Escucha el nuevo y verguero EP de Belafonte Sensacional, 'Destroy'

Cuando pensamos en el impacto cultural que tuvo la música de guitarras, tomando en cuenta que en 2017 vivimos en un planeta "Despacito", nos quedamos como gatito viendo ecuaciones de cálculo al preguntar quién mantiene viva la pulsión de buenas letras y desmadre guitarrero, con una oferta original y emocionante. En la jabonosa escena de música independiente nacional, los muchachos de Belafonte Sensacional se erigen como algunos de los más heróicos, semidioses del riff y paladines del slam, con su propuesta como salida de una escena cortada de Almost Famous, pero también de Los Caifanes y, sobre todo y en realidad, del Escuadrón Patineta.

Destroy es el nuevo EP del sexteto (¿a veces septeto?), y es otro trabuco sabroso para la fiesta. En 2014 pusieron de culo a la escena con uno de nuestros discos favoritos mexas recientes, Gazapo, donde conocimos la fuerza de Israel Ramírez, voz, guitarra y autor de las letras guacarockers de Belafonte. Con el Gazapo han estado girando y dando a conocer el proyecto todo este tiempo, madurando su propuesta, hasta llegar a 2017, donde son uno de los mejores actos para ver en vivo de la capital. Y de esa energía que sucede en el escenario viene el título e intención del nuevo EP, el cual también es un fanzine físico y venden dentro de un boleto del metro porque, según ellos mismos, #delincuencia.

Las rolas incluidas en Destroy las llevan tocando en vivo al menos un año y hay videos en YouTube de todas. "Hay hormigas en el baño, John", basada en un poema de Erich Fried debe ser la más vieja, y "Mamadongo" presentan su clásico juvenil "Valedor" en una increíble versión de doce minutos donde pasa todo: rock, poesía, jam, blues y ese caché de los muchahcos que tanto gusta. El tema con el que inicia el EP, la "Convocatoria para el destroy" es su pregón de guerra, el aviso parroquial para que el respetable pase a la pista a despojarse del recato y de la ropa. Y las otras, "Ponte al tiro" y "Caramelos de cemento" también forman parte de su repertorio cotidiano y son grandes composiciones que bien podríamos aprendernos todos. El arte perrón de la portada es de Óscar Coyoli. Dale play abajo al Destroy y que el rock se muera, pero de viejito en muchos años.

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