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Música

Este tipo le hizo un busto a Yung Beef

El arte clásico llegó al trap.
Este tipo le hizo un busto a Yung Beef
Imágenes cortesía de Diego

El arte figurativo y formal, que respeta los cánones que definen lo que está bien y lo que está mal en el basto océano imaginario de lo que llamamos “cultura occidental” está de capa caída. Nuevas formas de arte imposibles de entender para la masa común de los mortales —entre la que me encuentro— alimentan la máquina de la industria cultural de vanguardia, y parece que el valor de la obra es únicamente determinado por el valor que le dan los gurús de turno, y que siempre va de la mano de un valor económico. Entre lo que rompe y lo que no se deja romper hay una brecha insalvable, como entre un creyente y un ateo, o entre el que va a los toros y el que dice “yo ya no como casi nada de carne, solo cuando salgo o voy pedo o no tengo otra cosa en el refri, pero pf, pobres animales”. En fin, me entienden. A veces, solo a veces, pareciera que se tienden puentes entre uno y otro bando.

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Este me pareció el caso del busto de Yung Beef que hizo Diego, un chico de 21 años originario de Dueñas, en Palencia, España. Su creación, como si fuera un partenón contemporáneo, une el patetismo del arte helenístico —el movimiento y la emoción pero dentro de los parámetros clásicos— con uno de los referentes de la música española de los últimos años. Decidí acercarme a él para entenderlo mejor.

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NOISEY: Hola Diego, la primera pregunta es obligada, ¿por qué un busto de Yung Beef? Quiero decir, por qué en concreto un busto y además tan realista y “clásico” para representar a un artista de vanguardia, por así decirlo.
Diego: Consideré esta oportunidad como una buena manera de hacer un guiño al panorama y acercar el arte de la escultura a este género que también trabaja en gran medida con lo visual.

Cuando contactamos contigo nos dijiste que la idea te la había dado la utilización del Infierno y de la figura del Diablo por parte de Yung Beef, ¿puedes contarnos un poco más?
Bueno, todo esto viene dado de un encargo para el castillo encantado de Trigueros del Valle. Como es comprensible, qué mejor para un castillo encantado que el infierno. Yung Beef tiene en sus canciones un ambiente de tristeza y melancolía. Así como sus actuaciones de Infierno. Su referencia constante a la moda y al dinero como un pacto con el diablo. Además, el propio gesto de la cara de Fernando refleja perfectamente la idea.

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¿Por qué crees que nos parezca raro hacerle un busto a un artista actual? ¿Es porque los infravaloramos? ¿No nos parecen dignos de un arte que se ha reservado a los grandes hombres?
Yo no opino que sea una cuestión más o menos rara sino del concepto que sigue existiendo a día de hoy de la escultura. Se entiende que es algo caro, poco accesible, y que debe estar en los museos. Para mí esta concepción debe corregirse. Simplemente podemos realizar escultura para gente de la calle sobre gente de la calle. Además, se consigue una naturalidad que no te da una pose forzada durante horas. En la historia, artistas como Goya hicieron eso.

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Comentaste que querías hacer una serie, ¿a quién más tienes pensado dedicarle un busto? ¿Por qué?
Sí, mi idea es que no quede como una cosa aislada sino realizar más bustos con el mismo estilo y sacar unas pequeñas seriaciones. El mayor cambio será la reducción del tamaño para que sea más accesible a todos. La idea es empezar con Cecilio G y Pedro LaDroga y ver cómo se desarrolla.

En los museos hay cientos de bustos de gente que ahora no sabemos ni quiénes son y, sin embargo, en su momento debían de ser personas importantes, o al menos lo suficientemente importantes como para que les hiciesen o se pudiese pagar uno, ¿dónde crees que acabarán tus bustos?
Los bustos en la antigüedad eran representación de personas con dinero, poder o influencia. En algunos casos estas esculturas podían ser también autorretratos del artista. El arte siempre sufre con mejor o peor destino el paso del tiempo: se pierden datos del artista, del modelo y las fechas de creación, incluso sus influencias. Las guerras, los robos o los incendios a lo largo de la historia hacer desaparecer gran parte del legado artístico. Por eso no podría decirte dónde acabarán mis esculturas y ni si se conservaran los datos. Quizá Yung Beef esté dentro de cientos de años en un museo sin datos sobre su persona.

Este artículo se publicó originalmente en Vice España.

Sigue a Diego en @diegodega_.