Cómo incendiar cualquier pista de baile en cinco tracks, según LAO

Foto tomada del Facebook de LAO.

Si hay algo que hace bien LAO (Lauro Robles), es crear música rasposa para echar fiesta. El DJ y productor mexicano se ha dedicado desde el 2001 a saturar sus tracks con bajos pesados y sonidos bastante provocativos que le han puesto fuego a muchas pistas de baile en la escena underground de México. Aunque quisiera encasillar su música dentro de un género para darles más claridad de cómo suena este productor, su música salta por tantos géneros (tribal, trap, bass, dubstep, reggaetón y más) que se vuelve difícil describirlo en pocas palabras. A LAO más que entenderlo, hay que bailarlo.

Hace poco me lo topé en un evento justo antes de que subiera hacer sudar denso a la gente con un look diferente al habitual —como si, con todo respeto, Barbie se volviera reggaetonera— y decidí pedirle cinco de sus armas maestras para incendiar la pista. Dense las recomendaciones que no dio una de las cabezas de Éxtasis Records justo antes de su presentación junto a Chancha Vía Circuito hoy en la fiesta Instinto Vol. 2, y uno de los festivales “under” más chingones de la Ciudad de México: el Raymonstock Jr, en donde seguramente los va a poner a sudar mucho más que un sauna a 45 grados.

NOISEY: Antes de que me cuentes con qué arde la pista, quiero saber por qué te pintaste el pelo así.
LAO: Ando a la Britney, dicen [ríe]. Pues nada, son de esas decisiones que tomo. Lo hice hace dos semanas; a las tres de la tarde estaba comiendo y a las cuatro dije, “Me voy a pintar el pelo”. Regresé el martes pasado porque no tenía idea de qué color ni nada y ya, ese día me lo pinté. Lo hice porque sí, porque puedo hacer lo que quiera. Estuve mucho tiempo con el pelo negro; está bien dejármelo blanco un rato, es un estilo muy a la Donald Trump, ¿no? Me queda bien, ¿no? Igual me sirve para entrar de contrabando al gabacho.

Alfonso es un productor de música prehispánica de Monterrey que trae sonidos impresionantes. Siegue siendo como tribal riguroso, pero tiene una parte bastante clubera sencilla pero que engancha; es como house raro. En cuanto entran las congas del tribal es fiesta instantánea. Es de esas rolas que en cualquier momento del set las pones y reactivan la pista de baile.

Es un tema súper percusivo, la melodía se genera a través de eso. Es un track 100% de club. Está bien chido mezclarlo, me late. Siempre funciona. Aunque es inglés, es un sonido que no podría catalogar como latino, pero sí muy global. Es una canción que se adapta fácilmente.

El mix es muy oscuro y al mismo tiempo minimalista. El sonido es tan denso que suena muy potente. A pesar que tiene elementos muy simples, más que poner a bailar a la gente, atrapa de inmediato su atención. Es un track chido para poner después de algunos minutos de música bailable. Me sirve para romper esquemas.

Es de la canción de “Vuela”, e hice un remix que suena a rave. Algo de sonido como entre Jersey y Baltimore, no sé. Es techno housero. Está chido porque es una rola con todo el flow de La Onda Vaselina. Aunque es una rola 100% pop, creo que trae toda la onda trancera y de rave. Yo traté justo de tomar esa parte y treparla todo lo que podía. La he tocado en muchas fiestas y me funciona muy bien. La gente se sorprende porque aunque es una canción que muchos podrán decir que no les gusta, todo el mundo la tiene en la cabeza. Es algo que no puedes negar que escuchabas en la radio. Te guste o no, lo escuchaste más de 20 veces. Es un gusto culposo. A mí me late tomar canciones de ese tipo, canciones de pop en español, y darles la vuelta. Torcer lo mainstream. La música más cabrona es la música pop. Tener un millón de views en YouTube; va mucho más allá de si es un producto, no sé, hay algo de control mental ahí. Me gusta trabajar con eso.

Creo que está muy cabrona esa canción: es hip hop, es trap, está en español, va a 130 beats por minuto, entonces es muy fácil de mezclar. La letra hace que todo el mundo te voltee a ver. Además a las chicas les gusta. Es súper explicita, lo cual está bien. Se me hace una canción muy romántica. Está perfecta para ponerla en el momento más sucio, cochino, pero también romántico de la noche.