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Música

La Tirana: cuando el corazón de la CDMX latía con beats electrónicos

De forma paralela a la movida clubber, la escena raver noventera se esparció por toda la ciudad.
Foto cortesía de DJ Godfatha.

El actual circuito clubber de la Ciudad de México no se podría entender sin las noches legendarias de música electrónica del Hangar de la Tirana. Foro que irrumpió en la escena a mediados de los noventa. Ubicado en la colonia Juárez, en la calle de Versalles, a un costado del Paseo de la Reforma. El club ocupó una vieja casona de estilo afrancesado, construida en los tiempos del porfiriato.

De forma paralela a la movida clubber, la escena raver noventera se esparció por toda la ciudad. Sus principios libertarios y hedonistas, escandalizaron a grupos conservadores y de poder. En consecuencia, el Gobierno Federal inició una cacería de brujas contra todo lo que olía a rave, al grado de que el expresidente Zedillo intervino. Una de las muestras de intolerancia más escandalosas ocurrió en marzo de 1995, cuando cientos de granaderos arribaron en la madrugada a la Arena México y suspendieron de buenas a primeras el evento organizado por la productora Aceite. A partir de ese lamentable hecho algunas personalidades de la escena, consideran que comenzó a morir poco a poco la llamada “época dorada del rave”. Fue así que el circuito clubber dio cabida a muchos de esos ravers que se fueron quedando sin espacios. Oliver Nájera, mejor conocido como DJ Unknown, ex integrante del extinto Parador Análogo, opina al respecto:

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“La Tirana era un concurrido bar de aquel entonces, no era totalmente de electrónica. En algún momento en el Hangar que tenían, se empezaron a realizar fiestas de música electrónica. Hubo cosas muy buenas, hasta tocó Goldie. Varias productoras hicieron eventos ahí. Fue un lugar que hizo que se hicieran más fiestas en la agonía de la escena rave”.

Cortesía de DJ Godfatha.

Productores y colectivos como Arturo Saucedo, Noiselab, Cookie+Ramiro, Sicario, el Parador Análogo, Maia y Jungle Empire, hicieron suyo el venue. Lo mismo fue sede del festival Mutek, que de conciertos de rock, pasarelas de moda y eventos a favor de la tolerancia, entre otros.

En la Tirana cientos de historias se escribieron noche a noche en su pista de baile. Retomemos algunos capítulos significativos que ahí sucedieron y que conforman una de las múltiples piezas de ese complejo mosaico llamado: “Escena electrónica mexicana”.

El 1 de septiembre del 2000 se presentó por primera vez en México la leyenda inglesa del jungle: Goldie. Media hora antes de que iniciara su set, a la PGR se le ocurrió organizar un operativo en búsqueda de sustancias ilegales. Elementos de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Contra la Salud, equipados con armas, lámparas y toletes, iniciaron la inspección del lugar, revisando de forma selectiva a algunos asistentes. Luego de no encontrar nada, los elementos policiacos se retiraron y la fiesta continuó, no sin antes llevarse una buena cantidad de mentadas de madre cortesía del público.

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El 3 de abril de 2004 el argentino Gustavo Cerati (QEPD) y el que fue su último proyecto electrónico: Roken, se presentó acompañado de Flavius Etcheto y Leandro Fresco en El Hangar de la Tirana ante unas trescientas personas. Una parte de la audiencia llegó con la idea de que iba a presenciar un concierto de rock. Grande fue la sorpresa de los fans del sudamericano al encontrarse con un show basado en lap tops, controladores y samplers. Las guitarras brillaron por su ausencia. Aquella noche, un sector de los asistentes no logró conectar con los beats del ex Soda Estéreo. Un fragmento de la crónica del show publicada por el periódico Reforma, describe el momento: “La audiencia comenzó a moverse al ritmo de la música electrónica del trio, que inició con algunos cortes pausados de trip hop y drum and bass. Pero al cabo de unos minutos, varias personas se alejaron del escenario, ya que el volumen de las bocinas colocadas en el piso, lastimaba los oídos. Mucha gente prefirió retirarse al lounge, donde la música de Roken se escuchaba a un nivel en que se podía platicar”.

El 7 de octubre de 2005, Cookie y Maia presentaron al sudafricano Protoculture, celebre productor de psy trance. Esa tarde-noche cayó una tromba que colapsó el drenaje de la colonia Juárez, inundando varias calles de la zona, entre ellas, Versalles. Tal fue la cantidad de agua acumulada, que incluso La Tirana sufrió algunas afectaciones. Lo ocurrido es relatado en el web site de Cookie: “A pesar de la fuerte lluvia de esa noche, de que la calle de Versalles se inundó, y de que el agua también se metió al lugar antes de abrir, todo salió bien. Nuestro gran grupo de trabajo pudo solucionar los problemas y desazolvaron la calle antes de que llegaran los bomberos”.

La noche del 6 de noviembre de 2008, la Tirana se cimbró con la presencia de Crystal Castles. Concierto organizado por Sicario. La banda ofreció unos de los shows más salvajes y potentes que tuvieron lugar en el venue. Su enigmática ex cantante, Alice Glass, saltó al escenario en modo desafiante, más punk que de costumbre. De acuerdo con información del sitio Mehaceruido.com, el show concluyó de forma abrupta cuando la vocalista intentó entregarle al público el bombo de la batería, pero un miembro del equipo de seguridad lo recuperó, provocando la furia de Alice que respondió con golpes y patadas.

Hoy, 22 años después, en pleno 2018, la Tirana ya no existe, sin embargo, la música electrónica se sigue haciendo presente en el local de la colonia Juarez. En 2013 surgió Mono, club orientado a la música electrónica, que vio la luz de la mano de Sicario y Archipiélago. Actualmente el sitio se hace llamar Versalles 64 y funciona como un foro multimodal, abierto tanto a los beats como al rock y a otras manifestaciones artísticas.

Alejandro Arámburo está en Twitter @AlexAramburo.