Altavoz día 1: el pogo bendito

Altavoz cumple 14 años. Casi una década y media de celebración de los sonidos fuertes que han hecho grande musicalmente a la capital de la montaña. En su primera jornada el ska, el punk, la estridencia, el reggae, la distorsión y la experimentación sonora fueron los comandantes de un día en el que se reunió un público variopinto a disfrutar de ésta, su fiesta, su parche anual.

Pese a las demoras que se presentaron en el escenario pequeño y la lluvia torrencial, el día 1 del Altavoz nos dejó la satisfacción del pogo al son de Los Viejos desde México, Soziedad Alkoholika desde España con su mensaje beligerante y empoderado, T.H.C, Nación Criminal y el regreso triunfal de Nadie tras ocho años de silencio. Y aquí hay que decirlo, su show fue uno de los más esperados de la jornada, el público llegó y se juntó para gritar visceralmente temas como "Aquí estamos", "Sonido bestial", "Me sabe a sangre el corazón" y "Emilio dice". Mientras ellos, en un momento de júbilo, sellaron su reencuentro con un abrazo que tenía como intención recordar el valor de la amistad.

Por su parte, las fusiones, la experimentación y las rarezas encantadoras se vieron reflejadas en actos como Descartes a Kant desde México y Acid Yesit que desde Pasto nos fritaron la cabeza con sus mezclas impredecibles, su jazz frenético y sus delicados san juanitos viscerales. Mujercitas Terror, con su post-punk fue el encargado de cerrar el escenario más pequeño en frente de una audiencia reducida, con una descarga oscura de distorsión, mientras que el escenario principal vivió la re-unión de la legendaria banda argentina Todos tus muertos, que contó con la participación de tres de los integrantes originales de la banda y dejaron todo en la tarima tocando temas de su clásico y genial disco Dale Aborigen. Canciones como "Adelita", "Andáte", "Mandela", "Hijo nuestro" y "Gente que no", fueron coreadas entre una multitud que a ritmo de punk rock, reggae, raggamufin y hasta cumbia villera despidió el día uno de un Altavoz cargado de actos impresionantes.

El pogo, como siempre, nos liberó y a él y los que lo hicieron posible estas imágenes para la memoria.

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