Michelle Blades X Maria Ramirez
Michelle Blades. Foto por María Ramírez.

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Música

"Cada uno de mis discos representa más una coma que un punto final": Michelle Blades

De Panamá a Miami a París a México, conocemos a la ecléctica artista que está a unos días de publicar su tercer LP, 'Visitor'.
Daniel Patlán
fotografías de Daniel Patlán

Michelle Blades es ella misma, y su música es igual de auténtica. La cantante y compositora no necesita ponerse etiquetas ni decir que radica la mayor parte de su tiempo en París, que es mitad panameña, mitad mexicana, y que viene y va de un lugar a otro, como nómada, desde que tuvo que huir de Panamá junto a su familia, a consecuencia de la dictadura de Manuel Antonio Noriega.

Tampoco le pesa cargar en su espalda un bagaje musical que viene de sangre: su papá es el músico y productor Roberto Blades, quien trabajó con el grupo de Gloria y Emilio Estefan, Miami Sound Machine. Y su tío es una leyenda, Rubén Blades, “El poeta de la salsa”.

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Debido a la mezcla cultural que corre por sus venas, desde que era una niña creciendo en Miami, las preguntas “¿Quién y de dónde soy?” eran una constante en su cabeza. A lo largo de su infancia, Michelle se vio rodeada de músicos, guitarras, teclados, percusiones, consolas, micrófonos… Sin embargo, durante la adolescencia llegó a odiar la salsa, la música predilecta de su estirpe. (Hoy en día las cosas han cambiado, y siente y baila los ritmos tropicales que la hacen sentirse por completo una chica latina, que poco a poco ha ido encontrando su identidad.)

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Michelle Blades. Foto por María Ramírez.

En esa etapa de rebeldía, Michelle Blades se refugió en bandas como Nirvana (gusto que le heredó su mamá), y conjuntos de rap como Outkast (especialmente en su disco de 2003, Speakerboxxx/The Love Below, un álbum que por lo ecléctico que es, le hizo pensar que la música no tiene que tener reglas).

“Mi música es pura curiosidad. Me considero una persona así [curiosa]. Cuando escucho canciones o géneros [musicales] que no me agradan mucho, siempre estoy muy atenta al sonido y me pregunto ¿por qué grabaron algo así? ¿Cómo lo grabaron? ¿Qué quieren expresar?”, explica Michelle sin encasillarse en un género musical. “Trato de encontrar las propuestas de sonido que yo no hubiera pensado. Con eso intento hacer las mismas cosas con mis canciones, conociendo mis límites, porque aún siento que estoy aprendiendo a tocar la guitarra. Hacer música se trata de experimentar y de mejorar lo que hago con los músicos con quienes trabajo”.

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Actualmente, Michelle Blades trabaja en un sello (Midnight Special Records) y cuenta con distintas grabaciones, entre las que destacan Ataraxia (2015) y Premature Love Songs (2017). Igualmente, ha realizado un sinfín de demos y EPs, y hasta ha colaborado con artistas jóvenes y similares como Clea Vincent y Fischbach.

Michelle Blades X Annabelle Fadat

Michelle Blades. Foto por Annabelle Fadat.

Sin embargo, y ya que Michelle Blades es una trotamundos, desde sus inicios, con una banda llamada North Dakota, la cual formó en sus años que vivió en Arizona, se ha acostumbrado a estar tocando con distintas personas a lo largo de su trayectoria.

“Toco con quienes en verdad son mis amigos. Debe de existir una conexión mutua, eso cósmico que hay entre los cuates”, explica Michelle con sinceridad. “También, una de las razones por las que toco con mis amigos mexicanos y mis amigos franceses, es porque si únicamente tuviera una sola banda, costaría muchísimo dinero viajar”. Y continúa: “Siendo DIY es más complicado. Entonces, lo que hice fue tomar el ejemplo de Frank Zappa, ya que el proyecto es mío y la música viaja conmigo. Pero lo que sí es muy importante, es que tus amigos deben de estar dispuestos a trabajar, a escucharte. Para esto es necesario tener mucha disciplina, mucha energía y, sobre todo, mucha paciencia. Y algo que me agrada, es que mi banda mexicana [Los Machetes], no suena igual que con mi banda de París”.

Michelle Blades y Los Machetes en el Nrmal 2019. Foto por Daniel Patlán.

Michelle Blades y Los Machetes en el Nrmal 2019. Foto por Daniel Patlán.

La historia de Los Machetes nació, de hecho, en París. Cuando Michelle acababa de mudarse a esa ciudad, conoció a Diego Puig en una cafetería llamada Café Chilango, donde ella encontró su lado más mexicano. Años después Diego, quien tiene la promotora de música psicodélica Beyond, se convertiría no sólo en su guitarrista, sino que le presentaría al resto de los integrantes de su banda en México.

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“Entré a trabajar a la cafetería el último día que Diego trabajó ahí. Mientras me enseñaba a hacer las bebidas nos hicimos amigos y pasamos la celebración del 15 de septiembre, el Día de la Independencia, juntos”, recuerda Blades alegremente. “Después le comenté que iría a Miami a pasar el Año Nuevo con mi familia, y Diego me invitó a México; así conocí a Emilio y Patricio [el primero, baterista de Los Machetes y, el segundo, el encargado de tocar el bajo]”.

Michelle Blades. Foto cortesía de la artista.

Michelle Blades. Foto cortesía de la artista.

Cuando Michelle pisó suelo azteca, todo lo que le contaba su mamá sobre México se convirtió en nostalgia pura. Por eso, ahora, muchas de esas enseñanzas maternales la hacen volver cada vez que puede a este territorio que la inspira.

“México parece una película de [Pier Paolo] Pasolini. Lo que más me gusta del país, creo, es todo su contexto”, menciona con cara de sorpresa. “Cuando vas caminando por las calles la gente te mira a los ojos y te sonríe; sobre todo las señoras. Eso, siento, es algo muy mexicano. Y, aun cuando mucha gente puede ser y pensar diferente, en situaciones como en las del terremoto [hace dos años] se pierden. Fue increíble cómo antes de que llegara la policía o los bomberos ya había miles de ciudadanos moviendo cosas, viendo cómo podían ayudar. En ningún otro lado del mundo pasa eso. Así me doy cuenta de que soy muy mexicana. Todo eso no únicamente me inspira para hacer música, sino que me hace sentir muy fuerte. Nunca había sentido eso, ya que yo no crecí aquí”.

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Y mientras Rubén, el tío de Michelle Blades, se ha encargado de cantarle al pueblo y transmitirle conciencia a la sociedad del mundo, con canciones como “Prohibido olvidar”, “Desapariciones”, “Plástico”, “Amor y Control”, “Ligia Elena”…, ella, a lo largo de su carrera, se ha inclinado por un estilo más poético y metafórico, recordando que Feist, la cantautora de origen canadiense, como también la escena Riot Grrrl, la tercera ola de feminismo que vivió en Arizona, se convirtieron en su inspiración para llegar con mayor fuerza a los escenarios.

“Todas mis canciones son muy diferentes. Me gusta tomar las historias que me cuentan mis amigos para convertirlas en canciones”, explica Blades sin tapujos. “También tomo otras cosas que veo en la vida diaria, las cuales se me hacen muy extraordinarias. Acostumbro analizar a la sociedad y plasmarlo en algunas letras, sin que sea tan evidente, porque mi estilo no es tan directo”.

Michelle Blades. Foto cortesía de la artista.

Michelle Blades. Foto cortesía de la artista.

Mientras tanto, Michelle se mantendrá haciendo con su música lo que ella quiera. De hecho, ya ha lanzado dos sencillos (“Kiss Me on the Mouth” y “Politic!”) de Visitor, su tercer álbum de larga duración que saldrá el próximo 29 de marzo. El disco será editado por Domino Publishing y Midnight Special Records, y fue grabado en análogo, en un estudio de los años 70 ubicado al sur de Francia, pero con el espíritu panameño-mexicano que ella lleva en su alma.

Visitor será otro intento de echarle más ganas”, dice Michelle entre risas. “El disco considero que es un esfuerzo no terminado, ya que cada uno de mis discos representa más una coma que un punto final. Simplemente es un esfuerzo de juntar todo lo que he hecho hasta el día de hoy, pero de una manera más elegante”.