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Música

Los Viejos - QUEBRANTAHUESOS

Por favor inyécteme algo más en las piernas / para poder bailar el slam.

Los Viejos

QUEBRANTAHUESOS

Un par de cabrones pegándole a la lira y al doble bombo como si éstos fueran responsables de los males del país. Mientras lo hacen, portan de esas máscaras de latex, grandes, con proporciones grotescas y una mueca chueca. Son máscaras monstruosas de gente mayor, de viejos. En el escenario los acompañan dos enfermeras en la tradición de aquella gozosa pornstar que adornaba la portada del Enema of the State. Los falsos viejos (debajo de las máscaras hay dos jóvenes tatuados) dominan el escenario con una energía que envidiaría el viejito de Alex Lora, mientras escupen poderosos putazos punk de uno o dos minutos. No necesitan más para poner a todos a chingarle al slam.

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Los Viejos, como se llama esta banda de dos, cantan sobre infecciones urinarias, caderas rotas, arrugas y ancianos tatuados. Pero también escriben de patinetas, mamar litros de alcohol y derretirse el cerebro. Son odas furiosas a vivir el momento sin miedo y sin cautela. Escucho sus rolas y pienso que es lo que escucharía Ícaro (si fuera un cabrón y no un mito), piensan similar: ambos quieren volar cerca del sol y quemarse, a propósito. Atacan y festejan al mismo tiempo la vejez, en un doble esfuerzo por distanciarse de ella mientras celebran lo chingón que sería llegar a viejo tras una vida de excesos.

Los personajes, Viejo Jacobo (Jordi Alacont) y Viejo Eustaquio (Leo Padua), son un amalgama de los factores pícaros de la identidad nacional mexicana. Son un par de pelados deslenguados, viciados, atascados y cachondos, que sobrellevan una vida jodida por la enfermedad y edad gracias a una virtud redentora: el aliviane. Los Viejos son pues el espíritu de la idiosincrasia minoritaria (ya sea latina, negra, romaní o lo que sea): jodido pero alivianado, pasándola bien a pesar de (o gracias a) una existencia limitada. Si hay algo que nos aqueja (ya sea piedras en el riñón o un gobierno federal corrupto de la chingada), ¿por qué chingados no pasar el mal trago con un chingo de cerveza y punk? Esta actitud destructivamente propositiva se encuentra en todo su disco, Quebrantahuesos, como lo demuestra la letra de su rola “Caderas punk”:

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Ay, doctor, me siento medio mal

Por favor inyécteme algo más en las piernas

para poder bailar el slam.

¡Para poder bailar!

¡Quiero bailar slam!

¡Yo quiero chacotear!

Hoy me siento mal.

Este disco no es nuevo, lo sacaron desde marzo del 2012, pero están a punto de editar una versión física, que incluirá más temas (como una variante punk a la clásica Pim Pón) y arte nuevo (a cargo de Yurex Omazkin). Si te interesa verlos echar jolgorio sin arrugarse, los pueden ver en el [Festival Marvin este 18 de mayo.](http:// http://www.marvin.com.mx/marvin13. )