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Música

La última entrevista con Yellow Dogs antes de que fueran víctimas del ataque en Brooklyn

Un miembro de la banda Free Keys asesinó a dos de los integrantes del grupo iraní.

Ayer prendí el televisor, como a diario. Las noticias locales hablaban de un asesinato en el barrio de Williamsburg en Brooklyn, un lugar adonde voy muy seguido. No presté atención a la noticia. Una hora después, cuando llegué a mi oficina, más hechos de la historia se habían dado a conocer: cuatro personas habían muerto debido a un ataque donde después el asesino se habría suicidado. Estas personas pertenecían a una banda. Yo conozco a muchas bandas de Brooklyn, pero no pensé que ésta sería una noticia acerca de alguna de ellas. Luego, un amigo me mandó un artículo del Wall Street Journal, y la primera palabra que leí fue Irán.

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Se me encogió el corazón. Era Yellow Dogs.

Yellow Dogs era una pequeña banda iraní de punk que escapó la opresión en Teherán y llevó su música a Brooklyn. La primera vez que supe de ellos fue a través de un documental llamado No One Knows About Persian Cats, que trata sobre los peligros de tocar música rock en Irán. Desde entonces, mantuve sus EP conmigo y los escuchaba muy seguido.

En East Williamsburg, Raefe Ahkbar, un miembro de otra banda iraní llamada Free Keys (compartía manager con Yellow Dogs), asesinó a tres personas con un rifle semiautomático, e hirió a una más. Dos de los muertos eran miembros de Yellow Dogs: el guitarrista, Soroush Farazmand, y el baterista, Arash Farazmand. Después Ahkbar se suicidó. Se cree que el atacante actuó debido a un conflicto personal entre el grupo; Ahkbar había sido echado de Free Keys porque supuestamente había vendido equipo de la banda.

Corrí hacía mi mochila y saqué tres hojas de papel arrugadas. Esto es lo único que tenía para documentar una entrevista que hice con Soroush. Fui cautivado por su música desde el primer instante, y tenía que saber más de esta banda, por qué una banda de chicos dejaron todo en su país para llegar a Brooklyn y tocar en pequeños shows. Después de hablar con Soroush, aprendí que la banda era mucho más que eso. Un concierto de Yellow Dogs en Irán era de la siguiente manera: iniciaba el show y minutos después llegaba la policía para apagar el concierto. Ellos llegaron a Estados Unidos porque querían hacer música con consciencia social, y eso es ilegal en Irán.

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Esta es la última entrevista que les hice.

VICE: Se han convertido en una de mis bandas favoritas. ¿Cómo iniciaron?
Soroush Farazmand: Bueno, sucedió cuando el bajista y yo dejamos nuestra vieja banda en Irán. Hemos estado en esa banda desde que teníamos 16 o 17 años, y decidimos empezar algo nuevo, con nuevo conceptos e ideas, cero reglas, más pasión. Así que encontramos a un baterista con un pequeño estudio de ensayo en una terraza y a un güey rocker/skater/loco que tocaba guitarra y podía cantar. Todo esto se centró en un parque llamado Ghoory, que era el lugar favorito de punks, hippies y skaters. Ahí nos la pasábamos nosotros. Recientemente, Arash se unió a la banda como el baterista. Él fue uno de los fundadores de una banda iraní muy reconocida llamada Free Keys. También es mi hermano y siempre queríamos que tocara en nuestra banda. Ahora que ya está con nosotros, creo que ya estamos listos y completos.

Tu música es intensa. ¿Crees que la banda es rebelde?
Sí, pero creo que nuestra banda era más rebelde cuando vivíamos en Irán.

¿Piensas que la música indie en Irán es automáticamente rebelde?
Claro. De hecho, no importa de dónde sea, la música independiente siempre será rebelde. Pero en Irán, casi toda la música lo es. Para hacer música bajo las condiciones de Irán, uno tiene que ser optimista y positivo. Nosotros no somos así.

¿Qué pasa cuando ustedes tocan en un show ilegal en Irán?
Hay una gran diferencia. Nos gusta pensar que en un concierto ilegal, todo lo ilegal se convierte en legal. Esto hace de los shows algo más divertido, ¿no? Se convierte en un espacio de libertad y cada miembro del público reacciona diferente.

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¿Qué pasa si alguien en Irán es encontrado haciendo música ilegal o asistiendo a un concierto ilegal?
Las reglas cambian y cada día empeoran. En la mayoría de los casos, puede ser peligroso.

Ustedes están en uno de mis documentales favoritos, No One Knows about Persian Cats, que explica lo difícil de hacer música en Irán. El indie rock en Estados Unidos tiene muchos significados, ¿qué significa para ustedes?
Para nosotros significa libertad de expresión.

Hay una frase en la película que el personaje principal dice, “Aquí no se puede hacer nada, en este país no hay oportunidad”. ¿Estás de acuerdo con él?
Totalmente. Así se siente uno cuando toca música en Irán. Aunque no quieras pensar en eso, ahí está.

La película muestra lo difícil de salir de Irán y compartir música con otros públicos. ¿Cómo le hiciste tú y por qué Brooklyn?
Durante años fuimos invitados a participar en Estados Unidos, para South by Southwest y CMJ, pero tuvimos problemas con nuestros pasaportes. Sólo uno de nosotros tenía pasaporte y el resto de la banda no tenía porque para obtener el pasaporte en Irán, todos los hombres deben cumplir su servicio militar antes de salir del país. Así que con mucha ayuda encontramos manera de obtener pasaporte sin tener que cumplir el servicio militar ni darle una mordida al gobierno. Queríamos ir al CMJ 2009 pero las fechas no coincidieron, así que nos fuimos a Turquía, tocamos un concierto ahí, fuimos a la embajada de Estados Unidos y ahí obtuvimos nuestras visas. Decidimos vivir en Brooklyn porque sabíamos que nuestra música tenía más sentido en Nueva York, y éste era el lugar ideal para crecer.

Ya para finalizar. ¿Cuáles son sus influencias musicales?
Escuchamos todo tipo de música, desde rock n’ roll de los cincuenta hasta bandas emergentes de todo el mundo. En Irán, nos gustaba mucho escuchar el post-punk dance de bandas como The Rapture, Moving Units, Faint, Modest Mouse, Joy Division y The Clash. Hay demasiadas bandas, músicos, canciones y acordes que nos han influenciado. No quisiera hacer una lista de cada una, pero hay una canción que tiene que ver mucho con nosotros: ¡“Rock the Casbah” de Clash!