Somos la puta fiesta: Una charla con Pablo Lescano

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Música

Somos la puta fiesta: Una charla con Pablo Lescano

La voz de Damas Gratis es también la voz de una forma de cumbia en el sur de América: barrio, pasión, euforia y las manos de todos los negros arriba.

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Sin vueltas: si hay una leyenda viva de la cumbia al sur del Amazonas es Damas Gratis. La cumbia que en México navega en acordeones, en Colombia amaina para ganar cadencia de hipnosis y en Chile toma acentos de cueca, en Argentina entró en ciudadelas ajenas a la falacia del despegue neoliberal y se volvió, a secas, villera. Cumbia Villera.

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Sonido de la tierra en tanto cumbia, claro, pero no de lares exuberantes como en países plenamente andinos o litoraleños: ¿qué geografía provoca maravilla en esta pampa-llanura que se extiende verde gris hasta cansar los ojos? La del hombre creciendo entre el hombre. Así crecieron las villas argentinas que en en cada colapso económico ampliaban el corazón de ladrillo hueco de las capitales. Todo un caso el de éstas: su corazón va de afuera hacia adentro, de las ranchadas donde toda casa es kiosco de bebidas y esquina de los pibes y sueño de vivir mejor hasta los centros de sol en led y flasheo mental de la soledad urbana.

De este corazón periférico late la cumbia villera, el género popular y transversal de esta parte del mundo. ¿Qué sentirá alguien de Villa Alem al oir el pum de este bajo cumbiero? ¿Y alguien de Palermo? ¿Y Pablo Lescano? El máximo creador de cumbias abajo del Ecuador y alma de Damas Gratis habló sobre eso y más con Noisey.

Noisey: Eres un cumbiero argentino que hace años gira por las principales ciudades del continente. ¿Qué cosas diferentes ves entre vivir la cumbia en Argentina y en otros lugares?
Pablo Lescano: Acá en Argentina la cumbia tiene su léxico particular, sus letras particulares. Lo que me sorprendió de México es que cuando vas para allá la gente quizás no conoce grupos que acá en Argentina son muy conocidos. Porque muchas veces los cumbieros argentinos consumen música con lujo de detalles y saben todo. México tiene muchos grupos que son regionales o “de barrio” que en Argentina son conocidos.

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Después, me sorprendió también que en Monterrey, que es una zona muy musical, vas y te sientas en un bar del Barrio Antiguo y hay un grupo tocando cumbia. Eso en un bar de un lugar similar en Buenos Aires, como Palermo, no pasa. Y creo que ahí hay una diferencia cultural. Acá en Argentina todos escuchan cumbia, pero acá en México flashábamos porque cuando llegamos y nos hospedamos en el hotel había un grupo tocando cumbia. Eso fue re flashero para nosotros. También recuerdo que fuimos a un lugar donde había como un… “salón de cumbia”. Era como un club para solos y solas de Argentina, algo así. Con gente grande, una pista y carteles de prohibido fumar. Prohibido fumar, ¡aguantá, amigo! Son otros mambos. Son otras culturas y otras cumbias. En Bogotá, por ejemplo, me pasó que pregunté por artistas que aquí en Argentina conocemos mucho y me decían “¡Eso lo escuchan los abuelitos!”.

¿Y por qué la cumbia de Damas Gratis llega tanto? ¿Y por qué la cumbia en general se arriaga tanto en nuestros países?
No tengo idea y siempre digo lo mismo. Sólo soy un músico que hago las canciones que me gustan. ¡No me salen de otra manera! En el caso de Argentina creo que es algo que viene con uno. Yo crecí escuchando cumbia en un barrio del Conurbano porque en mi casa se escuchaba. En mi familia. Mi hijo escucha otros ritmos, le gustan otras cosas, pero la cumbia… está. Y la de Damas Gratis pega. Loco eh.

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Pero ojo, porque no en todas partes tenemos el mismo público. El público que nos sigue en Argentina es diferente al de otros países. En otros países pasa algo loco: nos siguen muchas hinchadas de fútbol. Con el tiempo y con los viajes me di cuenta de cómo nuestra música se iba difundiendo por los países: la llevaban los jugadores de fútbol argentinos que se iban a jugar afuera. Los tipos viajaban en micro de ciudad en ciudad y en el viaje iban escuchando las canciones. ¡Los compactos, boludo! ¡Antes de Internet! Y así se fue sumando más y más gente a escuchar Damas Gratis porque conocían la música por seguir a sus equipos.

Entonces a veces tocamos en lugares donde hay hinchas mayormente identificados con un equipo. En Colombia sucedió que una vuelta los promotores que nos contrataron eran los dueños de un equipo de fútbol. Entonces en ese show estaba claro qué hinchas iban a estar. En México nos siguen mucho los hinchas de Pumas de la UNAM, del América, Tigres, Rayados, Morelia, Atlas, Puebla y muchos más.

Ese vínculo es extraño, ¿te supera a veces? ¿Sentís que sólo sos un tipo que hace música al que le pasa todo esto?
Es raro. Uno espera toda la vida para que sus canciones las cante la gente, pero cosas como esas no te las esperas nunca. Imagínate que cuando llegamos al hotel o al lugar donde tenemos que tocar está la gente con los bombos cantando “Pabloooo, pablooo”. Euforia total como con el fútbol. En Argentina tocamos en boliches donde convive gente de distintos equipos. Fue muy loco para nosotros descubrir esa mezcla entre el fútbol y nuestra música. Ojo, que en Argentina es otra, pero euforia sobra. Cuando nosotros tocamos, es la puta fiesta. Damas Gratis es la puta fiesta. Ahora tocamos en el Loolapalloza en Argentina y en Chile, algo loquísimo. Mi hijo no lo podía creer. Había rumores circulando de que íbamos a tocar en el Lollapalooza y mi hijo de 15 que escucha esa música me preguntaba, me preguntaba y yo le decía “vos andá a estudiar”. Y cuando se enteró…

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¿Quisiste saludar a algún músico en particular?
¡No conozco a ninguno, jajaja! No sé. Mi hijo me dijo que iba a estar tal o cual. ¿Pearl Jam? Para nosotros es algo sarpado. No somos músicos que dependen de la promoción de una discográfica ni que vienen sponsoreados por una marca internacional. Somos músicos de la Zona Norte del Conurbano de Buenos Aires. La convocatoria la peleamos fecha a fecha, la revalidamos con discos y dando buenos shows. Entonces ir al Lollapalooza de Argentina y Chile es algo espectacular.

¿Qué momentos de girar por América Latina se te vienen a la mente ahora?
Pienso en la primera vez que fuimos a México y en la última. La primera vez tocamos en el Café Iguana del Barrio Antiguo de Monterrey para 700 o 1000 personas. La última fue en el Festival Machaca para cincuenta mil personas. Y tocaban Café Tacvba, Todos Tus Muertos, Dante Spinetta… ¡y Damas Gratis papá! También haber tocado en el Teatro Caupolicán de Chile fue increíble. ¡Descubrir que teníamos tantos seguidores en un país donde Damas Gratis no editó ni un disco!

Tienes mucha recorrido, pero sólo 39 años. Pensemos que Cerati falleció con 55 años y tenía mucha vida y obra por delante. ¿Cómo te ves madurando en la cumbia? ¿Al frente de Damas Gratis, con otro rol o como La Mona Jimenéz que tiene 80 y sigue en los bailes todos los fines de semana?
Yo vivo, respiro, transpiro y muero escuchando y tocando cumbia. Nunca corriendo, siempre a los tiros y al que quiera cambiarme… yo siempre seré fiel a mi estilo: CUMBIA.

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