Pasen todos: ¡Bienvenidos a la Semana de la Cumbia!

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No ha pasado mucho tiempo desde que el pasado septiembre anunciamos desde NOISEY nuestra nueva y ambiciosa apuesta: la fusión de nuestros equipos en Ciudad de México y Bogotá y la unión con nuestros hermanos de THUMP —la plataforma de música y cultura electrónica de VICE—. La misión era, y es, clara: consolidarnos como el único medio musical de VICE en el mundo hispanohablante y dar a luz al canal más grande e influyente de contenidos originales de música en la región.

Nuestro nombre, NOISEY en Español.

Para cumplir la promesa teníamos que dar con un proyecto editorial que nos permitiera abarcar a todo el continente, dar con el lugar común por excelencia, con aquello que hace palpitar a América Latina: con un ojo de agua, digamos, para encontrarnos a intercambiar sobre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro, para hablarles a puristas, experimentales y novatos.

Teníamos que encontrar una arteria que nos atravesara de pies a cabeza: desde nuestro folclor y tradición hasta nuestras mayores ambiciones de transformación: lo futurista, lo abstracto, lo absolutamente irreverente. Una autopista que recorriera a América Latina de Monterrey a La Patagonia.

Nos une el idioma, sí. Nos une una historia todavía joven y fresca, turbulenta y violenta. Pero en la médula nos une la música, y dentro de ella, en la madre de sus infinitas variaciones, nos une la cumbia. Pónganle el atributo que quieran: santafesina, sampuesana, sabanera, villera, chicha, digital, electrónica o tecnocumbia. Es cumbia, al fin y al cabo.

En sus encarnaciones y estilos, en sus variaciones y cadencias, en su carácter más ancestral y sus evoluciones más avanzadas, la cumbia ha sido columna vertebral y transversal de nuestro continente. Y también ha estado presente como un ritmo que representa la lucha y la resistencia como un ritual de catarsis al dolor: al de nuestros antepasados, pero también al propio.

Luis Daniel Vega, director de Señal Cumbia, escribió una vez que “aún cuando negros e indígenas fueron sometidos al látigo y convertidos en siervos, lograron conservar su memoria ancestral a través de enmarañados procesos de intercambio, apropiación de costumbres ajenas y mediación de clases”. Para él, el “mestizaje forzado” ayudó a consolidar estilos nacionales de música popular. Estilos entre los cuales está la cumbia.

Este ritmo ha mantenido viva nuestra tradición sudaca, la ha hecho evolucionar y transformarse de manera camaleónica, país por país. Nos ha permitido redescubrirla, y así también redescubrirnos y entendernos, a través de samples, bandas sonoras, coros de estadio de fútbol, carteles en las calles.

La cumbia es nuestra, y por eso esta semana desde NOISEY en Español buscaremos conectarnos con toda América Latina a través de la vibración cumbiera.

En este especial presentaremos contenidos para explorar la cumbia de su nacimiento a su evolución actual; de su manifestación gráfica y estética a su inmortalización en documentales; de figuras icónicas al espíritu revolucionario que ha marcado su viaje de sur a norte.

Celebrar la cumbia, vaya fortuna.

Los invitamos a que se unan al baile.

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