Insistir hasta la muerte: Una charla con Mente Sabia Crú
Foto: Sabino Awad

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Música

Insistir hasta la muerte: Una charla con Mente Sabia Crú

En su calidad de protagonistas y también de testigos, conversamos largo y tendido con uno de los grupos imprescindibles del rap chileno en la última década.

Cuesta aterrizar en palabras la propuesta que desarrolla Mente Sabia Crú. Es rap, desde luego, pero está lleno de aristas. Karlheinz Stockhausen dijo una vez que cualquier sonido podía tornarse hermoso si era puesto en el lugar y el momento correctos. Recuerdo sus palabras mientras DJ Perez me explica la faceta instrumental del grupo: "No queremos ser música de fondo. Buscamos llamar la atención, incomodar al principio si es necesario, provocar una sensación corporal. Como el noise, que para algunos ni siquiera era música cuando apareció. Lo que disfrutamos es la vibración de las cosas cuando se juntan. Si repites muchas veces algo disonante, al final se vuelve familiar y lo aceptas mientras esté bien hecho".

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Los otro cuatro integrantes son rimadores y la banda funciona desde 1999 como una mesa redonda animada por un diálogo siempre intenso y estimulante. "Los que escuchan con atención saben que nos llevamos la contra unos a otros en las letras. Discutimos dentro de nuestras canciones. Si uno dice A, no hay problema si otro dice B porque ninguno cree tener la verdad absoluta. Buscamos que la gente piense, no que piense como nosotros", apunta Matiah Chinaski. Lo complementa DJ Perez: "Yo mismo tengo que escuchar a los MCs varias veces para asimilar las ideas completas. Nuestro mensaje no es tan directo, es como una serpentina".

Mente Sabia Crú lleva casi una década sacando discos. El último de ellos, Elefante, se empina entre los mejores lanzamientos chilenos de este año. Su poder de permanencia como banda merece aplausos porque, además de la complejidad impresa en sus canciones, la escala temporal acá es distinta. El medio local hace difícil el trabajo para los artistas, más que en los países del primer mundo, o incluso en otros tan cercanos como Brasil o Argentina. Al respecto, una anécdota muy elocuente: "Una vez nos cagaron. Íbamos a telonear a Violadores del Verso en Antofagasta y el productor se arrancó con la plata. Viajamos, llegamos y no había show. Tuvimos que dormir en la calle, con una jauría de perros protegiéndonos".

No son problemas endémicos del hip hop los que cuentan. Doy fe de que pasa en muchos géneros. Por ejemplo, en su libro Manto negro, el investigador César Mancilla cuenta la historia de las primeras tocatas de rock gótico en Chile y se repiten las desapariciones de organizadores, incluso abandonando a bandas extranjeras a su propia suerte en Santiago. Lo que más lamenta Mente Sabia Crú es que esa calaña de gente sin escrúpulos entorpece la difusión musical: "Está lleno de chantas que lloran diciendo que no tienen plata para invertir en sonido y por eso después no podemos ir a tocar, porque tenemos que hacernos respetar. Si no fuera por esos hueones, iríamos a todos los lugares donde nos invitan".

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"Al final, hay que hacer plata de otras cosas porque el rap no da", confiesan. Encuentro sorprendente la resiliencia de la banda, no sólo ante las presiones de un ambiente que no les permite vivir de lo que aman, sino también porque sus miembros son diametralmente distintos entre sí. Me acompañan Ube, lo más parecido a un diplomático que tiene Mente Sabia Crú, un tipo articulado y cortés, de respuestas inteligentes y concretas que no dejan cabos sueltos; DJ Perez, claramente más retraído y sensible, muy dado a la divagación y al razonamiento abstracto; y Matiah Chinaski, una metralleta que dispara honestidad y lógica imbatible, dueño de un discurso tan lúcido que llega a ser incendiario.

"Entre nosotros, las cosas en las que discrepamos son musicales. Tienen que ver con asuntos técnicos, cachai, como la métrica de una rima. Pero igual cada uno puede hacer lo que quiera en los álbumes solistas, que también los consideramos parte de la discografía de Mente Sabia", explica Ube. El quinteto no tiene un líder definido, así que se mueve con base en consensos. El democrático sistema a veces demora la toma de decisiones o deja disconforme a los disidentes, como sincera Matiah Chinaski antes de comentar que, en el último acuerdo colectivo, fue el único que discrepó con el resto, pero tuvo que acatar.

Al calor de la estufa y con el jazz de Rupture sonando por los parlantes, entre chelas y cogollos, el DJ y los MCs entran en confianza y se ponen a conversar del problema como si no hubiese un periodista presente. Resulta que hace poco compraron micrófonos inalámbricos para evitar acoples en los shows. Matiah Chinaski se opuso, pero ganó la mayoría y al final hubo acoples de todos modos. De repente soy una mosca en la pared mirando cómo funciona por dentro esta asamblea de genialidades. Presencio la extirpación de una espina clavada. La sacan conversando a calzón quitado y con firmeza, pero con voluntad de arreglar las cosas. En menos de dos minutos, todos son compadres de nuevo.

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El lazo que une al grupo es profundo: "Mente Sabia Crú es la historia de unos amigos, como Barrabases o Condorito. Es algo que viene desarrollándose desde hace mucho tiempo, nosotros cuando empezamos veníamos recién saliendo del colegio, andábamos más en la calle. Y si te fijas, cada disco responde a una etapa en particular. Pasamos de la flaiteza a temáticas más personales, más introspectivas. No nos consideramos líderes de opinión, ni queremos que todos nos sigan el hilo, sólo nos gusta decir lo que pensamos".

Chinaski reconoce una dimensión política en lo que hacen: "Los que están en el Congreso legislando, que deberían ser los más pendientes de las relaciones humanas, sólo están preocupados de plata, plata, plata. Son hueones que quieren poder y así hacerse ricos, todo lo que hacen se reduce a eso. Nosotros rapeamos sobre cómo nos desenvolvemos en la sociedad, sobre reaccionar y tener sentido común, y eso también es política, es social. Pero no somos guías espirituales, ni promotores de nada porque no nos interesa comerle la mente a nadie. Y más que decir lo que pensamos, buscamos hacer lo que pensamos".

¿Qué es la cultura hip hop?

Los integrantes de Mente Sabia Crú vivieron su adolescencia entre finales de los noventa y comienzos de milenio. Tienen el mismo background musical de todos los raperos curiosos de la época. Nos vamos por una tangente recordando nombres. "Al principio escuchaba a Vico-C, pero no me tardé mucho en descubrir que Dios no existe y me dejó de gustar", comenta Matiah Chinaski. La llegada de material español como SFDK y 7 Notas 7 Colores, que circularon en cassettes pirata por todas las poblaciones de Santiago, acrecentó su interés en las posibilidades del idioma. También rescatan la prolijidad técnica del hip hop francés, aunque el fenómeno que más los marcó fue el boom chileno del género.

Foto: Sabino Awad

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"Yo me motivé a escribir escuchando a Makiza", rememora Chinaski. "Mi búsqueda comenzó con Tiro de Gracia", afirma Ube. Eso sí, entre ambos, elaboran una visión crítica del trabajo de sus predecesores: "El problema de esos cabros es que limpiaban mucho el rap. Los escuchábamos harto, pero en parte era porque no teníamos acceso a otras cosas. Siempre que pudimos, buscamos otros caminos, siempre imaginamos que había algo más aparte de ellos". Aun así, aplauden el legado que dejaron: "Han pasado 20 años y los mismos que renegaron de esos grupos, por ser populares y sonar en la radio, ahora reconocen lo importantes que fueron. Sus discos son obras maestras".

Como Makiza y Tiro de Gracia, Mente Sabia Crú también fueron tratados de vendidos por los menos transigentes de la escena. Lo que me explican delata cierta involución: en los noventa, los haters apuntaban al fichaje por sellos multinacionales; una década después, condenaban a la banda simplemente por comercializar su música de forma artesanal. "Nos tiraban mierda por vender CDs, y eso que eran grabados en computador en el tiempo en que te demorabas media hora por disco. Las carátulas las hacía a mano con lápiz pasta en hojas de cuaderno recortadas con tijera. Cobrábamos dos lucas y media", recuerda Ube. Con picardía, Chinaski corrige en broma a su compañero: "Nosotros en realidad no vendemos los discos, hermano. Los regalamos por plata, así se dice".

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Entre la música actual que escuchan, figuran nombres como Jonwayne y Action Bronson. Conversando sobre el devenir del rap, llegamos a uno de sus momentos más sabrosos del año: Joe Budden encarando a Lil Yachty. "Es la típica actitud de los viejos que se quejan de que los nuevos son superficiales y plásticos", opina DJ Perez. Por su lado, Matiah Chinaski asegura no comprender a los que se creen guardianes de la música: "¿Qué es la cultura hip hop? No creo que sea una sola. Algunos dicen que es comunión, activismo, mensaje contestatario, y yo podría decir que es cierto porque eso es lo me gusta, pero por otro lado hay raperos hablando de matarse unos con otros o de quién tiene más plata".

Chinaski también se queja de la falta de sustancia en las críticas contra el trap, a las que acusa de no estar basadas en argumentos artísticos. Lo que me parece rescatable es que lo hace pese a que el emergente género no es santo de su devoción: "Yo me di cuenta de que toda la música es bacán, pero hay cosas que me gustan y otras que no tanto. Cuando una música no me gusta mucho, tiene que ver con cómo suena. Cuando escucho trap, no logro sentirlo. He cachado que algunos se quejan por la forma en que se visten los traperos. ¿Eso es lo que te molesta? ¿Eso es lo que piensas que define a la música? ¿La ropa? ¿Crees que el ancho de los pantalones es lo que determina a la cultura hip hop?".

Para DJ Perez, se trata de evolución: "Yo creo que sí existe una cultura hip hop con un nacimiento, un fondo y una forma definidos. Lo que pasa es que ha ido cambiando porque hay rap en todos lados, obviamente se transforma y se modifica. Yo no cargo en mis hombros el peso de todo este movimiento, pero estoy dentro hace tiempo y me gusta". Ube aporta sus dos centavos: "Creo que todos tenemos algunos conflictos con la cultura hip hop, pero está bien porque sin conflictos no se avanza. Por ejemplo, yo no concibo el playback, nunca lo usaría porque disfruto rapear. ¿Para qué quieres sonar como una grabación si estás tocando en vivo? ¿Por qué tiene que salirte igual que en el disco?".

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Noto que ahí los tres están de acuerdo. No puedo evitar consultarles por Drake y sus versos escritos por otros. DJ Perez opina similar a Noah Shebib, uno de los más cercanos colaboradores del canadiense. No lo condena porque "Drake se escapa de todos los parámetros del rap". A Matiah Chinaski, en cambio, le parece imperdonable sin importar el estilo: "No me imagino diciendo lo que otro escribió. La música tiene que ser real porque es tuya, sale de ti, tiene algo que nadie más va a tener porque nadie es igual a ti. Si viene de otro, pierde mérito. Como esos músicos de jazz que tienen la capacidad de tocar Charlie Parker, pero nunca hacen nada propio. Por eso no hay nada más triste que un grupo tributo".

Llegar a viejo

Antes de sacar Elefante, Ube vivió la pesadilla de un MC: "Me operaron de la garganta. Pasé ocho meses callado y tuve prohibido escuchar rap porque me dan ganas de rapear yo también, así que escuché otras cosas, como Joe Vasconcellos, Soda Stereo, Led Zeppelin, Creedence. Y después tuve que aprender a hablar de nuevo, desde vocales hasta palabras. Lo bueno fue que me ayudó a escribir. Antes era más impulsivo, se me ocurría algo y lo grababa al tiro, pero aprendí a darle más vueltas a las ideas y no quedarme con lo primero que salga".

En efecto, hay menos ansiedad que antes en Mente Sabia Crú. "El otro día vi un video de Rayka de Hablando en Plata en el que salía graffiteando, y aparecían algunos de los miembros de CPV también. Eran puros cuarentones. Nosotros no estamos tan viejos, pero queremos tratar de darle esa madurez a lo que hacemos", cuenta Ube. El anhelo de crecer en la música es compartido por Matiah Chinaski: "Yo vi en YouTube a un cantante de boleros canoso y sin dientes que cantaba espectacular. Así quiero estar yo después, pero rapeando".

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Lo que dicen trae a mi memoria la hermosa "B.Boy hasta la muerte", en la que Maese KDS imagina una ancianidad rapper y promete que "si el alzhéimer llega a hacer que olvide mis canciones, seguiré siendo el puto rey de improvisaciones". Todavía falta mucho, pero Ube confía en que están bien encaminados: "Después del lanzamiento de Elefante, mi mamá me llamó para preguntarme cómo había estado el show, cuántas entradas vendimos, ¿cachai? Esto ya es real, es un trabajo, aunque todavía hay gente que piensa que es música para niños chicos, como los otros papás en el colegio de mi hija. Igual lo entiendo, antes el rap era mal visto, ahora ya no es tan así, pero todavía uno tiene que andar dando explicaciones".

Aún queda incomprensión, como revela DJ Perez: "A mí me preguntan si hago lo mismo que DJ Mendez (estrella del pop bailable y la TV). Me piden que ponga música en matrimonios, en bautizos". Parece insólito viniendo de un instrumentista tan destacado, que en los discos de Mente Sabia Crú ocupa un rol tan preponderante como los MC's. "Si tenemos ocho compases para rapear, el Perez también tiene sus ocho compases para hacer lo que quiera. Además, es el encargado de todo nuestro sonido desde el primer disco", enfatiza Matiah Chinaski.

Tampoco sienten que la prensa de los entienda: "La mayoría de los periodistas que escriben de música nunca engancharon con el rap. Ya eran grandes cuando explotó en Chile y nunca estuvieron ni ahí hasta que llegó Lollapalooza, recién ahora están cachando un poco". Sí comprenden por qué, pese a que los números del rap local le dan una paliza a los del pop, los que manejan el dinero lo toman menos en cuenta: "En las tocatas no se ve gente de clase alta con muchos recursos. Seguramente por eso los que tienen la plata no invierten ahí. No lo deben encontrar rentable. Les conviene más Gepe hablando de amor".

Contra viento y marea, planean seguir adelante y ya piensan en el futuro: "Nos gusta nuestro estilo y creemos que podemos seguir evolucionando y creciendo musicalmente. Hemos hecho muchas cosas, cada uno va abriendo su cabeza y entre todos sumamos para avanzar". Los pongo en el caso hipotético de que los medios finalmente se actualicen prestándole al rap la atención y el respeto que merece. ¿Qué pasa si Mente Sabia Crú se vuelve popular? Matiah Chinaski lo tiene muy claro: "Nosotros como grupo no vamos a cambiar nuestra visión de las cosas. A mí no me interesa sonar en la Radio Disney. Preferiría ser como Tom Waits, que puede aparecer en Shrek sin dejar de ser quien es".

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