Los Cabos del Alemán
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Música

Los Cabos del Alemán

El rapero originario de Baja California Sur nos platica su historia, y nos pasa tips de sus lugares favoritos para visitar y comer en Los Cabos.

I

"Si yo no hubiera estado en Los Cabos, no sería el rapero que soy ahora, y no hubiera escrito las cosas que escribí." Alemán, Erick Raúl Alemán Ramírez, se refiere a esta ciudad que ves aquí. A éste que fue territorio de los Pericués, tribu nómada que comía pitahayas, ciruelas silvestres, lagartos, culebras y bulbos de raíces, que fueron descritos por los españoles como salvajes, y que fueron los más rebeldes a la hora de levantarse en contra de los abusos europeos. Quizá el Alemán tiene sangre pericú. Nació el 20 de febrero de 1990, en Cuernavaca, Morelos. Pero fue criado en Los Cabos, en donde sus padres encontraron trabajo.

"Lo que más recuerdo es la playa," dice Alemán, y entonces un mar suena cuando sus palabras se retiran como oleaje. "Siempre el ritmo me da de qué hablar. Depende, si lo escucho agresivo, si lo escucho suave. No es tanto que yo sea como el mar, pero me fijo en las dualidades."
"Lo que más recuerdo es la playa." Y lo que aparece en su mente es el paseo El fin de la Tierra, uno de sus lugares favoritos. El Arco es lo más famoso de este lugar donde los mares se juntan. El Arco es una formación rocosa que el mar se ha encargado de diseñar. Desde aquí se puede mirar la migración de las ballenas entre diciembre y abril, cuando las aguas se encuentran templadas y los ballenatos nacen contentos.
(El Arco también fue el nombre de la fonda que tuvieron sus padres durante años. Los platillos favoritos del Alemán eran los chiles rellenos y la pechuga en crema de chipotle.)

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Foto por Ana Paula Álvarez para Walking México

De un lado están las olas, del otro está calmado. Se ve la línea que separa el mar de Cortés del Océano Pacífico. Ahí el Alemán veía a su hermano y sus amigos surfear. "Yo me iba ahí a fumar. Nos íbamos en patineta por todo el muelle, saltábamos unas piedras y luego llegábamos a la playa."
Su nuevo disco, Eclipse, habla de las dualidades. Del sol y la luna, del mar y el desierto, de esas cosas que parecen opuestas. Así como las corrientes de estos mares que se ven desde aquí, de este lado, y ahora del otro. Así de agitado y con esa calma será lo nuevo de este rapero que cada trabajo lo ayuda a consagrarse más.
"Lo que me inspiró fue que en los ritmos raperos está el trap y boom bap, el universo proviene de ese pedo, el día y la noche. Yo amo los dos, yo provengo de eso. Eclipse es un disco doble: diez canciones en boom bap y luego vienen las diez de trap, con toda la locura."

II

Foto por Ana Paula Álvarez para Walking México

Lo que Alemán te recomienda cuando le llegues por sus lares a dar el rock and roll, es: "Caminar en la Marina, cualquier camino te lleva al mar. Ahí hay unas lanchitas con cristales que te van a ofrecer un paseo al Arco, que te van a cobrar, máximo $200.00 por persona, y eso es caro. Te llevan a un paseo por toda la bahía. Esto es lo más barato, porque también puedes rentar un yate.
Fue en los Cabos donde decidió hacerse rapero. Su padre, quien fue Bboy, le llevó un día un casete que compraron en la feria. Una rola recuerda de esa cinta, "Yo quiero fumar" . Los inconfundibles Cypress Hill. Su papá no se metía nada, desde entonces ya hacía ejercicio y era sano. Pero le gustaba el rap. Y contagió al mayor de sus dos hijos.

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Un día en un evento al que lo llevó su padre, había un cholo rapeando, con paliacate y shorsotes. Eso lo marcó. El Alemán retó a los compas de su escuela a hacer la mejor rima. Alemán tendría unos trece años. Ese día su barco tomaría un rumbo definitorio.
Otra cosa rifada que hacer en los Cabos según Alemán son los paseos bicicleteros en la montaña. Verás el mar, la arena, las flores, plantas verdes, las nubes, todo lo verás mientras pedaleas y sudas. Verás esas ramas secas a orillas del camino que son como manos de brujas que te quieren tocar, verás también las montañas, los cactos gigantes y algunas aves. Eso es aquí cerquita de Los Cabos, en Rancho San Cristóbal. A media hora nada más. Llegarás a una casa en el desierto y probarás manjares que no hay en otro lugar. Quién sabe si quieras pedalear de regreso.

III

Foto por Ana Paula Álvarez para Walking México

El Mar de Cortés fue navegado por piratas, que traficaban sedas, perlas y especias. Si esos piratas siguieran existiendo se detendrían en Los Claros, un lugar donde a Alemán le gusta comer, especialmente el taco de camarón capeado. El lugar se encuentra en Boulevard Antonio Mijares #1092. También hay tostadas y ceviches.

La primera vez que fue a ver ballenas, fue por el pedregal, en el acceso a la playa. "Te vas caminando por la orilla y las puedes ver."

El Paisa es otro de sus lugares favoritos para comer. Aquí hay que pedir papa mixta, según este rapero. "He llevado compas que me dicen es lo mejor que han probado, papa, queso y cubitos de carne. Y te haces tus taquitos. No ma…" También hay tacos al pastor, gringas, quesadillas, vampiros, Blvd. Lázaro Cárdenas s/n (e/ Ignacio Zaragoza y Melchor Ocampo).

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"Si hubiera sido actor o algo así, me hubiera gustado la locura." Desde chavo se dio cuenta que le gustaba crear. "Para mí ser rapero es ser callejero; no es cualquier bobada, me profundizo mucho, me clavo en hacer estructuras bien raras, desde que me pongo frente a la tele apagada, mirándome a los ojos, viéndome a los ojos, como actuando, y digo, eso es arte."

El Chucky es el rey de los jates. Los hot dogs en Los Cabos. Un jate Choyero es lo que debes probar. Va más allá de donde van los simples jochos, porque es lo más rico que encontrarás para bajarte la fiesta y poder ver el amanecer sin pedirle perdón a Dios. Imagina, un jocho con carne asada. Hay que irnos todos a Los Cabos. La dirección es: Josefa Ortiz de Domínguez # 202.

"A los 18 mi jefe me prestaba el carro. Lo lavaba con las rolitas de ese güey, y ya me salía a dar el roll, puro pinche G. Y la neta esa madre me hizo componer bien chido."
El after es en la playa. A las siete de la mañana la banda se empieza a correr para allá. Todos, así como estén. La mejor para seguir la fiesta y ver el amanecer, es Las Viudas.
Marisquería el Pesado, en la colonia Magisterial, es el lugar que estos batos recomiendan para curarse la cruda. Te espera una torre de mariscos que te alivianarán.

IV

Ahora el Alemán habla de su llegada al la CDMX. "Yo no me quería venir, estaba en Los Cabos bien vergas, ¿para qué me iba a venir? Era tan G. que yo tenía que salir de Los Cabos a demostrar nada acá. Yo lo estaba viviendo, yo era rapero." Alemán andaba reventando en las calles de Cabo San Lucas, en las mismas calles donde el glamour de otras estrellas se había dejado ver: de Kate Beckinsale, Patrick Dempsey y Cindy Crawford hasta Reese Witherspoon, Lady Gaga, Justin Bieber, Keith Richards y Robert De Niro. Ahí andaba el Alemán. Pero algo cambió. "Mi jefa se enfermó. Tuvo cáncer, mi jefa, una persona bien sana. No pude digerirlo. Ella decide vender lo poco que había allá, dejar el restaurant de toda la vida, para venir a tratarse aquí. Yo no generaba nada. Dejé la universidad. Yo había ido a dos tres lugares a rapear, pero pagándome los viajes."

Los ojos del niño que sabía que sería artista desde siempre, se inundan de rojo, un rojo húmedo.
"Llegamos a un albergue, durmiendo en el piso. Doce quimios tuvo que soportar mi jefa. Yo me iba a eventos para que me dieran chance de treparme y demostrar qué hacía. Yo pensaba que mi jefa se iba a ir. Si se va mi jefa, pensaba, le voy a demostrar que sí es cierto."

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Foto por Ana Paula Álvarez para Walking México

Estamos ahora en Playa El Chileno. Su mar es claro. De dos o tres colores, no es profundo, por eso el Alemán que es un niño puede correr en el mar, como los elegidos, mientras su madre lo mira. Es la playa donde más han paseado como familia. Eso hará fuerte a este rapero para siempre. Pertenecer.
"Sigo el ejemplo de mamá. Me dijo: disfruta y ya, que al cabo una vez se vive, m'ijo. Me la pela; me dieron doce quimios, te lo dije. Por poquito y casi me quiebro, pero soy un perro afortunado, por eso celebro…

V

"Vamos al mar", dice Alemán en su rola "La Playa". "Vamos al mar" dice, y entonces la arena permanece quieta, y el oleaje apenas se percibe —es típico que se confundan los colores del mar y del cielo. La playa es la de Cabo San Lucas. Y el sol se deja caer con todo su peso y gracia sobre los bañistas, sobre todos esos cuerpos que no importa si son perfectos, porque se ven felices. Vamos al mar, que hay rica comida, y unas chelas esperando. Vamos a Cabo San Lucas, que es un edén. Frente al mar uno es otro, más alivianado. Más cool. Vamos al mar. Para eso que llaman la recreación acuática, vamos al mar de Cabo San Lucas, que al fin y al cabo, como dice el Alemán, aquí nadie se dobla.

Este texto es una colaboración entre Noisey y Los Cabos. Para más información sobre Los Cabos entra a visitloscabos.travel.