FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Rebecca Topakian es la gran fotógrafa del punk y el heavy metal cubanos

Estuvo en la isla durante unas semanas y conoció, entre otras cosas, la institución oficial del rock cubano: la Agencia Cubana del Rock. No es broma.

Verano 2012. Estoy en camino a Cuba por el tour de Donkey Punch – que ahora se llama Lodges – titulado Brutal Fest Tour y organizado por el francés David Chapet. No sabía nada de Cuba, no tenía idea de la situación social y política del país, aunque rápido supe más.

Primero, en Cuba, Internet no existe – o tienes que ser rico, muy rico para llegar a él. Y la mayoría de los cubanos son pobres. Fue bastante sorprendente para una francesa que usa su iPhone para cualquier cosa en la vida – cuando quería imprimir mi boleto de vuelta, me di cuenta que tenía que pagar $10 por media hora de acceso a internet. Entonces, para escuchar punk, metal o hardcore, hay que querer hacerlo mucho.

Publicidad

Los más afortunados tienen familias en Estados Unidos, primos en Miami que emigraron en los 60. Ellos pueden tener ropa digna de eso llamado "rock", teles, compu, y, sobre todo, discos duros con toda la tele y el internet del mundo capitalista, desde MTV hasta todas las rolas de los 80 y el best of 2010 de los lolcats. El bloqueo cultural a Cuba explica que estas influencias se hayan convertido en estos peinados infernales, mezcla de playeras de Scorpions y mechas emo directamente inspiradas de los clips de Bring Me The Horizon.

En un país en donde el éxito del verano se llama “Loco Sexual” y que gente de todas las edades lo bailan de sol a sol, escuchar metal se vuele tan imperativo como transgresor. La música tradicional en casi toda la isla fue globalmente reemplazada por un reggaetón asqueroso; sus adeptos son llamados los “repas”, enemigos declarados de los “frikis”, apodo designando a la fauna del rock, del heavy-metalero al emo.

El rock’n’roll estuvo prohibido en la isla hasta 1966, y la influencia de los países occidentales sobre la juventud es todavía muy mal vista – varias veces mis amigos cubanos me pidieron callarme en la calle porque tenían miedo de ser arrestados por conversar con el enemigo. A pesar de eso, podían entrar a mi hotel, lo que les era prohibido por completo hace dos años. Frente al entusiasmo de los jóvenes por el hardcore y metal, el Partido Comunista creó la Agencia Cubana del Rock destinada a encuadrar la escena cubana, incluyendo la sala de concierto y de ensayos: el Maxim Rock. La agencia se encarga de promover la producción, y sobre todo de cuidar y canalizar al movimiento rockero (es decir evitar las letras demasiados rebeldes y aconsejar un estilo más metafórico). Me dijeron que una banda de hardcore pudo salir en la tele, lo que demuestra progreso en la apertura de las autoridades – pero la señal fue cortada en una canción juzgada demasiado rebelde. De la misma manera he podido ver a Los Aldeanos en concierto, un dúo de raperos míticos de allá, aunque los organizadores estaban en pánico total y no podían separarse del enchufe.

Publicidad

Aunque el “rock” se permite, es todavía muy difícil para los niños procurarse instrumentos de música destinados a otra cosa que no sea la rumba. Muchos de los que viven en los campos hacen de mediatores con tarjetas telefónicas y recogen las batacas de batería usados por bandas extranjeras. En Santa Clara, un grupo de jóvenes toca (en el escenario) con una caja de ritmos como batería, y cuando los niños no tienen ni un instrumento componen en Guitar Pro, naturalmente. Es lo que hace mi amigo Julio desde que el jefe le ha quitado su guitara, según él, demasiada peligrosa para sus estudios y su moral. Cuando tomé el taxi para irme al aeropuerto, prometí a mis amigos enviarles música, películas, e informaciones, incluso si el correo podría confiscarlos.

En el verano se organiza una "alberca metalera" en el Castillito, un escenario al aire libre en frente de una piscina. Los chicos se dedican al headbanging en traje de baño, y hacen air guitar en el agua, en medio de latas de Bucanero Fuerte, la cerveza local.

Deadpoint son un grupo que hace hardcore moderno inspirados por las cosas que lograron conseguir de fuera, es decir, las mierdas que pasan en MTV Estados Unidos. Y cuando los cubanos arman sus bandas no bromean: no es sorprendente ver dos guitarristas, dos cantantes, una doble pedal – todo en doble. Fui a ver a Deadpoint en el centro histórico de La Habana Vieja, donde tienen un stand de recuerdos – llavero y ahorcamientos en efigie del Che – para que me dieran un CD de su álbum y lo pudiera yo difundir en internet. Un montón de bandas me han pedido de tomar sus clips y álbumes para compartirlos por toda Europa.

Publicidad

En Pinard el Rio, el escenario se encuentra en un tipo de patio dominado por viñedos, se parece a la selva. Los cubanos no saltan tanto como en Europa, piensan que es demasiado agresivo y se contentan con el air guitar y el signo de metal con los dados.

Amado es uno de los únicos punks que he encontrado en Cuba. Su apodo es “Punki”. Hay muchos heavy metaleros o fanáticos del hardcore o emos, pero los punks no están tan de moda. Amado trata de transformar su depa en un salón de piercing. Su novia Osmara lleva unos pants de cuero todo los días, y eso a pesar de los 40 grados y el 80% de humedad que tiene esa isla. Son los únicos vestidos chidos que encontraron. Una noche de "alberca" me pidieron dos dólares para comprar una droga de composición química dudosa.

Los frikis se encuentran “al parque”. He buscado un parque durante un cierto tiempo, hasta que me di cuenta de que se trataba de un terreno baldío en la esquina de la Avenida G (Avenida de los Presidentes) y la calle 25. En el día andan en patineta y fuman puros, mientras que en la noche, beben cerveza, ron y una mezcla bien rara que me presentaron como la “666”. Antes, este parque se extendía de la calle 21 a la calle 27, pero ahora es el lugar de los repas, adeptos de reggaetón. Me dijeron que estaba tan duro encontrar una patineta en Cuba que los jóvenes se entrenan esperando que patinadores profesionales pasen y les ofrezcan las suyas. Aparentemente, es el caso de muchos niños que veo patinar.

Publicidad

Osmara y Menchu.

Los chicos pasan mucho tie,po frente al Maxim Rock, EL lugar de reunión para los jóvenes en La Habana. No es fácil cultivar ese look de metalero y encontrar los accesorios típicos. Este dude se pelea cada minuto para guardar su pelo liso y su mecha con este clima exigente.

Este joven patinador me fascinó con su mullet. Sin internet y tele occidental, cada uno tiene un estilo de los años 80. Cortó su pelo dos días después de que notó que su corte tenía toda mi atención.

Giovany Milhet es el guitarrista de Hipnosis, la banda gótica más famosa de todo el país. Una noche me contó qué difícil fue andar en patineta cuando era chiquito. Fue una época especial, cuando cayó la URSS, y dejaron de ayudar Cuba, causando que el país se volviera muy pobre muy rápido. Por las noches, robaban escritorios con sus amigos, los dejaban en el agua una semana, y luego se hacían patinetas con eso. Es un poco el jefe del metal en la isla, todos lo respetan y admiran su cultura musical. Aprendí hace poco que ha tenido la suerte de irse a tocar a Estados Unidos con Hipnosis. No quiso volver, así que pidió el asilo político que obtuvieron.

@Rebeccatopakian