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Música

La Guia Noisey al Indie Español

Autogestión, diversión, feminismo y comunidad. Nosotros también tenemos ganas de explicar algunas cosas del indie español.

Hello Cuca. Foto vía

Me acuerdo de gritar "¡Viva el indie español!" en algún festival, cantarles "No cambié" a Los Planetas al principio de su etapa mesiánica y sus peleas con la multinacional que les sacaba los discos. Me acuerdo de ir al concurso de maquetas del Rockdelux y reír entre dientes en el concierto de Glamour al lado de Juanjo Sáez, entonces miembro del fanzine El Círculo Primigenio. También recuerdo comentar todas y cada una de las frases del segundo disco de TCR que hiciesen referencia a alguien concreto. El indie español siempre nos dio risa, aunque fuésemos devotos. ¡No era para menos! Todo lo que empezamos a llamar como indie era en realidad una pequeña pantomima que imitaba una estética pero no la filosofía que se escondía detrás de ciertos flequillos o esas camisas desgarbadas.

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Sigo pensando que la palabreja tiene sentido. Me da tanta vergüenza hoy como entonces. Bueno, en realidad más, pero todavía pienso que define unos valores y una forma de hacer las cosas que me sigue sirviendo. Autogestión, diversión, feminismo, comunidad. Eso sigue valiendo para cualquier género. Es una lástima que la palabra haya acabado definiendo a la música más aburrida de este país. Pero… ¿Quién soy yo para señalar? ¿Acaso existe un indie bueno? "En mis tiempos lo indie era lo indie y el resto era el resto", decían Los Directivos antes de mofarse de Vetusta Morla. Pues bien, os voy a hablar de "mis tiempos".

LA CAGARRUTA SÓNICA

Las Solex en su mejor formación: tres guitarras, trompeta, voz y cacharros.

"Hacer un alehop significa afrontar un riesgo para acabar con una situación molesta". Así definía Murky en el fanzine Procedimentum el significado de la palabra que daría nombre a su sello junto a Eva Solex. Y más o menos era esto. Sacar discos de amigos que estaban tan al margen del sonido de moda como ellos, solucionar un agravio. Con esa premisa fueron editando desde 1994 algunos de los discos más aberrantes y perfectos del último par de décadas. Desde Villaviciosa de Odón, por placer y consiguiendo una colección increíble entre las que destacan algunos de los proyectos de miembros de Patrullero Mancuso fuera de la nave nodriza como los singles increíbles de Guiller Momonje y Laluli o el disco de Grimorio. También han editado las obras completas de uno de los grupos más especiales del indie español, Las Solex, es decir: Olaf Ladousse, Eva, cacharros inventados y arreglos de trompetas desafinados sin sonar a nadie más que a ellos. Mención aparte para los recopilatorios del sello, "La Cagarruta Sónica", "La Legaña Sinfónica" y "El Moco Techno" –sólo digital aquí-, donde participan los amigos y conocidos que han ido encontrando y con quien han conectado. La lista es de impresión: Daniel Johnston, Country Teasers, Subsonics, The Black Lips, Quintron, Chris Knox… Ídolos del subsuelo conectando entre sí sin dinero de por medio.

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LA CASA DEL PUNK

Pero todavía no era eso. Leía en fanzines y revistas de indie, y lo que veía apenas tenía que ver con lo que imaginaba. ¿Dónde estaba el sentimiento de comunidad? ¿Qué se me estaba escondiendo? Todo eso lo viví en La Casa Del Punk. Así llamaban al piso en la calle Hospital de Barcelona que compartían Marta –del fanzine Spoiled y guitarra y voz de Las Dolores- y Arnau Sala –entonces en Omega 5 y The Cheese/ Les Aus, hoy conocido como Exoteric Continent. Allí vivieron a temporadas también Alex —Lemonade— e incluso creo recordar que Germán —Bananas—. Nada raro: amigos con intereses comunes que se juntaban. Pero aquel piso fue el centro de algo más.

Aquel fue el centro de la distribuidora y sello de Arnau, Ozono Kids. Pasabas por discos y te quedabas un buen rato escuchando lo nuevo que acababa de recibir de un sello de sus amigos, para enseguida poner una canción de Roots Manuva o de los Microphones. Otro día te acercabas a la casa y había una decena de personas durmiendo en colchones en el suelo porque estaban de gira y ellos les montaban el concierto, les acogían y se preocupaban de que estuviese todo bien. Otro día Arnau te enseñaba el diseño de la portada del disco que estaba a punto de editar, o Marta te planteaba organizar tú mismo alguna cosa. De aquella casa salías siempre con la cabeza hecha un hormiguero. Aquello era el "Hazlo tu mismo" que te gustaba del indie de fuera y nunca les hizo falta explicarlo en un libro porque para ellos era la manera normal de hacer las cosas.

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No hace falta decir que aquella red en la que unos dormían en casas de los otros permitía una comunidad muy amplia de ayuda mutua que funcionaba también al revés. Esos grupos luego podían hacer giras por Europa o Estados Unidos con una red de seguridad. Tu ayuda era devuelta con más ayuda. No necesitabas más para lanzarte.

TODAS LAS CHICAS JUNTAS PODEMOS HACER UNA FIESTA

TODO EL MUNDO FUE POP

A finales de los 90 pasó algo extraño. Hubo una brecha. De repente grupos de indie pop empezaron a llenar salas para mil personas, y una pirueta comercial acabó haciendo que un grupo como Los Fresones Rebeldes se hiciesen famosísimos con una canción. Todo muy raro. Todo el mundo quería hacer fanzines, todo el mundo tocaba o hacía dibujos o era DJ, como una caricatura y un oasis a la vez. Pero claro, había una parte de todo eso que era artificial, una corriente de opinión que de repente coincidió con nosotros. Luego sólo podía llegar el bajón.

El mejor disco de aquello que llamaron "tonti pop" fue un disco decepcionado que explicó esa escena mejor que ningún texto de la época o posterior. Era el segundo disco de TCR, Paro, siesta, días de fiesta. Ese disco hablaba de los indies de Pedralbes y de los indies de Santa Coloma, de la gente que saltó del barco cuando la moda cambió, de las puñaladas dentro de una escena que se hizo grande de un día para otro, de los fanzines que nunca salieron… Con ironía pero sin cinismo, con decepción pero sin tristeza. Al poco de sacar el disco estaban tan hartos que simplemente dejaron de tocar en directo para no tener que mezclarse con gente y situaciones que no les gustaban. Luego Jose y Susana harían Los Látigos para hacer versiones de Amos & Sara, e Incrucificables para ajustar un par de cuentas y hacer el mejor disco de punk pop de la pasada década. Ahora han vuelto a tocar como Los Urogallos. Si alguna vez te han gustado Television Personalities, Marc Bolan, Comet Gain o The Times: es como ver al cometa Halley.

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De esa época todavía me gusta todo Spicnic –el sello más inspirador junto a Alehop de todos los citados. Canciones de La Pequeña Suiza –buscad alguna cara conocida en este vídeo-, el single pre-multinacional de Meteosat –donde tocaban Ignacio Escolar, Diana Aller y Borja Prieto-, y multitud de maquetas.

UN TESORO ENTERRADO

¡Las maquetas! Dios, hay un montón de canciones perdidas en cajas de zapatos de España. De grupos que nunca existieron fuera de un par de fanzines y programas de radio, que pasaron de mano en mano como un secreto que querías explicar a todo el mundo. Un día alguien hará un recopilatorio con algunas de ellas. El indie que nunca quiso llegar a los anuncios de refrescos, el indie que construyó redes aunque fuesen modestas y que era capaz de hacerte pensar que tú también podías hacerlo y que por lo tanto tenías un poder muy importante. Estoy pensando en las maquetas de Los Empresarios, en J Irizar Toca La Batería, en Thy Surfin Eyes, o en un CD-R de Ángel Pop que tenía una canción sobre un taxista que todavía tarareo aunque no la haya escuchado en unos 10 años. En serio, que alguien edite todo eso por favor, a ser posible con recortes de fanzines de la época.

NUESTRO DANIEL JOHNSTON

Maurici Ribera podría ser nuestro Daniel Johnston, pero también nuestro Greg Ginn, nuestros Moldy Peaches y nuestro mil cosas más. El canta y toca la guitarra desde un pequeño pueblo de Cataluña que se ha convertido en el epicentro de un indie que aun funciona, y dónde cuatro amigos pueden montar giras de sus grupos favoritos en pueblos donde nunca pasa nada por pura voluntad. Maurici hace un programa de radio, monta conciertos, toca más de 50 veces al año en países de todo el mundo y contagia un amor por la música increíble a todo el mundo con quien se relaciona. Si alguna vez la palabra indie tuvo algún sentido en España, es para definir a Maurici. Con su proyecto musical The Missing Leech ha tocado en sitios como Japón, Nueva Zelanda, Estados Unidos o Groenlandia con un método que podría usar cualquiera: buscar sitios y personas y escribirles. Todo hecho por él en las horas libres después de su trabajo como profesor de primaria. Así pudo tocar con alguno de sus ídolos en Nueva Zelanda –Con Chris Knox de los Tall Dwarfs o con miembros de The Bats-, y así ha podido ver mundo y hacer amigos de verdad. Parece sencillo pero ¿Por qué no lo hacemos el resto? Además sus canciones son auténticos himnos de mirada limpia y estribillos contagiosos, como un Daniel Johnston sin la cabeza embotada. Es el mejor.

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OTRA NOCHE DE FIESTA EN EL HI HAUH

Esto son Las Ruinas cantándole a uno de los espacios más inspiradores de la actual Barcelona. Allí se organizan cada dos sábados conciertos semi secretos –

sólo tenéis que seguirles para saber cuándo y dónde-

, organizado por la buena gente de Gúdar, Tirana, Hibernales y Ran Ran Ran. Allí han tocado todos los grupos de Barcelona, pero también gente que estaba de visita como Nacho Vegas, Aries o Emilio José, dando conciertos memorables justo en frente de la gente –muchas veces gritando sus canciones-, normalmente por tres euros que reparten entre los grupos en un ejemplo de autogestión que pocas veces vemos fuera de círculos más punk o okupas. Por desgracia son pocos y cuesta mezclarse, pero no están solos. En España hay espacios que funcionan de forma parecida como el Liceo Mutante, La Nave 1839, La faena, La Residencia, Màgia Roja,… Buscadlos, participad y si no existen en vuestra ciudad: CREADLOS.

POP RADICAL

Jose Atomizador es una de las personas más importantes en mi educación musical. No porque me haya enseñado a tocar ningún instrumento o me envíe discos cada semana, sino por su compromiso férreo con la autogestión y dar lo mejor de uno mismo en todo momento. Toca casi siempre en espacios llevados por amigos o en centros autogestionados, sólo responde entrevistas en fanzines y gira con grupos de punk como Sudor aunque su música se acerque más a un esqueleto de los Beach Boys más psicodélicos o a un Maestro Rodrigo pasado de ácido. Leer sus entrevistas o verle tocar es una de las experiencias más inspiradoras que uno puede ver. Toca al límite de sus posibilidades, casi agarrotado, una música sin palabras pero llena de melodías vocales expansivas y algo locas, con canciones de apenas un minuto donde la repetición no tiene sentido. Todo nuevo, sólo una explosión rapidísima de fuegos artificiales. Y tiene un discurso que puede resumirse en la frase que suele aparecer en las contraportadas de sus discos: "¡Viva el feminismo, el DIY y el arte libre!". Si queréis saber más, os recomiendo

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esta entrevista en el fanzine Mierda.

EL MOMENTO DE HACER

Se dice que el indie español nunca fue explícitamente político y quizá sea cierto. Admirábamos a McCarthy y a Billy Bragg pero costaba atreverse a acercarse a la política sin ironía o sin metáforas tirando a oscuras, pero algo cambió con la llegada de Garzón –Luego llamados Grande-Marlaska-. De repente había un grupo de pop nervioso que hablaba de quien éramos como colectivo y te animaba a la acción, anticipándose a muchas de las cosas que al poco empezaron a pasar –Su primer disco se podría leer perfectamente en clave de premonición del 15M-. Aquello abriría una puerta por la que irían acercándose muchos otros, y sería el germen de

Fundación Robo

, un colectivo que invita a músicos a hacer canción protesta lo más clara posible. El núcleo duro lo forman, entre otros, Roberto Herreros (Garzón/ Grande Marlaska), Nacho Vegas y Marc Balfagón (Nisei), pero ya han participado gente como Oscar Mulero, Albert Pla, Diploide, Fernando Alfaro, Aries, Wild Honey, Silvia Pérez-Cruz…

AGOREROS Y NOSTÁLGICOS: IROS A LA MIERDA

Hoy es tan buen tiempo como los 90. ¡Mucho mejor! En esa época había tantos grupos ridículos como ahora, y tanta porquería con disfraz de indie y corazón de multi como entonces. Hoy en día sigue habiendo varias decenas de grupos que se mueven en otros parámetros independientemente de su filiación estética. Sigue habiendo grupos con ganas de epatar y darnos un manotazo en la cara como

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Corte Moderno

, grupos como

Dois

en Galicia haciendo canciones de pop extrañas y vivas, gente como

Ultratomba

que podrían ser hijos de Alehop, radicales de la autoedición como

JGG

haciendo músicas del mundo con ovnis de fondo,

Afrika Pseudobruitismus

haciendo sinfonías inexplicables, sellos verdaderamente independientes como

Austrohúngaro

o

Chin Chin

, gente como

Kokoshca

haciendo himnos contra el hartazgo vital, las

Yumi Yumi Hip Hop

hablando de querer como les da la real gana o amigos de la autogestión y la buena vida como los veteranos

Nueva Vulcano

contagiando a todo el que les ve. Contad historietas pero por favor: No seáis cenizos.