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Música

Platicamos con el director de “Sincronía, Pegaso” de Javiera Mena

Yago Partal, el director del último video de la chilena, cuenta los secretos detrás del rodaje: desde los gorgs al misterioso lobo que acompaña a la chilena.

Yago Partal y Javiera Mena. Fotos cortesía de Yago Partal.

Esta semana Javiera Mena compartió en su cuenta de YouTube el making of de su último video: “Sincronía, Pegaso”. El clip fue rodado en septiembre en la comarca de La Garrocha, perteneciente a la provincia de Gerona, España.

Atrás quedaron los videos hechos en Windows 95 donde teníamos que soportar a los múltiples alteregos (Carmen Sandiego, April O'Neil, Lara Croft) de Javi leyéndose el tarot o chupeteando una palmera. Ahora tenemos a la chilena al natural: bañándose en cueros en un estanque recóndito y también comiendo bayas en un bosque de musgos.

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El cambio es gracias a Yago Partal, director del video, y quien comparte que lo más divertido de grabar “Sincronía, Pegaso” fue recorrer los bosques y “gorgs” (cascadas) de Gerona.

“Grabamos en sitios de difícil acceso, como los gorgs, que están metidos en la mitad de un paisaje, y que tienen casi siempre una suerte de lago que se forma por las caídas de agua. En este video combinamos esos gorgs con otras locaciones. La idea era darles a todas las tomas una continuidad, aunque no lineal, para que pareciera que era un mismo espacio”, cuenta Yago.

“Para la idea del video, Javiera me habló de un viaje introspectivo, algo interno”, agrega. “Y la primera referencia que me vino a la mente la película la Princesa Mononoke de Hayao Miyazaki. Yo soy muy fan de Miyazaki y, vaya casualidad, Javiera me contó que también lo es. De pronto, creo, ese fue nuestro punto de conexión. La verdad es que nunca quisimos hacer un homenaje a la Princesa Mononoke, pero es evidente que al final ha salido así: está el personaje principal, los secundarios, el lobo.”

NOISEY: ¿El lobo de dónde lo sacaron?
Yago: La productora del clip, Laia Barot, lo consiguió con un animalista. Pero no es un lobo: es un perro actor que nació de una cruza de un perro y una loba. Pero sólo lo trajeron un rato al rodaje, lo dejaron suelto, ya que tenía que filmar otras cosas. En la filmación fue conociendo a Javiera poco a poco, ya que ella le daba comida y jugaba con él. Ambos fueron haciendo un poco de complicidad.

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¿Por qué no usaron un Pegaso en vez que un lobo?
(…) La verdad es que ni Javiera ni yo queríamos algo obvio. Queríamos un viaje introspectivo y nos gustaba jugar con otro tipo de misticismos.

¿Y qué diablos significa Sincronía, Pegaso?
Javiera me dijo que es una canción que le habla al inconsciente a través de la imagen del Pegaso. Y que este representa la sincronía (simultaneidad de hechos o fenómenos). Por eso nos apeteció también hacer la relación de ella con la naturaleza, la sincronía de Javiera con su entorno.

La verdad es que no sé qué decir.
Javiera me dijo que “Sincronía, Pegaso” era la canción más mística y romántica del disco Otra era, por eso tiene esa suerte de mantra al final. De ahí surgió la idea de un personaje que recorriera un paisaje y buscara algo que no se sabe qué es, hasta el final, cuando se encuentra con unos personajes de los cuales el espectador tampoco sabe qué esperan de ella.

¿Qué tal estuvo trabajar con Javiera?
Tuvimos buen feeling y todo salió redondo. Ella desde un inicio estuvo abierta a las ideas que se le planteaban. Todo fue muy precipitado porque tuvimos que grabar todo en dos días, mientras ella estaba de gira por Barcelona; por eso se tuvo que hacer todo el rodaje de una manera muy ágil. Fue duro, sobre todo para Javiera, pues le pedimos mucho.

¿A qué te refieres con mucho?
Le pedimos que se metiera desnuda a un agua que venía directamente de una montaña. Rodar esa toma fue bastante jodido, por lo helada que estaba el agua, pero ella entendió que era necesaria y se sacrificó. Esa escena la tenía en mente de antes y era urgente para el video. Encontraba que si entraba con ropa no tenía ningún sentido. Yo creo que es un plano bonito que apoya muy bien la idea que queríamos plasmar. Javiera entra al agua, abre los ojos desde ahí, y se fija que algo ha cambiado en su entorno. Por eso pusimos a las dos bailarinas que hacen una suerte de ritual de invocación. Esas chicas, por cierto, son las bailarinas con las que trabaja Javiera en sus giras.

Gracias por tu tiempo, Yago.
Gracias a ti por la entrevista.