Rosalía Malamente El mal querer
Foto cedida por Sony

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Música

"Para qué pensar en géneros": Rosalía

Nos sentamos a platicar con una de las propuestas musicales en español más importantes de la década.

Recuerdo de niño la primera vez que escuché a Oasis. También cada cierto tiempo vienen a mi cabeza las tardes en el hogar de mis padres cuando sonaba Héctor Lavoe la mitad del día mientras mi madre hacía el almuerzo. Últimamente he platicado con una chica sobre lo mucho que significó Fito Páez en nuestras vidas y los últimos trazos del gran rock en español. Tampoco olvido los viajes en carretera en el asiento trasero de la pickup de mi abuelo que tomaba prestada mi padre para que viajáramos a las montañas sonando a todo volumen el cassette del Más de Alejandro Sanz. Estos artistas fueron un parteaguas en mi vida: desde mis primeros contactos con el rock de guitarras o entender que nunca podría sacar la salsa de mi cabeza y que cada que tomo un ron es lo primero que pongo; hasta honrar a mis abuelos españoles cantando al último artista que había logrado hacer pop con el flamenco. Pero estamos en el 2018 y nada de eso importa ahora.

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La primera vez que escuché a Rosalía me pasó lo mismo que cuando algún artista que me cambió la vida entró a mis oídos. Sé que era un acento español. Sé que su música tenía melodías pentatónicas exquisitas. Sé que estaba utilizando Auto-Tune de una forma que no había oído y me hacía sentirme dentro de unas peceras de aguas digitalizadas. Sé que su voz limpia me daba calma. Pero no sabía absolutamente más nada de ella ni de lo que estaba escuchando. No podía buscar en una cajita de géneros la clasificación de los beats de "Malamente". No podía hacer que su música estuviese en alguna tienda de discos imaginaria y llamarla "rock" o "pop" o "reggaetón". Y cuando terminé de escuchar El mal querer era como si no hubiese hecho alguna cosa parecida al acto de sentarse, consumir un disco y entender lo que estaba sonando. Pasaban los días y seguía igual. Conversaba con amigos sobre su disco y al parecer todos estaban bastante claros de lo que estaban escuchando. Yo no. Podría señalar muchas cosas que oigo ahí. Que si R&B: Que si pop. Que si flamenco. Pero creo que no me corresponde tomar parte en esa discusión. Me importa más que El mal querer es un disco que va a ser recordado como el disco en el que dejaron de importar los géneros.

Vivimos en una sociedad en la que históricamente hemos gustado de encasillar. Nos emociona lo fácil de tener todo ordenadito. Rosalía hizo un disco que tiene un claro mensaje de principio a fin. Es un disco conceptual en la era de los sencillos y de los streams, de Spotify y su dominio de lo que la gente considera o no un éxito. Un disco conceptual que une todo lo que ha pasado por la cabeza de Rosalía hasta hoy y está pensado en este nuevo mercado. Y no importa si es música de ABBA, Camarón, J Balvin, The Rolling Stones, Los del Río o Rubén Blades. Lo que importa es la obra, y para escucharla, hay que dejar a un lado el encasillamiento. De El mal querer se va a seguir hablando. Pasarán años y las personas que pagan su renta escribiendo sobre música [como yo] señalaremos a este disco como un parteaguas.

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Me junté con Rosalía en un hotel caro de Ciudad de México, sobre dos sillas doradas y guapas; con una mesa redondita frente a nosotros que tenía todo el tarot de El mal querer, para platicar sobre su disco y cualquier cosa que se me ocurriera en esos minutos. Esto fue lo que pasó.

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NOISEY: Crecí con Alejandro Sanz y el Más de soundtrack. Recuerdo cómo fue uno de los grandes culpables de empezar a volver pop el flamenco, al menos para mi generación. He leído y escuchado que casi toda la prensa te está dando esa bandera y antorcha. Y que en cuestión de éxito internacional eres de lo más importante que le ha pasado a España últimamente. ¿Te sientes de alguna manera con esta responsabilidad o presión?
ROSALÍA: Mi música bebe mucho del flamenco. Ella no tendría sentido sin el género. Entonces también siento que le tengo tanto amor a esta música [flamenco], que si puedo ser embajadora de este género, pues me siento muy feliz. Al igual que yo me enamoré de esta música en la calle, escuchándola por casualidad, si mi música puede ser una puerta de entrada para que más gente conozca al flamenco (porque jamás diría que lo que hago es flamenco pero sí bebo de él) y sirva a una puerta de entrada para artistas como Capullo de Jerez, Estrella Morente, Camarón, La niña de los peines, pues lo celebro bastante.

He visto muchas personas de la comunidad LGBT y mujeres heterosexuales que han tomado tu disco como un arma de empoderamiento. Está basado en una novela del siglo XIII. Hay simbolismo de sobra. ¿Era tu idea ser referente en esto?
Siempre voy a reivindicar la imagen de la mujer, una mujer fuerte. Creo que en lo que hago y en el contenido del mismo hay una reinvindicación de la mujer. Con poderío. Han habido tantas mujeres que me han inspirado en ese sentido y han sido referentes. Recuerdo a Missy Elliot cuando era adolescente: el ver cómo se presentaba y hacía su música y se presentaba como artista. Esa fuerza a mí me inspira. Me siento agradecida y muy orgullosa si mi trabajo puede aportar de esa manera.

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Tu primer disco, Los Ángeles, es guitarra y voz. Un disco desnudo. Folklore. Yo lo tomé como un statement: esta soy yo, de aquí vengo. Pero estamos en el 2018. Hace días estuviste en los MTV Europe Music Awards y montaste un show monstruoso con "Malamente". Bailabas como cualquier ídolo pop. Un cambio bastante brutal ¿Es esta la manera en la que el folklore de cualquier país puede volverse pop o trascender a muchas más personas?
No, jaja. Creo que hay muchas maneras de hacer música. Muchas maneras de llevar esa música al escenario. Hay incluso muchas maneras de entender la música de raíz en el siglo XXI y todo lo que eso conlleva. Creo que a nivel visual hay tantas maneras de traducir una propuesta musical y eso hace que el contexto de esa música cambie. Que cree la ilusión de que eso es algo nuevo. Que eso es otra cosa. Por eso el juego con el contexto es algo tan importante, al menos para mí, en el proceso creativo. Pienso que hay tantas maneras de entender una música como artistas y personas en el mundo. En mi caso, la puesta en escena es algo con lo que juego muchísimo y me encanta experimentar. Ahora mismo, este año, me propuse investigar con el cuerpo, con bailar. Cuando era muy pequeña bailaba, incluso antes que cantar. Pero a partir de los 13 años me centré a ser músico y desarrollarme como músico. Pero ahora, reconectarme con esa parte de mí me ha inquietado. Creo que mi música es como un híbrido de varias músicas que me han influenciado dentro de esa inspiración flamenca. Y me gusta que dentro del escenario esto se vea marcado.

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Eso que dices del valor visual en el arte es importante. No hay una sola manera de comunicarlo. Y creo que parte del éxito que estás teniendo es ese; y por eso lo ves en los videos y en la escena. La gente se da cuenta. Mira lo que te pasa en redes sociales, que buscan el simbolismo de todo lo que haces: desde tu disco a videos. Es importante esto para la gente, y cada vez que hay una conversación sobre ti, es total: música, videos, símbolos, conceptos.
Sí. Me gusta pensar en proyectos. Todo gravita alrededor de la música. Pero me gusta cuidar todo lo que hay alrededor. Todos los satélites. Todas las partes. Y lo visual es una parte más, ¿sabes? Yo he crecido con Youtube. He crecido viendo la música, no solo escucharla y creo que es lo natural. A lo mejor llega un día en el que me rebelo y se me va la cabeza y solo quiero hacer música sin que haya nada más alrededor. Pero por ahora me siento cómoda así y me hace aprender mucho como artista y en general en otras disciplinas. Me gustaría en algunos años acabar dirigiendo alguno de mis videoclips. Me inquieta todo, cualquier tipo de disciplina. Cuidar todos los detalles de mi propuesta me hace crecer, incluso me hace pensar en mi música de otra forma. Distinta. Desde otro enfoque. Y eso es enriquecedor siempre.

Claro. Imagino que en algún momento pensarás en una imagen y basándote en ella es que saldrá la canción.
Sí, totalmente así. Y es que eso al final es amplitud. Esa visión amplia te hace componer y se revierte de forma positiva en la música. Te sigo en Instagram y pareciera que cada día tienes una noticia positiva nueva. Cada día hay un récord o algo así que rompes, es algo bastante loco.
Ja ja ja. Ja ja ja.

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En serio, si yo fuese tú, necesitaría un cable a tierra. ¿Cómo no se te va todo esto a la cabeza?
Yo siempre pienso que mi oficio es como cualquier otro. Y que todos los oficios tienen una parte buena y una parte mala. El mío es ser músico. Yo sé por qué empecé a hacer esto y siempre pensé que no había un plan b. Me apasiona la música. Me encanta estar en el estudio e investigar con el sonido y tener la ilusión que voy a encontrar algo nuevo. Eso me motiva. Tanto el estudio como el escenario son mis lugares favoritos en el mundo y eso me ancla. Hace que no me olvide nunca de ser músico y de que ese es mi oficio: componer, interpretar. Es ejecutar, producir, tener visión clara de tus proyectos, imaginar música en tu cabeza y saber llevarla a cabo. Eso no es nada fácil, requiere una vida. Sé que siempre voy a estar aprendiendo. Sé que habrá veces que acertaré más y estaré conectada pero otras no tanto. Pero lo acepto. Me gusta hacer música con riesgo. Creo que la música también es una maestra y te obliga a actuar con humildad. Entonces es imposible que se te suba a la cabeza si tienes claros esos valores como músico. Yo los aprendí cuando empecé a estudiar música y espero no perderlos nunca. Antes de El mal querer y todo lo que ha sucedido con él, ¿piensas (como española) que el flamenco en España era visto como algo conservador?
Creo que para otras generaciones podría ser. Pero siento que para la mía es como si el flamenco se recibiera como algo nuevo. Algo despojado de cualquier connotación que en el pasado pudiera tener. Creo que es una música muy especial y que a nivel de prestigio está al nivel de la música clásica, brasileña o el jazz. El flamenco está ahí. Es patrimonio de la humanidad, en el mundo entero hay festivales de esta música; en Japón la estudian y es uno de los países con mayor tradición de flamenco además de España. En Catalunya también se estudia mucho. Entonces creo que el flamenco está viviendo un momento fuerte. Veo que Ozuna en su último disco dice "flamenco y tu sonrisa", en "Ibiza", ja ja, entonces digo "madre mía el flamenco está bien fuerte". Siento que es una música que la gente sabe valorar, porque te va directa al corazón y la emoción.

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Es que creo que el folklore nunca muere. Es algo que está ahí siempre. Intrínseco. De todos. Nos recuerda de dónde venimos y quiénes somos.

Pero sí, claro que sí. Las músicas de raíz ahorita tienen mucha fuerza porque te hacen acordarte de dónde vienes, porque tienen esos cimientos. Son como bloques inamovibles, que llevan muchísimos años construirlos, son la música del pueblo y llevan muchos años modificarlas. Gustan pa siempre.

Es precisamente eso que dijiste: la música del pueblo.
Exacto, y llegan para quedarse. Se construye poco a poco. Y lo que se construye poco a poco, regularmente dura.

¿No te ha hecho ruido todo este rollo de la "apropiación cultural"?. A mí me parece una senda idiotez, pero quiero saber si a ti te molesta. Porque a mí personalmente me molestaría.
Yo soy sensible. A ver, creo que un artista que te diga que no le afecta una crítica te está mintiendo. Tú lo que tienes que elegir es cuánto te afecta esta crítica y siempre intentar estar concentrada en lo positivo y en lo que piensas. Creo que es importante de igual forma estar en constante aprendizaje. Absorber. También muchas veces somos aquello que elegimos ser y de lo que te has empapado y aprendido, y así es como puedes dar tú visión al mundo. En ese sentido lo veo así.

El mal querer es un disco conceptual, aunque yo tengo un poco de problemas e historial con esa palabra. No entiendo muy bien a qué le llama mucha gente "conceptual" hoy.
¿Por qué lo dices?

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Estamos en un momento en el que tenemos poco tiempo para todo: trabajo, relaciones, hasta comer lo hacemos apresurados. Somos la generación de la inmediatez, lo queremos todo ya. Hasta escuchar una canción sentimos que es tiempo que estamos invirtiendo. ¿Por qué si sabemos todo esto, lanzas un disco entero en vez de seguir soltando sencillos como "Malamente" o "Pienso en tu mirá"?
Creciendo en un mundo donde se consume tanto single y la música se escucha por streaming, donde el formato físico cada vez tiene menos sentido pensando en ese consumo de música, creo que más bien se hace latente la necesidad de hacer un disco que empiece y termine en sí mismo. Que se cierre. Que sea redondo. Y que no sea una colección de canciones y más.

Un "Grandes éxitos".
¡Eso! ¿Me entiendes? Y de golpe si te da la gana lo haces, pero bajo mi punto de vista siempre me ha inquietado mucho pensar en un concepto concreto: de aquello que musicalmente quiero investigar y también a nivel lírico, de letras. Por eso luego también a lo mejor, como consecuencia, hace que la gente se escuche el disco de arriba a abajo. El mal querer está conectado canción a canción, y cada letra te hace entender la que sigue. Según el contexto cada canción va teniendo un hilo que si las escuchas sueltas. Esa historia que hay detrás del disco al final del día cada uno se lo entiende a su manera. Cosa que me parece maravillosa.

Y eso es lo bonito del arte.
¿Verdad? Que cada quién se haga su historia. Me gusta dejarlo lo suficientemente abierto como para que así sea.

El reggaetón y las redes sociales dominan el planeta. Van de la mano, y siento que uno es consecuencia de otro. He ido a bares, fiestas, casa de amigos. Y veo que la gente baila "Malamente" como si fuese un reggaetón. La perrean.
Ja ja ja.

100%. Creo que estamos en un momento crucial como sociedad y tenemos una necesidad imperiosa de bailar. Necesitamos bailar más que nunca. Veo que trabajaste con El Güincho como productor. Tienes canciones con J Balvin. Fotos con Ozuna. ¿Quieres hacer música más bailable y seguir investigando eso?
A ver, el disco lo compuse 50% a 50% con El Güincho. Yo compuse "Brillo" y luego él [Balvin] se subió. Me encanta la música de Ozuna, me gustaría hacer algo con él y creo que tienes mucha razón en lo que dices de que hoy en día tenemos muchísimas ganas de bailar.

De soltar los males.
¡Sí! Es que bailar tiene que ver con eso. De a ratos es como una comunión. Un ritual incluso. Y creo que eso siempre ha estado en la historia. La música puede tener muchas funciones y al final esa puede ser una de ellas. Y como pienso que puede tener muchas funciones, pienso que la música latina está muy conectada con el flamenco. Que en el flamenco haya milonga guajira, colombiana por ejemplo. Me parece genial que haya un puente tan evidente y por supuesto me encantaría explorarlo. Pero al igual que me encanta el folk, la música experimental, la electrónica: me gusta todo. Entonces creo que la música latina usa el mismo lenguaje con el que yo he crecido y creo que es algo natural. Pero no sé, no pienso tanto en un género completo. No pienso en mis proyectos de esa manera. Pienso más en: "¿Qué me apetece hacer en este momento?" Es depende de cómo me sienta y lo que tenga ganas de explorar. Siento que la música latina es una música maravillosa que hoy en día está viviendo un momento para celebrarlo. Y creo que el flamenco de alguna manera forma parte de ello.

Siguiendo con lo que dices de los géneros, pienso igual: puedo tener en Spotify a J Balvin, Pixies, Héctor Lavoe o tu disco sonando, me da igual.
¡Olé! Ja ja, me encanta.

Es que creo que los géneros desaparecieron. Eso de clasificar todo lo que oímos ya no va. Es música al final del día y dependiendo de cómo nos sintamos es que vamos a buscar a algún artista. ¿Crees que eso es lo que pasa contigo? Yo no sé qué género es El malquerer ni quiero perder tiempo descifrándolo. Sé que hay cosas de R&B, samples, melodías pentatónicas, flamenco y más. Pero me es más divertido oírlo. ¿Es esto lo que más artistas necesitan y dejar los géneros atrás?
Creo que es lo que yo necesito, y ojalá que mi necesidad pueda hacer que la gente también se pueda emocionar. Porque cuando yo hago música la hago desde ahí. Y ojalá pueda suceder con los demás. Me gusta que en un disco puedan convivir melodías pentatónicas como dices tú con ritmos flamencos, africanos. Armonías que estén inspiradas en el R&B o música contemporánea o música clásica, antigua o cantos gregorianos. ¿Y pa' qué pensar en géneros? Hoy en día más que nunca estamos expuestos a muchas músicas y distintos tipos de expresiones. Y si puedes ser transparente y que todo ello conviva en tu propuesta, pueden surgir a veces cosas que previamente no hubieras imaginado.

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