesario estar juntos.

¿Cómo ha cambiado Matanza con el paso de los años? Sobre todo comparando lo que hacen ahora con Apolinar, por ejemplo.
Las cosas que estamos haciendo ahora son totalmente distintas. Yo creo que conforme uno va evolucionando se va inspirando y mezclando más cosas, además de que el proceso de edición es lento. Creo que es como una espiral, la estética y la influencia van acercándose y alejándose como en esa suerte de espiral, aunque siempre dentro de la misma temática, los mismos sonidos que tenemos de la música étnica, la música africana, el hip hop, el reggae. Siempre está esa maduración que es como cíclica.

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¿Cómo fue el proceso creativo y la concepción detrás de su disco?
El disco tiene material más viejo y material muy reciente, la idea era un poco juntar estas cosas que ya tenían que salir. Fue un proceso que nos costó. Estuvimos en el estudio de un amigo, masterizamos, remasterizamos, no terminábamos de convencernos de algunas cosas pero bueno, ya está ahí, en miras de lo que estamos preparando para el próximo año, que representa la evolución de lo que hemos estado haciendo el último año. Hemos estado de gira, conociendo gente nueva, componiendo cosas distintas y eso todavía no lo hemos presentado en vivo. El disco representa el año que pasó, y estamos preparando el show para el año que viene.

Sobre las colaboraciones del disco, ¿cómo es trabajar con otros actos manteniendo el disco sobre una idea?
Las colaboraciones fueron con amigos, con gente que admiramos, y que nos gusta lo que están haciendo. La verdad colaborar es algo que nos gusta mucho, siempre cuando andamos viajando o cuando llevamos gente a Chile a tocar, aprovechamos para compartir un tiempo en el estudio, compartir influencias y música, conversar. También estuvimos ahora en Alemania haciendo una residencia artística el verano pasado, hicimos también por ahí algunas colaboraciones que van a salir en un compilado. Lo del disco más precisamente, que es con el Nicola [Cruz] y con Mateo Kingman fue súper nice, lo admiramos mucho y nos gustó mucho el resultado. Otros tracks tienen por ahí a músicos invitados, a amigos que están ahí en el momento que estamos creando, y pues todo eso siempre enriquece.

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¿Cómo es un live de Matanza? ¿Qué podemos esperar en Festival Nomade?
Pues en un live cada uno maneja su station, que está compuesta por sintetizadores, máquinas, pedales, instrumentos, y ahí los tres juntos vamos creando esta suerte de ritmo humano y ritmo de máquina. La verdad partimos lento y terminamos bien arriba, pasando por diferentes ritmos y sonidos. También van a a estar por ahí Quixosis y Fata & Morgana, entonces va a ser una noche bien pantanosa y espesa.

¿Qué piensan de México, sobre todo como uno de los epicentros musicales de la región?
La verdad hemos estado súper contentos en México con la onda de la gente. Anduvimos conociendo otras ciudades a las que no habíamos ido anteriormente, entonces cada vez vamos amando más a México. Además sentimos que acá hay muchos de los proyectos de la música latinoamericana, entonces es interesante estar acá y ver todo lo que pasa. Ayer fuimos a hacer una improvisación a Departamento, y nos encontramos a un par de amigos de festivales de Costa Rica, de Guatemala y de otros lugares que también se están viniendo para acá, y hablábamos de también de lo importante que es culturalmente la Ciudad de México ahora.

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Mañana viernes 16 de noviembre en CDMX sucede Nomade Showcase, con Matanza, Quixosis y Fata & Morgana. Acá el evento en Facebook. Acá compra boletos. Abajo el flyer.

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