¿Quién es Luca Bocci y por qué todos en Argentina hablan de él?
Foto: Bethania Medina 

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Música

¿Quién es Luca Bocci y por qué todos en Argentina hablan de él?

Conversamos con una de las voces más brillantes de la nueva generación de músicos argentinos antes de su primera visita a México, en el marco del WIRD Festival en San Luis Potosí.

Hubo una época, en las décadas de los 80 y 90, en la que el pop rock argentino conquistó el continente. Cobijados por las grandes disqueras y con sus canciones como bandera, artistas de la talla de Charly García, Fito Páez, Luis Alberto Spinetta, Andrés Calamaro, Soda Stereo y Gustavo Cerati, lograron instalar a Buenos Aires, Rosario y el Río de la Plata como una especie de Ítaca en el imaginario de miles de jóvenes latinoamericanos que sentían esta música como propia.

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Con el pasar de los años, esos días de gloria quedaron atrás. La industria discográfica entró en crisis mundialmente, la realidad económica y social de Argentina se reveló como un mazazo para todos los sectores del país y la música local cayó, por un lado, en la repetición e imitación de esos grandes cantantes y, por otro, en una especie de latinización que la alejó de ese sonido que logró traspasar fronteras. Por si fuera poco, esos íconos musicales entraron en decadencia: unos enloquecieron, otros se quemaron y otros tristemente desaparecieron de este plano.

Cuando todo parecía estar perdido para la música argentina, desde los Andes llegó la tan esperada renovación encarnada en un grupo de jóvenes artistas independientes provenientes de la provincia de Mendoza y que a punta de nuevas ideas y buenos discos tomaron por asalto la escena musical del país. Mi Amigo Invencible, Usted Señálemelo, Las Cosas que Pasan, Las Ex, Lavanda Fulton, Mariana Päraway, Simón Poxyran y su agrupación Perras on The Beach, entre muchos otros, son algunos de los nombres que han impulsado esta verdadera revolución del rock argentino a la que la prensa le ha dado por llamar Manso Indie.

Entre esa oleada de músicos también hay un chico de 22 años recién cumplidos llamado Luca Bocci, quien con su primer disco solista titulado Ahora pareciera hacer una verdadera declaración de principios de este movimiento. Desde que este diminuto pero enorme cantautor subió su debut a YouTube en marzo de este año, el disco ya superó las 280, 000 reproducciones y no ha hecho más que recoger elogios: obra maestra, discazo, joya, belleza y muchos etcéteras. Ahora es un disco irresistible, grabado en la casa de Luca con equipos prestados y que solo fue lanzado digitalmente. Un puñado de poderosas canciones pop intimistas con espíritu psicodélico y olor a hit, que rescatan y actualizan el sonido del rock argentino que alguna vez conquistó el continente.

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Nos encontramos con Bocci en su guarida de Buenos Aires unos días antes de su primera visita a México para conversar con él. Nos recibió en calcetines y como buen anfitrión nos ofreció algo antes de comenzar con la entrevista: "¿Querés un whisky o algo?". Aceptamos su tentadora oferta y después de servir dos Jack Daniel's sin hielo y liarse un cigarro, fuimos a la sala en donde sentado de piernas cruzadas en el sofá, nos abrió las puertas de su cabeza y nos contó su historia.

Noisey: ¿Cómo comienza tu historia con la música?
Luca Bocci: Empieza desde que era bastante chico. Creo que cuando tenía 5 años, o quizá antes, mis papás me compraron una guitarra chica como para niños y empecé a ir a clases. En ese momento vivíamos en Buenos Aires por cuestiones de trabajo de mis viejos y con toda la crisis del 2001 en Argentina nos volvimos a Mendoza de donde somos nosotros. Allí cuando empecé a ir al primer grado de la primaria, me mandaron a un colegio de música y ahí fue que comencé a tener mis primeros acercamientos más formales con la música. Era un colegio tipo conservatorio de música académica pero que también era escuela; o sea, estabas todo el día en el colegio y te enseñaban como mucha matriz musical, pero también te daban matemáticas, historia y todo eso. Luego cuando entrabas a la secundaria se ponía más técnico y más específico. Yo hice la mitad de la secundaria ahí, después me cambié a una escuela pública y no terminé el colegio porque empecé otro camino.

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¿Y hasta que grado estudiaste?
Hasta el último, pero me salí porque estaba como repitiendo contenidos que ya sabía y sentía que estaba perdiendo mi tiempo. Necesitaba estar haciendo música todo el día.

¿Qué música se escuchaba en tu casa?
Se escuchaba mucho rock argentino del viejo, había discos de Charly y de Fito. Mi vieja también escuchaba mucho U2, tenía un par de discos de Madonna, uno de The Police y también había uno de Björk. Se escuchaba buena música en mi casa.

Foto: Bethania Medina

¿Recuerdas la primera canción que aprendiste a tocar en la guitarra?
Sí, una canción de Soledad Pastorutti que se llama "El tren del cielo" que eran cuatro acordes. Y creo que la segunda fue una de Juanes ¡Jejeje! Yo tenía 6 ó 7 años y las cantaba en los actos del colegio. En esa época también estuve en los Niños Cantores de Mendoza, un coro súper profesional y muy reconocido con el que me presenté en varios festivales y teatros importantes de toda Argentina frente a miles de personas. En esas presentaciones siempre nos enseñaban también bailes folclóricos que presentábamos en los actos con vestimentas y todo eso.

¿Y cómo te llevabas con los otros chicos del colegio?
Bien, había cuatro pibes con los que nos llevábamos muy bien porque éramos los rebeldes. Por eso me terminé cambiando, porque éramos muy rebeldes para el colegio, el uniforme y todo eso. Con ellos me sigo viendo hasta el día de hoy. De hecho, una de esas compañeras de la escuela formó parte de la primera banda que armé y es la actual baterista de The Golden Papets, la banda de mi proyecto solista. Gracias a ella y a su madre empecé a escuchar otra música como Beck o Radiohead. Creo que de la época de la escuela y de toda esa gente saqué mucha data.

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¿Cuándo armaste tu primera banda?
Como a los 13 años empecé a andar en skate y en Mendoza esa movida estaba bastante relacionada con el hardcore y el punk, entonces comencé a hacer esa música y con compañeros de la escuela armé Punk Hammond, mi primera banda. Al principio solo ensayábamos y después más adelante nos metimos en un concurso del gobierno en el que tocamos en varios lugares copados y para mucha gente. A medida que el concurso avanzaba llegabas a una instancia en que competías primero por departamentos, luego por región y si ganabas te ibas a Buenos Aires a grabar un disco. Nosotros perdimos antes, en la instancia regional, pero recuerdo que esa fue la primera vez que tocaba en un escenario grande. Nunca grabamos pero había muy buenas canciones. Un tiempo después armé Alicia, la banda de rock psicodélico con la que sigo tocando hasta ahora y que estamos por sacar un disco.

¿Qué edad tenías cuándo formaste Alicia?
16 años, casi 17. Eso fue cuando me abrí a nuevas experiencias de mundo, de drogas y de cosas que me empezaron a abrir la mente. También empecé a escuchar jazz. Con Alicia grabamos un EP en el 2014 y nos hicimos un público en Mendoza, pero todavía no podíamos grabar el disco porque no teníamos instrumentos y como que todavía no era nuestro momento. Después empezó como una especie de transición entre que cumplí 18 y me fui a vivir solo y yo no tenía un peso. Entonces era como que estaba la banda pero estaba todo medio frenado y ahí fue que empecé a trabajar en mi disco solista.

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¿Cómo fue la grabación de Ahora, tu disco solista?
Yo pensé en hacer un disco pop, algo súper catchy. Vino un amigo y me dijo "Grabémoslo con lo que hay": una computadora, una placa y un par de micrófonos. Hay un par de baterías grabadas pero la mayoría son con drum machine. Fue como una búsqueda más propia, con Alicia todavía como que todo ese trabajo aún no termina de rendir del todo sus frutos. Mi disco solista fue como todo más instantáneo y creo que de alguna forma por eso me aburrieron muy rápido las canciones y ahora en vivo las cambio constantemente. El disco me parece un poco frío a veces. Después de grabarlo las redes hicieron lo suyo.

Suenas como si no estuvieras satisfecho con el disco.
Estoy súper satisfecho, me gusta el disco y lo puedo escuchar. Solo que es como que ya eso no es cien por ciento yo, es como que esas canciones ahora son más parte de la gente.

Es curioso que hables así de un disco que salió hace apenas un par de meses.
Claro, pero yo lo grabé hace casi dos años. Tuvo demoras de postproducción y de mezcla pero la primer canción del disco yo la compuse cuando todavía vivía con mis viejos y para mí eso fue hace un montón. Han pasado dos años pero en ese tiempo me han pasado muchas cosas, para mí es como dejar atrás todo ese yo más adolescente. Ahora quiero hacer música un poco más seria.

¿Ese espíritu íntimo del disco fue algo que buscaste o fue producto de las condiciones que tuviste para hacerlo?
Fue una mezcla de las dos cosas. Yo siempre digo que el destino es el mejor productor porque hay cosas que no puedes controlar, cosas mundanas del día a día que se meten en tu trabajo. Yo tenía las canciones pensadas para guitarra y voz, o sea, que era una búsqueda intimista desde el vamos y no como en una banda que se van armando las canciones: surge la batería, la guitarra, la voz y está todo conectándose todo el tiempo. En los discos solistas es distinto, como que las canciones ya están hechas y después le vas agregando cosas.

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Ahora está lleno de canciones pop pero que más allá de lo pegajoso y la dulzura que puede haber en ellas tiene también su lado oscuro ¿Crees que esa dualidad de luz y sombra que tiene el disco es un retrato de Luca Bocci?
Creo que es el retrato más cercano de todos. Para mí a veces es también como una ironía. Es como el mar, que si ves la playa y la orilla se ve todo pacífico pero si te metés a lo profundo probablemente te ahogues. Siento que es un poco también lo que representa a nuestra generación, como una cosa inocente y bella pero con un contraste súper violento y oscuro a la vez que es toda la sociedad que nos ha criado.

Foto: Ricardo Armas

Ahora tiene un sonido muy cercano al rock argentino clásico de los años 80 ¿buscabas eso?
Fue como una provocación de mi parte: hacer un disco que se llame Ahora y que suene nostálgico. Agarrar ciertas cosas que siempre estuvieron sonando en mi cabeza desde que era muy chico y después hacer como un ABC de lo que para mí es la canción. Para mí eso es lo que yo interpreté de la canción. Creo que no voy a hacer más nunca un disco como ese porque se trata justamente de eso, algo de ese momento.

¿Qué opinas de las comparaciones que se han hecho entre tu trabajo y el del primer Fito Páez?
Busqué ese sonido. Estuve escuchando mucho sus discos, especialmente La La La, el disco que hizo con Spinetta en 1986. Está buena la comparación, a mí me gusta, me sirve y era un poco lo que quería lograr; pero creo que la gente suele ser muy facilista y como que las referencias se vuelven un poco monótonas. Yo estoy haciendo canciones y esas canciones evocan a un montón de cosas. Veo a Fito Páez como un hito más de todos los hitos de la música argentina. Hay muchas cosas que se parecen a Fito Paéz, pero por ahí lo que yo saco de él no es Fito en sí mismo sino que es como una herencia de la canción argentina porque él a su vez había heredado cosas de la canción de Charly, Miguel Abuelo, Tanguito o de la baguala y el tango. La gente tiene muchos anhelos y es muy nostálgica, entonces tratan de volver para atrás y para mí es tratar de ir para adelante.

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¿Cómo ves el panorama actual de la música argentina?
Siento que Argentina se durmió un poco en los laureles. El rock nacional tuvo su momento de gloria y fue lo mejor del continente y como que nos quedamos en eso. Hubo un momento en el que ciertos artistas se consagraron y fue como que se le tomó una foto a ese momento que todos se quedaron viendo. Hoy en día esos grandes artistas o están muertos o están viejos y gordos, que me parece algo natural y bello porque los artistas son personas que envejecen y no hay porque enojarse ni juzgarlos porque lleven una vida distinta a la que a ti te gustaría porque vaya a saber qué mierda les pasó en toda esa vorágine de fama y poder. Hay unos que se van a vivir a Miami, otros que se vuelven locos y otros que se mueren. Siento que está bueno agarrar la obra y no al obrador y aceptar que las personas siempre son personas y que pueden morir, envejecer y engordar.

Foto: Bethania Medina

¿Te sorprenden las buenas críticas de tu disco?
Me sorprende por un lado porque es un sueño básicamente, pero por otro lado no me sorprende porque cuando uno busca con tanto afán algo siempre estás esperando conseguirlo y sabes que en algún momento lo vas a lograr porque lo venís haciendo de toda la vida. No me refiero al éxito comercial ni mediático sino a tu propio éxito de saber que vos estás conforme con lo que estás haciendo que es mucho más importante a que los demás te admiren o te pongan un juicio de valor positivo o negativo porque eso ahora está y después no, primero te aman y después te odian. Creo que hay que estar concentrado en la obra y si hay buenas críticas mejor y cuando hayan malas seguir trabajando porque al fin y al cabo es eso, hay muchas grandes obras de muchos artistas que en su momento no fueron valoradas o no fueron comprendidas. De verdad me halaga que haya gente que admiro que hable de mi disco, pero también siento que también es parte de una tendencia y que cuando yo ya no esté preocupado en satisfacer las necesidades de la gente ese feedback no va a ser igual.

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¿Cómo es la movida musical actual de Mendoza?
Mendoza es un lugar muy raro porque es un lugar muy fértil pero a la vez está muy monopolizado por gente de mucho poder que está al mando, pero también ha habido siempre un intento de quiebre con esa estructura desde hace muchos años y lo que está pasando ahora a nivel musical es como un destape. Es algo que siempre ha estado ahí y que ahora está aflorando y me siento un poco responsable de que eso esté sucediendo por todo lo que hemos hecho con nuestros amigos y colegas que hemos generado como un cambio en la sociedad mendocina y también en el país porque se está cambiando el foco y moviendo el epicentro. Yo no soy de los que levantan una bandera de un lugar porque se trata de Mendoza, lo importante es que haya gente haciendo cosas y lo importante es que cambien las capitales.

He leído un par de declaraciones tuyas en las que te refieres de forma muy dura a la sociedad de Mendoza.
La gente allá es muy conservadora y está aferrada a estigmas y valores muy viejos que han formado una sociedad muy estricta y muy dura lo cual tiene cosas positivas y negativas. Creo que la capacidad de adaptación de uno en ese sentido es todo porque a lo mejor te venís a Buenos Aires y no es tan así pero también hay otras cosas que te juegan en contra. Siento que lo que pasa en Mendoza puede pasar en cualquier parte porque en todos lados hay miseria, riqueza o resistencia. Lo importante es que donde estés encuentres el lugar al que pertenecés. Nosotros hemos creado un lugar que es el arte a través del cual damos este mensaje de sinceridad.

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Háblame de ese "nosotros".
Somos gente joven que empezó hace unos 5 años, algunos más otros menos. Hay bandas de pibes más grandes que nosotros, pibes de 30 o un poco más que nos han influenciado bastante como Mi Amigo Invencible o Lavanda Fulton que son bandas de Mendoza que fueron de las primeras en ser reconocidas en Buenos Aires y en otros lados del país. Se ha armado una especie de ayuda colectiva en la que sabemos que estamos todos en esta lucha y en la que siempre que se pueda dar una mano se da. Ese es el "nosotros" de hoy en día y que se puede ampliar porque nos estamos conectando con gente de otros lados de Argentina y de América Latina. Hay un corazón latino que está latiendo fuerte y eso para mí es muy importante; tratar de deshacernos de los países, los colores y las fronteras y que levantemos todos una sola bandera, la del amor y de las cosas sinceras.

¿Qué es para ti el amor?
Siento que la visión de que el amor es algo lindo y bueno está errada. El amor es algo bueno como puede ser horroroso porque amar implica un sacrificio, desangrarse y darlo todo como padre, madre o por alguna causa. Eso para mí es el amor, no es una novia o tener amigos, esos son vínculos y estructuras sociales que están impuestos. Siento que ante lo que está pasando en el mundo que es la guerra, la muerte y la opresión todos vamos a tener que escoger un camino o una manera de lidiar con eso y creo que la del sacrificio y dejar el miedo de lado es la más sana.

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¿Cómo ven tus padres todo esto que estás viviendo con tu música?
Bien, están contentos. Ellos siempre me han dado mucha ayuda con esto de la música y me han puesto fichas. Yo siempre fui muy rebelde y todo esto de que tu hijo sea un rebelde, fume porro y no termine la escuela, para un padre siempre es como difícil de aceptar. Entonces como que de alguna forma yo tenía que demostrarles que tenía mi razón para hacer las cosas como las estaba haciendo y que me iba a ir bien. Yo siempre estuve seguro de que me iba a ir bien, ellos no estaban tan seguros… o sea, en el fondo sí pero tenían miedo porque mis decisiones eran como tirarse a un abismo: no querer trabajar, no querer estudiar, es como hacer todo mal en realidad ¡Ja Ja Ja! Es como que nadie te cree cuando decís que vas a poder lograrlo sin usar las herramientas que están ahí para triunfar en la vida.

¿Te imaginaste al principio de este año que ibas a venir a tocar un montón de veces a Buenos Aires, sacar un disco solista e ir a presentarte en el exterior?
Es algo muy repentino, no me lo imaginaba pero sabía que era algo que podía pasar porque ya se respiraba aire de conquista por lo que estaba pasando con otras bandas de Mendoza. Vinimos a principios de año con Simón Poxyran porque hicimos un disco juntos del que yo fui el productor, yo me vine con mi disco terminado y lo subí acá a Internet. Desde que vinimos sabíamos que lo íbamos a conseguir, porque a veces, uno se tiene que convencer de las cosas antes de que pasen: "Estoy yendo a ganar" y en ese ganar también encontrás muchas pérdidas y aprendés a ganar de otras formas. No siempre ganar es que te vaya a ver mucha gente y que te aplaudan, a veces ganar es aprender.

¿Hubo algún momento en que te dijeras "Lo logré"?
Sí, cuando presenté el disco. Cuando vi que podía agotar dos funciones en Buenos Aires en la misma noche y que toda esa gente iba a escucharme y se sabían las letras fue que se me materializó en los ojos.

¿Qué significa para ti ir a tocar a México?
Me parece una oportunidad increíble, tengo mucha expectativa. Me parece que México culturalmente tiene mucha relevancia. También sé que hay mucha gente que ha escuchado mi música allá y entonces me da alegría poder ir a tocar en vivo y poder conocer gente de otro país con otro legado porque además me interesan los países que tienen mucha herencia de su cultura nativa. Allá voy a tocar en San Luis de Potosí en el WIRD Festival y probablemente en Monterrey y Ciudad de México. Seguramente van a salir más fechas estando allá.

¿Cómo ves a Argentina ahora?
Como siempre. Argentina es un circo y debajo de ese circo pasan cosas reales, lo que pasa es que la gente sigue asistiendo al circo y siempre quieren más y más. Somos un país con mucha herencia cultural y muy buena tierra, pero siento que hay cosas que cambiaría y que nunca van a cambiar a menos que explote una bomba. Creo que el cambio va a depender de nosotros, de lo que hagamos como pueblo y como eduquemos a nuestros hijos si es que los vamos a tener. Creo que hoy en día es más mundial la cuestión y no puedes aislarte del mundo porque lo que pasa en Argentina pasa en todo el planeta y siento que los jóvenes del mundo tenemos que hacer el cambio globalmente y no sólo en nuestros países porque hay que darse cuenta de que somos todos parte del mismo sueño. Yo tengo la teoría de que la humanidad es un sueño de un gigante enorme que todavía no se despierta y que sueña infinitas vidas en infinitos espacios pero que son todos la misma cosa. Un día todos vamos a despertarnos y nos vamos a dar cuenta de que es un sueño o una pesadilla.

Una última cosa ¿Nos tocarías una canción?
Sí, dale…


Luca Bocci estará tocando en México el 7 de Octubre, en el marco del WIRD Festival en San Luis Potosi. Después estará el 4 de Noviembre en el Festival El Descanso en Guayaquil, Ecuador y en marzo de 2018 en el Lollapalooza Argentina. Atentos que seguramente saldrán nuevas fechas en todos esos países.

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