Califica tus discos: Cuarteto de Nos ordena sus álbumes del peor al mejor

Han pasado 33 años desde que en Uruguay un grupo de adolescentes hijos de la dictadura se armó de música y se sumergió en un mundo del absurdo, donde el humor negro se convirtió en una herramienta contestataria por excelencia. Desde aquel entonces y hasta el día de hoy la banda que reconocemos a lo largo y ancho de Latinoamérica por canciones como "Yendo a la casa de Damian" y "Ya no sé que hacer conmigo" ha mantenido una narrativa camaleónica, adaptada a las diferentes épocas, a los cambios sociales y culturales, a partir de un rock que se mezcla con elementos electrónicos y pop.

Desde su debut con Soy una Arveja, en 1986, la banda ha lanzado más de una decena de discos, algunos de los cuales han marcado un antes y un después en la historia del rock uruguayo. Como el caso de Porfiado, que en 2012 ganó dos Grammy Latino: los primeros para el género en su país. Con un álbum recién salido del horno llamado Apocalípsis Zombie, aprovechamos para sentarnos con Roberto Musso (voz y guitarra rítmica) y Santiago Tavella (bajo), para ordenar sus discos del peor al mejor y de paso hablar de lo que sucedía en cada época y en cada uno de los momentos de la banda.

Roberto Musso: Yo arrancaría con los primeros discos: Soy una Arveja, Emilio García y Canciones del Corazón. Estamos orgullosos de todos los discos, pero elijo estos quizás por lo jóvenes que éramos, porque recién empezábamos, porque veíamos la música como un hobby y no como nuestra forma de vida, porque nunca pensamos que íbamos a llegar donde estamos ahora y porque también componíamos y grabábamos a la ligera, como una banda muy amateur. Esos tres discos tienen una gran frescura, pero no tienen un trabajo a conciencia, como lo tenemos ahora.

Por otro lado, veníamos de una dictadura militar en Uruguay y éramos adolescentes que habíamos vivido esa dictadura, entonces parte de la cultura uruguaya estaba tapada y no existió por muchos años. Resurgió y fue efervescente en el momento en que volvió la democracia y El Cuarteto es de esa época y esos discos reflejan muchísimo eso. Además abordan cosas que estaban prohibidas hacer, pasar de tener la obligación de usar pelo corto a tener el pelo largo, hablar de cualquier cosa e ir contra las instituciones. Y no solo fue El Cuarteto, fue un movimiento en el país.

Santiago Tavella: Para mí después viene la etapa de El Tren Bala, Revista ¡¡Ésta!!, Cortamambo, como discos que seguían desarrollando cierta idea pero no lograban una síntesis artística o conceptual.

RM: Claro, se había llegado al límite con Otra Navidad en las Trincheras (1994). Estos son los discos que vinieron después y como decía Santi, fueron un intento de consolidar ese estilo de canción, pero no llegaron al nivel que tuvo Otra Navidad en las Trincheras y que fue, hasta Cortamambo, el último en el cual yo dije: "Tengo que concebir las canciones y concebir a la banda desde otro ángulo diferente".

RM: Son discos que cumplieron una función, que fue afianzar a la banda después de Raro (2006), porque El Cuarteto pudo haber sido un grupo cuando fuimos descubiertos internacionalmente, de ese disco en particular hacia atrás, cuando podíamos haber reeditado e insistido con las canciones de los discos anteriores. O, por otro lado, estaba la posibilidad de una banda de Raro hacia adelante, que fue lo que resultó siendo. Entonces esos tres discos tienen un nivel bastante parecido y tuvieron la gran virtud de consolidar a El Cuarteto como una banda novedosa. Además porque Porfiado ganó dos Latin Grammy, así que también tienen ese plus.

Esta ya era otra etapa de la banda, porque veíamos que la cosa venía en serio, estábamos girando por Latinoamérica, a la hora de componer ya sabía qué canciones no iban a quedar circunscritas a un público local uruguayo, sino que iban a estar amplificadas por el continente. Ya estábamos más maduros y nos interesó muchísimo el escribir sobre otros temas, había cambiado la sociedad, había cambiado yo.

RM: Ese fue el disco que nos hizo masivos en Uruguay. Veníamos como una banda muy under y ese disco lo que tuvo fue que nos volvió hiper conocidos y que sigue siendo hoy el disco de rock uruguayo más vendido de toda la historia y el segundo disco más vendido de la música uruguaya. No había internet ni nada, pero tiene su valor. Además fue un disco que marcó a una generación. Pasamos a ser una banda que sonaba en la radio, en la discoteca, te empezaba a reconocer la gente en la calle y fue un discazo en su momento.

Esto fue en un momento en el que el rock uruguayo estaba en plena decadencia.

ST: Muy panfletario.

RM: Además era un desparpajo, abordando temas del humor negro, absurdo, surrealismo, canciones hechas con elementos nuevos tecnológicos, pero usados mal, en su mínima expresión. Sin saberlo conectó con la gente increíblemente y colocó, no solo a El Cuarteto, sino a la movida rockera en el mainstream uruguayo.

SM: También el abordaje de ciertas temáticas estaba en el humor, era algo que evidentemente estaba escondido y de repente explotó, porque ese disco fue el reflejo de un momento social. A veces los discos me parece que sintetizan algo que anda a la vuelta, pero que no está todavía hecho o conceptualizado. Si te das cuenta lo demente que es ese disco y cómo pegó tanto, decís: "Bueno, había toda una masa o una consciencia social que estaba sintiendo eso, y no había nada que lo representara".

RM: Lo ponemos en el segundo lugar porque es un signo de interrogación lo que va a pasar, porque acaba de salir. Tiene pinta de que va a ser un disco de los top, porque nos tiene contentos y entusiasmados. Generalmente el artista te pone siempre el disco más reciente como el favorito.

ST: Y tiene más correlación con el momento actual. Roberto dice que siempre compone con la edad biológica y con lo que está pasando en el momento y este disco refleja un poco su forma de ver las cosas ahora y la forma en la que nosotros nos relacionamos con eso.

RM: Este ya es un disco conectado con un tema más universal. Uruguay no escapa a los fenómenos de la 'zombificación' y de la deshumanización, porque marchamos sin saber hacia dónde, como una horda.

ST: Y lo que está bueno también es que no exponemos una visión de que nosotros vemos a la ciudad 'zombificada' y escapamos a eso. Somos absolutamente parte de eso y ponemos el tema sobre la mesa y podemos cuestionar ciertas prácticas que de repente se neutralizan.

RM: Este llegó después de Otra navidad en las trincheras, que nos hizo masivos en Uruguay, solo que fue amplificado para toda Latinoamérica. Fue el disco de "Yendo a la casa de Damian" y "Ya no sé qué hacer conmigo". Nos vimos en ello sin pensarlo, porque creíamos siempre que íbamos a ser una banda solo de Uruguay, Argentina y no mucho más.

Fue como un bola de nieve que fue creciendo y las canciones como que pegaron muy fuerte acá en Colombia, y nos empezaron a llamar para ir a México, Ecuador, Venezuela, España, a todos lados y nos dimos cuenta de que estaba pasando algo interesante. Obviamente es muy buen disco y tiene varias canciones que vamos a seguir tocando siempre. Hoy en día, el repertorio de El Cuarteto son canciones de Raro en adelante.

ST: En ese momento Uruguay estaba saliendo de la crisis económica muy fuerte del 2002.

RM: Increíblemente pasa, no sé si en todos lados pero pasa, que a veces las crisis económicas fuertes son buen momento para el rock. A nosotros nos pasó, en Uruguay hubo una emigración de publicistas, de videografos, que se volvió insoportable y sin embargo para las bandas de rock fue de los mejores momentos. Raro venía un poquito después de eso, cuando ya un poco estaba decayendo la movida rockera fuerte y vino una andanada de frescura para el rock.

Este fue un disco concebido para Uruguay y sin embargo nos llevamos la sorpresa de que fue el disco que trascendió fronteras y nos abrió las puertas.

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