No es que María y José tuvieran precisamente los días contados, o que Tony Gallardo como persona, músico y compositor, se hubiera hartado del proyecto en sí; todo lo relacionado a “la muerte de María y José” —de la cual hablábamos hace no mucho por acá en Noisey— se trató más de un impulso por desprenderse de algo que llevó durante mucho tiempo, para comenzar una nueva etapa, armar cosas frescas y poder hacer lo que más ama: Expresarse musicalmente hablando, sin importar en qué género o estilo se desarrolle.Y así pues, nace El Capricho (¡Y el nombre no le va mal!). A falta de una especie de comprensión en este confuso escenario, Tony avienta todo lo que conocíamos de él por la borda y en actitud de capricho tal cual, decide regresar a las raíces bedroom sampleando viejas rolitas que caían en su gusto, añadiendo una voz de cadencia lo-fi, y una serie de letras tan sencillas e irónicas, como profundas y divertidas (véase “Hey Violeta”, canción que dedica a su mejor amiga).Conformado por 4 tracks, este proyecto ofrece una dosis de “pop ondeado” —como él mismo le llama—, arreglado con ritmos pegajosos que oscilan entre lo melancólico y lo upbeat. Sin embargo, algo que nunca pierden las canciones es el toque “triste” que pareciera esconderse entre los matices pop de cada canción que lanza.Dense por acá lo nuevo de Tony, otro capricho sonoro dentro del multiverso sonoro que habita en su cabeza:
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