Estos son los discos de los Smiths, del mejor al "menos mejor"

El día de ayer nos enteramos de una noticia extraordinariamente dolorosa: Steven Patrick Morrissey, mejor conocido en el mundo musical simplemente como Morrissey, padece cáncer. O, al menos, le han ya extirpado ya una serie de células cancerosas de alguna parte del cuerpo (en la entrevista en donde habla del asunto no es muy específico que digamos), lo cual probablemente sea una forma de léxico morrisseyiano (y aquí no querríamos dejar de ser MUY claros en lo "probable") para admitir que tiene cáncer. No podemos olvidar que desde hace un año y medio, aproximadamente, el cantante inglés ha entrado y salidos de hospitales sin parar y que en fotografías recientes, como él mismo admite, se le ha visto un poco mal.

Pero su infinita elegancia no se detiene ante una situación tan delicada. Dice, fuerte y estoico, que si "me muero, pues me muero, y si no, pues no". Y clama que el andar de gira es tan parte de sí mismo que no lo dejaría de hacer hasta el último de sus días: "Ya descansaré cuando muera". Palabras terribles, ácidas, divertidas, trágicas… Como salidas de una de sus canciones.

Todo esto nos llevó a pensar en lo mejor que Morrissey ha hecho en su carrera. Y en hacer algo aún más divertido: pensar en cuáles eran los mejores discos de The Smiths, su grupo inciático, el que lo comenzó todo y lo convirtió en un mito. Evidentemente es una lista subjetiva, como tal concede cosas imperdonables para otros, pero, sea como sea, aquí la presentamos.

Cabe destacar algo: aunque el Strangeways esté en donde está dentro del ranking, esto no lo hace inferior al disco homónimo. Para el gusto del que esto escribe, todos los discos de los Smiths son prácticamente insuperables, salvo por detalles menores.

Coincide nuestro criterio en la propia cronología de los lanzamientos. Esa es cosa rara.

THE SMITHS (1984)

La fanaticada del cuarteto de Manchester, de a tiro por viaje, habla del disco debut de la banda como el peor (o "menos mejor", usando nuestra categorización) de sus discos. Sobre todo apuntan a la producción de John Porter, muy cruda y de sonido pobre en producción, como la culpable de no vestir bien las canciones.

Porque las canciones son, quizá, las mejores de cualquier disco de los Smiths: "Reel Around The Fountain", "You've Got Everything Now", "This Charming Man", "Still Ill", "Hand In Glove", "Suffer Little Children" y "What Difference Does It Make?", es decir, 7 de 11 canciones (o 63% del disco) son joyas atemporales que marcarían la historia de todo el pop de ahí en adelante. ¿Qué otro disco tiene tal grado de efectividad?

Así, si uno gusta de la producción ruda y pobre de Porter (que es el caso que se argumenta aquí), no hay más que decir: los Smiths empezaron con el más mejor de todos sus discos.

MEAT IS MURDER (1985)

"The Headmaster Ritual" es la canción perfecta de The Smiths y "Barbarism Begins At Home" es de esos grandes ejemplos de por qué, además de todo, te podían poner a bailar. "Well I Wonder" y "That Joke Isn't Funny Anymore" son de los momentos de introspección más increíbles de toda su carrera, y "Meat Is Murder", aunque es un poco chocante para muchos, por su mensaje vegetariano y sus sonidos de vacas mugiendo, es la mejor balada de las escritas por Morrissey y los suyos.

THE QUEEN IS DEAD (1986)

Ahora que estoy repasando "I Know It's Over", esa balada dedicada a la madre de la forma más hermosamente Juan Gabrielesca posible, "Never Had No One Ever", una súplica de amor bella, dolorosísima y emocionante, el madrazo de energía sensual que es "Bigmouth Strikes Again", la hermosura perfecta de pop inglés que es "The Boy With The Thorn In His Side" y ese final perfecto y contrastante entre "There Is A Light That Never Goes Out" (una canción que ya jodieron las Zooey Deschanels del mundo) y "Some Girls Are Bigger Than Others" (porque Morrissey es el Oscar Wilde de esta generación y la anterior), no me queda más que decir: me equivoqué - The Queen Is Dead está a la altura, si no es mejor, que el debut.

STRANGEWAYS, HERE WE COME (1987)

El problema de Strangeways es que empieza con una canción insuperable: "A Rush And A Push And The Land Is Ours". Uno la escucha y asume que la banda no tenía problema alguno, que estaba fuerte como nunca, que sus alcances creativos serían infinitos y que todo iría en crescendo. "I Startes Something I Couldn't Finish" suena muy bien, si bien un poco genérica, y "Death Of A Disco Dancer" resulta un buen gusto adquirido.

(Si no lo han notado, sigo la secuencia propia del álbum)

Y entonces viene "Girlfriend In A Coma", que es un mal intento de ironía, la falla más importante de su carrera (además de ese horror instrumental que es "Oscillate Wildly" - sí, alguien tenía que decirlo) y "Stop Me If You Think You've Heard This One Before", que es genial, pero que se remata con la incómoda "Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me", una canción maravillosa con una introducción muy larga e innecesaria, sobre todo porque su conclusión es de las mejores en la carrera del grupo. "Unhappy Birthday" es increíble, pero "Paint A Vulgar a Picture" es olvidable, como lo es "I Won't Share You".

Sea como sea: mejórate, Moz. No queremos verte mal.