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Música

Cómo Trainspotting hizo que nos diéramos cuenta que la electrónica es tan importante como el rock

Recordando aquellos días en que "Born Slippy" de Underworld ayudó a poner las bases de la música dance en los noventa.

Hay una escena como a la mitad del clásico filme de 1996 de Danny Boyle, Trainspotting, donde Renton (Ewan McGregor), el protagonista obsesionado con Iggy Pop, asiste a un rave. Sentado incómodamente contra la pared, se alcanza a escuchar entre el humo y las luces estroboscópicas, una canción de progressive trance del dúo Bedrock (formado por John Digweed y Nick Muir), mientras McGregor narra, "el mundo está cambiando, la música está cambiando, las drogas están cambiando, incluso los hombres y mujeres están cambiando". Este pequeño momento del filme –un cuento oscuro y cómico de adicción a la heroína en el Glasgow de la década de 1990, que originalmente se lanzó en Reino Unido en febrero de 1996– resumía los cambios sísmicos que ya estaban tomando lugar en el Reino Unido tras el acid house, cuando Irvine Welsh publicó la novela original en 1993.

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En la época en que se lanzó, hace ya casi 20 años, la popularidad de la película y de su banda sonora ayudó a encender una luz para la explosión de la electrónica, la cual le dio a la música dance una exposición comercial en los Estados Unidos, lanzando actos como The Chemical Brothers, Fatboy Slim y The Prodigy a lo más alto, sin mencionar la brillante lista de soundtracks con música electrónica que intentaron alcanzar la locura (y las ganancias) que consiguió Trainspotting.

A pesar de la presencia de Trainspotting con respecto a los cambios culturales a mitad de la década de 1990, las primeras reseñas del soundtrack se enfocaron en su selección de rock clásico, especialmente en el éxito "Lust For Life" de los 70s de Iggy Pop. Pero cualquiera (me incluyo) que haya atestiguado el impacto del CD en la entonces floreciente escena rave estadounidense te dirá que fue la música electrónica, y particularmente "Born Slippy.NUXX" de Underworld, la que tuvo efectos más pronunciados.

Igual que "Lust For Life," "Born Slippy" era una oda eufórica a la parte más seductora de las adicciones, su "Lager, lager, lager!" se sentía como un llamado de trompeta para los jóvenes borrachos en ambos lados del Atlántico, algo no tan sorprendente ya que el líder de Underworld, Karl Hyde, escribió la letra en un momento de profundo alcoholismo. Pero a diferencia de "Lust For Life" que está construida en torno a un ritmo de rock & roll del baterista Tony Sales, "Born Slippy" era alimentada por un gigantesco kick 4/4 que definió el techno futurista que ya dominaba en el underground de los Estados Unidos y estaba a punto de volverse exponencialmente más popular.

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La evidencia de ese incremento en popularidad puede verse en el propio grupo Underworld, quienes, tras más de una década fuera de la industria musical, ahora se encontraban frente a un exitoso track certificado. "Pasamos de presentarnos en el escenario secundario a ser headliners de los escenarios principales", comentó Hyde a Spin en una reciente entrevista para promover el nuevo álbum de la banda, Barbara Barbara, We Face A Shining Future, publicado a inicios de este mes en Astralwerks.

¿Por qué fue "Born Slippy" un éxito masivo? Hyde piensa que aunque el enfoque inicial en la música de Trainspotting estaba atado a la aún masiva escena del Britpop (Blur, Pulp, Primal Scream y Elastica aparecen en el soundtrack), para cuando la cinta se lanzó, la música dance underground ya estaba preparada para estallar. "La escena dance era mucho más grande que el Britpop", menciona en el artículo de Spin. "Pero lo que la gente ve es el rostro aceptable de la música contemporánea de esos días. El cual es bandas tradicionales con líderes tradicionales que salen bien en fotografías, que hablan bien y que daban buena imagen. Y quienes escribían canciones impresionantes, de una forma tradicional. Éramos parte de una escena masiva, pero estaba fuera, incontrolable, incontenible. Y a veces también sin rostro. Ya sabes, ¿cómo fotografías un beat?".

"Born Slippy" forzó a los críticos a reconciliarse con el dilema de lidiar con música que no ofrecía la configuración usual de significantes de la cultura joven. Algunas bases ya se habían establecido. La crítica ya había adulado el álbum debut de 1995 de The Chemical Brothers, Exit Planet Dust, pero mayormente por cómo los beats les recordaban los riffs tradicionales del rock. Post de Bjork —del mismo año— actualizó su imagen de art rock con una nueva elegancia inspirada en el techno, incluso cuando las canciones retenían la estructura tradicional del pop que la mayoría podía entender. Underworld usó un truco similar con "Born Slippy", empuñando una introducción digna de una balada y un gancho que te invita a cantar justo antes de que la canción se convierta en una estampida de techno que dura hasta el final de la canción de casi diez minutos de duración (aunque las estaciones de rock alternativo favorecieron la edición para radio de cuatro minutos y medio). Todo lo que tomó fue esa épica introducción y la memorable voz de Karl Hyde para atar la explosión de la electrónica al pasado del rock & roll.

De gran importancia para el legado del soundtrack de Trainspotting fue la insistencia de presentar música electrónica a un nivel idéntico al de la música rock de una forma que nunca se había hecho antes. El hecho de que las canciones de techno sobresalieran probó que la música dance valía tanto la pena como sus competidores de guitarra, una verdad que estaba lejos de la obviedad para la mayoría de la gente en 1996. Fue el primer alcance mainstream para un género que 20 años después domina la radio, pero que aún trata de descubrir en dónde encaja dentro de la industria tradicional de la música. "Born Slippy" es ahora tan vieja como "Lust For Life" era cuando se lanzó por primera vez el soundtrack de Trainspotting. Escucharla dentro de la escena final de la cinta es tan poderoso ahora como fue en esos días.